Solrain

Haz que no pare

Rock CD (2021)

Por: Alfredo Villaescusa

9

Hay determinados estilos por los que un servidor bebe los vientos. El rock n’ roll a lo Platero y Tú deudor tanto de Status Quo como AC/DC es uno de ellos. Está bien que de vez en cuando a alguno le apetezcan los experimentos sonoros, pero también son iguales de atractivos los sabores de toda la vida, esos que siguen imperturbables a los vaivenes del momento y que se tornan tan contundentes como un cocido bien hecho. ¿Quién quiere alguna mamarrachada deconstruida con semejante maravilla?

Eso es lo que pensamos al escuchar el soberbio debut de estos coruñeses entre los que tenemos miembros de Costas, Pölisong o Eco, como ya anunciamos. Se trata de uno de esos trabajos de los que te llama la atención de primeras y no hay más vuelta de hoja. Olvídate de rollos intelectuales, porque estas canciones apelan a las entrañas y eso a veces cuesta explicar con palabras. Puro sentimiento.

“Quiero volver” marca los parámetros de un plumazo y la verdad es que el terreno delimitado resulta muy apetecible, pues te vendrá de inmediato a la cabeza la mítica banda de Fito y Uoho, pero también gente como 77 o luminarias de nuestro rock patrio como Barón Rojo u Obús, en especial los segundos por ese aire suburbial que poseía “El que más”, por ejemplo.

“Y a vueltas” cuenta en su videoclip con la leyenda de Siniestro Total o Aerolíneas Federales Miguel Costas. Por si eso solo no fuera suficiente atractivo, se antoja un auténtico temón de principio a fin, con un cierto poso nostálgico digno de los grandes de verdad. En “Plena cocción” notamos más la huella de Fortu y compañía, no hay más que escuchar esa letra de barrio humilde por los cuatro costados. Perfecta para acompañar con las birras en cualquier garito de palillos y servilletas en el suelo.

“Salvaje” no baja para nada el nivel, a pesar de que se escore más hacia el rock sureño, mientras que “Ahora llegas tú” es uno de esos cortes enérgicos para agitar la cabellera y que te miren como a un extraterrestre porque eso ya no se estila. Todo un alarde de chulería con un estribillo sensacional. De lo mejor del redondo.

“Huérfanos de tu arte” sigue las coordenadas del hard rock con destellos urbanos, pero que nadie se engañe, en este álbum no tenemos nada de relleno. El homónimo “Haz que no pare” casi podría escucharse a continuación del “Hay poco rock & roll” de Platero, o del “Let There Be Rock” de AC/DC. Para quedarse sin cuello y desgastar al máximo las cuerdas vocales. En directo tiene que ser la bomba.

“Enseña el yunque” es un alarde de macarrismo, ideal para soportar las diversas complicaciones que surgen en la vida cotidiana. Un dardo certero contra los bienquedas y los inquisidores contemporáneos que quieren prohibir todo, eso que dicen de “arrestado por fumador” me ha epatado, sí. “Mala hierba” mantiene intachables los principios rockeros de estos gallegos, quizás se aproxime al heavy metal por su tono acelerado.

Y llega el broche de oro con la instrumental “Solrain”, el epílogo necesario a tanto despliegue de genialidad, no he podido dejar de evocar en esta ocasión el eterno “Parisienne Walkways” del añorado Gary Moore. Crema para los oídos.

En suma, si estás cansado de grupos que parecen oficinistas y añoras ese carácter subversivo que poseían los grupos de antaño, esos que movían las greñas sin reparo, trasegaban litronas en los parques y provocaban que las viejas apartaran la mirada, entonces has encontrado en este disco el lugar adecuado. Un magnífico refugio.

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