Obús: 40 años de su lleno en el pabellón que consagró la llegada del heavy metal a España
6 noviembre, 2021 12:53 pm 4 ComentariosLa historia de un evento clave de nuestro heavy metal: El 12 de noviembre de 2021, Obús junto a la Bon Scott Band celebran un gran concierto en la capital del estado español, rememorando en gran medida el 40º aniversario del que fue el concierto que les lanzó al estrellato del rock estatal a niveles que ninguna banda había conseguido antes. Ese gran acontecimiento, ese hito que cambió la historia del heavy metal en nuestro país, lo rememoramos hoy, y para ello contamos con el testimonio y la crónica histórica de Mariano Muniesa, que estuvo esa legendaria noche en el vetusto Pabellón del Barrio de Begoña, y que para enriquecer más este reportaje, ha contado con la inestimable colaboración de Fortu y de Paco Laguna. Documento histórico para entender y apreciar la historia del rock en el estado español.
1981, un año crucial en la historia del heavy metal en España
El heavy metal en 1981 ya empezaba a ser en España, de hecho era ya un estilo en su nueva vertiente más próxima a todo lo que había sido la explosión de la New Wave Of British Heavy Metal, un fenómeno de una incidencia cultural innegable, y estaba paso a paso adquiriendo un crecimiento, una popularidad y una presencia social enormes en cuestión de muy pocos meses, especialmente en Madrid.
La fuerza que tenía no solamente el “Mariskal Romero Show” como programa de radio que aglutinaba toda esa nueva movida heavy, sino los programas de rock emergentes en ese momento como la “Emisión Pirata”, “Disco-Cross” de Mariano García o “El Búho Musical” de Paco Pérez Bryan, la aparición de discos como ‘Larga Vida Al Rock´n´Roll’ de Barón Rojo, el ‘En Directo’ de Leño, el histórico concierto de AC/DC en Madrid en enero del 81, y en general, el anhelo de mucha, muchísima gente joven de autoafirmarse, de desarrollar su personalidad libremente tras tantos años de oscuridad dictatorial – no olvidemos que en febrero de 1981 el país vivió un intento afortunadamente fracasado de golpe de estado militar pinochetista que pretendía volver a un régimen neofranquista-, creaba las condiciones que hacían lógico que una música fuerte, intensa, que se expresaba a gran volumen y con letras que tenían un mensaje, un significado, fuera la válvula de escape emocional y psicológica ideal para esas y esos jóvenes que querían no solamente vivir su libertad de forma radical, sino que la música, el heavy metal en este caso les sirviera de desahogo ante los problemas de paro y marginación que sufrían las y los jóvenes de los barrios obreros y de clase trabajadora.
Ni es fácil ni probablemente sea acertado mencionar una fecha concreta a partir de la cual empezó todo ese proceso, pero lo que sí es posible es mencionar la fecha que marcó claramente un antes y un después en todo aquel fenómeno. Esa fecha fue la del viernes 6 de noviembre de 1981, la fecha de la presentación en Madrid del primer disco de Obús, ‘Prepárate’, en el Pabellón de Deportes del Real Madrid.
Obús, un fenómeno único en la historia de nuestro rock
Cuando Obús dieron el mítico concierto del que hoy recordamos su 40º aniversario, el grupo apenas superaba el año de vida desde su formación en noviembre de 1980, aunque sus componentes sí tenían ya una trayectoria en el rock español desde los tiempos del “rollo”, a través de su concurso en formaciones como Red Box, Madrid 20 o muy especialmente Union Pacific. El éxito tan abrumador que lograron en cuestión de pocos meses no tenía precedentes en el rock español, ni se volvió a repetir un caso similar más tarde.
Recordaba Mariskal Romero en su libro ‘Chapa, historia de una etiqueta’: “Ellos irrumpieron con toda la fuerza del mundo. Traían todo lo que este negocio del rock duro genera a diario: mucha fuerza y mala leche. El tren de la oportunidad pasó por su puerta y no solo lo cogieron sino que se subieron en Primera. Fue en el Estadio del Rayo Vallecano, en un multitudinario festival bajo auspicios municipales con los Barón Rojo ya como estrellas y ellos en plan de currarse su oportunidad. Nunca olvidarán aquella noche de junio de 1981. El campo se rindió a ellos y aplastaron al resto del cartel. Al día siguiente todo el Madrid rockero no hablaba de otra cosa que no fuera la explosión Obús. En menos de un año, cuatro héroes de Madrid pasaban del subterráneo a la cresta de la ola”.
Y así fue. Además de ello, el grupo pocas semanas antes se había proclamado ganador del Trofeo Rock Villa de Madrid, galardón que en aquel momento tenía una enorme trascendencia en la capital y habían firmado su primer contrato discográfico con Chapa Discos para editar su legendario debut, ‘Prepárate’, el 26 de octubre de 1981.
El equipo de promoción de Chapa, muy especialmente Luciano Fuentes, creyó firmemente en Obús como una apuesta muy sólida que venía avalada no solo por su triunfo en el Villa de Madrid, sino por esa marea de fans aún invisible pero ensordecedora que les estaba convirtiendo poco a poco en héroes y la solvencia de sus directos, que eran siempre espectaculares. Y para rematar la jugada, el primer single extraído de su debut homónimo, “(Prepárate) va a estallar el obús”, logró lo que nunca un grupo de heavy metal había logrado en España y no volvió a conseguir hasta 20 años después con Mägo de Oz: ser número 1 de los 40 Principales.
El gran concierto
Para la promoción de ‘Prepárate’, dada la efervescencia de popularidad que Obús vivían, la apuesta se redobló y se optó por organizar un gran concierto en un escenario al que hasta entonces sólo habían accedido los grandes del rock internacional en los 70: Jethro Tull, Queen, Uriah Heep, y muy especialmente nueve meses antes, AC/DC, que habían llenado hasta los topes el recinto en cuestión, el Pabellón de Deportes del Real Madrid.
A pesar de que la popularidad del grupo era enorme, nadie, absolutamente nadie, ni siquiera el propio grupo, imaginó no solamente que superarían el reventón de AC/DC, sino que el concierto marcaría toda una época. El único que sí estuvo seguro de que aquello iba a ser apoteósico fue el promotor, otro personaje que durante muchos años fue artífice de muchísimos grandes conciertos y festivales de rock en España: Tony El Rubio.
“Mira, en 1981 ocurría algo que igual ahora mucha gente no se acuerda o no sabe, y es que no existía la venta anticipada, el mismo día del concierto se abría la taquilla y la gente que allí mismo compraba la entrada era la que entraba. Con lo cual, a pesar de que sabíamos que Obús estábamos en un buen momento, no podíamos ni imaginarnos que iba a haber un llenazo así”, recuerda Paco Laguna, guitarrista de la banda. “Cuando Tony El Rubio se lanzó a alquilar el Pabellón del Real Madrid, casi todo el mundo pensó que se iba a dar una hostia espectacular. Hasta Javier Gálvez, aunque esto nos lo dijo después, le dijo: “Pero Tony… ¿estás loco? ¿Obús llenando el Pabellón?, ¿un grupo que acaba de sacar su primer disco? ¡Eso no lo ha hecho nadie!” y el día del concierto, bueno… fue de flipar. Nos costaba trabajo creerlo, de verdad”.
Fortu Sánchez guarda unos recuerdos muy similares: “Vimos que había, desde más de tres horas antes de que se abrieran las puertas, una cola que daba la vuelta a todo el Pabellón, eso no lo habíamos visto desde el concierto de AC/DC, era la hostia. Yo pienso, como alguna vez hemos comentado, Mariano, que se vendieron muchas más entradas de las que eran el tope del aforo, y me consta que se quedó mucha gente en la calle”.
Coincido con Fortu en esa apreciación. Quien suscribe estas líneas, acudió a este concierto, el segundo al que iba tras el de AC/DC de enero de aquel mismo año, y recuerdo perfectamente cómo el lleno era literalmente asfixiante. A unos cinco o seis metros de la primera fila, que es donde yo más o menos conseguí colocarme, era imposible moverse dentro de la monstruosa marea humana que abarrotaba aquel Pabellón. Y la emoción, la entrega, la pasión con la que la gente vivió el concierto era delirante y el grupo lo notó y lo sintió. “Lo más emocionante para mí, lo más brutal y lo que no olvidaré nunca fue la respuesta del público, era algo acojonante, de verdad. Muy pocas veces como en ese concierto sentimos algo tan fuerte por parte del público. Inolvidable”, afirma Paco Laguna.
Obús eran ya en ese momento un grupo de heavy metal total, que en su estética, su puesta en escena y hasta en sus modestos números de escenario – “Sacamos bajando desde el techo del Pabellón una réplica de un obús de guerra, bastante casero, es verdad, pero bueno, yo creo que en ese sentido ya desde esos primeros momentos demostramos que teníamos ganas de hacer cosas nuevas, de darle un componente diferente a lo que eran los conciertos de heavy”, recuerda Paco- estaban rompiendo moldes, pero que por encima de eso, en aquel show siempre se recordó el volumen atronador, ensordecedor, demoledor, de su sonido en directo. Tan impactante resultaba la energía que Obús desplegaban en directo como ese mismo volumen ensordecedor de su música, dentro de un recinto que no tenía ni las más mínimas condiciones acústicas en tanto que cuando se construyó nunca se pensó que albergaría conciertos de heavy metal.
Aunque la energía vibrante que la banda desprendía desde el escenario compensaba todas las posibles deficiencias técnicas, que por otro lado, y hay que decirlo en justicia por parte de los técnicos de Obús aquel día, fueron mínimas, aunque Fortu no piense igual: “Bueno, es verdad que tocábamos a un volumen muy alto, pero la calidad dejaba que desear”, recuerda el frontman. “Esa fue otra de las cosas en las que Tony El Rubio se empeñó, en que tuviéramos una potencia de sonido brutal, la mayor posible. Le alquilamos el sonido a Braulio de Triple Onda, al que llamábamos “El Butanito”, y que nos proporcionó todo el equipo que tenía y que pusimos a tope”.
Obús hicieron un recorrido por todo su álbum de debut en el que brillaron con luz propia temas que acabaron siendo clásicos absolutos de su carrera como “Pesadilla nuclear”, “Dosis de heavy metal”, “Solo lo hago en mi moto”, “Cállate” o muy especialmente ese single que sonaba insistentemente en la radio, “(Prepárate) Va a estallar el obús”.
A la salida del concierto y a medida que aquella masa humana se encaminaba, sudorosa, extenuada pero feliz de haber disfrutado de aquel inmenso concierto hacia la estación de metro de Begoña, la más cercana al Pabellón, recuerdo que me llamó especialmente un comentario muy significativo que venía haciendo la gente: “Sí, los AC/DC también lo hicieron de puta madre, pero esa peña son guiris, están forrados de pasta y los Obús son de Vallecas, tronco”. En mi opinión, yo creo que eso influyó muchísimo en que en aquel concierto se estableciera un lazo de identidad, de solidaridad muy fuerte entre la banda y su público, el público heavy.
“Es cierto eso que dices” – me comenta Paco- “ y te digo más, igual que tu, yo fui de los que estuve de público en el concierto de AC/DC de enero de 1981 en ese mismo recinto, y cuando me vi nueve meses más tarde allí, en ese mismo escenario, tocando mis canciones, con mi grupo, era increíble. La gente nos veía como lo que realmente éramos, gente como ellos, chavales de barrio que habíamos logrado esa proeza, y eso les hacía sentirse muy identificados con nosotros”.
Por su parte Fortu asevera: “Yo creo que tuvimos la suerte de salir en el momento más oportuno, cuando ya estábamos superando todo lo que había sido la época de Franco, la gente se sentía libre y estaba deseando disfrutar de algo como los conciertos de rock, que era algo que hasta entonces había casi a cuentagotas, y obviamente Vallecas, que era un barrio de clase obrera, de gente muy luchadora y de muchísimos grupos, músicos y aficionados al rock, se sintieron, como te ha dicho Paco, muy identificados con el grupo”.
Sin lugar a dudas, el recuerdo para el grupo de aquella histórica noche es algo que quisieron compartir con nosotros y nosotras. “Según terminó el concierto, recuerdo que en el camerino nos volvimos locos de alegría, nos abrazamos, gritamos, éramos como cuando un equipo de fútbol gana la Champions League, y se ven esas escenas de locura en el vestuario”, dice Paco Laguna. “Recuerdo que lo celebró especialmente con nosotros Luis Soler, que dentro de Chapa era de los que más había apostado por Obús, y en ese momento era como uno más del grupo. Luego me acuerdo que nos fuimos a celebrarlo al “Oh Madrid”, una discoteca muy pija de la zona norte de Madrid con la gente de la compañía de discos, aunque no me pareció el mejor lugar para celebrar algo así”.
Fortu: “Los primeros momentos en el backstage nada más terminar aquel concierto fueron muy emotivos. Te reconozco que a muchos nos caían las lágrimas de felicidad. Éramos muy jóvenes todavía, y no esperábamos algo así. La fiesta posterior fue espectacular, a base de cervezas y cubatas… una canción como “Vamos muy bien” en parte surgió de aquella celebración, como otras muchas que hacíamos cuando un concierto había salido bien”.
El legado
Sería incompleta esta crónica de recuerdo de ese concierto de Obús en el Pabellón sin mencionar que, como era habitual en aquellos años, no faltó la presencia de la querida Abuela Ángeles, fan declarada de Obús, y que tuvieron como teloneros a una magnífica banda de puro heavy metal que gozó de muy poca suerte en su momento y a la que, llegado el momento, habrá que reivindicar como se merecen: Mazo. De hecho, Manolo Caño, batería de Mazo, había sido batería de la primerísima formación de Obús, y es de justicia decir que cumplieron más que dignamente con su labor de teloneros.
Tal y como señalaba al comienzo de esta crónica, este concierto supuso todo un hito dentro de la historia del heavy metal en nuestro país. Toda la prensa generalista, los diarios ABC, Ya, El País, Diario 16, etc. dedicaron extensas crónicas a este concierto, que alcanzó proporciones de verdadero evento. Por primera vez un grupo de auténtico heavy metal, que en su estética, al igual que ya estaban haciendo en Inglaterra Judas Priest, Saxon o Iron Maiden, vestían de cuero negro, tachuelas y parafernalia metálica a tope, llegaban a la Televisión Española en programas como “Aplauso” o “Musical Express” y provocaban que los medios generalistas pusieran claramente sobre la mesa que en nuestro país existía un grupo de heavy metal que podía competir y estar a la altura claramente con cualquiera de los grupos de la escena internacional.
Y a partir de ahí, la revolución. En 1982 y en los años siguientes, por todo Madrid empezaron a surgir discotecas, bares y garitos donde se pinchaba heavy metal, muchas compañías empezaron a fichar grupos de heavy –la todopoderosa Warner Music por ejemplo, con Ángeles del Infierno y Banzai- y hasta por las calles, ya se normalizó el ver a pandillas de chavalas y chavales con sus largas melenas, sus chupas vaqueras o de cuero llenas de chapas y remaches, sus camisetas de Iron Maiden, Judas Priest, o los propios Obús, en 1982 los promotores de conciertos trajeron a tocar a España a Scorpions, Gillan, Iron Maiden, Rainbow… durante varios años, el heavy metal impregnó toda la cultura popular y el paisaje de nuestro país. Incluso, dentro de esa vorágine, en 1982 se puso en marcha el proyecto de crear nuestra revista Heavy Rock, hoy La Heavy.
Fortu: “No se debe olvidar que Obús fuimos el primer grupo español que llenó el Pabellón, y ese concierto significó algo muy importante. Luego lo hicieron Barón Rojo, Leño, Miguel Ríos… pero Obús fuimos los primeros”.
Desde ese momento, Obús no pararon de tocar en directo por toda la geografía nacional, al tiempo que hacían promoción del disco por cada ciudad a la que iban y preparaban en el local de ensayo los temas que integrarían su segundo LP, ‘Poderoso como el trueno’.
Pero desde el 6 de noviembre de 1981, la historia cambió para siempre. Nunca podría explicarse la historia del heavy metal español sin entender lo que significó aquel concierto, y sobre todo, lo que Obús aportaron en ese trascendental momento.
Mariano Muniesa
El próximo 12 de noviembre Obús estará celebrando "40 años por y para la música" en la sala La Riviera de Madrid, con el tributo a AC/DC, esa banda que llenó el Pabellón del Real Madrid poco antes que los de Fortu y Paco, de The Bon Scott Band.
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4 comentarios
Extenso e interesante resumen en el 40 aniversario del lleno en tan emblematico recinto de los históricos OBUS presentando su primer álbum de estudio. Un placer disfrutar de este gran clásico.
Mi primer grupo, mi primera cassette, fiel seguidor, a dia de hoy que os den y mucho.
No son mas que rojos politizados.
Cuando se enteren juandie y compañía de que hetfield y ulrich son fachas se suicidan...