Crónicas
Rock Imperium Festival 2022: Crónica del viernes, con Avantasia, Black Label Society, Leprous, Amorphis o Avatar
«Avantasia gobernaron la noche, pero lejos de ser malvados como versa el título, demostraron ser buenas personas, pero ante todo, buenísimos músicos.»
24 junio 2022
Parque El Batel, Cartagena (Murcia)
Texto: Andrés Brotons Fotos: Paula To Tsuki
Impresionante primera jornada del Rock Imperium, con una respuesta del público espectacular que se vio incrementando conforme se iban acercando los cabezas de cartel. Evidentemente, aún hay que pulir cosas, como la exagerada distancia del tercer escenario, ubicado en el puerto fuera del recinto teniendo que rodear todo para acceder (se agradecería un atajo el próximo año), pero en líneas generales, todo muy bien.
Ya en la fiesta de bienvenida del jueves se inauguró este tercer escenario, el Heretic Stage, con el folk metal como principal protagonista. Así, los fineses Moonsorrow hicieron la delicia del público que se congregó ese día con su folk metal mezclado con black metal, viniendo a presentar su último trabajo ‘Jumalten Aika’ (El tiempo de los dioses).
Igual de triunfantes resultaron los daneses Myrkur, liderados por la cantante y multinstrumentista danesa Amelie Bruun (que en ocasiones recuerda a Sharon den Adel de Within Temptation) y que vinieron a presentar su último trabajo ‘Folkesange’, de corte más relajado y ambiental donde rinden tributo a los sonidos nórdicos con instrumentos tradicionales escandinavos, con temas como la preciosa “Ella”. En definitiva, un jugoso doble aperitivo para degustar lo que ya sería la primera jornada del festival de este viernes 24 de junio.
Así, a eso de las 14.30, los alicantinos Lándevir inauguraban uno de los dos escenarios principales, el Estrella Levante Stage. Su folk metal celta fue muy bien recibido como propuesta en esta primera jornada del festival, dentro de su gira de aniversario desde que la formación comenzó “20 años no son nada”, aunque están a punto de editar nuevo disco. Así, su repertorio estuvo equilibrado con temas de toda su carrera, desde clásicos a otros más actuales, como el single “Leyendas del medievo”, que cuenta con un espectacular videoclip, con el actual vocalista José Mancheño haciendo justicia a todas las etapas de la banda.
Nos trajeron gratos “Recuerdos” sus canciones repletas de “Magia”, como si en una “Noche de Halloween” (en este caso, tarde) nos encontrásemos. Gran conexión con el público, y geniales todos los componentes, desde el mencionado José, al villenero Pablo Guerra en la flauta, los guitarras Francisco Gonzálvez y José María Gonzálvez, Iván Martínez al bajo y J.F. Amat a la batería. También colaboró con una performance Andrea Mediana, de la compañía de animación “Entrejuglares”. No faltaron sorpresas como la interpretación por primera vez del single en inglés que han estrenado esta semana, “Never Stop Dreaming”, y en el que ha participado toda una leyenda del hard rock, el estadounidense Jeff Scott Soto. Temazo también “El espíritu del viento”, siempre genialmente recibida. Definitivamente, la banda eldense supo ganarse al público del festival (tenían muchas ganas por volver, comentaron) y conseguir nuevos fans, por algo “su nombre es rock & roll”.
Mientras, en el escenario más pequeño, el Heretic Stage, los cartageneros Turborider demostraron que sí son profetas en su tierra. Su heavy metal de corte clásico ochentero casaba muy bien con muchos de los presentes este día. Han editado su debut ‘Making Metal’ en plena pandemia, que ha sido toda una sorpresa para muchos que los hemos descubierto en estos últimos años, con canciones como el tema homónimo o el single “Wheels Of Fire”. No obstante, la banda lleva ya unos cuantos años a sus espaldas, llegando a agotar su primera maqueta hace más de un lustro con más de quinientas copias vendidas, todo un hito en estos tiempos de streaming.
Formados por Víctor Savage a la voz, con unos agudos que por momento me recordaban a una mezcla entre Eric Adams y Rob Halford, Chus Rider a la guitarra, Miguel Ungo al bajo y Kifi Muñoz a la batería, Turborider demostró ser, parafraseando uno de sus himnos, una auténtica “Steel Machine”.
También muy esperada por sus numerosos fans era el concierto que se marcarían ese día los remozados Rhapsody Of Fire liderados por el teclista y compositor Alex Staropoli, que tomó todo el peso en esta enésima encarnación de la banda tras la desbandada de los componentes originales en 2016. Inauguraron el segundo escenario principal, Imperium Stage, a las 15.15 horas, con un gran recibimiento del público, aunque el sonido estuvo un poco sobresaturado. Nunca había tenido oportunidad de ver a esta nueva formación, y he de reconocer que quedé gratamente sorprendido con el imponente nuevo vocalista Giacomo Voli (bueno, lo de “nuevo” es un decir, ya lleva más de un lustro), que llega a unos registros estratosféricos.
Venían a presentarnos ‘Glory For Salvation’, su nuevo trabajo editado el pasado año, con temas que, aunque recientes, ya son clásicos en su repertorio como “I’ll Be Your Hero” o “Chains Of Destiny”. Aunque sus composiciones pecan de un exceso de arreglos orquestales y coros, complicadas de llevar en directo sin utilizar samplers, hay que reconocer que la actual alineación completada por, además de los mencionados, el virtuoso guitarrista Roberto De Micheli, el eficiente bajista Alessandro Sala y el virtuoso batería Paolo Marchesich, suena como un engranaje perfecto.
Se nota que Marchesich ha bebido de grupos progresivos como Dream Theater o Rush, llevando la base para que todo suene en su sitio. Por supuesto, no faltaron himnos como “Holy Thunderforce” o “Emerald Sword”, que fueron regrabados con nuevos aires en el disco ‘Legendary Tales’ en 2017, y que, pese a los cambios, siguen sonando a gloria y fueron cantados a pleno pulmón por todos los que soportamos las altas temperaturas (suerte que a veces la brisa daba un respiro) de esta primera jornada del Rock Imperium.
De nuevo en el tercer escenario, Heretic Stage, continuaba otra potente banda local que llevan juntos cerca de una década, los thrash metaleros Injector. Su tercer disco, ‘Hunt Of The Rawhead’, les está llevando a un nivel más alto, y es que temas como “March To Kill” o su primigenia “Enemy Of The Sun” demuestran que están al nivel de otras bandas locales como los exitosos Angelus Apatrida. Suenan apabullantes y convincentes, y no dudo de que lograrán ascender a esa primera división del thrash metal nacional (e internacional) en breve, porque tienen un directo espectacular que conectó al cien por cien con el entregado público, con algún mosh por parte del respetable incluido. Desde luego, Injector nos inyectaron la primera dosis thrash metalera de la jornada con gran eficacia, agradeciendo al público con “¡Sois la puta hostia!” el apoyo a la música en directo y en especial al heavy metal.
Así, la mítica formación germana Sodom continuó llevando los sonidos del thrash más puro al escenario Estrella Levante. La banda es uno de los mayores exponentes del género, y además de presentarnos su último disco ‘Genesis XIX’, navegaron en el corto tiempo que tenían por su amplia discografía que incluye álbumes fundamentales como el mítico ‘Agent Orange’, de la que sonó el tema homónimo, la brutal "Conflagration" o una versión de “Iron Fist” de Motörhead que dedicaron a Lemmy Kilmister.
Liderados por el bajista y vocalista Tom Angelripper (único componente original que queda y que ha llevado la batuta de la banda desde hace más de cuarenta años), lo cierto es que los alemanes aprovecharon bien su tiempo, con bromas y parloteo en castellano, incluidos “Cabrones, viva España”, ante el descojone de los presentes. Nos brindaron otro de los conciertos más celebrados de la jornada.
Bush, en el Imperium Stage, venían a ser un poco la nota discordante, pues no es habitual ver en festivales orientados exclusivamente al hard rock y al metal a una banda de corte alternativo, sobre todo teniendo en cuenta lo que supuso la irrupción del grunge en los 90 para la escena metalera clásica. Para más inri, sustituyeron a una banda más que esperada como eran los nipones Loudness, caídos en los últimos meses debido a seguir las restricciones del gobierno de su país (por la situación Covid, así como por la guerra de Ucrania en curso). Lo cierto es que, desprendiéndonos de prejuicios y etiquetas que en pleno siglo XXI carecen de todo sentido en la escena rockera, esta ya clásica banda británica (de las más exitosas en la década de los 90) dieron un conciertazo en toda regla, todavía con el sol pegándonos de frente, y con guiños metaleros incluidos, como un breve fragmento del “Children Of The Grave” de Black Sabbath.
Así, el tema homónimo de su último álbum hasta la fecha, “The Kingdom”, editado en plena pandemia, dio el pistoletazo de salida al concierto del grupo liderado por el carismático vocalista y guitarrista Gavin Rossdale, que no dudó a bajarse incluso unos momentos a cantar entre el público, subiendo incluso a la zona de las personas con movilidad reducida; todo un detalle. No faltó el exitoso y trepidante single “Machinehead” de su álbum debut ‘Sixteen Stone’
Magnífica “Blood River”, de sus temas más potentes, con fuerte riff “sabbathico” en su base. Otros clásicos como “Swallowed” o el exitoso “Comedown”, nos hicieron apreciar un estilo en su día denostado por parte de la comunidad metalera, pero, aunque fueran la “oveja negra” de este día del festival en cuanto a disonancia de estilo (algo que hasta ellos mismos hicieron alusión), Bush demostraron por qué han vendido más de veinte millones de copias de sus álbumes.
La banda británica Neonfly asaltaba el tercer escenario con un metal moderno, con toques progresivos. Por momentos me recordaban a una mezcla entre Symphony X y Angra. Están formados por Frederick Thunder a la guitarra, Paul Miller al bajo y coros, Dec Brown a la batería y Willy Norton con su prodigiosa voz, que no paró ni un momento, subiéndose incluso a las torres de sonido. Lo cierto es que Neonfly dieron una buena lección de virtuosismo y sorprendieron a propios y extraños con un sonido compacto, bien ensamblado, y muy buenas melodías. Centraron su repertorio en su último disco, ‘The Future, Tonight’, editado el año pasado, con temas como “Last Of Our Kind” o “Beating Hearts”, aunque no faltaron guiños a anteriores trabajos con representaciones como “Highways To Nowhere” al inicio, o “Morning Star” al final, con el que aprovecharon bien su set list.
Un telón rojo espectacular con el logo de la banda daba el turno en el Levante Stage principal a los míticos italianos Lacuna Coil, la banda liderada por Andrea Ferro y Cristina Scabbia, habituales y muy queridos en los escenarios de nuestro país, y que demostraron una vez más su perfecta sinergía. No obstante, triunfaron hace escasas semanas en el Z! Live Rock Fest de Zamora, repitiendo ese éxito aquí. Presentaron su último disco ‘Black Anima’, álbum que editaron en 2019 y que fue la base principal de su descarga con temas como “Reckless”, “Apocalypse” o “Layers Of Time”.
Sin embargo, no faltaron el recuerdo a temas más pretéritos, como el imprescindible “Heaven’s A Lie” de su tercer disco editado en 2002 ‘Comalies’, o “Our Truth” de su ‘Karmacode’ de 2006. Sin embargo, se echaron en falta algunos temas más antiguos, cosa comprensible por el escaso tiempo del que disponían. Remataron su concierto con “Nothing Stand In Our Ways”, con un público más que entregado a su exitosa propuesta de metal con tintes góticos.
En el tercer escenario era el turno de los islandeses The Vintage Caravan, un grupo que práctica un hard rock de corte clásico, con retazos progresivos y psicodélicos, y que personalmente me parecieron de las propuestas más originales y atractivas del día, con el público completamente entregado a cien dándolo todo. Así, su repertorio se basó en su más reciente plástico, ‘Monuments’ de 2021, con temas como la fantástica “Whispers”, la extensa “Crystalized” o en la parte final la más que efectiva “Can’t Get You Off My Mind”. De este modo, el trío formado por Óskar Logi Ágústsson a la guitarra y voz principal, Alexander Örn Númason al bajo y el más que solvente batería Stefán Ari Stefánsson consiguieron convencernos con su eléctrico concierto, que incluyó guiños a temas ya clásicos en su repertorio como “On The Run”, con partes más pausadas, o la larguísima “Expand Your Mind”. Puro rock and roll donde no faltó el virtuosismo y las improvisaciones.
Los jóvenes suecos metaleros Avatar llegaban al segundo escenario para presentar su último disco ‘Hunter Gatherer’ con cortes como “Colossus” o “Silence In The Age Of Apes”, dándonos ante todo muchísimo espectáculo. Su vocalista Johannes Eckerström logró una gran complicidad con el público en temas como “Legend Of The King”
Ya desde los primeros temas pudimos comprobar el potencial brutal de su cantante, Johannes Eckerström, bien ensamblado con el resto de los músicos, incluido el batería John Alfredsson.
Técnicamente sonaron perfectos, e hicieron partícipes al público en todo momento, con bromas incluidas. En su outro pregrabada al final sonó la banda sonora de la mítica película “El hombre elefante” de John Morris.
Llegaban como una apisonadora los Midnight al Heretic Stage desde Cleveland. Nos presentaron principalmente sus dos últimos discos ‘Rebirth By Blasphemy’ y su recién editado este mismo año, ‘Let There Be Witchery’, con cortes como “Szex Witchery” o “Rebirth by Blasphemy”. Llevan más de veinte años en los escenarios (con varios cambios de formación a sus espaldas) y sorprende su mezcla de thrash metal mezclado con punk, y es que, su peculiar sonido, puede recordarte tanto a las grandes del thrash como a los Motörhead, con guiños también al black metal, especialmente a Venom.
Mención aparte merece la imagen de la banda, con sus rostros completamente tapados de negro, incluidos los ojos (¡menudo calor pasarían!) y con capuchas negras, algo icónico que ya han convertido en su seña particular. Arropados discográficamente por la histórica Metal Blade Records, demostraron tener carisma escénico y fueron muy bien pilotados por su líder Athenar, que por algo define su música como “música para comenzar peleas”.
Los californianos Night Demon traían al Heretic Stage una propuesta más que clásica del heavy metal más puro, sonando contundentes y convincentes. Por algo llevan más de diez años girando, lo que les ha forjado como una banda esencialmente de directo que bebe directamente de los grandes de la NWOBHM de los 80. “Screams In The Night”, “The Chalice” o “Night Demon” son canciones que no nos dejaron indiferentes, Jarvis Leatherby a la voz y al bajo, Armand John Anthony a la guitarra y Dusty Squires a la batería demostraron ser un trío prometedor y luchador, y que este es, como dice su último disco, su ‘Year Of The Demon’.
Con más de 32 años como banda, los finlandeses Amorphis se presentaban en el Estrella Levante Stage, presentando su recién salido del horno último disco, ‘Halo’, con temas como las iniciales “Northwards”, “On the Dark Waters” o en la parte central del show, “The Moon”. Su original propuesta de death metal progresivo, con incluso algún toque folk en algunos temas, reafirmó que son una de las mejores bandas del género en concierto, y por algo estaban bien posicionados en el cartel, aunque el concierto se nos antojó un tanto corto.
No faltaron guiños a su penúltimo disco, ‘Queen Of Time’, editado dos años antes de la pandemia, y en la que volvieron a recordar temas que ya se han convertido en clásicos por derecho propio, como “The Bee” o “Wrong Direction”.
El vocalista Tomi Joutsen a la voz estuvo, como siempre, soberbio, y es que se ha ganado con creces su puesto en la banda desde que entrase allá por el 2005. En su repertorio hubo guiños a temas como “Death Of A King” del álbum de 2015 ‘Under The Red Cloud’, “Silver Bride” de ‘Skyforger’ o la más primigenia “Black Winter Day” de su segundo disco, editado en el ya lejano 1994, ‘Tales from the Thousand Lakes’. Con su clásico tema “House Of Sleep” de su séptimo disco ‘Eclipse’ finalizarían su espectacular concierto con un sonido increíble.
Llegaba el turno en el escenario Imperium de uno de los platos fuertes de la noche, Black Label Society, la superbanda del guitarrista y vocalista Zakk Wylde, que apareció ataviado con una falda escocesa al más puro estilo Axl Rose noventero y un pie de micro decorado con calaveras. Arrancaron con “Bleed For Me” con su ritmo trepidante y un juego de luces espectacular a la par. Es en ‘1919 Eternal’, el tercer disco de los americanos, donde las influencias tanto “panterianas” como de Black Sabbath (por algo ha sido el guitarrista de Ozzy por antonomasia en su época gloriosa) son también más que palpables en este tema, en esos primerizos tiempos donde todavía formaba parte de la banda el ahora bajista de Metallica, Robert Trujillo.
No obstante, el bueno de Zakk sigue bien respaldado en la actualidad con el bajista John “JD” DeServio, el guitarrista Dario Lorina y el batería Jeff Fabb. Seguirían en ese primer tramo enlazando directamente con “Demise Of Sanity” del mismo y ya clásico álbum de las huestes de Zakk Wylde, que siempre me ha parecido que tiene un sonido muy hermanado con el de sus coetáneos White Zombie, con las melenas al viento y puños en alto de estos músicos de imponente imagen.
La demoledora “Destroy & Conquer” (puro Sabbath en su pesada base y cambios de tiempo) de su último disco hasta la fecha ‘Doom Crew Inc.’, editado el pasado año, sonó con fuerza y contundencia, reafirmando que Zakk Wylde había llegado para ser uno de los triunfadores de esta primera jornada. “Heart Of Darkness” del disco de 2014, ‘Catacombs Of The Black Vatican’, fue la siguiente en sonar, con también reminiscencias a su “jefe de Oz”. “A Love Unreal”, la preciosa semibalada del décimo álbum de estudio ‘Grimmest Hits’ (aunque cuenta con un videoclip de lo más cachondo con la mismísima “muerte – parca” como protagonista) sonó con contundencia y calidez. Volvemos al último disco con la hard rockera y oscura “You Made Me Want To Live”, otro medio tiempo de excelente melodía y cuyo psicodélico y colorista vídeo también se estrenó hace pocos meses. El tema que daba título a su cuarto disco, la semiacústica “The Blessed Hellride”, fue la siguiente en sonar, continuando esa línea más ralentizada de esta parte intermedia del concierto. La también balada de tintes sureños (muy a lo Lynyrd Skynyrd) “Spoke In The Wheel” fue el único guiño de la ópera prima del guitarrista estadounidense ‘Sonic Brew’, su primer disco con el que el bueno de Zakk inició la aventura paralela a Ozzy hace ya 23 años, y que el frontman interpretó sentado a los teclados, con un cameo incluido al “Layla” de Eric Clapton.
Por fin es el turno de la esperada y exitosa “In This River” del disco ‘Mafia’, todavía con Zakk al piano, que sería la guinda que cerraría este periplo más intimista del guitarrista. Un tema escrito antes del fatal asesinato de su íntimo amigo y guitarrista de Pantera, Dimebag Darrell, y que desde entonces dedica siempre a él en todos sus conciertos, y últimamente también al hermano tras su fallecimiento hace pocos años, Vinnie Paul. Detrás, en la pantalla central, se iban intercalando emotivas fotografías de ambos músicos de Pantera.
“Trampled Down Below” fue la encargada de recuperar los decibelios en una recta final que reconcilió a Zakk con su público, pues esa lenta tanda anterior se nos tornó quizás demasiado larga; incluyó como unas notas del “Layla” de Eric Clapton.
La pegadiza y melódica “Set You Free”, último tema en sonar de ‘Doom Crew Inc’ iba acercándonos al final del concierto.
“Fire It Up” de ‘Mafia’, incluida hasta en el videojuego “Guitar Hero”, contó con un cameo de la tipiquísima “Smoke On The Water” de Deep Purple, mientras que “Suicide Messiah”, con efecto “wah wah” incluido, del mismo álbum nos hizo ver que aquello se acababa. La guinda final sería para su popular “Stillborn”, que en su versión original cuenta con la voz de su apreciado y actualmente convaleciente por una operación príncipe de las tinieblas, el señor Ozzy Osbourne.
Todo un clásico cuyo espectacular videoclip fue dirigido por el mismísimo Rob Zombie y que también apareció en su día en el volumen IV del “Guitar Hero”. Sin duda, Zakk demostró que ha sabido labrarse una carrera más que digna, con un estilo personal único, pese a las similitudes, y estuvo entregado a un público fiel, animándolos a lo largo del concierto, puños arriba, a tararear cada canción, que fue ilustrada en la pantalla por cada portada de su disco. Gran concierto de los americanos.
En el Heretic Stage el histórico trío estadounidense deathmetalero Dying Fetus descargaba con brutalidad y furia parte de su repertorio, presentando su último disco hasta la fecha, ‘Wrong One To Fuck With’. Así, el grupo de Maryland formado por el guitarrista y vocalista John Gallagher, el bajista y vocalista Sean Beasley y el batería Trey Williams ofreció un concierto que agradó a los incondicionales del género con piezas contundentes como “Subjected to a Beating”, el tema homónimo de su último álbum “Wrong One to Fuck With” o la brutalísima “Kill Your Mother, Rape Your Dog”. Aunque el grupo es quizás demasiado estático en el escenario, fue en esta ocasión el público el que puso la guinda en el concierto con los clásicos circle pits y pogos, es decir, esos bailes a base de choques, saltos y empujones donde conviene no meterse si no eres muy experto en el mismo. De las ofertas más salvajes del día.
Tuvimos el gran privilegio de que Avantasia iniciaran su nuevo tour de aniversario, previo a la edición de su nuevo disco, tras dos años y medio sin poder girar debido a la pandemia (sus últimos conciertos datan de finales de 2019). Había por tanto muchas ganas de ver a la banda de ese pequeño gran genio alemán que es Tobías Sammet, y sobre todo, de comprobar qué compañeros le acompañarían en esta nueva encarnación de lo que comenzó como un proyecto allá por el 2000 y que se ha convertido en una superbanda en toda regla.
El cantante estuvo simpático como es habitual en él, bromeando sobre la pronunciación correcta de Cartagena y excusándose por su español. Iniciaron su espectacular concierto con la potente y rápida “Twisted Mind”, con menos parafernalia que en otras giras, y un escenario más sobrio, únicamente con algunas tarimas para los músicos.
No podía faltar “The Wicked Rule The Night” con la enorme sorpresa de Ralph Scheepers de Primal Fear en el escenario, tal y como colabora en su recién estrenado single, y es que, ya que su banda madre se ha tomado un tiempo de descanso, nada mejor que aprovechar el tiempo girando con su paisano Toby. Su espectacular y afilada voz le vino genial a temas como “Reach Out For The Light”.
Nos asaltaban a todos las dudas de si, en uno de sus grandes éxitos, “Dying For An Angel”, aparecería el vocalista original de Scorpions, Klaus Meine, aprovechando su concierto como cabezas de cartel al día siguiente, pero sería Eric Martin de Mr. Big el que prestó de nuevo la voz a este ya clásico. La lista de temas interpretados fue inmensa: “Shelter From The Rain”, “Let the Storm Descend Upon On You”, la primigenia balada “Farewell”... La verdad es que sonaron muchísimos clásicos.
Qué bien sigue sonando “The Scarecrow”, tema homónimo de su tercer celebrado álbum, con Jorn Lande comiéndose el escenario literalmente. Otros sorprendentes invitados fueron el vocalista de Magnum, Bob Catley, en temas como “The Story Ain't Over” o el de Pretty Maids, Ronnie Atkins en “Invoke the Machine “.
El tener ese respaldo vocal tan impresionante en tus compañeros de aventura hace que puedas tomarte un descanso sin que se resienta el espectáculo lo más mínimo, como fue la interpretación de Lande y Martin con otros cortes.
Aunque el espectáculo duró dos horas de concierto por tratarse de un festival frente a las casi tres horas que suelen ser sus conciertos como cabeza de cartel, Avantasia se coronaron una vez más como los salvadores del power metal más clásico europeo. Aquel, del que el propio Sammet fue protagonista a principios de este siglo con sus hibernados Edguy (que esperemos recupere en algún momento), y donde todos los músicos involucrados dieron una clase magistral. Y es que, contar, no en vano, con Sasha Paeth u Oliver Hartmann o Felix Bohnke, además de todos los invitados, sin duda, es una garantía de éxito. Celebradísimos y coreados en su parte final fueron también los singles “Mistery Of A Blood Red Rose” y “Lost In Space”. Como dice su última grabación, Avantasia gobernaron la noche, pero lejos de ser malvados como versa el título, demostraron ser buenas personas, pero ante todo, buenísimos músicos.
Los amantes del metal progresivo pudieron acabar su día con alegría con la presencia de los noruegos Leprous cerrando el Imperium Stage el viernes. Virtuosismo, nuevos sonidos y una propuesta musical arriesgada, no apta para todos los paladares, definen a esta tremenda banda fundada por el vocalista y teclista Einar Solberg y el guitarrista Tor Oddmund Suhrke.
La intensa “Below”, “Running Low” u otros temazos como “From The Flame”, “Nightime Disguise” o “Slave” nos dejaron completamente embelesados. Tremendos.
Hitten, en activo desde hace más de una década y liderados por el virtuoso guitarrista dio un verdadero conciertazo. La banda se ha curtido en los directos todo este tiempo y eso se nota, llegando incluso a actuar en Japón hace más de un lustro, con un gran éxito. Su estilo e influencias son un heavy metal de corte muy clásico, con referencias a los grandes nombres como Iron Maiden o Judas Priest. Hicieron un gran repaso por toda su discografía, incluido su reciente EP ‘Hard Intentions’, anticipo de su nuevo disco , ‘Triumph & Tragedy’, que se editará a finales de año. Los murcianos cerraron este escenario abarrotándolo con un público entregadísimo.
¡Seguimos el sábado con la segunda jornada!
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1 comentario
Cojonudo resumen hacia estas pedazos de 5 bandas las cuales ofrecieron cada una de ellas a su estilo potentes descargas presentando algunas de ellas como los BLACK LABEL SOCIETY sus nuevos álbumes en este primer dia de la primera edición de este gran festival murciano como es el ROCK IMPERIUM.