No había tenido oportunidad de hablar con vosotros hasta ahora y siempre me asalta la misma duda. Antes de pasar a lo actual, ¿qué os hizo decantaros por montar una banda de rock instrumental y no buscar un elemento más en forma de voz?

“Pues realmente queríamos dar un espacio a la música que no tenía, me explico, la mayoría de bandas siempre han estado o están enfocadas hacia un tipo de voz y nosotros queríamos dar el total protagonismo a la música, que en sí misma ya es un lenguaje, se puede expresar mucho sin decir una sola palabra. Dicho esto, nunca nos negamos a experimentar nada, no ha surgido aún la necesidad de tener que meter una voz, igual que no hemos metido nunca una trompeta, por ejemplo, si algún día creemos que en alguna canción puede quedar bien una línea vocal, no dudaremos en meterla, pero básicamente, somos una banda instrumental”.

Tras dar en el clavo, por las opiniones que he leído, en el disco anterior, ¿cómo ha sido afrontar este siguiente paso? ¿Una responsabilidad desconocida hasta el momento?

“Sabíamos que ‘Winterize’ era un trabajo inmenso y de ahí el reto de mejorarlo con ‘Meraki’, pero sinceramente tampoco fue una presión excesiva para nosotros, el crear con total libertad y no tener que estar atado a ningún estilo en concreto nos deja hacer básicamente lo que queremos, no hay más limites que los que nosotros nos ponemos y no solemos ser muy estrictos con ese tema. Las canciones, a medida que se van construyendo, son las que te piden esto o lo otro, nos dejamos llevar”.

Me he dado cuenta de que en la crítica que hice del disco utilicé mucho la metáfora de “aplastar” para hablar de vuestra música, ¿la contundencia en el sonido es una de esas cosas que no se estudian, pero que hay que saber gestionar?

“Efectivamente. Notamos hoy en día, sobre todo en la música metal, que muchas bandas utilizan afinaciones muy graves y un tipo de producciones que si bien te pueden dar un matiz en ciertas canciones en otras quedan totalmente diluidas y muy limitadas. Nosotros apostamos por jugar con diferentes afinaciones que te dan más juego a la hora de crear los colores que hay dentro de una canción, se puede tener una base muy potente sin tener que estar afinado constantemente en LA, por ejemplo”.

¿Las referencias más exóticas que se aprecian en este disco provienen de experiencias personales directas o de influencias musicales?

“Una mezcla de ambas. Somos consumidores de mucha música y de diferentes estilos, si solo te limitas a escuchar un tipo de música estás muerto compositivamente y evidentemente como artistas o creadores de algo, siempre te influyen aspectos de tu vida o experiencias vividas, viajes, lugares, personas… Es una coctelera en la que si mezclas bien los ingredientes pueden salir cosas muy interesantes”.

Etiquetas como post-rock o metal progresivo pueden parecer sinónimos de complejo, intrincado y hasta aburrido. ¿Cómo se ha planteado un disco de siete cortes para no caer en ninguno de estos adjetivos? ¿Tema a tema o había un hilo común?

“Las etiquetas básicamente se crean para dar una idea de a qué puede sonar una banda o en qué estilo la puedes cuadrar. Nosotros siempre decimos que hacemos rock instrumental, no nos interesan mucho los adjetivos que le quieran dar a nuestra música. Creo que es al contrario, lo complejo e intrincado lo hace más interesante que una canción al uso, tiene más matices, más colores, más cosas por descubrir que no se hace en una primera escucha. Siempre hemos dicho que nosotros no hacemos música para divertir a nadie, para eso ya hay muchas bandas y estilos, creemos en los consumos lentos de una obra musical y si tiene dentro cosas que la hagan más interesante, mucho mejor”.

Por cierto, veo que una cosa que se “criticó” del anterior fue su duración, ¿es casualidad que este nuevo dure media hora menos?

“Pues como te decía antes, las canciones son las que lo piden, quizás en este disco hemos querido hacerlo todo un poco más accesible, aunque nunca hemos hecho nada que no lo fuera, a nuestro entender. Pero sí, se buscó que las canciones fueran diferentes entre sí y que fueran un poco más frescas y cortas, sin perder nuestra personalidad y añadiendo cosas que nos identifican como algunos pasajes progresivos, sin ser una banda de rock/metal progresivo al uso”.

“Dépaysement” yo he dicho que me recuerda más a la parte más épica o emocionante de Baroness por ejemplo, pero seguro que vosotros tenéis un mejor referente y seguro que una mejor historia para la que puede ser la joya de la corona del disco.

“Pues Baroness quizás es una de las bandas que más nos gustan y escuchamos, tienen esos desarrollos melódicos con las guitarras de los que somos muy fans, y además siempre en sus grabaciones tienen un sonido muy peculiar y añejo que a nosotros nos gusta. Digamos que es una banda distinta. “Depaysement” fue de las primeras canciones que se hicieron para este disco y todavía creemos que arrastra cierto recuerdo de la forma de hacer las canciones de anteriores discos”.

El estilo hace pensar que sí, pero, ¿sois muy perfeccionistas a la hora de dar el último lijado al disco? ¿Preferís la grabación perfecta o más natural?

“Sí, somos muy obsesivos en el estudio, nos gusta ver cada detalle, cambiar cosas sobre la marcha que creemos que a lo mejor no cuadra del todo, investigar en el estudio con otros sonidos que quizás a la hora de la composición no se te hubieran ocurrido, pero básicamente sí, nos gustan las grabaciones perfectas, luego en directo cambiamos cosas y probamos otras, etc.”

 “Duality” o “Katabatic” son ejemplos de temas capaces de pintar imágenes en la mente del oyente. ¿A la hora de buscar un diseño o imágenes para ilustrar el disco tenéis esto en cuenta y lo subjetivo que puede llegar a ser?

“De eso se trata. La subjetividad creo que va intrínsecamente relacionada al rock instrumental. Nosotros damos una idea de lo que hay dentro del disco con cada título de canción, artwork… Pero lo bueno de no tener voz es que nadie te está retrasmitiendo algo concreto, tu imaginación puede volar a través de las melodías y ritmos y eso es el verdadero arte. Nosotros hacemos algo que para que cobre su verdadera dimensión tiene que meterse en el alma del oyente final, ahí se cierra el círculo completo”.

Tras las primeras presentaciones llega ya el momento de viajar. ¿Resulta más sencillo al carecer de barrera de idioma? ¿Seguís yendo con el pico y la pala bien afilados o ya sabéis que tenéis una base de público creada fuera del país?

“El pico y la pala en este mundo musical tienes que tenerlo siempre por bandera, nadie te regala nada, ni en España, ni fuera, no te puedes relajar lo más mínimo y tienes que dar lo mejor de ti siempre en el escenario. La base de público no llega de la noche a la mañana, si eres una banda seria y quieres ser tomada en serio tienes que ir donde sea y tocar para tener unos pilares fuertes. Hoy en día vemos muchas bandas que trabajan mucho su imagen en redes sociales y demás y luego los ves en directo y se te cae el alma a los pies, porque no suenan. Lo uno sin lo otro no sirve para nada porque serás flor de un día, hay que jugársela, salir al mundo y llevarte hostias también, si lo haces y no caes en el intento serás una banda de verdad y podrás remar durante mucho tiempo, pero nadie te va a regalar nada que tú no trabajes antes”.

Aunque sea como comparar a Iron Maiden y Guns N’ Roses, vais a tener una comparación siempre presente con cierta banda madrileña (Toundra), sea para bien o para mal, ¿es algo de lo que os queréis deshacer o no hace ningún mal?

“Bueno, creo que es la comparación fácil y que siempre se hace con cualquier banda de instrumental. A nosotros nos encantan, pero creo que estamos en puntos musicales diferentes aunque funcionaríamos bien en un concierto juntos”.

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