Entrevistas |Alberto Díez (Láudano)
«He intentado huir del término “gótico” porque ha sido deformado y malinterpretado durante largo tiempo»
Por: Alfredo Villaescusa
En una época de copias por doquier donde la personalidad de muchos se define en base a redes sociales debería cobrar mucho más valor el individualismo exacerbado. Todo un derroche de yo íntimo se esconde detrás de ‘Musa’ (a la venta desde el 7 de septiembre), el último trabajo de este interesante proyecto comandado por el multiinstrumentista y vocalista Alberto Díez que en esta ocasión amplia su campo de acción hasta el rock progresivo. Alfredo Villaescusa no podría perderse semejante alarde de autenticidad.
Lo primero, ¿por qué te decantas por un título como ‘Musa’?
“Se trata de un álbum gestado durante los meses de confinamiento extremo que tuvieron lugar en 2020 debido a la pandemia por Covid-19; este hecho y la muerte de mi padre han sido los detonantes de inspiración para la temática de ‘Musa’. Nihilismo versus esperanza ante la incertidumbre en estos tiempos oscuros; ese podría ser el mensaje oculto del álbum. Y el nombre ‘Musa’ hace hincapié en la idea de tener un referente en la vida que nos empuje a seguir adelante, el mío es la música, pero cada persona debe de tener el suyo. Todo vale”.
Creo que has compuesto este trabajo como si fuera una sinfonía, ¿es así?
“El disco ha sido compuesto en forma de sonata debido a su tema constante y sus tres movimientos. El hecho de incluir varios instrumentos clásicos como clarinete, violonchelo y violín, en contraste con los arreglos de potentes guitarras y baterías, hacen de él un álbum ecléctico y conceptual. Como decía Salieri en la película de Milos Forman ‘Amadeus’: “Cambias una nota y empeora sensiblemente, cambias una frase y la estructura se desploma”. Desde siempre me he sentido muy cómodo en el rol de compositor; y el hecho de combinar los elementos de la música clásica con otro tipo de estilos musicales como el rock solo hace que quiera seguir expresando mis inquietudes y visión de la realidad de esta manera”.
Me parece que tú te ocupas también de la producción del disco, ¿te gusta controlar hasta el más mínimo detalle?
“Sí, desde hace algunos años he tenido la oportunidad de poder producir a varias bandas (además de los trabajos de Láudano) desde mi propio estudio de grabación. El hecho de poder tener un lugar que podría nombrar como mío en el que poder crear y disfrutar es una ventaja para poder desarrollar una obra completa tomándome el tiempo necesario para matizar, detallar y esculpir cada parte del sonido final del álbum. Además, es más barato que gastar una fortuna en estudios ajenos donde tendría que trabajar de una forma diferente y mucho más rápido. Necesito tiempo y tranquilidad para poder trabajar correctamente; y sí, es cierto que me gusta controlar todos los detalles”.
A diferencia de otros trabajos, aquí se advierte la influencia del rock progresivo o sinfónico, ¿hasta qué punto es un género importante para ti?
“Es algo que se debe a los estilos musicales que vengo escuchando en los últimos años. Desde muy pequeño he crecido escuchando a los clásicos del progresivo de los 70 (King Crimson, Genesis, Yes, Pink Floyd…) gracias a los gustos musicales de mi padre; pero durante estos últimos cinco años he vuelto a fascinarme por bandas como Opeth, Tool y los últimos trabajos de Katatonia y Anathema. Sumado al hecho de que no puedo concebir la música de Láudano sin el componente orquestal y neoclásico, creo que el resultado de combinar ambos estilos (de una manera totalmente fortuita) ha dado lugar a un álbum que puede ser disfrutado por amantes de ambos géneros”.
Muchos consideran a este proyecto “rock gótico”, ¿te identificas hoy en día con esta etiqueta?
“Entiendo perfectamente que las etiquetas ayuden a englobar un proyecto en una corriente determinada para poder ser reconocido fácilmente, pero en los últimos años he intentado huir del término “gótico” porque ha sido deformado y malinterpretado durante largo tiempo. Sí que es cierto que la imagen un tanto oscura y enigmática de la banda no ayuda para no ser encasillado, pero siempre he hecho especial hincapié en el término “rock neoclásico” para definir la música de Láudano. De todas formas, música es música”.
Creo que has contado también en este disco con la colaboración de un cuarteto clásico, ¿cómo ha sido la experiencia?
“Así es, el cuarteto clásico son unos magníficos músicos que ya intervinieron en la grabación del anterior trabajo ‘QuintaEsencia’ y a los que puedo sentirme afortunado de llamar amigos. Se trata de Diego al clarinete, Cristina al violonchelo, Virginia al violín y Jose María a la viola. Tener la oportunidad de contar entre las filas de la banda con gente de tanto talento (al igual que mis compañeros Jorge, Rebeca y Mónica) es el resultado de que el sonido de ‘Musa’ haya llegado un poco más lejos respecto a los anteriores álbumes”.
Escuchando el disco parece que las composiciones poseen una evidente complejidad, no creo que surjan de un día para otro, ¿es complicado el proceso de composición?
“Realmente no me paro a pensar en la complejidad a la hora de trabajar, es un proceso natural en mí; simplemente dejo que todo fluya y por un único momento me abstraigo de todo lo que me rodea, es como una catarsis emocional donde realmente soy yo mismo, comenzando por la música (los arreglos de cada instrumento, la armonía, etc.) y continuando por las letras de cada tema. En un principio concibo los álbumes como si de una obra instrumental se tratase para después concluir con la temática completa del álbum”.
¿Qué hay acerca de la portada? ¿Refuerza el componente neoclásico?
“‘Musa’ es un álbum con reminiscencias pictóricas en lo que al artwork se refiere, desde la portada y cubierta interior hasta los videoclips promocionales; de hecho, la idea original de la portada parte de la obra de Vermeer ‘La joven de la perla’. Después de trabajar con Carlos Tobes (Distrito101) durante los últimos 5 años, decidí que sería la persona indicada para realizar la portada del álbum y vídeos promocionales. Como si de un cuadro se tratara, intenta retratar a la protagonista (la belleza) sumida en un fondo de oscuridad. Hay guiños al tenebrismo y a la pintura barroca, y de alguna manera ese halo impregna el sonido y la música del disco”.
¿Hay planes de gira?
“Afortunadamente, la edición de este álbum ha contado con el respaldo de un sello discográfico (Maldito Records), espero que eso ayude a una difusión más amplia de la banda para poder llegar más lejos en lo que a promoción se refiere; nos gustaría poder presentar el álbum en vivo como es debido y poder participar en festivales tanto nacionales como internacionales. De momento tenemos una fecha confirmada, el próximo 15 de octubre en el Teatro Gonzalo de Berceo de Logroño; de todas formas, en la página web de la banda hay un apartado de contacto para poder contratar nuestras actuaciones”.
¿Cómo ves lo de tocar con gente sentada y aforo limitado?
“Entiendo que en lo que a aforos se refiere es un impedimento, pero ahora mismo es primordial la salud y seguridad del público para poder seguir disfrutando en el futuro de toda clase de eventos culturales”.
¿Habéis pensado hacer alguna presentación o algo así en un castillo o edificio histórico? Os pegaría bastante…
“Por supuesto que ha pasado por nuestras cabezas, hemos tenido oportunidad de actuar en los últimos años en sitios maravillosos. Si se diera la oportunidad de grabar un concierto en vivo, indudablemente se realizaría en un lugar único e irrepetible (se me ocurren muchos ahora mismo) y me gustaría contar con una orquesta que arropase la actuación de la banda”.
A pesar del giro de este disco hacia el rock progresivo, sigue habiendo bastante influencia de Dead Can Dance, ¿los consideras un referente absoluto?
“Desde siempre, la obra de Dead Can Dance ha sido una clara influencia para mí; no solo en lo musical, sino en lo que a mi vida en general se refiere. Esa magia que desprende en sus trabajos el tándem Perry/Gerard conmueve de una manera inimaginable, quizás es uno de los motivos por los que el público califica la música de Láudano (entre otros aspectos) como emotiva. Es una herencia indirecta”.
¿Qué cosas te inspiran a escribir letras?
“Como ya he dicho antes, es la vida misma la que me empuja a escribir la música de Láudano, el grado de las experiencias que una persona vive y el sentido que le da a esas experiencias determinan la emotividad y fortaleza con la que afrontar el paso del tiempo. Mi válvula de escape está en la satisfacción de componer la música que escribo, y ahí es donde realmente soy yo mismo. No todo el mundo puede conocerme a fondo, es en la música donde me muestro realmente”.
No existen en este país demasiados grupos ni siquiera cercanos a este rollo, ¿te sientes como una rara avis?
“Ser una rara avis hoy en día es casi un piropo”.
Por cierto, ¿de dónde surge el nombre “Láudano”?
“El láudano es la droga romántica por excelencia; muchos de los artistas famosos del siglo XIX y escritores victorianos lo usaban o eran adictos a él. Acudían a sus musas para intentar crear la obra perfecta en brazos de sus efectos; por lo que era obvio para mí que si quería crear un proyecto donde poder dar rienda suelta a todas mis inquietudes a la vez que intentar encandilar a los oyentes (o incluso lograr que alguien se sienta identificado con mi música), el nombre de Láudano sería la carta de presentación ideal”.
Por último, diría que la música de Láudano es ante todo muy emocional, ¿compartes esta apreciación o la describirías de otra manera?
“En efecto, yo mismo soy una persona muy emocional; me nutro y aprendo de las experiencias que vamos adquiriendo con el paso del tiempo, desde una perspectiva empirista, por supuesto. Es un viaje al interior más profundo de nosotros mismos gestado desde las tripas; un ataque directo a la mente y al corazón. Todo el mundo podrá sentirse identificado con la música de Láudano si está dispuesto a escuchar”.
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2 comentarios
Muy buenos temas en formato balada para el nuevo álbum de un buen músico como es Alberto Diez bajo el nombre de LÁUDANO.
Unos currantes de la calidad y la música interesante.....gracias por vuestro arte.