Siete años de la muerte de Lemmy Kilmister (Motörhead): Las cinco mayores locuras de su vida

28 diciembre, 2022 12:59 pm Publicado por  2 Comentarios

Tal día como hoy de hace siete años nos dejaba Lemmy Kilmister, todo un icono del rock cuyo legado perduraría para las generaciones futuras y serviría de ejemplo de autenticidad. Profeta de una forma de vida determinada, consiguió que lugares como el Rainbow Bar & Grill de Los Ángeles quedará asociado para siempre a su figura, al igual que el combinado de Jack Daniels con cola, su bebida predilecta. Alfredo Villaescusa repasa las cinco mayores locuras que cometió durante su ajetreada existencia.

Hawkwind y el cuelgue permanente

Las drogas formaron una parte fundamental de la vida de Lemmy. Si gracias a ser roadie de Jimi Hendrix aprendió a buscarlas en los más recónditos lugares, podríamos decir que con los psicodélicos Hawkwind se licenció sin duda en la materia, pues ese fue el motivo por el que le expulsaron del grupo, algo que sin duda poseía cierta ironía en un conjunto de space rock que intentaba trascender los límites mentales y físicos.

Un incidente en la frontera de Canadá fue la gota que colmó el vaso de los que hasta entonces eran sus compañeros, pues ahí detuvieron a Lemmy por posesión de speed y acabó pasando en el calabozo varios días. El bajista y cantante consideró aquello como una excusa para deshacerse de él y ejecutó una particular venganza contra los miembros del grupo. Así lo relataba a The Guardian: “Regresé a casa desde Estados Unidos y me tiré a todas sus mujeres. Excepto a la de Dave Brock. No pude conseguirlo”. Esa era su manera de entender una vendetta.

Cien pastillas al buche

La típica situación en la que justo aparece la policía y uno por casualidad se encuentra con sustancias estupefacientes en ese momento en el caso de Lemmy tuvo una importante variación. La leyenda estaba con un amigo combinando antidepresivos y anfetaminas cuando una patrulla se detuvo ante ellos. Sin hallar un inodoro a mano en el que depositar las sustancias prohibidas, optaron por tragarse cien pastillas de golpe.

Eso posibilitó que las autoridades se marcharan sin las evidencias necesarias, pero a la hora de acostarse el ritmo cardíaco de Lemmy y su respiración disminuyeron peligrosamente: “Parecía que había dejado de respirar. Estaba allí acostado con los ojos abiertos, me costaba mucho hablar”. Niños, no hagáis esto en casa.

De charla con la televisión

Consumir la droga equivocada puede convertirse en un auténtico problema. Que se lo digan a Lemmy, que por esa causa se tiró delirando durante dos semanas hasta el punto de acabar hablando con la televisión. Todo surgió a partir de una amiga enfermera y de un peculiar favor que le pidió el músico. Se trataba de conseguir algo de sulfato de anfetamina (speed) del hospital.

La chica en cuestión logró algo de sulfato, pero no de anfetamina, sino de “atropina”, algo que se conocía como “polvo de ángel” y que era una sustancia mucho más potente que el speed. Lemmy se emocionó con aquello y sobrepasó doscientas veces la cantidad requerida para que a uno le diera un jamacuco. Y encima estuvo dos semanas con alucinaciones tan delirantes como hablar con la televisión, con los árboles o llevar objetos que de repente desaparecían. Otro episodio no muy aconsejable, vamos.

Un desmayo sexual

Tal vez en un mundo con gente como Kiss o Mötley Crüe y sus infinitas anécdotas de corte sexual, las gestas de Lemmy en este sentido no revistan tanta relevancia, aunque no debe pasarse por alto el dato de haber tenido relaciones sexuales con más de mil mujeres, según aseguró el líder de Motörhead.

A este respecto, conviene recordar aquel episodio que le sucedió una noche poco antes del estreno de ‘Ace of Spades’ en 1980 cuando le encontraron inconsciente detrás del escenario del Stafford Bingley Hall. Despertarlo para que continuara con el show resultó todo un reto, pero en esta ocasión las drogas no tuvieron la culpa, sino tres chicas que le realizaron sexo oral. Ese fue el motivo de su desmayo.

Sangre tóxica

Y no podemos finalizar este repaso sin aludir a ese momento en su carrera en el que a Lemmy le apetecía sangre fresca, es decir, seguir los pasos de Keith Richards y otras estrellas del rock y hacerse una transfusión que le librara de toxinas y demás. Con este propósito acudió a un médico de Harley Street y lo que encontraron en su interior desde luego que debería servir de estudio para la ciencia.

Estas fueron las palabras de Lemmy, según nos contó NME: “Me dijo que ya no tenía sangre humana en mi organismo”. “Aparentemente, me volví tan tóxico, en mayor parte por el speed y el alcohol, que la sangre fresca podría matarme”. Este es un ejemplo en el que el astro del rock siguió el consejo médico a rajatabla.

Alfredo Villaescusa
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