35º aniversario del ‘The Final Cut’ de Pink Floyd: 10 + 2 curiosidades

21 marzo, 2018 4:25 pm Publicado por  5 Comentarios

Ocupa un lugar menor en su discografía y muchos lo tachan como un mero disco en solitario de Roger Waters, pero Yorgos Goumas se ha empeñado en mostrarnos que dicho álbum se merece algo más que esto.

Antes que nada, hay que poner el redondo dentro de un contexto sociopolítico e histórico, aunque no deja de ser cierto que se encuentra profundamente marcado por el estado de la propia banda y por la vida de Roger Waters. A principios de los 80, Reino Unido seguía atravesando una grave crisis económica: el gobierno conservador de Margaret Thatcher intentaba controlar la inflación rampante y, aunque consiguió hacer la libra más fuerte, hizo que las importaciones fueran más baratas, lo cual llevó al cierre de muchas industrias y al consiguiente aumento del desempleo, el cual llegó al 12%. A nivel geopolítico, mientras la Guerra Fría se seguía cerniendo sobre la humanidad, el pacifista Waters veía cómo Thatcher enviaba las fuerzas británicas al otro lado del Atlántico para combatir en las Islas Malvinas.

El seno de la banda tampoco iba muy bien: Waters había despedido a Rick Wright en 1979, aludiendo razones de poca aportación a nivel creativo (Wright, por aquel entonces, atravesaba su propio inferno personal con divorcios y abusos de sustancias incluidas). Waters, por su parte, se sentía desilusionado por el resultado final de la película ‘The Wall’ (Alan Parker, 1982). Pese a tener todo en contra, 'The Final Cut' salió adelante impulsado por el deseo del bajista de homenajear a su padre fallecido en la Segunda Guerra Mundial y de reflexionar sobre si el sacrificio de él, y de tantos otros, de verdad había merecido la pena.

En un principio, el plástico estaba destinado a servir como banda sonora de dicha película, incluyendo temas nuevos y regrabaciones del ‘The Wall’; algo así como una segunda parte o extensión del legendario disco. Iba a llevar el título, por cierto, de ‘Spare Bricks’ (ladrillos de repuesto). Este contexto no le hizo mucha gracia a David Gilmour: “Volvieron a aparecer temas que habíamos descartado para ‘The Wall’. Si a nadie les habían parecido buenos por aquel entonces, ¿qué les convertía en buenos ahora?”, comentó el guitarrista. Tampoco estaba entusiasmado con el giro politizado y personal que estaba tomando la grabación, pero aparentemente nada o nadie podía parar al bajista y multiinstrumentista de realizar su visión musical, un comentario ácido y melancólico sobre el estado de la tan idealizada postguerra: “Veía cómo nos alejábamos de lo que se podría denominar un estado liberal hacia un estado de la época de Dickens bajo la batuta de Thatcher”, señaló Waters. Como comentamos, la Guerra de las Malvinas fue lo que le convenció al final para crear su propio disco de protesta. Gilmour intentó hacer que cambiara de opinión y las discusiones llegaron a tal punto que Waters amenazó a Gilmour de sacarlo como un trabajo en solitario. WatersGilmour Nick Mason (quien al final se alió con Gilmour) están de acuerdo en que aquellas sesiones fueron lo peor de su carrera, ya que la fisura era insalvable. Jamás volverían a trabajar los tres juntos.

10 + 2 curiosidades

  1. Tan desagradable para Waters fue su experiencia con la película ‘The Wall’ que, en el vídeo de “The Final Cut”, aparece con media cara en la penumbra hablando con un psiquiatra llamado A. Parker-Marshall, haciendo referencia tanto al director Alan Parker como al productor Alan Marshall. En el videoclip también aparece el actor Alex McAvoy, profesor odioso en ‘The Wall’, interpretando el papel de un veterano de guerra alcohólico. También reservó sus dardos envenenados para Parker en la letra de “Not Now John”.
  2. El estribillo de “Your Possible Pasts” es el que cita Pink (Bob Geldoff) en la película ‘The Wall’, en la escena en la que aparece acurrucado al lado del váter.
  3. “The Post War Dream” guarda muchas similitudes sonoras con “Sam Stone” de un artista de folk norteamericano llamado John Prine, el cual también habla acerca de un drogadicto veterano de guerra (esta vez de Vietnam).
  4. “The Hero’s Return” fue otro descarte de ‘The Wall’ (corte que, por aquel entonces, se titulaba “Teacher, Teacher”). Cuando sirvió como cara B del single “Not Now John” se le añadió un verso extra y se tituló "The Hero's Return (Parts 1 and 2)".
  5. En la edición remasterizada del 2003 aparece “When the Tigers Broke Free”. Aunque sonaba en la película ‘The Wall’, sólo había estado disponible como single y en el recopilatorio ‘Echoes’ (2001).
  6. Michael Kamen (1948-2009), compositor de bandas sonoras como "Highlander", "Arma Letal" o "La Jungla de Cristal" y arreglista de Queen, Metallica, Brian Adams, Rush, entre muchos otros, había trabajado en "The Wall". Después de la “despedida” de Gilmour, asumió las labores de producción. Aparentemente, se quedó tan afectado por el mal ambiente imperante, que en un momento dado fue pillado por Waters escribiendo hoja tras hoja y en pleno proceso de grabación la frase “I must not fuck sheep (no debo follarme ovejas)”.
  7. El título del disco hace referencia a la cita de Marco Antonio hacia Bruto en la obra de William Shakespeare ‘Julio Cesar’ (1599): “This was the most unkindest cut of all”. La frase afirma que la puñalada más dolorosa y más traicionera de todas las asestadas contra César fue la hecha por Bruto, ya que era como un hijo para él. En la foto de la contraportada aparece un oficial británico con un puñal clavado en la espalda... ¿es necesario explicar la metáfora? ‘The Final Cut’ también puede hacer referencia al montaje definitivo de una película antes de ser proyectada en los cines, otro guiño a la amarga experiencia de Waters con ‘The Wall’, ya que no pudo tener el control artístico. No en vano, el soldado, en la misma foto, sujeta una lata de película de 35 mm. En el contexto del tema homónimo, es una continuación de la narrativa del “The Wall” sobre el suicidio, un suicidio que el protagonista Pink no tuvo las agallas de llevar a cabo.
  8. El saxo está tocado por Raphael Ravenscroft (1954-2014), conocido por su poderosa interpretación en el clásico de Gerry Rafferty, “Baker Street” (1978) y que también trabajó con Mike Oldfield, Robert Plant y Chris Rea, entre muchos otros.
  9. Para “Two Suns in the Sunset” tuvieron que contar con los servicios de un batería de sesión, Andy Newmark (David Bowie, Roxy Music, Carly Simon), ya que Nick Mason se mostró incapaz de tocar los complejos cambios de tempo.
  10. “The Fletcher Memorial Home” habla sobre una ficticia residencia de ancianos en la habitan líderes de aquella época como Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Leonid Brezhnev o Menachem Begin. Waters fantasea aplicándoles “La solución final”, ya que les considera responsables de muchos de los problemas políticos de entonces. La residencia tiene el nombre del padre de Waters, Eric Fletcher Waters. Aunque fue declarado muerto en combate en la batalla del Anzio en 1944, su cuerpo nunca fue recuperado, motivo por el que, durante un tiempo, la familia Waters vivió con la vana esperanza de que volvería vivo algún día.
  11. Aunque el tema “The Gunner’s Dream” habla sobre la muerte de un ametrallador que salta en paracaídas desde su bombardero en llamas sobre Alemania y sobre el sueño de que su muerte no fue en vano, también hace referencia a los ataques terroristas del IRA que sacudían al Reino Unido por entonces. Una teoría añadida es que el título también se refiere a los Gunners, que es el apodo de los jugadores de Arsenal F.C., ya que Waters es seguidor del equipo.
  12. Una rara edición japonesa del single “Not Now John” de 7 pulgadas fue vendida por tres mil cincuenta dólares en eBay en julio de 2013.

¿Por qué hay que apreciar ‘The Final Cut’?

A nivel de temática, han tachado a ‘The Final Cut’ de estar demasiado encuadrado en un espacio de tiempo concreto, algo que limita su relevancia con el paso de los años. Sin embargo, si cambiamos la Guerra Fría por la globalización, los líderes mencionados en el disco por los actuales, la desilusión con el sueño derribado de la posguerra por la desilusión sobre el mundo actual (con el fracaso que supone el experimento de la Unión Europea) y el miedo a un holocausto nuclear por la amenaza terrorista, podremos ver que las cosas siguen igual.

Además, creo que los sentimientos de pérdida a raíz del sacrificio, aparentemente inútil, del progenitor de Waters al altar de la política, y el sentimiento de culpa y de no pertenecer a ningún sitio de los sobrevivientes de la guerra, pueden resonar entre nosotros mucho más que el concepto de un músico de rock caprichoso que se siente incomprendido, lo cual enmarcaba a  ‘The Wall’. No solamente creo que podamos extrapolar su relevancia en el contexto actual, sino que lo cierto es que tampoco se aleja de la propia temática de la banda: aislamiento, agobio por la vida moderna, la muerte, etc.

A nivel musical se podría achacar una cierta continuidad con ‘The Wall’, pero el cuidado a los detalles, el uso de efectos de sonido, la producción y la narrativa podrían estar a un nivel superior. Gracias a la labor de James Guthrie (Toto, Queensrÿche) en las mezclas con el sistema de grabación binaural, el trabajo contiene muchísimas capas sonoras que sólo se pueden apreciar totalmente con cascos. Es uno de los pocos álbumes que poseen un sonido en 3D.

Tema a tema

El disco arranca con las preguntas pertinentes en “The Post War Dream”: ¿Qué paso con la soñada post guerra? ¿Para qué murió Jesucristo en la cruz? ¿Fue por eso por lo que mi padre murió? ¿Por qué los trabajos se han trasladado a Japón y en Inglaterra se cierran los astilleros?” La tónica del disco se establece para la llegada de “Your Possible Pasts”, la cual tiene un cierto aire a lo “Comfortably Numb” y cuenta con un buen solo de David Gilmour. En “One of the Few” (sobre el sentimiento de culpabilidad de haber sobrevivido la guerra, basada en conversaciones de Waters con veteranos de la guerra) y “The Hero’s Return” es donde hace acto de presencia el carácter del profesor que aparecía en ‘The Wall’. Son dos cortes que sobraron de las sesiones de ‘The Wall’ pero que muestran el mejor Waters a nivel vocal, con altibajos de intensidad y variedad de estilos vocales. Supera todo lo que había hecho anteriormente. Por su parte,  “The Gunner’s Dream” hace buen uso de los efectos de sonido para acentuar la narrativa descrita previamente. Mención aparte merecen el piano de Kamen, la orquesta y el solo de saxófono (fijaos cómo se disuelve la voz de Waters antes del solo, al igual que lo hacía en “Sheep”), elementos que ponen las bases emocionales para una de los canciones más relevantes del disco.

“Paranoid Eyes” tiene una línea de piano muy emotiva, casi góspel. En este corte, los efectos de sonido acentúan la narrativa a nivel cinematográfico. Posee reminiscencias musicales de “Mother” y de “Vera”. “Get Your Filthy Hands of my Desert” es una crítica directa al imperialismo y es una variación del “When the Tigers Broke Free”. “The Fletcher Memorial Home” es otro tema con fuertes reminiscencias del ‘The Wall’, con arreglos orquestales oníricos y épicos. La melancolía, la ironía y la ira van de la mano aquí de manera magistral y Gilmour se marca otro solo marca de la casa. “Southampton Dock” es una pista para guitarra acústica, piano y orquesta que hace referencia al puerto de esta ciudad, desde donde embarcaban los soldados británicos para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Los arreglos orquestales tienen reminiscencias de los de “Comfortably Numb” y, junto con el solo de Gilmour, hacen que esta composición sea lo más cercano al sonido del ‘The Wall’. De hecho, contiene un trozo de otro descarte de aquella sesiones que se llamaba “It’s Never Too Late”. De la homónima “The Final Cut”, con la inestimable presencia de Michael Kamen, pasamos a “Not Now John”, corte que recordará al “Young Lust”. Sin duda, estamos ante uno de los más heavies de la carrera de la banda. Es una crítica feroz al globalismo, la deslocalización de empresas y la corrupción. Por aquel entonces, Japón se convertía en el mayor exportador de bienes de consumo del mundo. La rabia conduce la composición; la palabra “fuck” suena muchas veces. Finalmente, “Two Suns in the Sunset” (dos soles al atardecer) no hace referencia al planeta Tatooine, sino al brillo de una explosión nuclear en el este mientras el sol se pone.

En definitiva, un disco trascendental y con un fuerte mensaje humanista que merece que le deis una segunda oportunidad.

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Esta entrada fue escrita por Yorgos Goumas

5 comentarios

  • Anónimo dice:

    Felicitaciones por esta crónica, me parece estupenda

  • Cuni dice:

    Excelente reseña, felicitaciones!

  • Luisa dice:

    Me parece muy acertado lo que dice. The final cut es otra obra magnífica de Waters, rica y minuciosa en significados, rica y minuciosa en su interpretación vocal.

  • CESAR CAMILO CUEVAS PALMA dice:

    Uno de mis discos favoritos de Pink Floyd. La voz de Waters soberbia, emocional y melancólica hasta las lágrimas. Es mi compañero habitual en momentos de desolación...que son muchos... armoniza perfectamente con ese estado e impide la solución final, porque es catártico!!

  • Miguel Hernández dice:

    Excelente análisis de esta brillante obra eclipsada por su antecesora, el Muro.

    Gracias por acercarnos a un contexto político y social que es difícil de que resulta esencial para entender el disco

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