Los candentes documentos han copado la actualidad de esta semana, creando una gran controversia social tras su descubrimiento. El Consorcio Internacional de Periodistas ha llevado a primera plana actividades de dudosa legalidad de multitud de personajes de la escena pública, entre ellos el líder de U2, Bono.
Se están investigando las actividades que el irlandés llevaba a cabo a través de una sociedad registrada en el paraíso fiscal de Malta y, más tarde, en Guernsey (dependencia de la corona británica entre Inglaterra y Francia). Las inversiones llegaban a pequeñas poblaciones de Lituania, figurando el vocalista como accionista de un centro comercial.
Bono se ha puesto en contacto con los medios a través de su representante para intentar minimizar el impacto de la noticia, quien ha afirmado que el cantante era un inversor minoritario y pasivo de la sociedad.
Las investigaciones afirman que el afamado activista ha podido estar evadiendo impuestos desde 2011. ¿Veremos a más músicos salpicados por acusaciones de corrupción?
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