Lynyrd Skynyrd: 40 años de la tragedia aérea del pantano de Gillsburg

Blog: Mariano Muniesa

Una historia más de chicos conflictivos a los que salvó el rock´n´roll

Lynyrd Skynyrd, banda creada en 1964 en Jacksonville, Florida por Ronnie Van Zant como cantante, Gary Rossington y Allen Collins como guitarristas, Larry Junstrom en el bajo y Bob Burns en la batería, se convirtieron con el tiempo junto a la Allman Brothers Band en la banda que encarnó por definición todo un lenguaje, un estilo musical y toda una forma de hacer y de entender el rock, lo que hoy conocemos como el southern rock. Siendo en sus comienzos, incluso antes de adoptar en 1969 el nombre de Lynyrd Skynyrd -entre 1964 y 1968 hicieron por todo el estado de Florida actuaciones bajo nombres como los de My Backyard y the Noble Five- un grupo de rock 'n' roll clásico, no tardaron en ir incorporando a su bagaje musical una gran influencia del blues del Delta por un lado, del Country por otro y del incipiente hard rock que llegaba de Inglaterra. Toda esa amalgama de influencias dio como resultado un rock cargado de sentimiento, duro pero muy melódico y sobre todo, con una gran personalidad propia.

Entre 1970 y 1972 la banda tuvo varios cambios de formación, llegando a pasar por sus filas dos de los músicos que más tarde formarían Blackfoot, como Greg T. Walker o Ricky Medlocke, volviendo éste años más tarde a la banda, se incorporó a Billy Powell como teclista, Leon Wilkeson se quedó como bajista y Artimus Pyle entró en la batería.

La aparición de Al Kooper

Al Kooper, guitarrista, compositor y productor fundador de Blood Sweat & Tears y colaborador de muchos de los más importantes proyectos del rock americano de los 60, se quedó prendado de ellos cuando les vio tocar en un club en el otoño de 1972. Esa misma noche les aseguró que no solo les conseguiría un contrato discográfico, sino que les produciría su primer disco, promesa que cumplió: en agosto de 1973 se ponía a la venta '(Pronounced 'Lĕh-'nérd 'Skin-'nérd)', su álbum debut a través de MCA Records y con ello se iniciaba una carrera que a lo largo de los siguientes cuatro años les llevaría a enormes cotas de popularidad no solamente en América, sino en Europa y Japón. Sus siguientes álbumes, 'Second Helping’ (1974), 'Nuthin' Fancy' (1975), 'Gimme Back My Bullets' (1976) y 'Street Survivors' (1977) fueron todos ellos discos de oro y en el caso de los dos primeros, llegaron a ser doble disco de platino.

Lynyryd Skynyrd, gente del sur profundo de los Estados Unidos, además de grandes músicos de rock, eran tipos pendencieros, amantes de la bronca, y consumados bebedores que pronto se ganaron una merecida reputación de ser gente conflictiva, que en más de una ocasión se vieron envueltos en tumultuosas peleas de bar, denuncias policiales y no tardaron en ser considerados gente que causaba pánico en los hoteles en los que se hospedaban. Como gran parte de la población sureña de los Estados Unidos, que nunca superó el trauma de perder la guerra de secesión, eran declarados votantes del Partido Republicano y aunque de una manera no consciente ni elaborada, eran conservadores puros y duros, que incluso se dice que parte de la letra de “Sweet Home Alabama” trataba de ser en cierta manera una réplica a las críticas de Neil Young al pasado racista y esclavista de aquel territorio.

Ralph J. Gleason en Rolling Stone, diciembre de 1977: “Si hubieran nacido cien años antes, los Lynyrd Skynyrd hubieran sido una leyenda entre los forajidos del Oeste. Habrían sido ladrones de ganado, vendedores de whisky ilegal, buscadores de oro o atracadores de diligencias, y estoy seguro que habrían muerto a tiros cuando hubiera aparecido un quinto as en una partida de poker o en un tiroteo con los alguaciles del sheriff de la ciudad. Eran exactamente esto, vaqueros de ciudad, de hecho Ronnie Van Zant siempre iba armado, rudos, violentos y alcoholizados, pero a su manera, eran tipos honestos. Y sobre todo, sentían de verdad lo que hacían. Músicos de raza, que llevaban el rock en las venas y que hacían conciertos sensacionales. Pocas bandas surgieron en los años 70 en América que hicieran shows con la intensidad, la energía y el sentimiento que yo vi a esos bandidos confederados, gamberros pero con un punto de nobleza, cuatreros con alma de caballeros del viejo sur”. 

¿Crónica de una tragedia anunciada?

Durante el año anterior al accidente se juntaron diversas circunstancias que después de producirse el evento que hoy recordamos, podrían dar la impresión de que aquella tragedia bien pudiera haber sido casi la estación final de una suerte de destino que de alguna forma ellos mismos intuían que llegaría de una forma o de otra.

El 10 de noviembre de 1976, recién terminado un largo tour de presentación por toda América de su álbum 'Gimmie Back My Bullets', Gary Rossington y Allen Collins sufrieron un accidente de tráfico en el que salvaron la vida milagrosamente. Rossington, que iba conduciendo completamente borracho, tuvo que pasar una semana en el hospital y Allen Collins tuvo que ser sustituido en el grupo temporalmente pues su recuperación fue mucho más larga y complicada, y según se dice, ese accidente, fruto en cierta manera de la vorágine de excesos en los que el grupo estaba inmerso en esa época, inspiró a Ronnie Van Zant una canción que se incluiría en su siguiente álbum, 'Street Survivors', llamada “That Smell”, cuya letra entre otras cosas, decía: “Botellas de bourbon y coches nuevos / un roble que se cruza en mi camino / demasiado humo / mira lo que está pasando dentro de ti / Ooooh ese olor / no se puede oler ese olor / Ooooh ese olor / el olor de la muerte te rodea”.

En febrero de 1977 en un concierto celebrado en Glasgow, antes de presentar una de las siguientes canciones en el show, Van Zant dijo al público: “Chicos, me temo que esta será la última vez que podamos vernos y estar juntos para cantar estas canciones, porque me temo que no llegaré a cumplir 30 años”. Estremecedoras y proféticas palabras...

“El día en que murió la música (the day the music died)” - Don McLean

El 17 de octubre de 1977 se puso a la venta el nuevo disco de Lynyrd Skynyrd, 'Street Survivors', álbum que supuso la entrada en el grupo de Steve Gaines como tercer guitarrista en el grupo. Cuatro días antes, había comenzado oficialmente el tour de presentación del disco por Estados Unidos con un concierto en el Georgia Southern College de Stateboro, que siguió con tres actuaciones en Florida y una en el Memorial Auditorium de Greensville, Carolina del sur, el 19 de octubre, que sería a la postre la última aparición en vivo de los Lynyrd Skynyrd originales.

Desde hacía tiempo tanto la banda como su management venían dándole vueltas a la idea de adquirir un avión para los desplazamientos del grupo, dado lo incómodo y lo costoso que resultaban los interminables desplazamientos en autobús por todo el país. Para esta gira se tomó la decisión de hacerse con ese avión, y el manager de la banda Dean Kilkpatrick encargo a un empleado de su agencia, Zunk Buker ir al aeródromo de Greensvile para hacerse con un avión que pudiera transportar al grupo a partir del show en esa ciudad al resto de localidades que iba a recorrer al gira. Buker se fijó en un avión modelo Convair CV-240 de la compañía texana L&J Company, que llevaba más de 30 años en funcionamiento, cuyos pilotos, Walter McCreary y William Gray se presentaron a la entrevista con Buker después de haber revisado técnicamente el aparato en evidente estado de embriaguez. Este mismo avión había sido rechazado exactamente 24 horas antes por Aerosmith para usarlo como avión privado, afirmando que un aparato tan antiguo y con unos pilotos tan aficionados al Jack Daniels no les inspiraba confianza. De hecho, se dice que el road-manager de Aerosmith avisó a Buker de que en el viaje inmediatamente anterior, de Miami a Greensville, había visto arder uno de los motores del aeroplano.

Buker comunicó toda esta información al manager y al grupo, pero estos insistieron en que contratase el avión para que una vez terminado el show de Greensville, pudieran desplazarse al día siguiente hasta el Campus de la Universidad estatal de Louisiana, en Baton Rouge donde tendría lugar el 21 de octubre el próximo concierto de la gira y evitarse 18 horas de autobús. En principio, la idea era adquirir el avión solo para ese viaje, con idea de hacerse con un aparato mejor dotado y más moderno unos días más tarde.

A las 17,25 horas del 20 de octubre de 1977 los pilotos Gray y McCreary, Ronnie Van Zant, Billy Powell, Artimus Pyle, Allen Collins, Steve Gaines, y su hermana la corista Cassie, el manager Dean Kirkpatrick, el técnico de sonido Ken Peden y el jefe de los roadies Mark Frank se subieron junto a un total de 20 personas más del staff de gira al Convair CV-240 para iniciar el viaje hacia Louisiana. Ha quedado para la historia como impresionante testimonio increíblemente premonitorio de aquella tragedia la confesión de uno de los roadies de la banda que siempre quiso mantenerse en el anonimato acerca de cómo Cassie Gaines tenía tanto miedo de subirse en ese avión que ofreció cambiar su plaza a cualquiera del grupo y del equipo técnico y que prefería viajar en el camión de los técnicos de montaje de escenario, pero que su hermano la convenció de viajar con ellos. Otra de las coristas, Jojo Billingsley, que por un problema de salud de un familiar cercano se incorporaría a la gira justo después del show de Baton Rouge, telefoneó a Allen Collins aquella misma mañana y le dijo que había soñado que ese avión se iba a estrellar y le rogó, desecha en llanto, que por lo que más quisiera, no se subiera a ese aparato.

Cuando el avión llevaba aproximadamente una hora y media de vuelo, un poco antes de las 19.00 de la tarde, se empezó a escuchar dentro de la cabina de la tripulación un ruido extraño, como el motor de un coche petardeando, y el aparato empezó a moverse más de lo normal. Billy Powell, alarmado, fue a la cabina de los pilotos a preguntar que era ese ruido y McCreary le tranquilizó diciéndole que simplemente estaban transfiriendo combustible de un motor a otro para equilibrar el peso del aparato. Escasamente segundos después, cuando Powell se dirigía a su asiento, el avión pegó un brusco golpe hacia abajo que hizo caer los equipajes de los maleteros, despertarse a los que estaban dormidos, se oyó el ruido de una tremenda explosión y el aparato empezó a perder rápidamente altura. Algunos de los supervivientes recuerdan que lo último que oyeron antes de perder el conocimiento fue la la voz de los pilotos gritando desde la cabina: “¡¡Dios santo, tenemos que hacer un aterrizaje de emergencia, abrochaos los cinturones!!”

Apenas un minuto y medio más tarde, el avión se estrelló contra el terreno pantanoso de una cenagosa explanada en Gillsburg, Missisipi. Cuando alguno de los supervivientes recuperó el conocimiento, la escena que se encontraron era espantosa; el cuerpo de Ronnie Van Zant, literalmente aplastado, solo era reconocible entre los charcos de sangre por la ropa que recordaban que llevaba ese día. Cassie Gaines, agonizante y con la garganta seccionada casi de oreja a oreja, apenas exhalaba sus últimas respiraciones entre extertores de dolor antes de perder definitivamente la vida y todo ello en una escena de aturdimiento, confusión y shock inimaginables.

Según el relato del batería superviviente Artie Pyle, los supervivientes que podían moverse y tenerse por sí mismos, salieron de los restos del aparato como pudieron y buscaron ayuda; con tan mala suerte que en el caso de Pyle, fue visto en la lejanía por el propietario de aquellos terrenos, un granjero llamado John Mote que alarmado por el ruido del choque y preocupado por la noticia de que unos peligrosos reclusos se habían fugado la noche antes de la penitenciaría local, salió al encuentro del batería con su rifle y le disparó en el hombro pensando que era uno de los evadidos.

Cuando se dio cuenta de lo sucedido, llamó a varias ambulancias y servicios de sanidad, que evacuaron a los heridos encontrándose con la dificultad añadida de que los vehículos, además de no poder llegar directamente al lugar del accidente, se quedaban atrapados en el barro. Se dice que debido a esta circunstancia -oficialmente no confirmada-, no fue posible salvar la vida del manager Dean Kirkpatrick, teóricamente muy grave pero aún con vida cuando llegaron las ambulancias.

El guitarrista Allen Collins y el bajista Leon Wilkeson sufrieron heridas y fracturas de suma gravedad en el cuello y los brazos, sufriendo Wilkeson además una grave perforación del pulmón izquierdo al clavársele un hueso del pecho hacia adentro y en el caso de Collins, la rotura de dos vértebras. Gary Rossington se rompió las dos piernas y sufrió una grave fractura de pelvis que estuvo muy cerca de dejarle de por vida en una silla de ruedas, Artie Pyle sufrió además del balazo accidental de Mote la fractura de cuatro costillas y Billy Powell quemaduras en el 75 por ciento de su cuerpo más la fractura de su rodilla izquierda y una fuerte contusión cerebral que le provocaron inestabilidad y mareos frecuentes durante casi tres años.

En cuanto a las razones técnicas que provocaron el accidente, nunca llegaron a ser esclarecidas al cien por cien, pero todo indica que uno de los motores no estaba en condiciones aptas para el vuelo, como había sucedido en el trayecto anterior, y se sobrecalentó provocando una explosión que hizo perder al aparato una gran cantidad de combustible. Si a eso se le suma que o bien por una negligencia en la revisión de todo el aparato por parte de los pilotos o porque, como también se aseguró, el indicador de combustible estaba averiado y mostró que el depósito contenía una cantidad de combustible muy superior a la que realmente tenía, ello podría explicar por qué el avión perdió altura con tanta rapidez y fue prácticamente imposible realizar un aterrizaje de emergencia.

La dramática entrada en la leyenda

Nada más conocerse la noticia, América se quedó total y absolutamente conmocionada. 'Street Survivors', que no llevaba ni una semana a la venta, se convirtió en disco de platino a las 24 horas del accidente, a pesar de que MCA decidió la retirada de las tiendas del disco y su sustitución por otras copias con una portada diferente en tanto en cuanto y dentro de una macabra casualidad, la portada del disco original presentaba a los miembros del grupo con un gran incendio detrás, incluso con la figura de Steve Gaines, una de las víctimas mortales del accidente, casi envuelto en las llamas del montaje de esa portada.

A pesar de que una vez recuperados y dados de alta en el hospital en el que estuvieron largo tiempo tras el accidente, los miembros del grupo supervivientes decidieron dar por terminada la historia de Lynyrd Skynyrd. Sin embargo, y como ha pasado a lo largo de la historia de muchos grupos que sufrieron pérdidas traumáticas y que en caliente optaron por no continuar como grupo -caso de AC/DC con Bon Scott o Metallica con Cliff Burton- pasado un tiempo y cabe imaginar que bajo la presión de las agencias de contratación Lynyrd Skynyrd decidieron reestructurar el grupo y volver a hacer actuaciones en 1987, conmemorando los diez años de la tragedia, con unos Lynyrd Skynyrd con Gary Rossington, Billy Powell y Leon Wilkeson, a los que se unió Ed King, uno de los miembros que formó parte de las primeras formaciones que dejó la banda en 1975, Artimus Pyle, Randall Hall y Johnny Van Zant, hermano menor del fallecido Ronnie y conocido por su trabajo en 38 Special.

El grupo volvió al estudio para editar en 1991 su primer disco de estudio desde 'Street Survivors', un excelente álbum llamado simplemente 'Lynyrd Skynyrd 1991', a partir de cuya edición el grupo reanudó más o menos un funcionamiento regular, aunque basado sobre todo en girar por Estados Unidos, con muy pocas incursiones en Europa, aunque una de ellas fue inolvidable: Al cumplirse el 20 aniversario del accidente, la casualidad o el  destino quiso que ese 20 de octubre de 1997, Lynyrd Skynyrd, teloneados por Bruce Dickinson, en esa época aún en solitario, hicieron en la sala La Riviera de Madrid un espectacular concierto, lleno de emoción, sentimiento y feeling que la propia banda recordó siempre como uno de los hitos de su carrera reciente, tal y como me lo aseguró el propio Johnny Van Zant en una entrevista que tuve oportunidad de hacerle en persona para la revista Kerrang! en 1999.

Para todos los seguidores del rock más clásico, una fecha triste, pero que nunca pasa inadvertida a quienes guardan en su corazón la esencia más genuina del southern rock. Con toda seguridad, todos los fans de Lynyrd Skynyrd hoy escucharán con profundo sentimiento “Free Bird” y beberán un trago de bourbon en recuerdo a los que dejaron la vida en aquel accidente.

If I leave here tomorrow...would you still remember me?

Mariano Muniesa

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