Rulo & La Contrabanda: Celebración

La nueva bajista, Laura Gómez, Rulo al piano, y su inseparable Fito a la guitarra.

Fui crítico con ‘Basado en hechos reales’, y no por reblandecer los sonidos hasta dejarlos en los huesos; ni siquiera porque salvo alguna contada excepción, todo el LP se armara de medios tiempo y baladas. Tampoco porque su vena cantautora se hubiera merendado a la rockera. Simplemente que, aún pareciéndome un gran disco, la enorme cantidad de edulcorante incluso suavizaba las partes más desgarradas. Y en un compositor del calibre de quien hoy nos ocupa, gusta que las heridas se expongan sin tiritas.

Ojo, no estoy en contra de la evolución ni de la madurez musical, al contrario: por norma suele gustarme. Por ello estaba allí una vez más, la enésima, dispuesto a disfrutar de otro “no hay entradas” más del cántabro y sus chicos. El primero de tres, por cierto.

Rulo & La Contrabanda hacen acto de presencia con suavidad, con una cuidadísima puesta en escena que se acoge a toda la brisa cinematográfica que colorea esta nueva etapa. Para ello engalanan el fondo con un panel de luces de esos de los cines clásicos, cuyo cartel anuncia el nombre del combo junto al lugar donde se encuentran. Suma un bonito, efectivo y vintage juego de luces, y tenemos un acogedor escenario para recrear tonadas de lija y terciopelo.

A la señorial “Todavía”, que les saca de camerinos, se une una muy coreada “Verano del 95”, megáfono en mano y cambio de acústica por Telecaster. Celebro que Rulo pueda darse el gustazo de seguir los cauces naturales de la música antigua, aquélla que permitía hacer un disco y después salir a la carretera a presentarlo sin tener que recortar el número de temas nuevos que exponer ante el personal. “Me gusta” y “Me quedo contigo” revolucionan la velada, pero empequeñecen ante la majestuosidad y el entusiasmo que puso el público a “Mi Cenicienta”.

“Noviembre” pone los pelos de punta siempre, en La Riviera, en tu casa, en el coche o donde quiera que escuches música. De nuevo a tiempos modernos para hacer “Mal de altura”, en la que con la acústica arpegia y solea con amor. Deja todo para sólo con micro enfrentarse a “Bienes y males”, colando el “Rokin’ in the free world” antes de retirarse para que sea Fito el que se cante “Objetos perdidos”; rocanrol en vena que se estira con “Tu alambre”.

“Polaroid”, en la que Rulo se sienta en una banqueta, se bajan las luces, y la distorsión contundente y entrecortada se lleva por delante el ritmo acústico, abre un temporal tortuoso que culmina con “Las señales” y “Heridas del rock and roll”. El daño ya está hecho; para sacudírselo, “La flor” y “Pa’quí pa’llá” rematan un conglomerado inolvidable. El dolor hecho canción vuelve a la vida, como siempre que suena, en “Por verte sonreír”, donde las numerosas parejas que andaban por allí celebrando San Valentín alcanzaban el culmen emocional.

Dos más de las nuevas para largarse: “Como la luna”, donde aprovecha para presentar a la banda y hacer que junto a la melodía del corte coreemos el nombre de cada miembro que, por cierto, ha incorporado al bajo a la argentina Laura Gómez, empujando a Mavilla a las teclas; y “The End”.

La carga sentimental estaba llena para los bises, que arrancan con Rulo contando que hoy, en su momento improvisación, le apetece hacer con nosotros “La balada del despertador”; imaginaos la ovación. Sin embargo “El blues de los sueños rotos” recesó la actividad ambiental, que evidentemente estalló del todo con “La cabecita loca” y “32 escaleras”. Como parece que casi dos horas de espectáculo les parecía poco, “La última bala”, en un rollo ya muy intimista que les quedó excelso, puso el broche, ahora sí, a una noche de las que llegas a casa, y tienes ganas de seguir escuchando música.

• Acerca de
• Últimas entradas

Redacción

El equipo de redactores de MariskalRock te trae toda la información del mundo del rock y del metal, en todas sus vertientes.

¡Síguenos!

       

Últimas entradas de Redacción (ver todo)

• Pat Smear (Foo Fighters) revela por qué Nirvana casi impiden que tocara en su primera actuación con ellos: "No podemos dejarle subir al escenario" - 23 noviembre 2024
• El partido de fútbol en que “Seven Nation Army” (The White Stripes) empezó a corearse en un estadio hasta convertirse en cántico universal de todo tipo de eventos deportivos - 23 noviembre 2024
• Diego Godoy (Sínkope): “Ocupar el sitio de Woody Amores (Robe) es de las tareas más difíciles que te pueden otorgar” - 23 noviembre 2024