Crónicas

King Sapo: El sapo salta del charco

«El beso del Rey Sapo resulta la mar de atractivo. Larga vida al Rey Sapo.  »

27 noviembre 2018

Sala El Sol, Madrid

Texto: Yorgos Goumas Fotos: Jorge Bobadilla

Como en el cuento infantil, el rey sapo dio su primer salto desde su encharcado reino rockero y, a todos nosotros, príncipes y princesas, nos invitó a que le besáramos para que fuéramos testigos de su transformación en una formidable formación de rock setentero psicodélico… y os aseguro que cumplió su promesa.

Aunque el nombre de la banda aún no os dice nada, si os digo que la componen las tres cuartas partes de los desaparecidos Eldorado (Jesús Trujillo: voz/guitarra, Andrés Duende: guitarra, y Javier Planelles: batería) junto al bajista y productor Jose Alberto Solís (Wyoming y los Insolventes, Última Experiencia), entonces empezaréis a haceros una idea de por dónde van los tiros con este combo.

Básicamente se trata de llevar el sonido clásico de Eldorado un paso más allá y así combinar sus influencias zeppelianas al terreno más psicodélico de unos The Doors, pero también añadirle un toque más moderno, con reminiscencias de bandas como Queens of the Stone Age.
En la velada del martes pudimos disfrutar, después de una intro grabada con sonidos de cantos indígenas norteamericanos (un guiño quizás a Jim Morrison e Ian Astbury, declarados admiradores de su cultura), con temas como “Niño Gurú”, el primero (y primer single) que llegaron a componer juntos como King Sapo y que nos recuerda a bandas como The Cult, pero también mantiene la esencia de Eldorado. Una buena manera para empezar la noche que fue seguida por “Super Psycho”, tema con reminiscencias de Cream, a quienes también homenajearon con una larga improvisación, tal como solían hacer Clapton y compañía, al más puro estilo setentero.

Otros temas que sonaron y que se incluirán en su aún inédito debut, que grabaran en este mes de diciembre, fueron “Insomnios”, “Lume”, “Hombre Humo” muy al estilo de bandas como Vintage Caravan o Kadavar, y “Alguien Como Tú”. Personalmente me quedé fascinado con “Libre”, un tema que arranca como balada para explotar en la segunda parte al mejor estilo de un Neil Young y sus Crazy Horse (posteriormente, les dije que me parecía uno de los mejores temas que hayan compuesto jamás). Otra emocionante balada es “Hablando con Arboles” y se nota que se trata de unos músicos que no paran de evolucionar y madurar.

La velada se cerró con “Afrodita Blues”, su último single, que supone otra muestra de su hábil mezcla de rock añejo, pero pasado por el filtro de la modernidad. Creo que como se trataba de un primer contacto con el público como King Sapo, prescindieron de tocar alguna versión para que así nuestra atención fuese solamente sobre su música, y por eso, como bis, repitieron “Niño Gurú”. Lo bueno si breve, dos veces bueno así que salimos de la sala convencidos que el beso del Rey Sapo resulta la mar de atractivo. Larga vida al Rey Sapo.

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Esta entrada fue escrita por Yorgos Goumas

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