Carolina Durante + Los Nikis: Secretos al descubierto

Carolina Durante

Lo de Carolina Durante es la hostia. Cuatro chavales llenando la pista del Palacio de los Deportes tocando canciones cargadas de guitarras y congregando a varias generaciones de espectadores, pero, sobre todo, a un público muy, muy joven. Puede parecer inexplicable para algunos que miran de reojo cómo a otro tipo de rock le cuesta llenar salas para cien espectadores. Sin embargo, y sin menospreciar el curro de estos emergentes (la música no siempre es justa), el cuarteto madrileño no esconde su secreto, el cual está a plena vista: las canciones.

Carolina Durante cuentan, con un poco de coña, en “Tu nuevo grupo favorito”, que hay una banda por ahí que no solo tiene canciones, sino “himnos generacionales”. No están equivocados. 32 canciones sonaron una tras otra, sin efectos, sin pirotécnica, (casi) sin confeti, sin adornos.

Los cortes se iban sucediendo uno tras otro y estaban cargados de melodías que se quedaban en tu cabeza y frases que incitaban a dejarte la voz. Hay mil bandas genéricas ahí fuera, pero Carolina Durante no es una de ellas. Escuchas a Diego desgañitarse y sabes que es Diego, aun estando puesto hasta arriba de medicamentos para luchar contra su afonía. No hay más.

Carolina Durante

Empezaron de mala hostia con “Cuidado” de Eskorbuto sonando por la P.A. para después arrancar con “Aaaaaa#$!&”, el “Pesadilla en el parque de atracciones” de la generación Z. Después dispararon “Granja escuela”, “Moreno de contrabando”, “Urbanitas” y “El parque de las baladas”. En todas ellas, la guitarra dominaba en primer plano, los espasmos no abandonaban al frontman (como es habitual), metieron solos de guitarra con bien de efectos y no aludían a la nada, sino directamente a cada uno de nosotros.

El ambiente, entre tanto, era genial. Como en tantos conciertos del WiZink, ya que el rock de masas difícilmente se reduce a un nicho concreto, había de todo. Hombres de mediana edad del foro azkena, un montón de chavalada joven, unos cuantos seguidores de Los Nikis que disfrutaron de rebote con el grupo, y muchos, muchos Cayetanos de la vida, que no abandonaron el fachaleco para captar el gran himno de su existencia, el cual llegaría en las postrimerías del concierto.

Carolina Durante

Todo el mundo se comportó guay y hubo buen rollo. Incluso hubo espacio para la innovación. ¿Vosotros conocíais los pogos iluminados? Al parecer, consiste en encender los móviles con el flash y grabarte dándote de hostias mientras bailas temas como la grandiosa “Nuevas formas de hacer el ridículo” o “El año”. Ya sabéis que si no compartís las pruebas, jamás habéis estado en un concierto.

Estos dos temas, por cierto, ejemplificaron la teoría del caos en la que juega la banda. La voz, los aspavientos, la forma de entonar, las guitarras casi desbocadas, los tiempos que casi se pierden en arrebatos de intensidad… Todo juega al límite y está a punto de irse a la puta, pero de alguna manera consiguen salir victoriosos.

Carolina Durante

Carolina Durante son el Madrid en Champions, y no creo que les importe esta analogía teniendo temazos dedicados directa (o indirectamente) a este deporte como “10”, “Minuto 93” o “El himno titular”, que sonaron de lujo.

Las intervenciones de Diego fueron escasas y quizá un poco tímidas. No hubo oportunidades para lanzar alegatos a favor de ninguna causa. Agradecimiento puro y duro a los que estaban y mínimas introducciones. En Carolina Durante el mensaje son las ocurrencias, emociones o experiencias. Ni mensajes de persigue tus sueños, pobrecitos estos o qué injusta esta otra vida. Las miserias generan sentimientos, y aquí quedan expuestos.

Otros momentos cumbre del concierto fueron “La planta que muere en la esquina”, “Colores” (momento cumbre con manos en alto), “Joder no sé”, “Las canciones de Juanita”, “Tu nuevo grupo favorito” o “Famoso en tres calles”.

Por otro lado, las colaboraciones fueron un poco meh. La segunda guitarra que aportó Elena Nieto, de Yawners, en “El perro de tu señorío” o Alicia, de Cariño, en “Perdona (ahora sí que sí)”, quien no llegó al tono de Amaia, no significaron mucho más allá de compartir un momento con amigos (que de eso trata todo, al final).

Más emocionante fue la participación de Molina, uno de los Carolina Durante primigenios, para meter el sinte en la bonita “Espacio vacío”; y más anecdótica los gritos de Orslok en “Casa Kira”. Es un temazo que en la versión en disco suena de locos, pero Orslok apenas cantó y le costaba terminar cada una de sus líneas. Experiencia agridulce, estribillo eterno.

Los Nikis, por cierto, también salieron en los bises (que, por cierto, Carolina Durante afrontaron trajeados) para cantar una versión de “Salvaje pasión” muy bien recibida por todos los asistentes. Por mí, no, al igual que su set para abrir el concierto.

Hay bandas que sobreviven y que pueden pasar años y años, y seguir sonando tan frescos como el primer día. Si nos vamos  fuera de nuestras fronteras, en un día como hoy es inevitable acordarme de Tom Verlaine y sus Television, que en 1977 crearon historia con el eterno ‘Marquee Moon’. Aquí, en los ochenta, pongo el ejemplo claro de Antonio Vega o de, mismamente, Rosendo. Los Nikis no están, ni de lejos, en esa cumbre.

Puedo comprender la emoción de los allí reunidos, pero al margen de una grandiosa base rítmica, ni los temas ni las interpretaciones estuvieron a la altura. Sin embargo, fueron divertidos, metiendo referencias añadidas a “Luís Enrique”, guiños a Shakira y su sesión con Bizarrap e incluso un fragmento de “Granja Escuela” antes de “El imperio contrataca”.

Los Nikis

El respetable se lo pasó pipa, quizá recordando emocionados el momento en el que escucharon esos temas por primera vez, y se dejó la voz con su versión de “Mamma Mía” de Abba, “La naranja no es mecánica”, “Por el interés te quiero Andrés” o “La fiesta medieval”, con la que terminaron su set.

La distancia entre lo que yo vi y la reacción del público es bastante amplia, así que cada cual que se quede con la versión que mejor le haga sentir, al igual que hacen cada mañana al escoger leer OK Diario o La Última Hora.

“Las cosas han cambiado un poco, pero yo creo que a mejor. Esperamos volver. Tenemos un público de la hostia, muchísimas gracias”. Carolina Durante terminó su set con la primera canción que publicaron en su trayectoria, una bonita “La noche de los muertos vivientes” con la que nos decían que “Ya va siendo hora de volver a casa”. Lo era.

Dos horitas de concierto, dos horazas de intensidad; partido y prórroga de temazos que quién sabe si se volverán a escuchar en el Palacio. Lo que sí tengo claro es que vivirán.

Carolina Durante no hace música, óperas rock o revivals con referencias que solo entenderán unos pocos privilegiados. Son cuatro chavales que tocan rock y hacen grandísimas canciones. No hay secretos. Eso sí, nadie ha dicho que sea fácil.

Setlist Carolina Durante:
Aaaaaa#$!&
Granja escuela
Moreno de contrabando
Urbanitas
El parque de las balas
La canción que creo que no te mereces
Nuevas formas de hacer el ridículo
El año
No es tu día
El perro de tu señorío
10
El himno titular
KLK
No tan jóvenes
La planta que muere en la esquina
Minuto 93
Niña de hielo
Yo soy el problema
Colores
Necromántico
Cementerio (El último parque)
Joder, no sé
Espacio vacío
Casa Kira
Perdona (Ahora sí que sí)
En verano, Ornitofilia
Cayetano
Las canciones de Juanita
Salvaje pasión
Tu nuevo grupo favorito
Famoso en tres calles
La noche de los muertos vivientes

Setlist Los Nikis:
La puerta verde
Mamma mía
Silvia Sobrini
Luis Enrique
Brutus
El imperio contrataca
Enrique el Ultrasur
La naranja no es mecánica
10 años en Sing Sing
Por el interés te quiero Andrés
Quizás
La fiesta medieval

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