Crónicas

Pain + Ensiferum + Eleine + Ryujin: Una descarga cegadora

«Estuvo todo muy medido para formar una mezcla sonora de variadas sensaciones de un futurismo oscuro, metálico y a su vez festivo por las bases sonoras que incitaban al baile descontrolado»

20 octubre 2023

Sala Changó, Madrid

Texto: Txus Tankian. Fotos: Iñigo Malvido (Pamplona)

Como si de un festival se tratara, cuatro poderosas bandas del heavy metal mundial se dieron cita en la capital en una noche mágica. El buen gusto en la variada selección de bandas nos ofrecía el metal de los nipones Ryujin, metal sinfónico a cargo de los suecos Eleine y el poderoso folk metal de los fineses Ensiferum, además de la locura en su máxima expresión, representada con el metal industrial de una de las bandas más esperadas del momento, como era el regreso de Pain a los escenarios después de casi seis años de espera, con el polifacético Peter Tägtgren al frente de este proyecto incombustible.

Pain

Sin duda, el evento prometía, y como ya es habitual en la noche madrileña, los horarios estaban muy medidos, así que salimos lo más pronto posible de los estudios centrales de MariskalRock tras cerrar la emisión del programa Rock Machine que llevamos a cabo en esta emisora los viernes por la tarde.

Aún con todo esto no logramos ver en escena a los japonenses Ryujin. La banda de “samurai metal” se presentó en España con este proyecto que toma el testigo de su anterior etapa bajo la denominación de Gyze, nombre bajo el cual lanzaron cuatro discos y tres EPs.

Presentaron parte de lo que será su homónimo quinto álbum ya como Ryujin, que saldrá a la venta a principios de 2024 y del cual ya se encuentran disponibles varios adelantos en plataformas digitales. La formación se compone por Ryoji Shinomoto como guitarra, voz y compositor; Aruta Watanabe al bajo y el guitarrista Shinkai. En la batería para este nuevo trabajo han contado con Han-nya como músico de sesión, y para esta gira las labores tras los parches las está llevando a cabo el canadiense Simon McKay, al que disfrutamos en esta ocasión.

Según las sensaciones del público, su directo fue muy poderoso, y contagió muy buenas vibraciones en un set breve pero intenso, con aproximadamente media hora de duración. Tuvimos la oportunidad de verlos en persona, puesto que estuvieron toda la noche cerca del stand de merchandising, al igual que hicieron sus compañeros Eleine, que estuvieron muy predispuestos a contactar con los fans en todo momento.

Ryujin

Los suecos Eleine se diferenciaban del resto de bandas por su estilo de metal sinfónico más melódico, y muchos seguidores amantes de esta ola esperaban con ansias esta actuación. Si bien es cierto que hubiéramos preferido poder contar con un concierto íntegro en vez de como banda soporte, de todas formas nos sirvió para abrir boca y conocer de primera mano lo que ofrecen en sus directos.

El público ya abarrotaba la sala desde primeras horas y se sintió el calor desde los primeros momentos de la actuación con gran complicidad y euforia. Su gran frontwoman, Madeleine Liljestam, es un portento de mujer. Desprende una garra y una soltura sobre el escenario que lidera el show con un talento sobrecogedor e innato. Aparte de tener un registro vocal lirico muy bueno, lo complementa con la facilidad de comunicarse con nosotros y sus gestos durante la actuación, haciendo un concierto realmente dinámico.

Esa versatilidad se vio reflejada en una audiencia a la que supo atrapar con su directo en varias facetas en un breve set que duró poco más de media hora que se inició con el potente “Enemies”, de su tercer trabajo, 'Dancing In Hell', y sobre todo centrándose en presentar su reciente publicación, 'We Shall Remain', con temas como la furia desgarradora de “Never Forguet”, que hizo corear toda la sala, o el sinfónico “We Are Legion” y “War Das Alles” en el que las melodías y la crudeza brillaban a partes iguales con una banda en pleno movimiento.

Eleine

Sus músicos, con Filip Stålberg al bajo y Victor Jonasson como guitarrista invitado para los directos, movían en sincronía sus cabelleras coordinados con Jesper Sunnhagen a la batería, y los registros guturales de su guitarrista Rikard Ekberg nos mandaban hasta el fondo del abismo, mientras que Madeleine nos hechizaba con su enigmático registro vocal formando una combinación de crudeza y dulzura que impregnaba a partes iguales un ambiente lúgubre a la vez que mágico.

Continuaron con nuevo material, esta vez “Blood In Their Eyes”, al que le siguió uno de los mayores himnos de su trayectoria, “Ava of Death”, que como era de esperar se recibió con gran euforia; y “We Shall Remain”, que da nombre a este nuevo trabajo que venían a presentar.

Para cerrar lo hicieron con “Death Incarnate”, en el que una sala en plena euforia se entregó haciendo palmas. Terminaba un directo sensacional y enérgico, en el que quizás la acústica no fue del todo la adecuada, pero eso no impidió que se pudiera disfrutar y vivir al máximo con gran intensidad.

Eleine

Después de unos ajustes, con un sonido altamente mejorado y cambios de backline oportunos tocaba recibir uno de los platos fuertes de la noche, puesto que Ensiferum son palabras mayores. Aunque fueron presentados en el cartel como unos invitados “muy especiales”, los fineses, con su dilatada trayectoria que se remonta a 1995, tienen una legión de fieles seguidores que los recibieron propiamente como cabezas de cartel. Casi la mitad de la afluencia estaba presente en gran parte para ver a esta formación.

Ensiferum

A pesar de que están englobados como folk metal, tienen la característica de que abarcan elementos de otros estilos como la esencia del power metal o la crudeza del death metal melódico, que se ven reflejados en muchos aspectos, creando una atmosfera sensacional.

Si bien los discos de estudio son una verdadera obra de arte de sensaciones, he de reconocer que en el directo eso se multiplica por mil, ya que la banda exprime al máximo sus recursos en todos los sentidos, no basándose simplemente en tocar un repertorio, sino que se hacen con la atención de los espectadores durante el transcurso del show.

La última publicación hasta la fecha es el álbum 'Thalassic', que se remonta a 2020, y es el que vendrían a presentar esta noche con la portada presidiendo la pantalla de fondo del mismo escenario. De ese disco sonaron el poderoso “Andromeda” , el épico “In My Sword I Trust” y el estremecedor y acelerado “Run From the Crushing Tide”, en el que nos sorprendió su teclista, Pekka, haciendo de frontman, con un gran registro vocal que se asemeja al de Michael Kiske (Hellloween) y una forma de hacerse con el público que se animaba a hacer pogos sin discreción por el centro de la sala convirtiéndose en un hervidero.

Ambiente festivo y más melódico lo teníamos con la céltica “For Sirens”, con una banda que lograba hacernos vibrar en los cambios de ritmo aderezados por unos geniales músicos como son su vocalista y guitarrista Petri Lindroos, el bajista Sami Hinkka, cuyos rasgos tan característicos expresión le hacen parecer un auténtico vikingo (estuvo implacable en todo momento), complementados por las labores de Markus Toivonen a la guitarra solista, Pekka Montin a los teclados y a las voces, así como el poder de Janne Parviainen a la batería. Todos ellos agitaban sus cabelleras, cambiaban de posiciones y creaban movimiento desde las tablas que se contagiaba de manera frenética en la sala mientras sonaba el estruendo de “Twilight Tavern”.

Ensiferum

Con “Heathen Horde” volvían los contrastes, esta vez las melodías y los coros heroicos impregnaban el ambiente para volver a los sonidos más extremos en “One Man Army”. El folk metal volvía a sentirse con el himno “Lai Lai Hei”, en el que hicieron remar a parte de los presentes, y se despedían con clamor con “Two of Spades” para dejarnos sin sentido cuando a mitad de la canción cambiaban el registro a música disco con la base de su bajista Sammi y Petri a la voz empacados, quedándose con nosotros por completo antes de volver otra vez al tema original y dar por finalizado este show.

Un directo variado, con muchos cambios de sonidos, dinamismo en escena, complicidad, en el que nos hicieron sentir participes y sobre todo divertirnos, lo que, sin duda, consiguieron con creces. Directo recomendado en todos los sentidos.

Llegó el turno para Pain. El proyecto en solitario de Peter Tägtgren ha conseguido captar todas las miradas con una propuesta totalmente diferente a lo que lleva años realizando con otros proyectos como Hypocrysi haciendo una formula de metal industrial bastante llamativo y pegadizo, tanto en lo musical como en el aspecto visual, que lo hace realmente atractivo para el espectador.

A pesar surgir como un proyecto personal, cuando ves a Pain en directo te das cuenta de que el concepto como banda ha conseguido tomar una forma real, de tal manera que cuando ves a Sebastian Tägtgren a la batería, Jonathan Ollson al bajo o Sebastian Svalland a la guitarra notas que han hecho suyo también este repertorio, viéndolos completamente integrados, predispuestos y tan entregados en escena que logran transmitir que todos ellos están realmente satisfechos compartiendo lo que están llevando a cabo en las tablas.

Pain

En el caso de Peter, lo vemos disfrutar del todo al frente de la banda, teniendo un gran carisma, además de ofrecer unas buenas labores en la guitarra. Se nota de una manera muy clara que hace lo que le apetece en todo momento y se convierte en un verdadero frontman cercano, lo que se transmite hasta abajo contagiándolo a los seguidores que estábamos allí viendo el show.

Se echaba en falta quizás algún teclista más, teniendo en cuenta que el sonido electrónico y la melodía tienen un gran peso en el sonido de la banda. Aun así, las bases pregrabadas y la sincronización materializan un directo profesional sin fisuras.

Abrieron con el metal industrial de vieja escuela de “Let Me Out”, entre bases directas que agitaban al público, así como con uno de sus grandes hits, “End of The Line”, “Nailed to the Ground” y también sonaría el festivo y pegadizo “The Great Pretender”.

El comienzo fue atronador. El ambiente de luces leds en la batería, el humo y la iluminación ambientaban como si estuviéramos en una poderosa discoteca de metal mientras nos encañonaban a discreción fogonazos de flases directos hacia el público que nos dejaban completamente ciegos (y no es broma), sobre todo en los primeros temas.

El escenario estaba muy cercano y puede ser uno de los motivos de que esto sucediera. Aun así, estaba todo muy medido para formar una mezcla sonora de variadas sensaciones de un futurismo oscuro, metálico y a su vez festivo por las bases sonoras que incitaban al baile descontrolado.

No dejaron de sorprender en ningún momento. Uno de los puntos álgidos, sin duda, fue en el tema “Call Me”, que una vez iniciado se colaba el propio Joakim Brodén, vocalista de Sabaton, dirigiéndose hacia nosotros como si estuviera presente, comenzando a colaborar en el tema en directo. Una interacción que me pareció estupenda y creativa la de poder compartir escena desde la distancia y que con un poco de imaginación pudieras sentir como si fuese real en ese momento.

Pain

Ofrecieron un extenso repertorio en el que sonó “Walking on Glass” con un sonido oscuro de una ola de los primeros tiempos, y presentaron su último single, “Revolution”. Fueron cayendo muchos temas, por lo general con una base enérgica y potente, como “Zombie Slam”, “Suicide Machine” o “Monkey Business”, que contrastaron con la parte más rítmica de “Coming Home” o con la acústica de “Have a Drink On Me”, donde los vimos sentados en sillas como si de un concierto MTV Unplugged se tratase, creando el ambiente más íntimo de toda la velada. El sorprendente medio tiempo de la profundidad de “Same Old Song” llevaba al regreso de la energía rítmica de “It's Only Them”.

Las pantallas traseras en muchos de los temas estaban tematizadas, dándole visibilidad y entretenimiento a la velada, sobre todo por uno de los personajes protagonistas, la "mascota" que tiene la banda, de la que no tenemos mucha información y tampoco me queda bien claro si es una lágrima o una especie de robot disfrazado de muñeco de trapo (vudú) el cual tiene ciertos rasgos macabros con una similitud peculiar a la del videojuego “Kick the Buddy”.

A este amigo animado lo fuimos conociendo por sus peripecias y hasta le cogimos cariño, pero sin duda la más destacada proyección para reseñar es la que se utilizó para el tema “Bye/Die”, en la que emulando al videojuego “Mario Bross” iban pasando pantallas de esta partida arcade de una forma peculiar, bastante violenta, hasta finalizar la canción con un destino cruel, como era de esperar.

Fascinante también fue la cover del “Gimme Shelter” de los Stones, envolvente y llevando las sensaciones al máximo, disfrutando de uno de los grandes clásicos de la historia del rock llevado a su terreno, con el que daban por finalizado el show por el momento.

Como cabía esperar, hubo bises que incendiaron la sala. El potente “Party In My Head”, en el que una fiesta loca y salvaje nos hizo disfrutar, divertirnos y alocarnos; la indumentaria era para verla: gafas de sol, batas afelpadas y guitarras de peluche y también de “brilli brilli”, mostrando su lado más “pink side” y fashion, con el que solo faltaron unicornios por el escenario, algodones de azúcar y chuches. Ver para creer. Alucinante. Y yo me pregunto: ¿Por qué no tocaron así toda la noche? ¡Menuda fiesta!

Para el cierre definitivo quedó la enérgica y oscura “I'm Going In” y uno de los hits más destacados de la formación, “Shout Your Mouth”, que hizo cantar a todos los presentes dando por finalizado un directo realmente sensacional, muy divertido, ameno y diferente a lo que estamos acostumbrados por otras bandas de metal.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Gran resumen hacia las cañeras actuaciones que se marcaron estas 4 bandas metaleras en la Changó madrileña presentando algunas de ellas sus nuevos álbumes.

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