Entrevista a Fernando Bazán: "La muerte de los egos nos llevará al progreso como especie"
12 abril, 2017 11:55 am Deja tus comentariosSi eres de los que aprecia la originalidad, la diferencia y el ingenio, no puedes perderte ni un minuto más a este artistazo onubense. Fernando Bazán conjura diferentes estilos sin limitación alguna en su obra para trasladar mensajes con mucha enjundia y hacer vibrar a aquellos que se atreven con álbumes como 'Abiogénesis', su última creación. Jason Cenador habla con él entusiasmado con su propuesta y a pocos días de su show en la Sala Costello de Madrid, el próximo miércoles 19 de abril.
¿Qué significado tiene la palabra ‘Abiogénesis’ que da título al disco y qué interpretación hemos de darle en relación a tu música?
“El nombre de Abiogénesis, procede del griego (ἀ-βίο-γένεσις [a-bio-genésis], ‘ἀ-/ἀν- «no» + βίος- «vida» + γένεσις- «origen/principio») y hace referencia a una de la principales teorías del origen de la vida en nuestro planeta, la cual se fundamenta en la creencia científica y analítica de un origen de la vida desde la “no” vida, es decir, el origen de los seres vivos de forma espontánea, sin ancestros vivientes, lo que significa que la vida se creó a partir de materia inanimada e inorgánica. En este álbum no existe una relación directa entre el nombre que se ha elegido y el contenido de las canciones. Buscamos un título haciendo descartes de una lluvia de ideas y finalmente salió este. Podría haber sido cualquier otro. Aún así, si nos ponemos a buscarle sentido a las cosas, puedo decir que este álbum supone un nuevo giro, un nuevo paso al frente, un nuevo origen en mi breve carrera, ya que se pretendía lograr otro sonido y por extensión una estética diferente que la que tenían los álbumes anteriores”.
Tus letras tienden a ser muy ingeniosas y elaboradas, sin descuidar jamás el mensaje. ¿Podemos decir que son el eje vertebrador de tu proyecto?
“Sí, suelo partir de la creación del texto y de trabajarlo posteriormente de forma paralela junto con varias ideas musicales. Los dos primeros álbumes, ‘Vicio-Vertedero’ y ‘Ruan: confesiones en el no lugar’, estaban elaborados a conciencia partiendo y centrándome en el trabajo de los textos, con la intención de que fueran un ente por sí solos y pudieran funcionar como poemas y ser leídos, al margen de que pudieran ser también escuchados. En ‘Abiogénesis’ los textos siguen estando cuidados, pero se encuentran más al servicio de la música que en los anteriores trabajos. Quizás en futuros proyectos sea la música la que someta al texto, quién sabe”.
Una de las canciones que más destacan de tu álbum, precisamente por el mensaje que trasladas al estilo “spoken word”, es “Da igual”, más vigente imposible en estos tiempos de persecución a tuiteros. ¿Qué nos puedes comentar sobre ella?
““Da igual” es una canción que está escrita en tercera persona. Su protagonista es Toni, un personaje ficticio, que expone su forma particular de afrontar la vida y reflexiona sobre algunos temas de actualidad mientras aconseja a su indecisa hermana pequeña antes de comenzar la Universidad. Paro, carpe diem, tiempos de crisis, relaciones humanas… nada más lejos de la realidad. Con respecto al tema de los tuiteros, que supongo que lo comentas en relación a lo que dice el estribillo de la canción, hoy día cualquier comentario que hagas, sea del corte que sea, puede ser utilizado en tu contra. Yo suelo decir lo que me viene en gana, pero en la mayoría de las ocasiones me lo pienso dos veces antes de vomitarlo en el medio inadecuado. Las redes sociales son un arma de control y de expresión, de doble filo. Estamos vigilados y no somos tan libres como nos hacen creer”.
“El enemigo es uno mismo”, proclamas en un tema llamado, precisamente “El enemigo”, otro tema recitado con instrumentación de fondo. ¿Por qué? Grandísima letra, por cierto.
“Gracias por el cumplido, Jason. Respondiendo a la pregunta, “El enemigo es uno mismo” porque somos los responsables directos de todos nuestros actos y siempre tendemos a buscar al culpable o al enemigo en el que tenemos en frente o en las personas que nos acompañan en nuestro camino, que quizás sean las que menos lo merecen. La autocrítica y la muerte de los egos nos llevarán hacia el progreso como especie. El colectivo por encima del individuo, una utopía de base. Somos ególatras y egocéntricos desmedidos, el “yo” estará siempre antes que el “nosotros””.
En lo que al estilo musical respecta, estamos ante un trabajo de lo más ecléctico. ¿Qué influencias te mueven a la hora de componer y qué límites estilísticos te impones para mantener la cohesión?
“Me influye todo, soy una esponja y quiero ser cada vez más permeable a todo tipo de músicas, desde la música de raíz, el folclore tradicional de diversas partes del mundo, el rock, el pop, el punk, el jazz, el hardcore, la electrónica, la música clásica, la música procesional, el flamenco, el trap, el dancehall, el hip hop… No me planteo poner límites, si los hay es a la hora de filtrar de cara a una grabación, por ejemplo. Ya tiene uno limitaciones suficientes como para acabar acotando los procesos de composición y creación. Suelo trazar varias líneas de trabajo y que salga lo que tenga que salir, después ya veremos”.
¿Has buscado desde el primer momento diferenciarte como artista y exponer una perspectiva musical única o es algo que ha salido de modo totalmente espontáneo?
“Ciertamente ha salido de forma espontánea, no creo que nadie se proponga parecer “raro” de forma consciente, con la de trabas que ese planteamiento conlleva en cualquier panorama o escena musical. Máxime cuando lo normal es estandarizarse a propósito con idea de abarcar un ratio de público más amplio, en pro de lograr aceptación, difusión y reconocimiento de forma más rápida y efímera. Los cánones se repiten y los caminos en la música ya están creados. Casi todo está hecho, todos aportamos nuestras relecturas con numerosas fórmulas de hibridación y emulación. Eso es todo”.
¿Te has planteado alguna vez integrar una banda al uso o tienes claro que continuarán en solitario en tu senda por la música?
“Me lo he planteado en numerosas ocasiones y si formo parte de una banda será porque llegue el momento adecuado y las personas adecuadas. Si se producen los efectos del entendimiento, la química, el compromiso y la entrega oportunos, estaré dispuesto a trabajar de forma creativa en equipo. Mientras tanto, dos son ya multitud”.
Eres un culo inquieto y tus conciertos se cuentan por decenas. ¿Qué es lo que más llama la atención de tus actuaciones en vivo?
“La gente dice que conecta con la puesta en escena tanto a nivel individual como de la banda a nivel colectivo. Nos lo pasamos muy bien y yo tengo mi forma particular de llevar el discurso de las letras al directo. Me he encontrado con gente que se ha enganchado a las canciones a través del directo; no me conocían, cayeron en un concierto y desde entonces escuchan los álbumes y siguen lo que hago. Yo alucino con estas cosas. ¿Qué haríamos sin música en directo?”
¿Qué llamamiento harías al público madrileño para que no se pierda tu próximo concierto en la Sala Costello el miércoles 19 de abril?
“Entre todo el público asistente sorteamos pasar una noche con nosotros en una casa con las luces apagadas… ¡yo qué sé! (risas). Me gustaría que vinieran a acompañarnos y a darle vida a una noche de miércoles de fiesta, canciones… y que disfruten apoyando la música en directo desde abajo, no solo asistiendo a festivales con nombres ya consagrados o a macro conciertos de bandazas extranjeras. Ellos también comenzaron tocando en salas pequeñas, no lo olviden”.
¿Qué color tiene el futuro musical de Fernando Bazán y cuáles son tus principales ambiciones aún por saciar?
“En esas estoy, tengo multitud de ideas escritas y esbozadas, en papel, en audio y en mi cabeza, pero hasta que no me siente a trabajar con formalidad, no sabré qué es lo que va a salir. Para finales de 2018 o principios de 2019 me gustaría tener algo nuevo que mostrar. Aunque esté muy manido ya el tópico del “paso a paso” o del “partido a partido”, es lo que puedo contestarte con respecto a las ambiciones futuras”.
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