Entrevistas |Aleksi Kiiskilä (Grave Pleasures)

«Siempre han existido diferentes tipos de control dependiendo de la época»

Por: Alfredo Villaescusa

Foto: Tekla Vály

Hay gente que va a contracorriente no solo en lo musical, sino también en sus ideas, a pesar de que el tiempo les vaya dando la razón. Esto último es el caso de estos fineses que ya cantaban acerca del terror nuclear mucho antes de la invasión de Ucrania. En su reciente álbum ‘Plagueboys’ no han dejado de lado su post punk apocalíptico cargado de personalidad y unas cuantas obsesiones particulares. El guitarrista Aleksi Kiiskilä departe con Alfredo Villaescusa en el marco de una nueva guerra fría. ¡Preparen los búnkeres!

Con el título ‘Plagueboys’ parece que vislumbrasteis la pandemia que sufrimos, ¿una mera coincidencia?

“Lo raro es que, si me acuerdo bien, la idea del título vino justo antes de la pandemia. Luego decidimos seguir con ello, puesto que nos daba una sensación y un sonido interesante. Quizás hubiera algún tipo de mensaje del subconsciente, ¿quién sabe? En realidad lo de ‘Plagueboys’ hace más referencia al auge y caída de civilizaciones creadas por humanos. El título parece desatar muchas ideas y especulaciones, lo cual es positivo”.

El tono apocalíptico ya estaba presente en el anterior trabajo ‘Motherblood’, pero en esta ocasión se antoja reforzado…

“Pues sí y no. Nosotros solemos pensar que existen más colores y emociones en ‘Plagueboys’ que en ‘Motherblood’, por ejemplo. No obstante, a buen seguro los temas son muy oscuros, aterradores y apocalípticos, pero no tan desesperantes. Hay mucha alegría en este disco”.

La portada de Tekla Vály está realmente conseguida. ¿Cómo surgió?

“Mat (ndr: McNerney, vocalista) tuvo primero la idea para la foto y se inspiró en cosas tipo ‘El señor de las moscas’. Tenemos una idea similar con algo tribal por ahí. Está muy bien, Tekla lo hizo perfectamente. Es como el comienzo de una nueva civilización, niños sin historia, convenciones sociales ni nada. Estamos muy contentos con el resultado”.

Precisamente te iba a preguntar por la influencia que habían tenido en el álbum obras literarias como ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley o ‘El señor de las moscas’ de William Golding…

“Libros y otras formas de arte probablemente han marcado tanto a este disco como la música, pero también las cosas diarias que ves en la calle, en las noticias o simplemente sensaciones o visiones”.

La idea del control hacia los seres humanos diría que es algo recurrente. Si en ‘Motherblood’ teníamos “Mind Intruder”, esta vez “Society of Spectres” sería un claro ejemplo, ¿no?

“Sí, y también de otras formas de control. Estos temas nos resultan importantes y fascinantes al combinarlos con el tipo de música que hacemos. Las letras también son muy ambiguas, por ejemplo, en “Mind Intruder” puede ser algo que esté fuera o dentro de ti. No existen respuestas sencillas”.

¿Crees que durante la pandemia hemos visto más que nunca el poder del Estado contra el individuo?

“No, creo que eso más bien ha unido a la gente. Si echas un vistazo a la historia, digamos cientos o miles de años atrás, siempre han existido diferentes tipos de control dependiendo de la época, por lo tanto no estoy de acuerdo con eso de más que nunca. Hubo restricciones durante el Covid, pero eran con un buen propósito y tenían detrás a la ciencia y a los médicos. Si lo comparamos, por ejemplo, con la actitud de la Iglesia católica en Europa durante la época medieval, las restricciones fueron bastante suaves”.

“When The Shootings Done” parece que anticipa la guerra en Ucrania. ¿Tuvisteis en cuenta el contexto internacional al escribir la letra?

“Es muy interesante oír eso, sobre todo cuando se compuso mucho antes de que Rusia comenzara una guerra total contra Ucrania. Como he dicho antes, las letras son muy ambiguas, por lo que cada oyente puede interpretarlas a su manera. Yo, por ejemplo, la escucho de otra manera, pero entiendo por completo lo que quieres decir”.

Os habéis referido a este trabajo como “un sueño húmedo de post punk”. ¿Qué significa esa expresión?

“Creo que eso es algo que se podría aplicar a Grave Pleasures en general, pero también a ‘Plagueboys’. La idea consiste en que hemos cogido nuestros elementos favoritos de ese género y hemos creado nuestra propia marca tomando eso como base. Por supuesto, siempre hay algo más, y nunca nos ceñimos a las convenciones de géneros, pero este tipo de material nos sale de forma muy natural. Nos gusta hacer este tipo de música y además el tono británico de Mat le proporciona a Grave Pleasures un sonido muy de post punk de los ochenta. No obstante, todavía intentamos hacer las cosas a nuestra manera”.

En ese aspecto, ‘Plagueboys’ posee una atmósfera ochentera muy característica…

“Totalmente. Niko Lehdontie hizo un gran trabajo en la grabación y en la mezcla, recogió exactamente lo que esperábamos. Nuestro objetivo era conseguir un sonido muy ochentero, pero con el toque de Grave Pleasures. Este enfoque no es para nada purista, sino muy influenciado por los ochenta pero a la vez haciendo lo nuestro con la amplia gama de tonos de la época. Siempre nos encantó el sonido ochentero, por lo que queríamos que estuviera presente en esta ocasión también. Los reverbs de batería que se oyen proceden del Finnvox Studio, pero para las guitarras utilizamos técnicas de grabación y efectos bastante experimentales. El sonido es una mezcla entre viejo y nuevo”.

¿Asumir riesgos forma parte de vuestra naturaleza?

“Sí, la vida a través del arte tiene que ser arriesgada. Hay que ser atrevido y hacer lo que quieras, necesites o te encante. La misma esencia de trabajar como artista o músico es que habitualmente no te ofrece seguridad externa. Nunca sabes lo que la gente pensará o cómo recibirá el material. Quizás a algunos les guste un disco, pero no el siguiente. Si intentas agradar al público de primeras, siempre tendrás que hacerlo. Mejor no pensar en eso, un artista tiene que vivir según sus propias normas. Por supuesto, hay algunos grupos a los que les gusta hacer discos parecidos todo el tiempo, por respeto a los fans, por ejemplo, y si eso es lo que les gusta y en lo que son expertos, no hay problema, pero nadie en Grave Pleasures funciona de esa manera. Siempre intentamos progresar a nivel artístico”.

Volviendo de nuevo al disco, la letra de “Lead Balloons” parece muy desconcertante. Existe un corto distópico del mismo título, ¿tiene algo que ver?

“Es una canción compuesta y escrita por Mat, pero no creo que tenga nada que ver con el corto. La letra sí es muy desconcertante, pero siempre me vienen algunas imágenes y emociones al escucharla. Vamos a dejar que siga siendo desconcertante”.

Y “Plagueboys” hemos dicho anteriormente que era sobre el auge y caída de civilizaciones. ¿Hay futuro sin sociedad?

“Siempre hay futuro, acaban ocurriendo cosas, aunque quizás no haya futuro para nosotros”.

¿Habrá gira en breve?

“Ojalá, el panorama después del Covid ha sido complicado, pero estamos trabajando duro para conseguir regresar a España y al sur de Europa. La última vez tocamos en Madrid fue en el festival Get Mad, en 2018, junto con Aura Noir y otras bandas muy buenas”.

Justo te iba a preguntar por aquello. ¿Qué tal salió?

“Fue un viaje divertido. Volamos directamente a España, hicimos el concierto, vimos a Aura Noir, dormimos un poco y regresamos, todo esto en 24 horas o así. Una buena época”.

Vuestro pánico nuclear se ha convertido en una posibilidad nada descabellada desde la invasión rusa…

“Cierto,  pero es algo que ha estado ahí durante décadas, ahora simplemente está más a la vista y es más obvio para todo el mundo”.

Finlandia se ha unido recientemente a la OTAN, ¿os sentís amenazados por Rusia?

“Por suerte no soy un político, así que no hace falta que diga nada de la OTAN, simplemente unas pocas palabras de sentido común para que los hispanohablantes puedan entender mejor. Aquí siempre hemos tenido problemas con nuestro vecino durante siglos, hasta el punto de sufrir guerras horribles e invasiones. Ha sido una relación complicada, porque nunca formamos parte de la Unión Soviética. También hemos construido confianza, comercio y amistad entre nosotros y han pasado muchas cosas buenas durante las últimas décadas. Hay demasiado potencial, por lo que es muy triste que esa confianza que llevó tanto tiempo construir sea ahora destruida por Putin y sus subordinados.

Diría que muchos finlandeses han entendido la amenaza, puesto que ya tenemos suficiente experiencia con las armas rusas, la última vez fue en la Segunda Guerra Mundial, por lo que parecía bastante probable que los líderes rusos activarían su poder militar en algún momento más tarde, pero Finlandia siempre ha estado bien preparada. Por decirlo de alguna manera, diría que no es muy probable que los líderes rusos vayan a dejar de hostigar a sus vecinos más pequeños y a su propia gente en las próximas décadas, nadie quiere a un ejército que parece un jardín de infancia bombardeando y conduciendo tanques en su patio en el nombre del imperialismo.

Esta gente ha sido esclavizada y no tiene otra opción que la cárcel o el ejército, y si van a la cárcel, les obligarán a ir al ejército. Luego les mandan a Ucrania a realizar actos inhumanos y a que les maten. Por desgracia, los líderes políticos criados en la KGB de Rusia siguen teniendo sueños recurrentes de anexionar, esclavizar y explotar a otras naciones, por lo que está bien recordar que otros países también pueden arruinarse, incluso dentro de Europa. Por eso mismo es mejor hacer amigos que enemigos y también deseamos y haremos todo lo que sea posible para que algún día esos sistemas puedan cambiar desde dentro. Pueden suceder cosas buenas después de la caída de un dictador”.

Alfredo Villaescusa
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