Lemmy Kilmister (Motörhead) sobre los virus: “Un día de estos, uno de ellos acabará matando a medio planeta”

Ahora que nuestra vida social se ve coartada y nos vemos obligados a pasar más tiempo en casa, puede ser un buen momento para dedicarnos a la lectura relacionada con nuestra pasión. ¡A falta de directos, buenas son letras! Uno de los libros que merece la pena leer y releer es ‘Lemmy, la autobiografía’ (Es Pop Ediciones). Ian Kilmister, de la mano de Janiss Garza (RIP, Los Angeles Times, The New York Times), nos cuenta en primera persona la historia de su vida. Un relato plagado de momentos alocados y anécdotas servidas sin sainete pues ya de por sí tienen mucha miga, y constantes referencias a los signos del zodiaco. No deja de ser curioso que incluso el tipo más rudo tenga sus pequeñas devociones.

La periodista le da a la narración, de registro informal, un estilo muy directo. Resulta muy fácil imaginarte a Lemmy sentado, con su whiskey con cola, su perpetuo cigarrillo y una sonrisa por debajo el bigote recordando pasajes de su juventud. En 2016 se amplió la edición con un prólogo de Lars Ulrich (Metallica) y un capítulo póstumo relatado por Steffan Chirazi, también periodista musical (Sounds, Kerrang, So What!) y amigo del roquero. Estas últimas páginas explican el ocaso vital del líder de Motörhead, con sus problemas de salud y su manera de afrontar los últimos directos. El que conozca un poco al personaje ya se imaginará que lo afrontó de cara, como toda su vida.

Negro sobre blanco, iremos topando con sentencias y opiniones, algunas divertidas y otras controvertidas. El cantante no duda en dar su opinión sobre temas delicados como el feminismo, el racismo, la homofobia o la paternidad. Tampoco se corta un pelo a la hora de soltar mandobles a sus compañeros del sector. Sin ir más lejos no duda en describir a The Rolling Stones como “unos hijos de mamá” que “grabaron grandes discos pero siempre fueron una mierda sobre el escenario”. Hay que aclarar que habla del momento en que los Beatles estaban en pleno apogeo y que según él “partían la pana”. También recuerda con cariño la salida de la banda Hawkwind y el posterior declive de la misma ya que “los cojones se vinieron conmigo”. Encima del escenario también soltó alguna frase antológica. Durante un concierto en Gran Bretaña un chaval del público le escupió, impactando el proyectil en su bajo. Cogió el escupitajo con la mano y le espetó: “Ves esto?”, se lo restregó por la melena y continuó: “esta noche yo me lavaré el pelo, per mañana tú seguirás siendo un puto gilipollas”. Reconoce acto seguido que esta frase es una adaptación de una respuesta de Winston Churchill, otro personaje histórico que merece un libro de frases célebres, si es que son suyas todas las que se le atribuyen.

Y hablando de historia (ya nos vamos acercando al profético momento), el noveno álbum de estudio de Motörhead, que este verano editaba la edición 40º aniversario de ‘Ace of Spades’ (lanzado originalmente el 8 de noviembre de 1980), lleva por título ‘1916’, año en que tuvo lugar la Batalla de Somme, en Francia, episodio de la Primera Guerra Mundial donde perecieron 19.000 ingleses en cuestión de tres horas. Como casi todo en el currículum de la banda, el disco no estuvo exento de polémicas. Para empezar echaron al productor a media grabación; una redactora del Melody Maker les criticó la letra de “I’m So Bad” por sexista; y los bocetos que la discográfica les propuso para la portada acabaron volando por la ventana porque les parecieron atroces. En lo musical es un disco que contiene cortes al más genuino estilo Motörhead, “rock’n’roll ruidoso con letra absurda”. Pero también tres temas que se salen del patrón: “Love Me Forever” es una balada; y en “1916”, al igual que en “Nightmare/The Dreamtime”, utilizan teclados e incluso un violonchelo. No tenían ninguna intención de cambiar, simplemente les salió así, asegura Lemmy.

Pues bien, precisamente durante la gira británica de presentación que empezó en febrero de 1991, sufrió un ataque de gastroenteritis y tuvieron que cambiar cuatro fechas: “Me puse francamente malo y me pasé cuatro días encerrado en un hotel, devolviendo. Un torrencial chorro de vómito tras otro. Íbamos en la furgoneta y lo mismo me encontraba bien que, de pronto, tenía que asomarme a potar por la ventana”. Y finalmente resuelve: “Los virus no hacen más que cobrar cada vez más fuerza; cada cinco años aparece una nueva cepa de la que nadie sabía nada y un día de estos, uno de ellos acabará matando a medio planeta”. ¡Ojo, esta autobiografía terminó de escribirse en 2003!

Esperemos que el vaticinio de Lemmy no se cumpla en esta ocasión y que no sea este el virus que extermine a media humanidad. Suficiente daño hemos sufrido ya. Y esperemos también que la ciencia haga su curso y pronto vislumbremos la luz. Personalmente a ratos desearía pasar página a este 2020 fatídico y tener el mismo ataque de amnesia que sufría el bajista al rememorar su verano del 71: “¡No me acuerdo de nada, pero nunca lo olvidaré!”.

Jaume Gil

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