Crónicas
Bauhaus + Desert Mountain Tribe: Ortodoxia Gótica
«Las canciones sonaron en el mismo orden que en el disco, con un Peter Murphy en un estado de voz excelente»
18 noviembre 2018
La Riviera, Madrid
Texto: Yorgos Goumas Foto: Alfredo Villaescusa
Aunque esta crónica se ha bautizado como una de Bauhaus, en realidad se trata de una crónica de su frontman, Peter Murphy, y del bajista original, David J, ya que, al contrario que la última vez que les vimos en 2006 en esta misma sala, ahora tocaban con dos músicos de sesión y no con el guitarrista original, Daniel Ash, ni con el batería original, Kevin Haskins, y la ocasión era la celebración del 40 aniversario de la banda.
Antes de repasar las razones de la importancia de Bauhaus dentro del marco de la música popular, merece (y mucho) la pena mencionar a los teloneros, Desert Mountain Tribe. Se trata de un trío londinense que lleva en la brecha desde 2012 y tiene dos discos a su espalda. Su música es una mezcla del brit pop a lo Oasis (sólo el de su primer y acaso único buen disco, 'What's the Story Morning Glory?'), el sonido de Manchester (The Charlatans, The Stone Roses), toques a lo The Kings, el muro de sonido psicodélico de unos The Jesus and Mary Chain y elementos del pop oscuro e indie de unos Echo and the Bunnymen o Aztec Camera. Su capacidad de mezclar todos estos elementos siempre dentro de un marco de guitarras espaciales y grandilocuentes, les permite crear ambientes envolventes que a mí personalmente me captaron desde el primer momento. Todo un descubrimiento y un acierto por parte de Murphy y compañía a la hora de llevarles de teloneros.
Cuando los Bauhaus irrumpieron en el panorama musical en 1978, el punk ya había roto todos los moldes que tenía que romper y sus señales de agotamiento ya se hacían visibles (The Clash harían que el género aguantara el tirón unos años más a través de la inyección de otras influencias como el ska y el reggae). La experimentación dentro del punk ya había comenzado unos años antes con bandas como Pere Ubu, Wire o The Fall, pero a un nivel más conocido fueron Adam and the Ants (en sus inicios), Joy Division, Siouxsie and the Banshees, The Stranglers y Public Image Limited (la banda que montó Johnny Rotten después de la disolución de los Sex Pistols) quienes acercaron ese nuevo género, el post punk, a las masas (The Cure tardarían un par de años más hasta envolver su música con su característico halo oscuro). Bauhaus tomaron su nombre del movimiento artístico alemán de principios de siglo XX, también incomprendido en su época por su carácter vanguardista e innovador y fue perseguido por los nazis, que lo caracterizaron como arte depravado.
Curiosamente, lo que dio pie a lo que después se llamaría “gótico”, en sus inicios se llamaba "punk positivo" ya que no se revolcaba en el nihilismo y el afán de autodestrucción de los punkis. Bandas como Bauhaus y sus contemporáneos Killing Joke, Adam and the Ants, Play Dead o UK Decay dieron una vuelta de tuerca al sonido punk y empezaron a experimentar con ello hasta el punto de que lo reestructuraron dando lugar al post punk. Bauhaus, fuertemente influenciados por las bandas antes mencionadas, pero también por el glam rock del Bowie y T-Rex, el punk primigenio de los Stooges y el rock oscuro de The Doors y Velvet Underground, decidieron dar su toque irónico y personal, grabando su primer single, "Bela Lugosi Is Dead", en 1979. Sin embargo, la verdadera ironía es que mientras el tema fue creado a modo de cierta mofa acerca de la, por entonces incipiente, escena oscura, jugando con los tópicos, acabó siendo el punto de partida oficial de lo que hoy llamamos música gótica.
También resulta curioso, cómo una banda tan original para los estándares de la época acabó siendo punto de referencia fundamental para parte de los guardianes de la ortodoxia gótica a la hora de decidir qué es música gótica pura y qué no lo es. ¿A quién se le hubiese ocurrido usar ritmos de dub, un estilo derivado del reggae, para crear una atmosfera tan siniestra? Esto es sólo un ejemplo del rompedor uso de varios géneros por parte de Bauhaus a la hora de construir su propio sonido, un sonido tan novedoso que puso de los nervios a los medios especializados de la época; tanto que al final optaron por darles la espalda en lugar de abrazar su propuesta. Ya se sabe: lo que sale de la norma y la cuestiona tiene que ser marginado por los secuaces del sistema y el mainstream.
En esta gira han optado por tocar íntegro su debut, 'In the Flat Field' (1979), un disco que pilló al mundo por sorpresa y que suena tan inquietante y vigente como entonces: la disonancia inquietante y tenebrosa del "Double Dare", la guitarra desgarradora, amenazadora, pero juguetona a la vez, del "In the Flat Field" y "God In an Alcove", el casi art rock del "Dive", el misterioso "Spy in the Cab", los desenfadados y juguetones "Small Talk Stinks" y "St. Vitus Dance", el intenso "Stigmata Martyr" (que no puede faltar de ninguna sesión gótica que se precie) y el atmosférico y experimental "Nerves", sonaron en el mismo orden que en el disco, con un Peter Murphy en un estado de voz excelente y con un sonido de la sala muy bueno.
Tampoco podrían faltar otros clásicos como "She's In Parties" (otra muestra del uso novedoso del dub), "Kick In the Eye" (¿cabe usar funk y disco en un tema siniestro? La respuesta sería: ¿por qué no?), "The Passion of Lovers" y "Dark Entries" (post punk en todo su esplendor). La única concesión a su pasado más reciente fue el potente y pegadizo "Adrenaline" de su último disco, "Go Away White" (2008). Para que no quedara ninguna duda acerca de sus afiliaciones, también tocaron como bises tres versiones: "Telegram Sam" de T-Rex, "Ziggy Stardust" de Bowie, su mayor hit como Bauhaus, y quizás a modo de guiño hacia unos discípulos suyos, "Severance" de Dead Can Dance, ya que antes de meterse de lleno en la música oscura ambiental y étnica, DCD también empezaron como un grupo de post punk influenciados por los de Northampton. Forever undead.
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3 comentarios
Quizás falten algunos miembros de la formación clásica pero tampoco es impedimento para celebrar esos 40 años como una de las mejores bandas de la historia del Rock gótico y esa noche en La Riviera lo bordaron con esos temazos imperecederos.
No se si estuvimos en la misma sala.
Sonaba a culo, una vergüenza.
Tienen canciones muy buenas y se centraron en una canciones muy minoritarias las cuales no les lanzaron a la fama por mi parte jodieron el concierto