Crónicas

Reincidentes: Sobresaliente sin matrícula

«La sala se llenó, consiguieron hacer amena la arriesgada parte dedicada a su nuevo disco y la gente se lo pasó en bomba con los clásicos»

16 marzo 2018

Mon Live, Madrid

Texto: Manu Gamarra. Fotos: Alejandro García

Como suele ser habitual en este tipo de eventos, la imagen que presentaba la sala poco antes del comienzo del concierto no auguraba demasiado éxito en la que iba a ser la presentación del vigésimo disco de estudio de los sevillanos Reincidentes, una de las bandas más longevas y de más éxito de la historia de nuestra música.

Bostezaba Fernando Madina (bonito detalle la pegatina de Narco en su bajo) en el backstage, y solo su batería Manuel Pizarro requirió de alcohol desde el inicio: JB con agua. Si a todo ello se le suma la media de edad del (todavía) poco público presente en la antigua Penélope, las percepciones iniciales del bolo eran más que engañosas de lo que iban a ser. Una hora después de la apertura de puertas y con puntualidad británica, donde precisamente tocaron el pasado 24 de febrero, arranca el cuarteto con “Terrorismo” (a la que Fernando llegó tarde al micro), single y éxito rotundo de ‘Vergüenza’, como se pudo comprobar en la respuesta de la gente. Como vienen haciendo en toda la gira, dedicaron la primera parte del concierto exclusivamente a su nueva criatura, decisión tan respetable como arriesgada. El caso es que el pueblo parecía ser conocedor de esto, porque cuando de verdad registró un llenazo hasta la bandera la Sala Mon fue cuando comenzaron los clásicos, una vez finalizó el (aproximadamente) primer tercio del show. El sonido, por lo general, fue increíble durante todo él.

También triunfó “Susana I de Andalucía”, su versión del clásico infantil dedicada a Susana Díaz, seguida de “Ciudadano KK”, que hace lo propio con Albert Rivera. El gran momento del concierto llegó con la coreada “La misa final”. Una enorme lápida con el nombre de Francisco Franco aparece sobre el escenario, que Fernando lanza al público mientras explica su porqué: “esta mañana nos ha estado grabando a hurtadillas Alberto Pla de Boikot algunas tomas del videoclip de esta canción en el Valle de los Caídos, y nos hemos traído de allí un recuerdito. Haced con ella lo que queráis”. En pocos minutos, como era de esperar, la lápida, de corchopan, acabó destrozada, y varias personas se llevaron los restos a casa como recuerdo del concierto. El líder de Reincidentes también anunció que el tema iba a ser grabado en directo y de él sacarían otras tomas para el videoclip. Con todo esto consiguieron encender la mecha una barbaridad.

Se sucedieron “Por qué los llantos”, “Hermano” (en la que vimos a un Fernando muy emocionado que se ganó el aplauso final del público), “El desafío”, “Agarrar la vida” (que dedicó a su hijo Jon, autor de la letra y presente en la sala), “Pasión” (ritmo muy bailable y durante la cual le ofrecieron beber de un mini de cerveza; más tarde pediría que le trajesen una… o diez), “Dentro de ti” (cantada por el guitarrista Juan Manuel Rodríguez), “Se acabó la fiesta” y “Agítese antes de U$A”. La sala se terminó de llenar poco a poco, primera percepción inicial errada, y la parte que dedicaron a ‘Vergüenza’ (solo dejaron fuera dos temas del disco) no se hizo larga ni pesada, más de lo mismo. Llegó el turno de los clásicos y lo hizo con “Huracán”, de su disco ‘Tiempos de ira’ (2011). A pesar de su corto periodo de vida se ha convertido en una imprescindible dentro de los bolos de Reincidentes, gracias en gran parte a su versión con los también sevillanos Narco. Intuyo que lo mismo va a pasar con “Terrorismo”. Al igual que hicieron con las canciones de ‘Vergüenza’, los clásicos se sucedieron uno detrás de otro, sin apenas descanso entre ellos, y es que habían prometido interpretar nada más y nada menos que 34 temas. Los pogos, que no parecía que los fuese a haber al comienzo del concierto, fueron inevitables cuando rompió “Rip rap”. Yo soy pecador…

Siguieron “Un día más” del mítico ‘Te lo dije’, concebida el mismo año que servidor (1997) e interpretada prácticamente enterita con un espectador que se subió al escenario como acompañante. Francamente sorprendido por la ausencia de seguridad en este sentido. Las banderas republicanas empezaron a asomar en “Grana y oro”, y evidentemente subieron al escenario para “La republicana”, otro de los grandes momentos del concierto. Entre medias de estas dos últimas sonaron “Corre”, “Dos colegas” (la parte de Robe fue interpretada por el guitarrista Finito de Badajoz), “Mi balcón” y “Amarga habitación”. Durante “Himno al bar” le lanzaron una camisa blanca a Fernando (?), que se posó sobre su hombro y le tuvo que quitar Juan Manuel. “La espiral”, “Gracias por venir”, “Ay Dolores”, “Arma blanca”, “La cuneta del olvido” y “Cucaracha blanca” cayeron antes de la gran traca final.

“Vicio” lo puso todo patas arriba, dejando cantar en varias ocasiones Fernando al público, al igual que con “Jartos D’Aguantar”, para la cual invitó a subir a cantar a Alberto de Boikot, que estaba allí para grabar en vídeo la antes mencionada “La misa final”, y a Debruces. Se ganaron algunos pitos por su permanencia en el escenario (haciéndose fotos y demás) cuando incluso los componentes de Reincidentes ya se habían marchado. Alargaron tanto su estancia en el backstage y que incluso varias personas se marcharon, no sé si cansados de esperar o porque de verdad se pensaban que el concierto había finalizado. Con las tres que se dejaron para el final tras su regreso al escenario digo lo mismo que con su decisión de tocar del tirón doce temas del nuevo disco: tan respetable como arriesgado. Ahora bien, lo que no gustó ni un pelo al respetable fue el error del siguiente invitado a cantar por Fernando, que se comió la primera estrofa de “Odio” y directamente empezó por la segunda. Tras el estribillo, evidentemente, volvieron a interpretar la segunda estrofa. Final algo descafeinado con “Vamos pal infierno” y “Aprendiendo a luchar”.

La sala se llenó, consiguieron hacer amena la arriesgada parte dedicada a su nuevo disco y la gente se lo pasó en bomba con los clásicos. Dolió el fallo en “Odio”, que estuvo al nivel de la elección de esas canciones para el final y casi tanto como que dejasen fuera del setlist “Nazis nunca más” y, sobre todo, “Jornaleros andaluces”. Sobresaliente, pero se quedan sin la matrícula de honor. Larga vida a Reincidentes.

Manu Gamarra
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