Hace justo un año que conocíamos los primeros adelantos de esta “nueva” banda, y poco después estábamos en El Sol viviéndolo en carne y hueso. ¿Qué tal es el balance de este primer año de reinado anfibio?

“Muy esperanzador. Piensa que nos metimos hace poco más de un año aproximadamente en el estudio y no hemos parado de trabajar y de sumar día a día. Esto está creciendo poco a poco, a muy buen ritmo, gracias en parte a todos los nuevos seguidores que se van incorporando y van empujando el carro. Todo lo que está consiguiendo el grupo nos está poniendo más las pilas y nos reafirma que es sólo el principio y que hay mucho camino por recorrer. Estamos en un momento maravilloso eso no te lo ponemos negar”.

Quizá por haberos seguido desde los inicios de Eldorado, y ser los mismos menos uno, algunas frases, e incluso canciones, del disco me han parecido teledirigidas a asuntos del pasado. ¿Hay algo de esto o solo me lo ha parecido a mí?

“Las canciones siempre hablan de experiencias y sentimientos pasados y presentes. Pero si te refieres explícitamente a Eldorado, fueron años buenos y complicados también, pero no nos ponemos a escribirle canciones a aquella época. Preferimos recordar los buenos momentos y estamos centrados en nuestro presente que se llama  ahora King Sapo”.

Podría parecer que faltaba un bajista y se llamó a Solís, pero teniendo en cuenta que todo el proceso ha corrido a cargo de Juan de Dios Martín, ¿se unió Solís a los demás, o fue el trío el que se metió en el universo de Solís?

“Ambas cosas. Solís es un torbellino rockero, lleno de energía y con mucha experiencia en todos los sentidos. Nos juntamos en el momento adecuado y encajamos. Hubo una sinergia completa de los cuatro y se formó el universo maravilloso y de amistad total que se llama King Sapo, donde todos empujamos y hacemos un equipazo muy eficaz.  No sólo artísticamente en la composición sino en todos los aspectos que completan una banda”.

¿Qué tal fue la experiencia de crear este disco respecto a las anteriores grabaciones que habíais realizado?

“Muy satisfactoria. La verdad es que la manera de trabajar de Juande era totalmente diferente a anteriores experiencias con otros productores. Encajó perfectamente, es una persona que sin darte cuenta se convierte en el quinto elemento que necesita la banda y además transmitía todo el entusiasmo del mundo. Trabajar así da gusto, es todo fluido y con muchos espacios para explayarse cada componente, pero a la vez Juan sabe perfectamente guiarte para encontrar lo que todos en verdad buscábamos. En Estudio Uno sentíamos que todo encajaba, que estábamos creando algo muy grande. Fue una experiencia inolvidable”.

Por la costumbre de escuchar a Jesús también en inglés, algunas canciones me da la sensación que también quedarían bien encajadas en ese idioma. ¿Se acabó duplicar el trabajo o se verá con el tiempo?

“Cuando empezamos a componer y darle forma a King Sapo estábamos muy abiertos a todo y con ganas de explorar. De hecho, los temas e ideas que iban aflorando apuntaban a lugares donde no habíamos estado antes.  Respecto a la manera de transmitirlos teníamos muy claro que iba a ser en español, pues al final es el nuestro y el que más nos llega. Sabíamos que era un reto y nos encantó ver que funcionaba a la perfección, mejor que nunca. Además, las pocas esperanzas de doblarlo al inglés se desvanecieron en seguida. Cayeron por su propio peso”.

“Hablando con árboles” me ha sorprendido mucho. ¿Nos contáis más de esa casa en la que hay sombras y pianos encantados?

“Habla sobre la soledad, es una canción lúgubre, fría y húmeda. Viento, hojas... frío. Sientes que te quedas cada vez más solo. Te das cuenta de que la soledad te rodea y acabas hablando solamente contigo mismo”.

Además de los primeros adelantos, temas más directos como “Afrodita Blues” u “Hombre humo”, me han encantado aspectos nuevos que veo en “Alguien como tú”, “Libre” o “Lume”. ¿Qué nos podéis contar sobre ellos?

“Como comentamos antes, King Sapo es un universo totalmente nuevo y abierto a nuevas experiencias. Esas tres canciones que mencionas son muy directas y explosivas y además puede que se acerquen también un poco más a terrenos de rock más actuales. Aunque no está nada premeditado, simplemente son tres temazos, si me permites, muy Sapo como decimos nosotros”.

Tanto por el estilo musical como por la trayectoria anterior ya recorrida, el rey sapo debería mirar fuera de nuestras fronteras, ¿está eso en mente?

“En ello estamos. Pero en vez de Europa esta vez estamos centrados en cruzar el charco. Hemos tenido una aceptación gigantesca en Latinoamérica que nos ha sorprendido. Incluso fuimos preseleccionados en dos categorías a los Grammy Latimos. Todo lo que está ocurriendo es genial. Así que sí estamos enfocados y trabajando para que pronto podamos llevar nuestra música por allí”.

Lo primero que habéis hecho ha sido montar una gira tremenda que vuelve a Madrid un año después. ¿Qué tal ha ido y qué sorpresas o cosas inesperadas os habéis encontrado? (Si eso es posible a estas alturas)

“Pues todo ha ido como la seda, y la respuesta ha sido abrumadora. Queríamos empezar desde abajo, hacer buena base y así ha sido. Estamos en un momento perfecto y queremos poner la guinda en Madrid con el concierto en la Sala Cool del 21 de noviembre. Hemos flipado este comienzo de gira con la respuesta del público, de crítica y, sobre todo, la verdad, con la cantidad de merchan que estamos vendiendo y firmando después de los conciertos. Es señal inequívoca que algo va muy bien. El rock and roll sigue llegando ¡España va bien! (risas)”.

Veo fechas hasta entrada la primavera. ¿Cuáles son los planes del Rey para 2020?

“Mucho curro. Esto acaba de empezar, estad atentos a nuestras redes porque tenemos muchas cosas que anunciaros en las que estamos ya trabajando para que todo el mundo pueda conocer King Sapo”.

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