Crónicas
Riverside: Resurgiendo de la desolación
«Con su último disco parecen haberse recuperado del duro golpe que les guardaba el destino»
4 noviembre 2018
Sala Mon, Madrid
Texto: Yorgos Goumas. Fotos: Sami Auvinen
Los de Varsovia presentaron el domingo pasado en sociedad su séptimo disco de estudio, ‘Wasteland', el primero después de la repentina muerte del guitarrista y cofundador Piotr Grudziński en 2016.
Les acompañaban sus paisanos (son originarios de la ciudad portuaria de Gdańsk) Mechanism, quienes se encargaron de dar inicio a la velada. Llevan en la brecha unos diez años y tienen dos discos en el mercado: ‘Between The Words’ (2015) y ‘Entering The Invisible Light’ (2018). Su propuesta musical oscila entre el metal progresivo de unos Leprous, la oscuridad de unos Tool y el lirismo de unos Pain of Salvation e incluso la intensidad de unos Sôber. Aunque anteriormente contaban con un teclista, ahora son un cuarteto y personalmente sí que eché de menos unas capas de teclados que podrían añadir más dramatismo y un sentido más épico en sus composiciones. Por otra parte, destacaría la labor de su batería, quien con una configuración de dos cajas (cada una sonando de manera diferente y el uso juguetón de platos de toda índole: charles, ride, crash, chinas y splash) daba una capa sonora adicional muy bienvenida. Gozaron de un sonido excelente y seguramente se han ganado un buen número de fans dada la acumulación de ellos que vi en su stand de merchandising.
Mientras el equipo estaba preparando el escenario para la actuación de Riverside se cernían sobre la sala sonidos que recreaban un paisaje desolado, viento y graznidos de cuervo aderezados por toques de violín y piano para que así la sala entrara en el ambiente que quiere transmitir este disco: cómo sobrellevar la desolación y la vida en un paisaje post apocalíptico (donde el apocalipsis no tiene porqué ser divino sino que puede ser la pérdida de un ser querido, como la de Piotr en este caso).
Empezaron con el potente y siniestro “Acid Rain”, tema en la línea de unos Porcupine Tree u Opeth que no se vio mermado para nada por un problema sin identificar en el bajo de Mariusz Duda; por lo menos no se notó de escenario para fuera. “Lament” es otro tema de medio tempo melancólico y oscuro del último disco, pero fue seguido por el intenso, y no por ello menos oscuro, “Out of Myself”, con unas líneas de teclado muy singulares, simples, pero efectivas, cortesía de Michał Łapaj. Para mí, el tema que sonó a continuación es el que mejor define la banda, 15 minutos de oscuridad épica: “Second Life Syndrome” es todo un himno del neoprogresivo, pero desafortunadamente solamente tocaron la mitad, así que mi placer en este caso solamente se podría describir como un coitus interruptus. La leve decepción se alivió con “Left Out” y esa línea de guitarra coreable y coreada por el respetable, melancólica y épica, no ha faltado en ninguno de las otras tres veces que les he visto en directo desde 2010 y en la cuarta tampoco iba a haber una excepción. Tampoco podría pasar por alto tanto el uso del theremin como del altavoz Leslie por parte de Michał para su teclado Hammond en este tema; si queréis más información acerca de estos equipos la podéis encontrar en internet y así sabréis cómo Michał consigue esos sonidos tan vintage. Desde aquí, gracias a mi colega Borja, técnico de sonido de la sala, por explicarme después del bolo, un poco por encima, de qué va el asunto.
Vuelta al nuevo disco con “Guardian Angel”, un tema que es sobre cómo el hecho que tener que cuidar a una persona nos hace a nosotros mismos mejores personas, según las palabras de Mariusz: “en una época donde todo parece estar polarizado, es importante que en ocasiones como en los conciertos todo lo que aparentemente nos divide ya no importe y que todos seamos uno”. “Lost (Why Should I Be Frightened by a Hat?)” es otro tema con un estribillo que fue coreado por el público. Fue seguido por el instrumental “The Struggle for Survival”, una oportunidad para que luciera el guitarrista Maciej Meller, a quien también habíamos visto en la visita anterior de la banda al Teatro Barceló en mayo de 2017, aunque aún no ha sido admitido como miembro oficial. Para el tema “Loose Heart”, Mariusz nos pidió que le ayudáramos con la última parte, la que tiene voces guturales, ya que no se encontraba al cien por cien de su capacidad aquella noche y quizás no podría cantar la noche siguiente en Barcelona. Sinceramente, un servidor no notó ningún problema con su voz, pero aun así todos estuvimos encantados a la hora de ayudarle con eso. “Wasteland”, el tema que da su nombre al disco, es una mezcla curiosa entre el progresivo y la música y los coros épicos de los spaghetti westerns.
Para los bises nos reservaron “The Night Before”, “Panic Room”, otro tema muy a lo Porcupine Tree, y acabaron con “River Down Below”, un tema dedicado al desaparecido Piotr: “este disco señala un nuevo principio para la banda, pero eso no significa que nos vayamos a olvidar de él”, afirmó Mariusz. Para este tema contaron con los servicios de Matteo en el bajo, uno de sus pipas, mientras que Mariusz tocó una guitarra semiacústica. Dado que Matteo no había parado de pasar uno u otro bajo a Mariusz a lo largo del todo el concierto, según las necesidades de cada tema (alternaba entre un bajo normal y un bajo piccolo), recibió un merecido homenaje por parte del público por su buena labor.
En definitiva, un concierto que aunque a nivel de repertorio no me dejó satisfecho a cien por cien, ya que me faltaron media docena de temas y me sobraron otra media docena (pero estos son gustos personales), tanto a nivel de sonido como de ejecución, nos dejaron con una sonrisa de oreja a oreja.
Afortunadamente, se trata de una banda que cada vez está ganando más y más adeptos y con su último disco parecen haberse recuperado del duro golpe que les guardaba el destino. Estoy seguro que lo mejor está aún por llegar.
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2 comentarios
Buen concierto de estos RIVERSIDE en la cojonuda sala MON como he leído por aquí y aunque se hayan dejado algún que otro temazo no hay nada que reprocharles. Parecen que poco a poco se van dando a conocer en nuestro país.
Totalmente de acuerdo en lo que dices respecto al repertorio, hubo unos cuantos temazos que se dejaron en el tintero y que podrían haber sustituido sin problema a otros cuantos temas mas del montón, pero ciertamente no decepcionaron y sonaron genial en la sala MON, que no conocía y que me hacía temer que el sonido fuese una mierda, pero afortunadamente no fue así. Por otro lado, la sombra de la pérdida de un pilar fundamental como Piotr les perseguirá durante mucho tiempo, pero esto es la vida y el paso del tiempo hará que el dolor se vaya reduciendo, pero como dijo Mariusz no podrán olvidarse de él. Grandes Riverside!!!