Crónicas

The Darkness: Permiso para despegar

«No fue el concierto más divertido que le he visto a la banda, pero por descontado que me hizo pasar un buen rato»

30 enero 2020

Sala La Riviera, Madrid

Texto: Juan Destroyer. Fotos: Alejandro Rico

Cuando en 2003 The Darkness se convirtió en la banda de moda con su extraordinario ‘Permission to Land’, sin duda uno de los elementos clave para llegar al gran público fue un estrafalario sentido del humor. No obstante, más allá de los histriónicos falsetes y el colorista vestuario de Justin Hawkins, las canciones eran buenas, muy buenas. Se pusieron el listón muy alto y por desgracia tanto para ellos como para sus seguidores, la banda nunca volvió a brincar con tanta altura como en su debut discográfico.

Desde entonces hemos presenciado otros cinco LPs en los que, progresivamente, y aunque el componente humorístico siga siendo parte de su seña de identidad, The Darkness se ha vuelto una banda más seria. ‘Easter Is Cancelled’ es su acometida más decidida para lograr desprenderse de la sombra de ‘Permission to Land’ y despegar hacia nuevos horizontes, y lo es porque en la presente gira la banda ha adoptado el riesgo de interpretar, de principio a fin, el último disco. Su poder de convocatoria no se resintió, al menos en Madrid, pues La Riviera le quedaba grande al grupo hasta en pleno hype, y ni en las dos anteriores ocasiones ni en esta se vio la sala con una entrada tan moderada como para hablar de fracaso.

DZ Deathrays empezó pronto su actuación y, por motivos laborales, no accedí al recinto hasta el momento en que estaban interpretando la última canción, así que no puedo decir nada, ni bueno ni malo, sobre los australianos.

El ver al bajista Frankie Poullain tocar brevemente el teclado en la intro de “Rock and Roll Deserves to Die” ya da un poco la medida de que la banda -vestida de blanco y amparada por una pantalla de vídeo con la que engalanar las canciones - quiere crecer. Justin comienza cantándola entre bambalinas, entrando en el escenario coincidiendo con el primero de sus chillidos imposibles. La guitarra se le escucha un poco baja, al menos desde el lateral izquierdo donde me encontraba, desluciendo algunos de sus solos, aunque poco a poco iría ganando volumen en la mezcla.

El último disco está molón, pero tocarlo de cabo a rabo no ayuda a mantener nuestro entusiasmo en vilo, y hay otro factor que tampoco contribuyó a alimentar nuestra emoción: para lo que es Justin, un frontman carismático y tremendamente jovial, le vi un poco apagado en esta primera parte del show. Pero bueno, que disfruté del dulce “Heart Explodes” y el ritmo cargado de timbales de Rufus Tiger Taylor; me reí cuando Dan Hawkins me descolocó totalmente calzándose una gorra para cantar en plan metalcore la parte más cañera del cachondo “Heavy Metal Lover”; y me gustó esa adaptación mucho más intimista, a guitarra acústica y voz, que hizo Justin del bombástico “We Are the Guitar Men”.

Lo que pasa es que en cuanto Frankie regresa al escenario y se pone a vacilarnos con el cencerro, te das cuenta de que en la segunda parte del concierto la actitud del grupo va a ser otra. El mono negro de encaje del mayor de los Hawkins es un escándalo que no hace sino acrecentar las ganas de guasa que suscita “One Way Ticket”. El amenazador “Barbarian” es sucedido por la energía positiva que desprende “Growing on Me”, y si con “Japanese Prisoner of Love” llega lo más heavy de todo el repertorio, esa maravilla de power ballad llamada “Love Is Only a Feeling” pone la nota más tierna.

La fiesta vuelve por todo lo alto con “Givin’ Up” y el “fuck” que nos saluda desde la pantalla. Su heavymetalera versión de Radiohead, “Street Spirit (Fade Out)”, viene con un recuerdo a “While My Guitar Gently Weeps” (The Beatles). En “Get Your Hands Off My Woman” constatamos que el cantante sigue en plena forma cuando hace el pino puente y choca sus pies al son de la canción, incitándonos a que demos palmas.

Se retiran momentáneamente de nuevo. A su regreso, a Justin le tienen que ayudar a quitarse la parte de arriba del mono, pegada a su cuerpo por el sudor, mientras que el bajista bromea tocando unas notas del clásico del blues “I Just Want to Make Love to You” (“Solo quiero hacerte el amor”). Más que iba a sudar con “Black Shuck”, canción que, por cierto, no tocan en todos los shows, así que podemos sentirnos afortunados. La que no puede faltar, ya para acabar de verdad, es “I Believe in a Thing Called Love”.

No fue el concierto más divertido que le he visto a la banda, pero por descontado que me hizo pasar un buen rato.
Repertorio:

01. Rock and Roll Deserves to Die
02. How Can I Lose Your Love
03. Live ‘Til I Die
04. Heart Explodes
05. Deck Chair
06. Easter Is Cancelled
07. Heavy Metal Lover
08. In Another Life
09. Choke on It
10. We Are the Guitar Men
11. One Way Ticket
12. Barbarian
13. Growing On Me
14. Japanese Prisoner of Love
15. Love Is Only A Feeling
16. Solid Gold
17. Givin’ Up
18. Street Spirit (Fade Out) – versión de Radiohead
19. Get Your Hands Off My Woman
20. Black Shuck
21. I Believe in a Thing Called Love

@JuanDestroyerMR 
@juandestroyeroficial

 

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Esta entrada fue escrita por Juan Destroyer

4 comentarios

  • Juandie dice:

    Con estos 21 temazos solo puede salir un gran concierto para los herederos del sonido QUEEN como son THE DARKNESS y que esa noche en la capital lo volvieron a bordar como suelen acostumbrar a través de su divertido y cañero directo. Sin duda una banda muy querida por estos lares.

  • Juandie2 dice:

    No veo ningún concierto pero opino de todo y estoy muy al día, soy el troll de la web, el niño especial

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