Nine Inch Nails: 25 años de ‘The Downward Spiral’

Trent Reznor. 1994

‘Pretty Hate Machine’ había sido una sólida introducción de la banda en 1989, pero Trent Reznor había decidido tomar todos sus demonios personales y expresarlos en una obra de metal industrial oscura, atormentada y que sería tan artísticamente incómoda que no se puede decir que haya muchos álbumes ahí fuera con la impronta de ‘The Downward Spiral’.

Las luchas de Reznor a la hora de componer este álbum han sido más que contadas y narradas por él y muchas otras personas con el paso de los años, este álbum es una obra semi-conceptual en la que intentó canalizar su ciclo depresivo, sus tendencias suicidas y todas las adicciones que estaba padeciendo en ese momento para contar la historia de un hombre que iba descendiendo más y más en ese nebuloso, caótico y demoledor, ciclo de autodestrucción.

Es por eso que no se puede analizar ‘The Downward Spiral’ como un compendio de canciones individuales, sino que hay que hacerlo como un todo, como una declaración del estado mental de una persona en un punto concreto de su vida y sobre cómo todo ese dolor se ha convertido en una experiencia musical que, si bien es cierto puede llegar a ser perturbadora en algunos pasajes, no deja de ser una demostración de lo que podía hacer Nine Inch Nails en su apogeo y por qué se convirtieron en uno de los grupos por antonomasia de la década.

Para los que están acostumbrados al metal más convencional –e incluso a lo que se fraguaba por esos años-, este es un trabajo marcadamente diferente a lo que han escuchado hasta ahora, musical y líricamente. Es una experiencia que se puede expresar en diferentes pasajes, como la sordidez casi techno de “Closer”, la extraña brutalidad que se puede encontrar en “Mr. Self Destruct” (buen título para el estado mental de Reznor en esos años), o “Heresy”, que se siente como una suerte de retorno musical a lo que hicieron en ‘Pretty Hate Machine’ con ese uso de los sintetizadores.

Incluso temas cortos que hacen las veces de interludios como es el caso de “Big Man with a Gun” generan un impacto en el oyente y son casi dos minutos de profundad intensidad, con una banda enfocada y un Reznor que se deja el alma en cada tema, como si se cayera a pedazos con cada letra que surge de este álbum. “Piggy” es uno de los temas más conocidos de este álbum, con su aura tenebrosa y lenta, como quien no quiere la cosa, repta por tu mente y se hace un lugar en ella, resonando una y otra vez.

“Hurt”, tal vez la canción más conocida de Nine Inch Nails, es una pieza que ya casi todos se saben de memoria y que fluye con una cierta naturalidad que es diferente al del resto del ‘The Downward Spiral’, resaltando de manera muy peculiar. El ritmo sicofante de “March of the Pigs” es uno de mis aspectos favoritos del álbum, y es un corte que ha perdurado en mí con el paso de los años.

‘The Downward Spiral’ es uno de esos álbumes que pasan cada cierto tiempo y que capturan un enfoque musical muy preciso; es por eso que ha perdurado por veinticinco años y se ha convertido en tal vez el álbum de metal industrial más importante que ha surgido.

Kevin Tanza

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