Especial Halloween: 10 historias espeluznantes para no dormir

31 octubre, 2018 2:05 pm Publicado por  1 Comentario

El rock siempre ha tenido una vertiente peligrosa y subversiva. Quizás por ello no debería ser raro que de vez en cuando se vea salpicado por crímenes, sucesos sobrenaturales o episodios truculentos que convendría olvidar. Con motivo de la víspera de Todos los Santos, ALFREDO VILLAESCUSA recupera algunos hechos escabrosos sobre asesinatos, apariciones y desapariciones, suicidios, pederastia, magia negra o simples chalados que se inyectaban su propia orina para combatir alergias. Agárrense al sillón.

  1. Asesinos natos

La mente de los psicópatas ni siquiera ha respetado a las leyendas del rock. Ahí tenemos como ejemplo más conocido el caso de Mark David Chapman, que disparó a John Lennon con una frialdad que provoca escalofríos después de que este le hubiera firmado un disco pocas horas antes. Pero en realidad era un plan que llevaba maquinando desde octubre de 1980 y que finalmente materializó un 8 de noviembre en el que compró una copia del libro ‘El guardián entre el centeno’ de J.D. Salinger para escribir “Esta es mi declaración” y firmar como “Holden Caulfield”, el protagonista de la obra. Chapman pasó la jornada en la entrada del edificio Dakota, donde vivía el ex-Beatle con su mujer, hablando con el portero y con otros fans y hasta saludó al niño Sean Lennon cuando lo sacó a pasear el ama de llaves de la casa. Hacia las 10:49 ya se le cruzó el cable y cuando Lennon salió de su limusina le disparó cinco balas, de las cuales cuatro impactaron en la espalda y el hombro izquierdo. Y mientras llegaba la policía, no dudo en ponerse a leer ‘El guardián entre el centeno’.

Charles Manson

No menos perturbado resultó el asesinato de Dimebag Darrell de Pantera a manos de un tipo que estaba obsesionado con la banda y que incluso aseguraba que les iba a demandar porque le habían “robado algunas canciones”. Esa es una hipótesis, pero nunca se sabrá por qué Nathan Gale se subió a un escenario del club Alrosa Villa y mató a tiros a cuatro personas. Dicen que en el salón de tatuajes de su pueblo incomodaba a alguna gente mirándoles fijamente y hablándoles de rock, pero nadie imaginaba que protagonizaría un tiroteo y que se enseñaría tanto con la víctima al dispararle cinco veces en la cabeza.

Y no podemos cerrar este apartado sin acordarnos de Charles Manson y sus macabros asesinatos, que incluyeron a Sharon Tate, esposa del director Roman Polanski. Una espiral de destrucción inducida en teoría por la canción “Helter Skelter” de los Beatles, que Manson interpretaba como una llamada al Apocalipsis, al Juicio Final, al día en que los afroamericanos se levantarían contra los explotadores blancos. Una guerra racial tras la que Charles pasaría a gobernar a los vencedores. Toda una chaladura que chocaba con el mensaje hippie de paz y amor de los Fab Four, que no podían salir de su asombro al escuchar tan peculiar interpretación. Lennon decía lo siguiente: “Está chiflado. Es como algunos admiradores de The Beatles que dan a nuestras letras un sentido místico. A nosotros nos divertía meter esas cosas, lo hacíamos en plan de guasa. […] No sé qué tiene que ver “Helter Skelter” con el hecho de apuñalar gente”.

  1. Apariciones y desapariciones

Son de sobra conocidas las historias que pululan en torno a la misteriosa portada del primer disco de Black Sabbath. Que si aquella mujer nunca estuvo allí y demás, pero la realidad fue más bien decepcionante para los amantes del morbo fácil. Según el periodista Pete Sarfas, no se trataba de una bruja ni de un fantasma, sino de una modelo llamada Louise, de la que pocos datos fiables se conocen y de la que circulan asimismo otras leyendas negras, como la que afirma que murió en un accidente de coche el mismo año de publicación del disco.

Cierto o no, el mal rollito estaba muy presente en este debut también en su desplegable libreto interior que incluía una cruz invertida, imágenes de árboles ennegrecidos, amapolas que sangran, conejos muertos en trampas, pájaros mudos o estatuas decapitadas. Con estas referencias no debería sorprender que tras los conciertos se les acercaran tipos con capas que les invitaban a misas negras en el cementerio londinense de Highgate. Unas proposiciones que el propio Ozzy siempre despachaba de la siguiente manera: “Mira, tío, no me interesa el espiritismo, solo lo espirituoso: el whisky, el vodka y la ginebra”.

Y en el lado opuesto de desapariciones enigmáticas, hay que mencionar la del guitarrista Richie Edwards de Manic Street Preachers, que ha suscitado todo tipo de conjeturas a lo largo de los años. Damos como seguro que se perdió su rastro el 1 de febrero de 1995, justo cuando debía viajar a EEUU para hacer promo junto al vocalista James Dean Bradfield. Las dos semanas antes de volatilizarse sacó cada día la cantidad de 200 libras, lo que alcanzó una suma de 2.800 para cuando le tocaba cruzar el charco. Algunos especularon con que dicha cantidad era necesaria para el viaje y otros lo atribuyeron a la compra de un escritorio para su piso del que nunca se encontró recibo alguno.

Según la periodista Emma Forrest, la noche anterior a la desaparición, Edwards le dio a una amiga un libro llamado ‘Novela con cocaína’ que detalla cómo el autor pasó un tiempo en un manicomio antes de desaparecer. Y en las jornadas posteriores, un fan aseguró haberlo visto en la estación de bus de Newport y también existe constancia de un taxista que lo llevó por los valles galeses, incluyendo su ciudad natal de Blackwood. En este punto, las cosas se complican cuando aparece abandonado su vehículo sin batería y debido a la proximidad con un punto habitual de suicidas se especula con que pudo saltar desde un puente y así acabar con su vida. No fue hasta 2008 cuando lo declaran “presumiblemente muerto”, aunque también aseguraron haberlo visto en las islas de Lanzarote o Fuerteventura. Al solecito.

  1. Magia negra: La conexión Crowley

Las leyendas oscuras en torno a Led Zeppelin han ocupado asimismo ríos de tinta, la más famosa de ellas viene a decir que el grupo hizo un pacto con el diablo supuestamente a cambio de dinero y fama imperecedera. Una historia que tiene como protagonista al guitarrista Jimmy Page, que nunca ha ocultado su interés en el ocultismo, y más concretamente en Aleister Crowley, una figura para nada ajena al mundo del rock que ya había provocado previamente la admiración de The Beatles y The Rolling Stones, Ozzy Osbourne le dedicó una canción o el “Love Under Will” de Fields of the Nephilim hace referencia a uno de los principales mandamientos de su filosofía.

Boleskine House antes del incendio

Esta afición poseía ribetes de obsesión, puesto que Page compró la mansión (Boleskine House) que perteneció a este individuo en Escocia a orillas del lago Ness. De hecho, esta casa puede verse en fragmentos de la película ‘The Song Remains The Same’ y por supuesto estaba cargada de malas vibraciones. Decían que decapitaron a un hombre allí y “a veces se puede oír su cabeza rodando”, según relató el guitarrista en una entrevista en 1975.

El misterio envuelve también al símbolo elegido por Jimmy Page para el álbum sin título conocido como ‘IV’. El significado de la enigmática palabra “Zoso” sigue sin estar del todo claro, aunque pueden trazarse sus orígenes en Ars Magica Arteficii’, un grimorio de 1557 cuyo autor Gerolamo Cardano identificaba este término como satánico. Otras teorías apuntaban a una estilizada forma de la cifra 666, e incluso a la disciplina esotérica hebrea de la Cábala.

Luego hubo también una serie de desgracias que contribuyeron a aumentar el aura maligna del grupo, como la que les sucedió a Jimmy Page y Robert Plant cuando estaban de vacaciones en la isla griega de Rodas en 1975. Page abandonó repentinamente el lugar para visitar la abadía de Thelema en Sicilia, mítico enclave relacionado con Aleister Crowley, y en ese preciso instante Plant y su familia sufrieron un grave accidente de coche que casi le costó la vida a la esposa del cantante y dejó al vocalista con la imposibilidad de andar durante seis meses. No tardaron en atribuir tan funesto episodio a un rito que había realizado Page en la abadía.

Y en 1977, mientras el grupo se encontraba de gira en EEUU, el hijo de Robert Plant sufrió un extraño virus estomacal que requería atención médica inmediata, pero el pequeño no llegó a recibirla y murió en la ambulancia. Otro motivo más para seguir alimentado el mal karma que parecía rodear a la banda.

La tragedia que finalmente desintegraría a Led Zeppelin sería la muerte de su batería John Bonham, atribuida oficialmente a la ingesta desmedida de alcohol, puesto que según el informe forense tenía en el cuerpo el equivalente a 40 pequeños tragos de vodka. Aparentemente, Bonham había estado bebiendo todo el día y no se despertó cuando tocó la hora de expulsar el alcohol, por lo que se ahogó en su propio vómito. Otras fuentes anónimas que encontraron su eco en la prensa sensacionalista de la época relacionaron la muerte de Bonzo de nuevo con el mal fario y comenzaron a circular artículos en los medios sobre la conexión del grupo con la magia negra, la grabación de un extraño disco de cantos fúnebres o los que aseguraban haber visto salir humo negro de la casa de Page la noche en la que murió el batera.

Habladurías que el propio mánager Richard Cole desmintió de plano: “El rumor fue elevado a un estatus mitológico. Por lo que yo sé, el famoso pacto con el diablo nunca existió. Jimmy Page era muy bueno inventando historias, especialmente con las chicas que estaban fascinadas por el lado ‘oscuro’ de la banda, así que quizá fue así como empezó todo. Pero a pesar de la preocupación de Jimmy por lo sobrenatural, raramente discutía sus escarceos con lo oculto con el resto del grupo”.

  1. Sid y Nancy: Amor o destrucción

Una de las historias más presentes en el imaginario colectivo fue la protagonizada por Sid Vicious y Nancy Spungen, una peculiar relación autodestructiva ya retratada con notable acierto en la película de 1986 dirigida por Alex Cox y protagonizada por Gary Oldman y Chloe Webb. La crónica de una noche de excesos que a pesar de los años transcurridos sigue suscitando diversas teorías acerca de si en realidad se trató de un suicidio pactado que Sid no se atrevió a consumar, un ajuste de cuentas por drogas o un complot urdido por el todopoderoso mánager Malcom McLaren. Ideas peculiares que bordean la conspiración recogidas en el documental de Danny García ‘Sad Vacation: The Last Days of Sid and Nancy’.

Sid y Nancy

De lo que se tiene constancia, no obstante, es de que aquel 12 de octubre de 1978 Nancy apareció muerta de una puñalada en el baño de la habitación 100 del hotel Chelsea. El principal sospechoso fue su novio de entonces, Sid Vicious, que afirmó no acordarse de nada, y quedó en libertad bajo fianza. Una noche de desenfreno que parece que se fue de las manos, o como dice el director del documental antes mentado, “solo eran dos yonquis en una habitación con cuchillos”.

Aquello fue el colofón de una pareja tóxica cuya simbiosis más bien se asemejaba a una bomba de relojería, pues Sid Vicious procedía de un hogar desestructurado cuya madre le enseñó a inyectarse heroína y a vender droga sin que le pillaran, mientras que Nancy de pequeña acostumbraba a quitar la cabeza a las muñecas, atentó contra una niñera e intentó matar a su madre con un martillo, aparte de que también quiso quitarse la vida en repetidas ocasiones. Dos almas descarriadas que encontraron la horma de su zapato.

Las discusiones y peleas eran frecuentes entre ambos, a la par que esta dinámica comenzó a repercutir en los Sex Pistols hasta el punto de que llegaba tarde a las citas, o ni siquiera se presentaba. Cuando a mediados de 1978 la banda se desintegró por desavenencias internas, Nancy vio la oportunidad de convertirse en mánager de Sid al tiempo que este comenzaba una carrera en solitario.

Unos prometedores planes truncados por la muerte de esta antaño groupie, pues pocos meses después el propio Sid le acompañó a la tumba. El 2 de febrero aparecía muerto con síntomas evidentes de sobredosis. Su madre, Anne, halló en la chaqueta una nota que decía: “Hicimos un pacto de muerte. Yo tengo que cumplir mi parte del trato. Por favor, entiérrenme al lado de mi nena”. El fin de una vida salvaje.

  1. Iglesias ardiendo en Noruega

Mucho antes de que las palabras “inner circle” aludieran a una aplicación de millennials para ligar, con ese nombre se conocía a una organización satánica surgida a principios de los noventa que trataba de aglutinar en su seno a diversos miembros de bandas del entonces incipiente género musical del black metal. Por eso entre sus filas había componentes de Immortal, Mayhem, Burzum o Darkthrone. De hecho, su fundador fue Øystein Aarseth, más conocido como Euronymous, ese mismo que acabaría siendo asesinado por Varg Vikernes, otro de los cabecillas de este movimiento.

Varg Vikernes y Euronymous

Uno de los principales preceptos de esta sociedad era eliminar el cristianismo a toda costa, una religión que consideraban impuesta a la fuerza por foráneos y a la que había que responder de forma contundente. Con este extremo punto de vista, no era de extrañar que planearan quema de iglesias a mansalva, amenazas de muerte a sacerdotes o sacrificios de animales, entre otras fechorías. El antaño cantante de Gorgoroth, Gaahl, mucho antes de salir del armario, resumía así esta filosofía: “La quema de iglesias y todas esas cosas son, obviamente, cosas que yo apoyo al 100% y que debieron ser llevadas a cabo mucho más en el pasado y que serán realizadas mucho más en el futuro. Tenemos que acabar con el rastro que la cristiandad ha dejado y lo que las raíces semitas tienen que ofrecer a este mundo. El satanismo es libertad para el crecimiento del individuo y para convertirse en un superhombre. Todo hombre que ha nacido para ser rey, acaba convirtiéndose en rey, todo hombre nacido para ser esclavo no conoce a Satán. Hoy en día seguro que está más tranquilo.

Y si las ideas no parecían desde luego moderadas, tampoco lo era la estética con el habitual “corpse paint” para simular estar muertos que se extendió rápidamente, al igual que la costumbre de colocar cabezas de cerdo en los conciertos. Algunos fueron incluso más allá y comenzaron a automutilarse en directo, como Maniac, cantante de Mayhem. La noticia se extendió cual reguero de pólvora y cuando el voceras se enteró de que mucha gente venía a verlos solo por eso, dejó de hacerlo. No mola lo mainstream.

De esta manera, en Noruega durante los noventa se quemaron más de 50 iglesias, aparte de profanarse unas 15.000 tumbas. Una afición que sus autores ni siquiera se molestaban en esconder, según atestiguaba la portada del disco de Burzum ‘Aske’ con una fotografía de un edificio quemado. Sin rollos. Pero había planes más ambiciosos como el de atentar contra la Catedral de Nidaros el día que saliese el disco de Mayhem ‘De Mysteriis Dom Sathanas’. La pelea entre Vikernes y Euronymous que terminó en el asesinato de este último frustró tan magna empresa.

  1. El suicidio es la solución

Las fuerzas vivas de la sociedad que siempre entendieron el rock como una influencia perniciosa para el individuo no dudaron en buscar cualquier excusa para apoyar sus endebles argumentos. Lo de que algunas canciones incitaban al suicidio era uno de sus caballos de batalla preferidos, hasta el punto de que lograron sentar en el banquillo a artistas como Ozzy Osbourne o Judas Priest. Acusaciones absurdas propulsadas por grupúsculos cristianos extremistas que ambos se encargaron de desmontar delante de un juez.

En el caso de Ozzy, la controversia estaba en el tema de su debut “Suicide Solution”, que supuestamente empujó al joven John Daniel McCollum a acabar su vida con tan solo 19 años. Los padres del chico no podían concebir que una simple canción pudiera inspirar a su hijo a suicidarse, así lo relataban entonces: “Era un niño perfectamente normal, que realmente no mostraba ningún signo de depresión en absoluto, era feliz, y de repente, en seis horas, está muerto. Nadie pudo explicarlo, lo único que sabemos es que estaba escuchando esta música”, explicaba el padre.

La corte determinó que se trataba solo de una letra, por lo que no cabía imputar al músico. Ozzy además intentó explicar que el término “solución” hacía referencia a un líquido en concreto, el alcohol, una de las mayores armas de autodestrucción que había matado pocos meses atrás al vocalista de AC/DC Bon Scott, y que precisamente por esos años también andaba haciendo mella en el ex vocalista de Black Sabbath. Don Arden, antiguo mánager de Black Sabbath y padre de Sharon Osbourne, aportó un argumento inapelable: “Para ser honesto, dudo profundamente que el señor Osbourne supiera el significado de la letra, si es que había alguno, porque su dominio de la lengua inglesa es mínimo”. Zasca.

Rob Halford durante el juicio

Respecto al asunto de Judas Priest, los de Birmingham tuvieron que desmontar las acusaciones de mensajes ocultos en el disco ‘Stained Class’, el mismo que estaban escuchando los jóvenes Raymond Belknap y James Vance cuando cogieron una escopeta y decidieron suicidarse tras más de seis horas bebiendo alcohol y fumando abundante marihuana. Según los familiares de los muchachos, la culpa de las desgracias la tenían los textos subliminales presentes, según su opinión, en muchas de las canciones del álbum.

Las iras se centraron particularmente en “Better By You, Better Than Me”, que en teoría contenía un lacónico “Do It” (Hazlo) y en realidad no era otra cosa que un efecto sonoro y una técnica de respiración profunda que utilizaba Halford para personalizar su interpretación vocal. La acusación también encontró otros mensajes subliminales en “White Head, Red Hot” o en “Beyond The Realms Of Death”, que a la sazón contenían las palabras “Fuck the Lord, fuck all of you” (Que le jodan al Señor, que les jodan a todos) o “Try suicide” (prueba el suicidio). No costó echar por traste ideas tan delirantes señalando la propia banda que también había encontrado otras cosas curiosas como “Give me a peppermint” (Dame un caramelo de menta) y que si hubiera estado en su mano habrían puesto que “comprasen nuestros discos o algo parecido”, como dijo irónicamente el guitarrista K.K. Downing. Lo que viene siendo la forma de las nubes.

  1. Estrella de rock de día, pederasta de noche

Dave Holland

 Y sin alejarse de Halford y compañía, seguro que muchos todavía recuerdan cuando saltó a la luz el caso del ex-batería de Judas Priest Dave Holland, condenado por intento de violación y abusos a un menor. Unos hechos que se remontan al periodo comprendido entre junio y diciembre de 2002, cuando el músico daba clases de batería al joven, que tenía problemas de aprendizaje. Después de la acusación de su alumno, surgieron otros testimonios de siete mujeres y cinco hombres y su condena llegó hasta los ocho años en prisión. Al salir de la cárcel, se refugió en una localidad tranquila de la montaña de Lugo a pasar los últimos días de su vida hasta su muerte el pasado 16 de enero. Judas Priest emitieron un comunicado en el que lamentaban su pérdida y destacaban que “a pesar de sus acciones, su tiempo con nosotros fue de los más productivos y exitosos en nuestra carrera y, solo por eso, será echado de menos”. 

Otro suceso truculento donde los haya fue el del vocalista de Lostprophets Ian Watkins, un consumado agresor sexual que abusó de menores durante años. Ya en octubre de 2012 la policía arrestó al cantante por posesión de drogas y se apoderó también del ordenador, que no pudo inspeccionar debido a que estaba cifrado. Una vez que las autoridades averiguaron la contraseña le denegaron la libertad bajo fianza y en diciembre de ese mismo año fue acusado de conspiración para mantener relaciones sexuales con una niña de un año, aparte de posesión y distribución de imágenes indecentes de menores y “pornografía animal extrema”.

Watkins había insistido en su inocencia durante más de un año, pero posteriormente se declaró culpable de 13 cargos, entre ellos un intento de violación y agresión sexual a un niño de 13 años. Había también algunas fans que se convertían en cómplices y le facilitaban el acceso a las víctimas.

Finalmente fue condenado a casi tres décadas de prisión y se conoció que Watkins tenía pensado secuestrar a unos gemelos con la intención de “violar a uno y matar al otro”. Tras la sentencia, los restantes miembros de Lostprophets declinaron volver a actuar bajo a ese nombre y en 2014 formaron el grupo No Devotion con un vocalista diferente.

Y recientemente se conocía la noticia de que el guitarrista de Manowar Karl Logan había sido arrestado el pasado agosto por posesión de pornografía infantil en el Condado de Mecklenburg. Según un portavoz de las autoridades, se emitió una orden de arresto del guitarrista y este ingresó en una cárcel local hasta que abonó una fianza que alcanzó los 35.000 dólares. Fue acusado de seis delitos de explotación infantil en tercer grado, lo que venía a significar que tenía conciencia del material y que en el mismo aparecía “representación visual de menor involucrado en actividad sexual”. La banda se limitó a emitir un escueto comunicado en el que anunciaba su decisión de apartar al guitarrista, al tiempo que recalcaba que ni el nuevo álbum ni la gira se verían afectados.

  1. Sicario a domicilio

Tim Lambesis durante el juicio

Otro de los episodios más sonados lo encontramos en la intención de Tim Lambesis, vocalista de la formación norteamericana As I Lay Dying, de contratar a un sicario para acabar con su exmujer. Ni el mejor guión de una producción hollywoodiense podría tampoco imaginar que el tipo que contrató se trataba en realidad de un agente infiltrado, lo que motivó que se arrancara la investigación. Un noticia que causó estupefacción en su entorno, teniendo en cuenta que el cantante se consideraba asimismo una persona creyente y cristiana que encontraba la inspiración en varios pasajes de la Biblia. El grupo no tardó en ofrecer un comunicado al respecto que decía lo siguiente: “Mientras escribimos esto, el proceso legal está siguiendo su curso, y no tenemos más información que vosotros. Hay muchas preguntas sin respuesta, y la situación se aclarará en los próximos días y semanas. Os mantendremos informados lo mejor que podamos. Ahora mismo nuestro apoyo es para Tim, su familia y cualquiera que se haya podido ver afectado con esta terrible situación, así como con nuestros fans, a quienes amamos y nos dan fuerzas. Muchas gracias por vuestra comprensión, y como siempre, por vuestro apoyo hacia AILD”.

Lambesis fue sentenciado a seis años de cárcel en 2014 y dos años después se benefició de un régimen de libertad condicional, al tiempo que pedía disculpas públicamente por su error. Un propósito de enmienda que no pareció suficiente a algunos, pues cuando se anunció a As I Lay Dying entre los integrantes del próximo Resurrection Fest, no tardó en desatarse la indignación en redes y la organización se vio obligada a prescindir de ellos. Ya se sabe que el tribunal de la opinión pública es inapelable.

  1. Inyección de orina y hormigas esnifadas

En el apartado de excentricidades sin igual no podemos pasar por alto el rumor que circulaba desde hace un tiempo de que el cantante Meat Loaf se bebía su propia orina para combatir unas alergias que afectaban a su voz. Como siempre, la realidad a veces supera la ficción y el vocalista admitió que no se la bebía, sino que se la inyectaba debidamente tratada para convertirla en un producto medicinal. Así lo explicaba el aludido: “Un especialista en alergias trataba mi orina y la mezclaba con otras cosas primero, así que sí hubo un poco de orina en la solución que me inyectaba para ayudar a combatir las alergias. Pero el tratamiento no consistía en orinar en una botella, coger directamente la orina con una jeringa e inyectarla”.

Ozzy "Madman" Osbourne

Y entre las chaladuras tan habituales de Ozzy Osbourne hay una que destaca particularmente sobre las demás, la apuesta con los Mötley Crüe para ver quién era capaz de esnifar una hilera de hormigas. Todo se remonta a esa gira que hicieron ambas bandas en la que las competiciones cada vez dejaban en agua de borrajas los retos anteriores. Lo de inyectarse whisky por vía intravenosa no era nada comparado a lo que hizo nuestro hombre muerde murciélagos cuando divisó un caramelo en el suelo y una fila de hormigas corriendo en su dirección. “¿Así que ya inhalaron mucha cocaína y se sienten muy hombres?”, ese fue el grito de guerra para que se lanzara a meterse por la pituitaria toda una procesión de seres vivos. Por si fuera poco, entre el cachondeo general, Nikki Sixx orinó sobre una banqueta y Ozzy no dudó en lamer los orines como si fuera un perro. Puagh.

  1. Remember Halloween

Mitch Lucker

Dicen que la noche de Halloween es aquella en la que se funde el mundo de los vivos con el de los muertos y en ocasiones suceden hechos que parecen casi tocados por la vara del destino. Eso parece haber sucedido con el otrora cantante de Suicide Silence Mitch Lucker, que falleció en 2012 a los 28 años una noche de Todos los Santos en un accidente de moto en Huntington Beach (California), donde residía. Una desgracia más inquietante si cabe por el propio mensaje que el voceras escribió en Twitter horas antes: “Los muertos viven…”. Remember Halloween, como decían los Misfits.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

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