King Sapo: Larga vida al rey

10 enero, 2020 2:27 pm Publicado por  3 Comentarios

Jesús Trujillo

El mes de diciembre del año 2019 que hemos dejado atrás hace un par de semanas se celebró un año del lanzamiento del primer álbum de una banda tan nueva como experimentada, tan fresca como añeja, y tan ilusionante y emergente como asentados están ya sus miembros entre quienes gustan del mejor rock.

Andrés Duende

‘Niño Gurú’ es el nombre de un primer disco en el que ha quedado claro lo que muchas veces se dice demasiado alegremente y que con King Sapo adquiere todo el peso: no hace falta cruzar los Pirineos ni el Atlántico para poder ser testigos de una de las mejores descargas de rock clásico de las que se puede disponer a día de hoy.

Casi hay que pensárselo a la hora de hablar de rock “clásico”, pues está claro que las raíces son las grandes bandas del rock de los 60 y 70, pero la forma en la que Jesús Trujillo, Andrés Duende, José Alberto Solís y Javi Planelles catalizan todas sus influencias rockeras arrastra también lo mejor de los 90 y hace que parezca que estás viviendo en tiempos en los que hasta el aire que se respira es mejor. Rock con mayúsculas.

José Alberto Solís

De todo esto no hace tanto que pudimos dar fe en nuestra propia piel, de hecho, con un año de diferencia pudimos hacerlo por partida doble en la capital, primero en la espectacular presentación, casi bautizo, que se vivió en el escenario de la sala El Sol, y a finales del pasado mes de noviembre no dudamos en repetir en la Cool Stage, donde se volvió a dar una lección de cómo hacer que el rock se mantenga vivo y en movimiento.

Durante una hora y media disfrutamos de la comunión que se crea entre la banda y su público, tiempo en el que podemos sumergirnos en la personalidad de cada uno de los músicos, ese “noséqué” que algunos llamamos “mojo”, y que desborda en la corte del Rey Sapo.

Javi Planelles

Para los que ya veníamos siguiendo la etapa anterior que ha desembocado en King Sapo, los tiempos de Eldorado, es una gozada ver a esta banda desatada: a Jesús tras unas estilosas gafas metiéndose al público en el bolsillo con esa voz capaz de erizarte el vello en “Alguien como tú” o de partirte el alma poniendo los tiempos más bajos de canciones como “Libre” o “Hablando con árboles” entre lo más destacado de su concierto; la solidez desmelenada y psicodélica de Solís, curtida en proyectos como Última Experiencia o SCR; el rugido de una guitarra que ya es una extensión del cuerpo de Andrés, a la que parece hacer hablar, y la personalidad que le da Planelles a la batería… y al show en general.

El nivel que alcanzan en directo temas como “Afrodita Blues”, “Lume” o “Super Psycho”, que parecen moldearse al salir por los altavoces del lugar, llevó a toda la sala a ese punto hipnótico que tiene el rock cuando realmente engancha y supera comparaciones. Nada mejor para salir de la ensoñación que el propio grupo llamando a la fiesta final, reviviendo "Niño Gurú" ya en ambiente mucho más desenfadado, para lo que Planelles y Solís no necesitan que se les anime. Siempre se agradece volver a chapotear en la charca una vez finiquitados los asuntos del trono.

El próximo 25 de enero vuelven a la sala Hell Dorado de Vitoria-Gasteiz, y el 8 de febrero ya se les espera en el Louie Louie de Estepona, dos nuevas oportunidades para dejarte seducir por el King Sapo que no deberías dejar escapar.

Texto: Jorge Bobadilla
Fotos: Alejandro García

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