Manuel Martínez: Puro sentimiento

Por otro lado, resulta curioso que no se haya incluido ningún corte en el setlist de aquel del ‘98, quizás por no haber querido volver la vista atrás, puesto que en esta ocasión su nuevo disco nos revela su estado y vivencia actual. Para confeccionarlo, ha contado con la colaboración inestimable y acertada de su mano derecha, su teclista en Medina Manuel Ibáñez, que además es el productor y director musical del disco y de la gira que le acompaña. También ha sido llamado a filas otro miembro actual de los Medina, su batería Nacho “Samurai” Santiago. Completando el equipo  a  las seis cuerdas, el más que conocido dentro de la escena del panorama musical cordobés, el malagueño de Estepona y que fuera guitarrista de la banda ya desaparecida Sacramento, Adrián Phoenix, y un nuevo fichaje surgido de la nada a las cinco cuerdas de su bajo, el autodidacta Álvaro Coronado, que nos dejó boquiabiertos por su gran estilo y calidad musical.

Todo un elenco de musicazos culpables de que en completa armonía que la banda suene más que bien. Añadir también que esta vez jugaban en casa, acompañados en un teatro situado en pleno corazón de la ciudad sultana, casi lleno por un público que en su gran mayoría también está formado por seguidores de Medina Azahara y que los arropó en todo momento. Como algo novedoso, destacable y original, han contado para esta ocasión con el Coro Gospel de Córdoba, bajo la batuta y mando de su joven director, Nacho Lozano, que también es un showman muy conocido por su capacidad y habilidad para imitar un gran número de voces conocidas.

A la hora prevista, 20:30, abría el show el coro entrando desde el patio de butacas al escenario, a los que se sumó la banda. Juntos interpretaron los dos primeros temas del setlist, “Arabuza, andaluza”, corte que abre ‘Las hojas de otoño’, y el tema homenaje y fichaje estrella de la formación cordobesa, la multipremiada “Córdoba”. Intercalando temas conocidos como “Por un poco de amor”, “El pozo de mi sed” y el clásico “Navajas de Cartón” con otros de más actualidad, como “Así es mi vida” y “Vencer tu miedo”, nos llevaban después de regreso al pasado con un tema que se incluía en su álbum debut y del que hace un año se celebró el 40 aniversario, al que titularon “Paseando por la mezquita”.

Se sucedieron dos momentos tristes durante la noche y uno de ellos llegaría con la interpretación de Manuel Martínez en “Madre”, la cual he de admitir que se clavó en lo más profundo de mi alma y me atrevería a asegurar que en la de muchos otros de los allí presentes, por el recuerdo de las madres que nos quedan aún y por las que ya se fueron. Todavía hoy me emociono al recordar ese momento, lo confieso.

Muy difícil y yo diría que es casi imposible el estar escuchando a la voz del máximo exponente y predicador vivo del momento del rock andaluz y no tener presente también a su banda origen de su historia, ya que estamos ante una formación integrada por más del 50% de ella y además liderada también por la voz tan personal e identificativa de Medina, con lo cual resulta muy complicado desmarcarse de Medina Azahara.

Por otro lado, elogiar ese toque de originalidad con el que han querido en este concierto, e imagino que en todos los que conforman la gira, hacer algo diferente. La música es muy variada, lo cual se refleja en los temas escogidos para componer el extenso setlist de dos horas de duración, en el que hay rock, pop, sonidos andaluces aflamencado, étnicos y árabes, que no podían faltar, y como resultado de tanta diversidad musical, ha nacido algo muy heterogéneo.

Realmente el concierto, como dijo el propio Manuel Martínez, era un homenaje a la vida del rock andaluz e incluso al rock español, ya que aparte de temas suyos, también pudimos escuchar un popurrí  homenaje a Triana, que son los verdaderos precursores de este género, donde pinceló temas como “Luminosa mañana”, “Hijos del agobio”, “Una noche de amor desesperada”, “Tu frialdad”, “El lago” y “Abre la puerta” y una versión de Los Puntos, “Llorando por Granada”. En este punto, volver a reseñar la voz de Manuel como el auténtico icono vivo con mayúsculas y el que tira del carro de este movimiento tan importante para la música de este país.

Junto a Nacho Lozano y como homenaje, interpretó a dúo un tema del desaparecido Camilo Sesto, “Algo de mí”, para el cual hicieron un guiño a los Rage Against The Machine metiéndole una intro del “Killing In The Name” y terminándolo de igual manera. Para esa exaltación personal, el mismísimo Manuel Martínez tuvo unas palabras de elogio hacia Camilo como gran músico que fue y por su importancia en el panorama musical, no solo a nivel nacional. Asimismo, condenó la actitud de la crítica que dirigió la prensa rosa contra él acerca de su vida más privada intentando cubrirlo de mierda, que es lo que poco o nada debería interesar a nadie fuera de su gran trabajo, porque lo que importa es su valioso aporte y el legado de su música. ¡País de panderetas y chichinabos!

Hubo momentos en los que Manuel se retiró, dando protagonismo a los solos de guitarra, bajo, batería y teclados, que Manuel Ibáñez iba alternando entre el giratorio y el keytar. Después tocó otro repasito a Medina con “Palabras de libertad”, “Velocidad” y “Necesito respirar”, con la que se dio una tregua a la garganta. Aprovechó el momento para presentar a la banda para el que fuera novedad, sin descuidar, por supuesto, la presentación de su reciente trabajo tan íntimo y personal, en el que emociona a la gente con temas como el ya mencionado “Madre” y el que ahora tocaba, “Así me siento”, dedicado a su hijo e interpretada con Manuel Ibáñez, quien pone su voz en algún otro tema del disco.

Momentos emotivos de la noche esos y la aparición de “Su pequeño corazón” sobre el escenario en los brazos de papá. Terminaron el bolo despidiéndose con otro guiño inevitable y conveniente a Medina, con “No quiero pensar en ese amor” y “Todo tiene su fin”. Nada más cierto y fehaciente que eso, bajaban el telón no antes de acercarse a su público, que los recibió de lo más cálido con besos, abrazos, instantáneas y felicitaciones.

Resaltar a mi modo de ver que Manuel Martínez, tanto dentro de Medina como fuera de ella en solitario, se encuentra en un gran momento profesional y personal de su vida. Los que seguimos este rollo del rock y el metal, le damos la enhorabuena.

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