75º aniversario del nacimiento de Lou Reed: 10 canciones para un día perfecto
2 marzo, 2017 12:58 pm 2 ComentariosPocos artistas poseen esa habilidad innata para hacer lo que les salga de los mismísimos y encima ser reverenciados por ello. Así era el poeta de los bajos fondos Lou Reed, que desafió a las fuerzas vivas también presentes en el rock n’ roll y transformó antiguos tabúes sociales como la prostitución o el abuso de drogas en verdaderas obras de arte. Con motivo del que hubiera sido su 75 cumpleaños, Alfredo Villaescusa bucea en su inmensa discografía para rescatar los diez temas fundamentales de un genio irrepetible.
1. Sweet Jane
Vale, esta es de The Velvet Underground, en concreto de su álbum de 1970 ‘Loaded’, pero no se entendería la trayectoria del visionario neoyorquino sin esta emblemática pieza que ha conocido diferentes versiones a lo largo de su carrera. Así, cuando se editó por primera vez, la parte central de la canción fue eliminada, aunque luego se recuperó en el directo de la Velvet ‘Live At Max’s Kansas City’. Y luego al poco de iniciar su periplo en solitario, en el mítico disco en vivo ‘Rock N’ Roll Animal’, apareció acompañada de una introducción de guitarra compuesta por Steve Hunter, que servía de preludio antes de la catarsis provocada por Lou al aparecer en escena y se prolongaba a lo largo de unos tres minutos antes de estallar en los reconocidos acordes.
En una entrevista de 2005, el miembro de The Velvet Underground Doug Yule admitió que dicho corte se terminó en el estudio justo cuando estaban a punto de grabar y que Lou sacó el riff principal tocando “con saña y muy alto” a través de su amplificador Sunn. Del mismo modo, fue variando la afinación a lo largo de los años cuando la interpretaba en directo y en un alarde humorístico hasta se permitió ironizar sobre su letra en “Gimme Some Good Times” de su trabajo ‘Street Hassle’. La imagen decadente y transgresora ya le empezaba a resultar cargante.
2. Satellite Of Love
Aunque en un principio iba a ser grabada por The Velvet Underground, acabó convertida en uno de los grandes himnos de su inmenso ‘Transformer’ y sirvió para certificar y también finiquitar la complicidad entre David Bowie y Reed. El británico por aquel entonces era toda una estrella interplanetaria tras ‘Ziggy Stardust’ mientras que el de Brooklyn andaba desorientado, sin saber qué hacer tras el fracaso de su homónimo debut en solitario. Bowie salió en tromba al rescate del ídolo caído, al que admiraba tanto que hasta le dedicó su “Queen Bitch”, y su aportación se materializó en unos arreglos perfectos, un Mick Ronson sublime al piano y el propio Bowie a los coros junto al trío de coristas femeninas The Thunder Thighs.
Aparte de ese ambiente tan nostálgico y sobrecogedor, la letra tampoco tiene desperdicio al relatar cómo un tipo observa por televisión el lanzamiento de un satélite al espacio y además de maravillarse por el progreso alcanzado también le cambia el chip y se pone celoso. Al parecer, le llega el chivatazo de que su novia se lo está montando con otros tres tíos. Esa órbita sí que de verdad debería ser de su interés.
3. Perfect Day
Otro hijo pródigo de la espectacular colaboración entre Bowie y Reed, aquí no existen pensamientos elevados, ya que se trata únicamente de la descripción de un día perfecto. No obstante, hay teorías que sugieren otra interpretación menos convencional que la que quizás aludía a la relación que el neoyorquino tuvo con Bettye Kronstadt. Por ejemplo, las estrofas “You just keep me hanging on” (ndr: Es por ti que aguanto) o “I thought I was someone else, someone good” (ndr: Pensaba que era otra persona, alguien bueno) no tienen por qué aludir a un cliché romántico convencional, sino que también podrían ser reflejo de una infelicidad subyacente, no en vano las letras irónicas han sido una constante en la trayectoria de Lou Reed.
Algunos señalan asimismo que el objeto de tanto amor devocional no es otro que la heroína, una sustancia que reaparece cada dos por tres desde los tiempos de The Velvet Underground. A este respecto, imposible no olvidar que este tema formó parte de la banda sonora del generacional filme ‘Trainspotting’, en concreto de aquella mítica escena en la que el protagonista Mark Renton sufre una sobredosis y se hunde en una alfombra de la que solo sale en el hospital varias horas después. El concepto de la perfección puede ser muy relativo.
4. Walk On The Wild Side
Con la vista puesta en un musical que nunca se hizo, Reed ganó de inmediato su cátedra en el ámbito de los parias y desheredados con esta suerte de semblanza de los días de la ‘factoría’ de Andy Warhol. Aquí en concreto se fija en varios travestis y personajes estrambóticos habituales de la casa como Holly Woodlawn, que a los 15 años se escapó de casa haciendo autostop hasta Nueva York, o Candy Darling, que ya había atraído la atención de Lou al dedicarle “Candy Says”.
Sorprende que tuviera tanta cancha en las ondas un tema que trata sin tapujos la prostitución masculina y el sexo oral como forma de vida, aunque en los Estados Unidos RCA editó una versión sin referencias al sexo oral. La expresión “colored girls” (ndr: chicas de color) tampoco gustó demasiado a los timoratos políticamente correctos de la discográfica, que por supuesto eliminaron para evitar susceptibilidades. Reed dijo que siempre le había gustado presentar a la gente “personajes que nunca habían conocido antes o que no quisieran conocer”. Hay que bombardearles con ella a los que recorren estos días la península en ese infame autobús transfóbico.
5. Sister Ray
The Velvet Underground podrían convertirse en ocasiones en un género en sí mismo, como en esta pieza de 17 minutos que sirvió de inspiración a luminarias del rock gótico como The Sisters of Mercy o Joy Division y hasta favoreció que se formaran bandas como The Buzzcocks cuando Howard Devoto puso un anuncio solicitando músicos para una versión de “Sister Ray”. El título, por cierto, es un guiño al líder de The Kinks Ray Davies, aunque la letra, por supuesto, va en otra dirección, al relatar una historia con hasta ocho personajes distintos en los que aparecen temas que a la larga serían recurrentes en la obra de Reed, como el travestismo, el abuso de drogas, la violencia o la homosexualidad.
Era un clásico con el que solían acabar sus conciertos e incluso Lou Reed también la rescataba de vez en cuando en su trayectoria en solitario, caso del directo ‘Live in Italy’. Pero su extensa duración con numerosas improvisaciones llegaba a exasperar a muchos; había una introducción llamada “Sweet Sister Ray” que podía alcanzar los 38 minutos. Ante semejantes idas de olla, ni siquiera el ingeniero de sonido parecía capacitado para aguantar aquello, por lo que le daba al botón de grabación y se daba por ahí una vuelta hasta que los muchachos cesaban en su afán experimentador. “Cuando terminéis, me avisáis”, les dijo, según recordaba Lou Reed al respecto. Los estudios no son lugares agradables para dormitar.
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2 comentarios
Chapó!! Me parece genial este recuerdo de un grande que es de los artistas que han sembrado mucho de lo que actualmente escuchamos los rocieros de ahora
Rockeros no rocieros claro