Saturna + Krazark: El triunfo de la psicodelia y el stoner

Krazark

Nada más terminar la sesión de baile montada para la hora anterior, los seguidores del género que rodeaban las inmediaciones haciendo tiempo acudieron ante el escenario. El reloj marcaba las 22:15 cuando Krazark dio comienzo a su recital. Con un recinto prácticamente lleno, los madrileños sabían que tenían todo a favor para triunfar. La guitarra de Kiara es la absoluta protagonista del sonido de la banda, aunque la sección rítmica con Andrés al bajo y Joan a la batería aporta la contundencia característica de su música. La potente voz de Esteban da muchísimo juego y es que, junto a su contundencia y aspereza, hay matices dulces que llegan a atrapar. Krazark tiene aún reciente el lanzamiento de su primer disco, de título homónimo, del que dio buena cuenta a lo largo de la noche. “No Pride” es una crítica al mundo orgulloso en el que vivimos, mientras que “Southern Metal Fest” es un tema totalmente festivo dedicado al pequeño festival madrileño en el que partiparon en 2017.

El uso de un megáfono para realizar efectos de voz es un recurso sencillo y efectivo, del que Esteban se aprovechó en varias ocasiones. Con “Ride The Hell”, uno de los primeros cortes que grabó la banda, los presentes lo dieron todo. El stoner metal mueve cada vez a más personas en nuestro país, es un género en alza y el público responde de manera genial. La conexión entre los parroquianos y la formación fue estupenda, llegándose a organizar pogos y algún que otro intento de crowdsurfing. La fiesta terminó con el tema que abre su EP, “Dark City”, una canción brutal que cuenta con pasajes atmosféricos, cambios de ritmo y caña para dar y regalar. Muy buen concierto de Krazark, que convencieron y encantaron.

Saturna

Saturna empezó su concierto antes de que la masa volviese de la calle, por lo que su arranque fue algo descafeinado, pero poco a poco la sala fue recuperando el ambiente con el que tanto habíamos disfrutado. Los barceloneses nos proponen un viaje psicodélico a los años setenta, cuando el blues impregnaba todo y el rock empezaba a endurecerse. Los riffs son pesados y potentes, mientras que Jimi hace un trabajo realmente bueno a la voz, usando todos los registros posibles de bluesman, pasando de estridentes agudos a envolventes graves. Sin embargo, el rock es el protagonista absoluto, pudiendo llegar a mimetizarse con Ian Gillan, Jack Black o el mismo Lemmy.

Su más reciente álbum ‘Lost in Time’ fue el protagonista de la noche, haciendo que, según avanzasen los temas, las notas se fuesen endureciendo y el público demandase más y más potencia. Alguno incluso se llegó a atrever a subirse a las vallas que separaban banda y público. La banda conseguía, a través de una técnica bastante depurada, pero, sobre todo, por su impecable actitud, que los melómanos presentes se regocijasen y se contagiasen del espíritu setentero que emanaban. El cierre llegó con dos temas de su primer trabajo, ‘The Kingdom of Spirit’: la canción que da nombre al disco y, por petición popular, “Mountain Woman Ritual”.

Los dos grupos cumplieron con creces y demostraron que el sonido stonerizado y psicodélico está viviendo una nueva juventud. Esperemos que esta corriente nos siga proporcionando bandas de esta calidad y que, por supuesto, podamos seguir viviendo conciertos de este calibre.

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Pablo Camacho

Progresivo y melancólico.

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