Crónicas
Whisky Caravan: Un ejército en la guerra
«Nos quedamos con vosotros, aunque no haya ningún lugar al que ir, porque siempre conseguís que la música nos vuelva a salvar. Seguiremos en el frente peleando con vosotros para que regresen las luciérnagas.»
18 enero 2020
Joy Eslava, Madrid.
Texto: Anna Moher. Fotos: Jorge Bobadilla
Whisky Caravan abordaba la Joy Eslava para grabar su primer disco en directo, un paso más en la carrera de los madrileños, que han cogido una velocidad vertiginosa en los últimos años, desde ese ‘La guerra contra el resto’ con el que han conseguido posicionarse como uno de los relevos más claros de la escena del rock estatal. Lo que nos quedó claro durante el concierto fue que en esa guerra, cuentan con un ejército dispuesto a subirse a la caravana y defender a la banda contra viento y marea.
Ya venían avisando que iban a empezar sin ningún tipo de preámbulos, y así sería. El despliegue de una pantalla precedió a la entrada de los integrantes del combo, que de forma directa y sin pensárselo dos veces se tiraron al campo de batalla con “Vidas de un solo tren”. Sin apenas descanso entre corte y corte, continuaron con “Días de niebla”, tras la cual el cantante, Danny Caravan, se hizo con la guitarra para entonar los primeros acordes de “Mis últimas piezas”. El músico se pasaría el resto de la velada combinando partes en las que ejercía de guitarrista y otras en las que se centraba solamente en la voz y en cantarnos, con ese aura casi hipnótica, las historias de las que están hechas las canciones de los tres álbumes de Whisky Caravan, de los que no tuvimos una dosis equitativa, puesto que en el setlist predominaron ‘Lo que nunca encontraré’ y ‘La guerra contra el resto’.
Para el tema que da título a ese último redondo, “La guerra contra el resto”, el ambiente estaba más que caldeado. Cabe resaltar en este punto que la Joy estaba hasta los topes, desde la parte de abajo, en la que apenas cabía un alfiler y una no se podía mover, hasta los dos palcos, en los que la gente se agolpaba en primera línea de fuego para no perderse ni un detalle. El respetable continuó dándolo todo en “Más de ocho vidas” y en “Donde ella duerme”, en la que se dio un momento remarcable cuando Danny Caravan, Víctor Fraile, Alberto Martínez y Sergio Luna se encararon a Marcos Martínez a la batería, en una especie de casi coreografía.
Uno de los instantes más emotivos se dio cuando proyectaron un vídeo en el que una chica se exponía y hablaba de sus inseguridades y preocupaciones, desempeñando la función de introducción para el siguiente tema, “Aviones”. Después de una canción tan profunda como esta, Whisky Caravan decidió cambiar de tercio para tocar una de las más movidas y positivas que han sacado en toda su carrera, “Más de alguna vez”.
Especial fue también “Solo un susurro”, para la que subió al escenario Jorge Sidera “Lucky”, el anterior bajista de la banda, que sería sustituido por Sergio Luna, volviendo así este a la formación. Las manecillas del reloj enorme que apareció en la pantalla marcaron la cuenta atrás para “Agujas de un reloj”, que abrió camino a “Si vas a disparar”, “A salvo en el dolor” y “Aquí y ahora”.
Las luces del teatro pasaron a ser tenues en ese instante, en el que Danny se quedó solo en el escenario, tan solo acompañado por el micrófono y por la guitarra. Cuando todo el recinto ya estaba emocionado con “Quiero”, uno de esos temas que te recuerda a esas personas que quieres y a las que solo les deseas lo mejor, el frontman sorprendió mezclando los conocidos estribillos de “¿A qué tienes miedo?”, otra de las más íntimas del conjunto madrileño. Increíble la mezcla entre ambas historias y difícil que no se saltasen las lágrimas, como le pasó a una servidora.
Tras tocar esas canciones dotadas de tanta sensibilidad, continuaron con dos más potentes, “Escombros” y “Naufragio”. Por último, como no podía ser de otra manera, se despidieron con “Hacia ningún lugar”, aunque en esta ocasión decidieron dejar a los presentes entre extrañados y con la boca abierta, al meterle unas estrofas de “La vereda de la puerta de atrás”, de Extremoduro, quizás como pequeño guiño al anuncio de la gira de despedida de Robe Iniesta y compañía.
En definitiva, fue un concierto en el que, tanto nosotros los fans (de todas las edades) como los propios Whisky Caravan, nos dimos cuenta de la cantidad de gente que está luchando con nosotros, cantando a nuestro lado, haciendo nuestras esas letras con las que nos sentimos tan identificados y llevamos por bandera. Nos quedamos con vosotros, aunque no haya ningún lugar al que ir, porque siempre conseguís que la música nos vuelva a salvar. Seguiremos en el frente peleando con vosotros para que regresen las luciérnagas.
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4 comentarios
Lo veo de puta madre que grabasen este concierto en una de las mejores salas rockeras de Madrid porque según he visto por aquí lo bordaron ante sus paisanos junto con esos buenos temas que ostentan los madrileños.