Journey: 40º aniversario de "Escape", el clásico definitivo de A.O.R.
17 julio, 2021 4:29 pm 2 ComentariosSi hace unos pocos días recordábamos el lanzamiento de ‘Foreigner 4’, otra de las obras maestras del sonido A.O.R., ‘Escape’, de los californianos Journey, cumple hoy cuatro décadas en el mercado. Ahí debutaba Jonathan Cain en los teclados sustituyendo a Gregg Rolie, miembro fundador de la banda, quien había abandonado el grupo a finales de los 80 para dedicarse a sus proyectos en solitario. La llegada de Cain a Journey, a quien había recomendado el propio Rolie, tuvo consecuencias inmediatas en lo que a la composición de temas se refiere, ya que pese a ser el debutante, es el único miembro junto con Perry que firma todas las canciones.
‘Escape’, que realmente aparece escrito como ‘E5C4P3’ en la portada del álbum, fue grabado entre abril y junio de 1981 en los estudios Fantasy de Berkeley, California. Fue coproducido por Kevin Elson, antiguo técnico de sonido de Lynyrd Skynyrd, y Mike Stone, que además hizo las funciones de ingeniero de sonido, labor que ya había desarrollado una vez con Queen. La formación que lo llevó a cabo estaba compuesta por Neal Schon (guitarra y coros), Steve Perry (voz solista), Ross Valory (bajo y coros), Jonathan Cain (teclados, guitarra rítmica y coros), y Steve Smith (batería, percusión y coros).
En la portada del disco, obra de Stanley Mouse, nos encontramos de nuevo al escarabajo que la banda empleó en su anterior trabajo ‘Departure’, esta vez “escapando” de un planeta al que revienta al salir de su interior. Pese a lo familiar de la asociación del escarabajo con Journey, hasta la fecha solo había aparecido en dos de sus siete discos, aunque también es cierto que el bicho ocuparía una posición prominente en el aclamado ‘Greatest Hits’ que la banda lanzaría en 1988, aunque eso ya es otra historia.
“Don’t Stop Believin’” rompía las hostilidades. ¡Y de qué modo! Hablamos de uno de los temas más exitosos de todos los tiempos. Lo hemos oído en ‘Los Soprano’, en ‘Rock of Ages’, interpretada entre otros por un cachondísimo Tom Cruise, en videojuegos, ha sido versionada no pocas veces, etc. Y la verdad es que lo merece.
Etiquetada como balada por no pocos, me parece que “Don’t Stop Believin’” va mucho más allá. Un teclado de esos que hacen que te derritas abre la canción (¡Vaya comienzo de Cain en la banda!), dejándolo a huevo para que la incomparable voz de Steve Perry nos empiece a contar la historia de la chica que dejó el pueblo y la del chavalote que abandonó los suburbios de Detroit, ambos en busca de algo mejor.
Al poco, entra la guitarra de Schon con un fraseo creciente bastante bueno pero corto, un pequeño adorno para no romper la línea melódica creada por Perry y Cain. Esta nos lleva directamente hasta un pre-coro, ya que el verdadero coro de la canción no lo escucharemos hasta el final del tema, que desemboca, esta vez sí, en el riff magistralmente desarrollado por Schon y la sección rítmica y maravillosamente acompañado por la voz de Perry.
Un segundo pre-coro nos lleva al solo de Schon, breve pero precioso y brillantemente ejecutado, y este por fin al coro, para mayor gloria de Perry. Lo dicho, una locura de tema.
A continuación venía “Stone in Love”, el prototipo de tema pinchable en las radios americanas, lo que hace que resulte extraño que no fuese elegido como sencillo. Un riff de guitarra perfectamente ejecutado nos introduce a la canción, al poco se une Perry y enseguida el resto de los instrumentos, logrando un incremento del nivel melódico sin perder un ápice de fuerza. Y en esas estábamos cuando de repente nos encontramos en medio de un estribillo de esos 100% A.O.R. pegadizo como el Loctite.
Un preciso punteo de Schon introduce el segundo verso que Perry convierte en melodía pura y que nos lleva al segundo estribillo, tras el cual tenemos un buen solo de guitarra que nos deja en el tercer estribillo. Después de este, la canción cambia, se vuelve menos comercial, quizá por eso no acabó editada como sencillo, con un despliegue instrumental sobre el que Schon va construyendo otro solo que poco a poco se va desbocando y con el que termina el tema.
El piano de Jonathan Cain nos introduce a “Who’s Crying Now”, el primer sencillo que se extrajo del álbum. La voz de Perry, más atenuada de lo normal, empieza a cantar sobre el riff, esta vez marcado por el bajo de Ross Valory, un tema suave y lento que transcurre con presencia testimonial de las guitarras. Al final del tema tenemos el solo de Neal Schon con el que se cierra la canción.
Según contó el propio Schon en el programa de la radio norteamericana ‘In the Studio with Redbeard’, primero había grabado un solo de guitarra agresivo y experimental que no le gustó ni a Perry ni a Cain. Posteriormente, hizo un segundo solo que Perry describió como “lo más simple que podía tocar con la cabeza” y que fue mucho más apreciado por el resto de la banda.
En “Keep on Runnin’” las guitarras vuelven a gobernar el riff. Una entrada guitarrera con aportación de los platillos abre el tema. La voz de Perry completa el combo y el corte se desarrolla en una especie de arranco que no arranco hasta que llega el estribillo, no muy pegadizo pero sí bastante cantarín y con bastante lucimiento por parte de Perry.
Pasado el ecuador, tenemos un buen solo de Schon, que enlaza con el estribillo final, donde el trabajo vocal de todo el grupo sube un peldaño más, si cabe. El tema acaba como empezó con el dúo guitarra-platillos. “Still They Ride” cerraba la cara A. Una lentorra marca de la casa para mayor gloria de Perry y Cain. De nuevo tenemos el riff gobernado por los teclados y papel testimonial para la guitarra, aunque posiblemente el solo de Schon que tenemos casi al final del tema sea lo mejor de la canción.
La cara B empezaba con “Escape” y unos buenos rasgueos de guitarra. Perry canta más jovial, y tanto él como Cain suenan más roqueros, lo que solo puede tener un resultado positivo, hasta la batería de Smith tiene mayor protagonismo. Si a todo eso le sumamos el excelso trabajo vocal y coral y el solo de Schon, que nunca falla, tenemos un maravilloso temazo 100% A.O.R.
En “Lay It Down”, por el contrario, baja el porcentaje de A.O.R., y sube el de hard rock. Buena guitarra para comenzar y buena incorporación al unísono del resto de instrumentos. Perry demuestra que no es problema para él cantar temas más cañeros y no le resta un ápice de fuerza al ritmo, aunque para mí, pese al gran trabajo coral, el estribillo les queda un poco flojo. Después de este, Schon se marca un fraseo y la cosa sigue por donde solía con un Perry sublime y gran apoyo coral. Otro estribillo y acto seguido el solo de guitarra, bien construido e interpretado con la pulcritud habitual. De ahí hasta el final desparrame vocal, de guitarra y de todo. Vamos, que si tuviese mejor estribillo sería un temazo.
Dueto de batería y guitarra para empezar “Dead or Alive”, otra rápida. El bajo de Ross Valory gana protagonismo en el riff para que la guitarra pueda adornarlo con fraseos, mientras que la voz de Perry le pone el punto melódico. Justo antes del estribillo tenemos un piano vacilón de Cain que le da un punto extra de alegría al tema, un estribillo que, en la línea de la canción, va a todo trapo. Vuelta al riff hasta que un guitarreo da paso al solo, breve dada la coyuntura, que nos lleva al estribillo final, aunque la canción acabe con una vuelta instrumental al riff.
Un precioso teclado abre “Mother, Father”. La voz de Perry empieza a cantar sobre el mismo, al poco aparecen las guitarras, primero una acústica y luego la eléctrica, y finalmente se une la sección rítmica para crear otro tema de A.O.R. clásico. En cortes como este, el lucimiento de Perry es casi obligatorio, y una vez más, el californiano no decepciona.
Como no podía ser de otra manera en una canción de estas características, nos encontramos ante otro estribillo trabajadísimo a nivel coral y melódico, que después de su segunda entrega da pie a un buen solo de Schon, falto de protagonismo durante la mayor parte de la canción.
Cerraba el disco “Open Arms”, tercer sencillo del álbum y el que alcanzó el puesto más alto en el Billboard Hot 100, superando a sus predecesores “Don’t Stop Believin’” (9) y “Who’s Crying Now” (4). La canción es una balada cortita a la que frecuentemente acompaña la etiqueta de power ballad, aunque yo lo de power la verdad es que no lo veo.
El tema está gobernado por los teclados, que crean una vez más el entorno perfecto para la voz de Perry. El resto de los instrumentos se dedican básicamente a acompañar. De hecho, Schon se queda sin solo, siendo el otro elemento reseñable del tema el estribillo, precioso, en la línea del resto de la canción. Por último, hay que mencionar que “Open Arms” es uno de los temas que fue elegido para formar parte de la B.S.O. de la famosa película de dibujos animados “Heavy Metal” del año 1981, basada en los cómics de la revista homónima.
Pese a que ‘Escape’ no tuvo una buena recepción por parte de la prensa especializada del momento, fue el primer disco de Journey en alcanzar el número uno en el Billboard 200. Para 1994, había vendido la friolera de nueve millones de copias en EE.UU., donde además de esas nueve certificaciones de disco de platino, en 2021 logró alcanzar la certificación de disco de diamante al superar los diez millones de copias vendidas.
El éxito también se extendió a la vecina Canadá, donde alcanzó la certificación de platino en tres ocasiones. Sin embargo, en Europa el disco apenas tuvo repercusión y su posición en el puesto treinta y dos de las listas británicas es la marca más relevante que alcanzaron en el viejo continente. Que lo disfrutéis.
F. J. Villasante
¿Sabías que “Don’t Stop Believin’ es una de las canciones de rock más escuchadas en streaming?
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2 comentarios
Gran y extenso resumen hacia el 40 aniversario de uno de los mejores álbumes de los maestros del Rock Melódico como son JOURNEY junto con sus respectivos temas en directo y videoclips de sus temas más conocidos de dicho gran álbum. Feliz 40 aniversario.