Crónica del Madrid Resiste: La Polla Records, Reincidentes, Porretas y Rat-Zinger
31 diciembre, 2021 1:59 pm 20 ComentariosEs curioso comprobar cómo cambia en el imaginario colectivo el significado de los nombres de los festivales. Nadie piensa ya en una viña repleta de vides cuando hablamos del Viña Rock ni necesariamente se pregunta por qué leyendas van a citarse en el próximo cartel del Leyendas del Rock. Cuando los organizadores de Madrid Resiste pusieron ese nombre a un nuevo festival de rock contestatario en Madrid, no imaginaron ni por asomo que una pandemia lo iba a posponer y que finalmente su apelativo se convertiría en una definición tan representativa de lo que sucedería en su celebración.
Con la incidencia Covid disparada y en un ejercicio de aguante titánico, el evento madrileño finalmente tuvo lugar en un Wizink Center de Madrid sin restricciones de aforo pero en el que, por suerte, predominaban las mascarillas y la conciencia colectiva sobre las medidas a tomar. La cultura puede y debe ser segura en cualquier circunstancia, y perpetuar la imposibilidad de ejercerla con normalidad no conduce más que hacia el interior de un túnel sin luz al otro lado. Es momento de amoldarse, de tomar las acciones precisas para que el equilibrio entre salud y música en vivo se desprenda de ese manto quimérico que lo ha envuelto en los últimos tiempos.
El evento estaba irremediablemente marcado por tratarse del último concierto de La Polla Records, nuestra banda de punk rock por excelencia, el grupo de rock combativo más venerado y aclamado de nuestro país con permiso de Ska-P y ejemplo absoluto de la integridad, la acidez y la vehemencia que el buen punk tiene que poseer, con Evaristo Páramos siendo la pura encarnación de ese espíritu que permanece aunque a algunos les pese.
El Madrid Resiste gozó de una buena entrada, que en otras circunstancias habría sido probablemente mucho mayor, y ya reunía a un número nada desdeñable de personas cuando echó a andar, a las seis de la tarde, el que quizá fuera el mejor concierto de toda la jornada. Rat-Zinger fue una apisonadora imparable, una salvajada sonora que asestó una brutal dentellada a la calma y el conformismo.
Dinamitando los muros entre el heavy metal más sucio y desaforado, con la incólume influencia de Motörhead planeando, y el punk más irreverente y visceral, el combo bilbaíno dio una lección de firmeza y solvencia con ritmos devastadores, una voz, la de Podri, que encarnaba la más encolerizada ira hacia lo establecido, y unas guitarras contundentes y empastadas como el hormigón armado.
Pocos grupos de hoy en día aúnan un sonido tan robusto y severo con el espíritu heredero del llamado rock radical vasco, y menos aún que sepan trasladar tan bien en vivo la crudeza de su mensaje. Su concierto fue avasallador, y temas como “Patria”, “Mi navaja”, “Muerte al violador”, “9mm”, “Larga vida al infierno”, “Tenéis Speed” (versión del Ace of Spades” de Motörhead) o “Rock and Roll para hijos de perra” sonaron bárbaros, con un Podri entregado por completo que se acordó de Isabel Díaz Ayuso en alguna ocasión y que agradeció a la gente su presencia, hasta el punto de terminar el concierto regalando una caja entera de cedés.
Los siguientes en liza fueron unos clásicos, que portan el espíritu de calle, de barrio de Madrid, grabado a fuego en su ADN. Los queridísimos Porretas inauguraron su repertorio acordándose del barrio que les vio crecer y del que son los mayores embajadores, “Hortaleza”, sucedida por “Si los curas comieran chinas del río”, una siempre simpática “Solo fui a mear” que arrancó, como es habitual en sus conciertos, más acompasada, y la longeva “El deudor del condado de Hortaleza”.
Bode ejerció de maestro de ceremonias comentando que les daba gusto volver a los escenarios dos años después, y que habían pasado tres o cuatro desde su última actuación en Madrid. Expresó ese deseo compartido de que todo vuelva a la normalidad y recordó los excesos del pasado distanciándose de ellos – “no lo hagáis si no queréis acabar tan perdidos como nosotros” – pero sin arrepentirse de lo bien que lo pasaron antes de acometer “Última generación”.
El cantante y guitarrista recordó que se cumplieron diez años de la muerte de Rober, su recordado guitarrista, y desveló que querían haberle hecho un buen homenaje que la pandemia ha imposibilitado. Es por ello que le dedicaron el concierto antes de dar paso a “Y aún arde Madrid”, que se antojó más emotiva que la versión del “Resistiré” del dúo dinámico que tanto nos torturó a algunos durante el confinamiento. Ojo, que no digo yo que sea mala canción, y mucho menos al estilo del veterano combo de rock urbano.
Sin tiempo para mirar hacia sus últimos álbumes y con la idea meridianamente clara de ofrecer una buena retahíla de clásicos que todos pudieran cantar a viva voz bajo los barbijos, la divertidísima “La del fútbol”, “Jodido futuro”, “Marihuana” y “Porretas” hicieron de aquello una fiesta pese a lo atípico de la situación.
Como de clásicos de nuestra música más reivindicativa iba el asunto, fue después turno para los sevillanos Reincidentes, que siempre son una garantía de infalibilidad y solvencia sobre las tablas. Incluso cuando los problemas técnicos azuzan y ralentizan inevitablemente su habitual trepidante ritmo en concierto.
El arranque de Fernando Madina y compañía fue apoteósico, con “Grana y oro” y “Un día más” como tótems de su discografía sentando las bases de un concierto en el que nos lo íbamos a pasar muy bien al tiempo que clamábamos por las más justas causas. El sentimiento compartido de amor por nuestra música también es un motivo para una buena canción, que no todo en la vida es beligerar contra el sistema, y por eso “Sigue siendo rock and roll” encarnó el sentir colectivo antes de volver a la carga con “Nazis nunca más” y “Terrorismo”, con la que probablemente sea una de sus mejores letras.
“Latinoamérica”, “Jartos de aguantar” y “Los hijos de la calle” mantuvieron la intensidad y el pulso del show, en el que, como viene siendo habitual, se iban hilando los temas sin apenas tiempo para respirar. El gran Fernando Madina, personaje afable y honesto donde los haya, manifestó su alegría por acompañar a La Polla Records en su último concierto antes de que sonara la afilada “Huracán”, en la que Javi Chispes, el nuevo guitarrista del grupo, sufrió problemas técnicos. Aprovechó entonces Fernando para dedicar el esfuerzo del concierto a la gente que ha caído, sobre todo mayor, “por la negligencia de algunos gobernantes, sobre todo en esta ciudad”. La ovación fue unánime.
La siguiente en caer fue la emblemática sintonía contra la violencia machista que es “Ay dolores”, pura emoción, que se vio empañada por unos serios problemas técnicos ahora con el bajo de Fernando que volvieron a ralentizar después el show, retomado con un tema de Maniática, banda de origen del mencionado Javi Chispes, que fue presentado y tomó el mando de las voces en él.
Con Barea vertiendo sobre su micrófono esa voz suya tan agrietada y característica hicieron sonar “Revolución”, antes de que “La ciudad de los sueños”, la mítica “Rip Rap” tan recordada por inaugurar su directo ‘Algazara’, la irresistible “Cucaracha blanca” y la celebradísima “La republicana” liquidasen otro conciertazo de un grupo al que deberían hacer transfusiones de sangre como a los Rolling dentro de algunos años para que duren por siempre.
Su regreso fue uno de los acontecimientos más sonados de 2019 y sus conciertos aquel año fueron multitudinarios, con entradas agotadas en recintos de gran capacidad a pleno aforo y una celebración absolutamente inolvidable de lo que significa para tantísima gente su música, sus letras y su actitud. La Polla Records tenía previsto llevar a cabo una segunda tanda de la gira en 2020 que se fue al garete debido a la pandemia, y que en este 2021 no corrió mucha mejor suerte. Y Evaristo lo tenía claro: después de 2021 no se subiría a un escenario bajo el nombre de La Polla Records.
Casi en el tiempo de descuento, La Polla Records pudo convertir su canto del cisne en un grito contundente y certero contra el sistema, una retahíla de proclamas que siempre huyeron de lo manido y estuvieron impregnadas de acidez, ironía, un punto de humor y ese carisma absoluto que Evaristo posee de manera innata. Una animada sintonía fue la banda sonora de su ascenso al escenario antes de que el cantante, con una llamativa melena recogida en una coleta y flanqueado por una banda que poco tenía que ver con la genuina pero que se mantuvo muy solvente en su papel, dijera aquello de “pues nada, cuadrilla, aquí se acaba esta historia”. Parece que lo tiene meridianamente claro.
A partir de ahí, cuatro decenas de canciones representantes de todas las épocas de La Polla escupidas sin rodeos, sin remilgos, sin compasión, con el gancho, la pegada y la efectividad que las caracteriza. Abrió la lata, cómo no, “Salve”, esta vez sin cruz en llamas como antaño, y después fueron cayendo a plomo para delirio del personal temazos del mejor punk rock que se ha hecho en nuestro idioma como “Memoria de muerte”, “Lucky Men”, “Nuestra alegre juventud”, “Los siete enanitos”, “Delincuencia” o “Come mierda”, en la que Evaristo acabó enseñando el tripón entre bromas. “Disculpadme si no doy volteretas”, comentó socarrón antes de quejarse por primera vez de varias de su maltrecha espalda señalando que tenía “una hostia como un camión”. Se notaba que le dolía, pero aguantó como un jabato, sin parar de moverse ni gesticular como es habitual en él.
“Maigenerasion” es un himno inapelable, y como tal funcionó. Tras ella, “Igual para todos”, “Que turututú, ay que tururú”, “Vuestra maldición”, la vivaracha y antimonárquica “Hoy vamos a explicar la palabra feo”, “Tú alucinas” o la mordaz “El congreso de ratones” mantuvieron en cotas álgidas la emoción. Es increíble como explicitud en los mensajes, rabia y buen humor se hermanan en canciones tan irresistiblemente coreables. Son únicos, irrepetibles.
Un momento de charanga disparada sirvió para que tomaran aire y Evaristo se tratase su maltrecha espalda antes de explicar que estaban “reparando un poco al anciano”. “¡Qué hostia llevamos en el cuerpo, pero no en el alma”, proclamó antes de embestirnos de nuevo con temas como “Mundo cabrón”, “El avestruz” o “A tu lado”, la última canción del último álbum de la banda, en cuya letra patinó Evaristo un poco.
El cantante apuntó entonces a que no podía menearse mucho, pero que tampoco podía en su día cuando llevaba “una borrachera de la ostia”. A continuación arreció “Radio crimen”, en la que Evaristo profirió un desgarrador grito de rabia defecando en la deidad católica como suele ser menester, y “Punkyfer”, uno de los mejores temas del mentado último disco de estudio de La Polla, aquel que en su día no presentaron en vivo pero que tiene una retahíla de temazos descomunal. El tema fue dedicado a Fernandito (Fernando Murua Quintana), batería original de la banda fallecido en 2002, lo cual precipitó la separación en su día del grupo.
Se fueron sucediendo himnos de toda la vida como “Porno en acción”, “Ellos dicen mierda”, “No somos nada” (estas dos con amigo de la banda invitado cantando a dúo con Evaristo), “Socios a fuerza”, ese emblema antifascista que es “Cara al culo”, alusión a Pedro Sánchez incluida, que para algunos resultaría controvertida; o “Toda la puta vida igual”. Tras esta última alguien arrojó una bufanda al escenario y Evaristo reaccionó diciendo que ya sabía que está mayor y agradeciendo el detalle. La bufanda, todo hay que decirlo, muy juvenil no parecía.
El último intermedio de música disparada (con versión del “Blitzkrieg Bop” de los Ramones en formato de rock and roll bailongo incluida) valió para que Evaristo volviera a tratarse de su espalda entre bambalinas, después de lo cual llegó a bromear diciendo que “la mierda” que le estaban echando en ella le hacía oler “como la sección de perfumes de El Corte Inglés”. Nos instó entonces a disfrutar, “vosotros que podéis, que sois la juventud”, las últimas canciones, que fueron “La justicia”, Johnny”, “Carne pa la picadora”, la irónica con los hippies y más acompasada “La llorona”, la crudísima “Odio a los partidos” y “Así casca la vasca”, que hilaron con la parte final de “A tu lado” que antes habían omitido para despedirse luego con un escueto “y este cuento se acabó” por parte de Evaristo.
Algunos no nos podíamos creer que en el último concierto de La Polla, que ya de por sí fue en cierto modo raro por las circunstancias con la pandemia y el plantel sobre el escenario, se dejaran un clásico como “Txus” en el tintero, pero así, como si un episodio cotidiano y para nada histórico se tratase, finalizó el último show de la historia de la mayor banda de nuestro punk. Sus canciones permanecerán vivas hasta que el meteorito acabe con ellas, si es que no llegan a ser escuchadas antes por un alienígena que nos visite. Lo mismo, tomaría buena nota de sus letras y las pondría después en práctica en su planeta haciendo de él un mundo mejor. ¿No es ese al final el objetivo último de la música combativa más allá del nihilismo?
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20 comentarios
Me parece muy bien que pongas crónica de la polla recor, pero de barón Rojo no dices ni mu, que pasa que no te pagaron para decir nada.
Cierto, sí Sherpa con 70 años tiene los Cojones de ser Libre, los demás TENEMOS LA OBLIGACIÓN.
Vaya nivel... No se te ocurriría pensar que quizás no fue al concierto de Barón Rojo? O que otro escribió la crónica?
Pedazo de resumen de los conciertos que se marcaron estas históricas bandas de nuestro Punk Rock en el mejor recinto de Madrid como es el histórico Palacio de los Deportes. Por lo menos hace un mes y medio tuve el placer de disfrutar del potente directo de los históricos REINCIDENTES y charlar con un ilustre como Javi Chispes.
Por desgracia, me toca parafrasear a Franco, "El pueblo tiene lo que se merece"
PD. Lapolla no toco punkys de postal? Vaya....
La cronica es repugnante, los grupos que participan de ese tipo de festis, más bien festival del capital, son nauseabundos, los idiotas que van a verlos son solamente eso, idiotas. Y ese chaval, Jason Cenador, de libertario nada de nada, más bien ignorante, vendido, y libertino que no es lo mismo. De ácrata tiene lo mismo que mis pelotas de católicas.
Por último y por desgracia me toca parafrasear a Franco, "El pueblo tiene lo que se merece".
Alguien que tiene que parafrasear a franco ya dice todo de èl.
Sientete libre y Lee la Biblia si esto no te apetece...
Y que se la meta por donde le gusta
"Más bien de festival de capital", dijo el pueblerino.
Yo tampoco entiendo que no haya cronica del concierto de Baron Rojo en madrid de hace 3 días ....Fue un concierto muy bueno y Graham Bonnet y mel collins actuaron de maravilla... No entiendo como un concierto como´éste no tenga su cronica en el mariskal Rock.
Lo que no dices amigo, es el pésimo sonido que se escuchó en el Wizink no se entendían las letras de las canciones. Sonido contundente pero distorsionado. La Polla no se merecía ese final.
Con permiso de eskorbuto, y no creo que se lo dieran.
Las mismas bandas que hace 30 años cuando yo iba a festivales y conciertos. Supongo que eso lo dice todo, sea para bien o para mal.
La nueva generación de grupos Punk ya esta aquí. Pobres chavales que estén empezando.
Aun así me alegro que se haya podido celebrar. Entre covid y peperos Madrid esta servida. Decadencia en la capital.
Ok.
No leo la biblia pedazo de idiota, ni mariskalrock, ni la revista Hola!. Leo las obras de Bakunin, Max Stirner, La revolución traicionada de M.Amoros, Walden y desobediencia civil de Thoreau, La revolución libertaria de H. Saña, El eco de los pasos de G. Oliver, escucha hombrecito! de W. Reich, 1984, Homenaje a Cataluña, Que muera la alpidistra de G. Orwell, La caverna, Ensayo sobre la lucidez, Ensayo sobre la ceguera... de Saramago, Q de Luter Bliset, Manituauna... de Wu Ming, 100 años de soledad, Sabate y la guerrilla antifranquista, La nueva guerrilla urbana de las CCF, 18 Brumario de Napoleón Bonaparte...
Por darte algunas pistas, cenutrio, lo de idiota en sentido etimológico de la palabra. ; )
PEDANTE, ESTÚPIDO E INDECENTE.
No entiendo porque molestarse en comentar una musica que no te gusta, en una revista que no lees.
La Cultura y Educación están dentro de uno mismo, y aunque tuvieras razón...no vales la pena. En las letras del Álbum "Donde se habla" (La polla Records 1988), hay más Ética y Personalidad qué en todos esos panfletos Masones que has citado.....en realidad, el Porno Alemán es más interesante, Introspectivo y rico en matices que toda ésa propaganda predictiva y Sionista.
Pues no se nota que leas tanto, más bien lo contrario. Ni te molestes en contestar que no pierdo el tiempo con gente como tú, so literato.