Crónicas
70000 Tons of Metal: "Esa fraternidad que solo los metaleros sabemos conseguir"
«Las bandas prácticamente son secundarias ante la experiencia con esa fraternidad que solo los metaleros sabemos conseguir»
70000 Tons of Metal
Texto: Rafa Villalba. Fotos: Galdy Tommy Rivera
A pesar de que aún existen ciertos sectores excesivamente conservadores en el mundo del metal, totalmente reacios a innovaciones y experimentos, en los últimos años la oferta vacacional del mundo rockero no hace más que expandir sus fronteras. No solo estamos hablando de que la oferta nacional de festivales veraniegos se haya multiplicado y consolidado en los últimos años, ni de la facilidad con la que ahora mismo puede plantarse un aficionado en alguno de los festivales punteros de la escena europea.
A eso se han añadido verdaderos planes vacacionales como el Metaldays y sus cinco días de playa y montaña, el Full Metal Mountain, que permite esquiar y disfrutar de conciertos a pie de pista y, sobre todo, los festivales-crucero que ya han dejado de ser una anécdota. Bandas como Kiss, Megadeth o Bon Jovi ya han anunciado su propio crucero, Wacken incluso organiza uno por el mediterráneo, pero la palma se la sigue llevando el original, el que empezó todo, el 70000Tons of Metal.
No importa si anuncia las bandas tan a última hora que te pilla embarcando (lo cual empieza a ser tradición) o si presenta un cartel mucho más flojo en apariencia que en ediciones anteriores: los aficionados que han ido repiten, como sea, la experiencia y basta ver la cara de ilusión de aquellos que van por primera vez para saber que esto no es un evento musical más.
Son las vacaciones soñadas para cualquier metalero, sobre todo para aquellos que huyen de las tiendas de campaña y las aglomeraciones, porque, al fin y al cabo, no todos los días uno puede disfrutar de un vino, sentadito, viendo a Accept o Napalm Death camino de las Bahamas, Riviera Maya o Jamaica.
En esta novena edición nos encontramos con un cartel repleto de buen death metal como estilo más representado y del cual destacaron las actuaciones de Bloodbath (aunque repitiesen casi todo el setlist) la intensidad técnica de Nile y la irrupción apabullante de los belgas Carnation, incluso mejores en directo que en disco, que darán mucho que hablar en el futuro.
El black metal, poco representado en esta edición, sí que nos permitió disfrutar de Dark Funeral en plena forma, a los que jamás habíamos imaginado poder presenciar mientras tomábamos una siempre maligna y satánica piña colada o un helado de chocolate. Hablamos de un festival donde puedes encontrar a los músicos disfrutando de otras bandas, tomando una copa con los fans en el casino del barco, e incluso encontrártelos en pleno moshpit.
Hablando del metal más clásico, Accept se marcaron dos conciertos espectaculares, al igual que Kamelot, impecables como siempre. A más pequeña escala fueron excepcionales las actuaciones de Vicious Rumors y la gran acogida que tuvieron Perséfone en sus dos setlist, a pesar de sufrir diversos problemas técnicos, cosa que afortunadamente fue la excepción ante unos sonidos y montajes bastante dignos dadas las circunstancias y la velocidad con la que se montan los diversos escenarios.
Cabe destacar, si hubiera que hablar de triunfadores del festival, la gran cantidad de gente que se congregó para disfrutar de Eluveitie y su presentación del nuevo disco, el excelso nivel que alcanzaron NeObliviscaris y Fleshgod Apocalypse, y la devoción casi religiosa que el público profesó por unos Paradise Lost que, sin repetir ningún tema entre sus dos actuaciones, consiguieron dos conciertos perfectamente equilibrados y que contentaron a todo el personal presente.
Por poner alguna pega, la banda que quedó más retratada por su propuesta y lo que consiguió sacar del público fue la versión de Rage con la Lingua Mortis Orchestra, que, a base de canciones pesadas y con poca energía, consiguió empezar los conciertos con un lleno bastante considerable y acabarlos con las gradas prácticamente vacías.
Afortunadamente, ciertas bandas a las que además de un presente intenso se les augura un futuro prometedor demostraron que no todo es apostar por las viejas glorias: es el caso de Mayan, el proyecto de Mark Jansen, con su excelente equilibrio entre estilos que ni llega a ser demasiado death, ni power metal, de hecho en más de una ocasión nos recordó a los últimos trabajos de Devin Townsend, o de los excelsos, impresionantes, Night Demon, que con su heavy metal claramente inspirado por el ‘Killers’ de Iron Maiden supieron suplir las horribles horas a las que les tocó actuar (ya que es difícil juntar a más de 500 personas a las 5 de la madrugada después de 14 horas de conciertos...)
Si a eso le añadimos incontables horas de diversión, cientos de actividades de ocio vacacional, poder disfrutar de la Super Bowl entre americanos, o las largas horas de risas en el karaoke metalero más grande del mundo, no nos queda más que recomendar este crucero a todo el que quiera plantearse unas vacaciones por el Caribe, y rezar porque en sucesivas ediciones no se esmeren mucho seleccionando a las bandas, ya que prácticamente son secundarias ante la experiencia de vivir unas vacaciones por todo lo alto, rodeado de gente de todo el planeta con esa fraternidad que solo los metaleros sabemos conseguir.
En el próximo número de La Heavy, el número 411, encontraréis la crónica en detalle de las actuaciones durante este último 70000 Tons of Metal.
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2 comentarios
Fuese donde fuese el lugar para hacer dichas actuaciones con estas geniales bandas metaleras lo importante que todas ellas hicieron dignas actuaciones y que estuvieron muy a la altura todas ellas.
Estaría bien pero no tengo ni para ir a un concierto de los grandes