Crónicas
Iron Maiden con Within Temptation y Airbourne en Barcelona: Con letras de oro
«“Aces High” firmó con letras de oro una noche que a todos nos hubiera gustado alargar mucho más, e incluso perpetuar, pero lo hará en nuestra memoria cada vez que escuchemos uno de los temas de la banda de heavy metal más en forma de la actualidad.»
29 julio 2022
Estadi Olímpic Lluís Companys, Barcelona
Texto: Josep Fleitas. Fotos: Irene Serrano
Dos largos años y medio han transcurrido desde que el pasado 6 de noviembre de 2019 la conjunción entre Madness Live y el Primavera Sound realizasen la rueda de prensa que descubría la fecha en la que Iron Maiden, Within Temptation y Airbourne debían realizar un concierto con una de las pretensiones de lo más ambiciosas, llenar de fans el Estadi Olímpic de Barcelona el 25 de julio de 2020.
Pero, como todos ya sabemos y hemos sufrido, la pandemia siguió haciendo de las suyas y el aplazamiento de esa fecha fue inevitable. Con el aplazamiento llegaron también las dudas de si finalmente el evento podría llegar a hacerse realidad. Finalmente, y gracias a la tenacidad de los promotores, el concierto se ha podido llevar a cabo, y, aunque se podrían haber mejorado algunas cosas, como los accesos al Estadio, evitando innecesarias y kilométricas colas que llegaron a las dos horas de espera para acceder al recinto, el concierto que se vivió ayer en el Olímpic de la ciudad condal se ha convertido en uno de los mejores recitales que se han vivido en el país.
Airbourne – Rock n’ roll voltaico
Mientras el Olímpic iba llenándose poco a poco y las nubes daban descanso a esa ola de calor que nos ha estado azotando en los últimos días, el cuarteto australiano Airbourne salió al escenario con su implacable intensidad con la que incrementar la temperatura y mostrar que, a pesar de las críticas de una parte de la parroquia que les ve como una réplica fácil de sus compatriotas AC/DC y Rose Tattoo, tienen un carisma y una personalidad muy propias, tanto que, tras 16 años de carrera siguen siendo una banda con una garantía y fiabilidad tan solidas como las que demuestran en sus explosivos directos.
Los cuatro de Victoria iniciaron arrolladores, utilizando ese clásico que en 2004 daba título a un EP que les dio a conocer y con el que rompieron el hielo a mazazos de puro, intenso y electrizante hard rock de cimientos boogie. “Ready to Rock” fue el primer fogonazo que nos dispusieron en un concierto en el que la energía de la banda iba a volver a demostrar que su elección como artistas invitados para abrir un concierto de alto octanaje como este era de lo más acertada.
Tras la primera inyección de energía, Airbourne siguieron con esa condensación hímnica que “Back in the Game” y “Girls in Black” contienen y que hacen que el líder, rítmica y cantante Joel O’Keeffe se pasee a hombros entre el público mientras sigue soltando riffs a toda pastilla su Gibson Explorer y ya sobre las tablas rompa una lata de cerveza en su cabeza.
Poco a poco el frontspace iba tapando huecos y los brazos en alto formaban ya parte del show cuando “Burnout the Nitro” y “Breakin’ Outta Hell” sacaron a relucir su potencial en forma de rabiosas descargas que se sobreponían al sonido poco nítido y espeso que desde la mesa se les dispensaba y a la leve lluvia que refrescaba aún más el ambiente.
Tras ellas, la banda tuvo un breve descanso, aunque no todos, porque el otro hermano O’Keeffe, Ryan, dejó su puesto en la batería para romperse los brazos haciendo sonar la sirena de manivela en ese habitual show que precede al hímnico y hardroquero “Live it Up”, ese tema cuyos coros aportan la esencia Kiss que hace un mes repercutió a pocos kilómetros del estadio olímpico.
El single del ampuloso ‘Black Dog Barking’ (2013) dio electrizante fuerza a un final que se dio con el siempre rabioso y efectivo “Running Wild”, salvaje despedida que Joel aprovechó para agradecer la buena acogida que la banda había recibido y recordar que en diciembre iba a volver a estar entre nosotros para agasajarnos con más y buenas dosis de electrizante rock n' roll (2/12 junto a Blues Pills y Crobot en el cercano Sant Jordi Club). Allí nos volveremos a ver…
Within Temptation – Pasión melódica
A priori la propuesta del sexteto neerlandés en el cartel no parecía la mejor opción para acompañar a unos Iron Maiden, que, como veremos, están en uno de los momentos más dulces de su historia. Los parámetros más melódicos de la música de Within Temptation distan bastante del heavy metal clásico de los Maiden y las dosis de boogie rock n’ roll de Airbourne, pero la banda era sabedora de ello, por lo que, sin dejar la marca de la casa, el combo holandés planteó el concierto más intenso que de ellos he podido disfrutar.
Con una Sharon den Adel muy apasionada, dinámica, entregada y exultante de voz, y una formación que dio buen uso de las bases rítmicas potenciándolas más de lo normal, mientras las guitarras punteaban generosamente y se sobreponían a los efectos de esos teclados de ambiente modernista, la banda propuso un concierto que gozó de bastante mejor sonido que el que Airbourne desgraciadamente habían tenido.
Personalmente, entiendo que las bandas principales deban sonar mejor que sus escuderos, pero de ahí a apagar parte del disfrute con demasiadas limitaciones, creo que a estas alturas de la película es un punto que ya debería estar más que superado.
Todo ello apoyó a que el cada vez más numeroso público fuera entrando en el calor que desde el escenario se estaba proponiendo gracias a las ejecuciones de temas como los iniciales “Our Solemn Hour”, “Paradise (What About Us)”, “Faster” e “In the Middle of the Night” , himnos vertebrados por una Sharon que, ataviada con un corpiño que emulaba una armadura valkiria, no paró de motivar a base de empujes vocales dispuestos por unos harmónicos elevados muy bien invertidos.
La banda revolucionó los ritmos para que sus composiciones tuvieran mayor fuerza que la que usualmente adquieren en sus directos, lo que iba calando cada vez más entre los acérrimos e interesando a parte de los menos adeptos. Tras esa incipiente parte inicial, el set se injertó de detalles más comerciales gracias a “The Reckoning”, “Entertain You” y el hit “Stand My Ground”.
Se sintió el efecto de este trío de hits, éxito motivado en los más adeptos y salpicado en parte de los asistentes cuando Sharon enarboló una bandera ucraniana ondeándola mientras “Raise Your Banner” ejercía de himno solidario y pacifista, lo que recibió el casi unánime beneplácito de un público que agradeció el detalle.
Tras ello, la banda cerró con un nuevo trío de éxitos inexcusables en su set, “Ice Queen”, “Supernova” y “Mother Earth” significaron el cierre de una actuación a priori difícil de encajar, pero bien ajustada por un sexteto que cumplió a la hora de crear entretenimiento y motivación.
Iron Maiden – La bestia más feroz
Debo reconocerlo, mi primera impresión al ver el escenario cuando entré en el estadio fue de sorpresa, sinceramente me esperaba un espacio más amplio para recoger el show y los efectos de los Maiden, sobre todo pensando en la amplitud que el Olímpic, detalle que al final quedó totalmente diluido por la gran y espectacular actuación con la que Iron Maiden nos agasajaron, el buen show visual que dispusieron, el buen trabajo luminotécnico y la excelencia de un sonido que rozó la perfección.
Las ganas que había por volver a disfrutar de la propuesta de Iron Maiden en este ‘Legacy of the Beast Tour’ eran tantas que cuando el mítico “Doctor Doctor” empezó a sonar, este se coreó con mucho más énfasis que cuando UFO o MSG lo interpretan en sus shows, y es que cuando unas 47.000 gargantas entonan un clásico la adrenalina se pone a su máximo nivel.
Con esa carga adrenalínica en nuestro torrente sanguíneo, la visión de pagodas gigantes sobre el escenario y las primeras sombras del sexteto perfilándose en la oscuridad hicieron que los primeros envites de “Senjutsu” tuvieran tanta repercusión como si el concierto se hubiera iniciado con “The Trooper”, “Aces High” o “Run to the Hills”, todo fue una explosión de locura, entrega y descarga de emociones.
Desde un primer momento el sonido fue excelente, la banda muy motivada y enfática y de ella sobresalía la voz de un Dickinson que durante todo el concierto estuvo más que espectacular. La aparición de un Eddie gigante en su faceta samurái empuñando una catana ensalzó más los ánimos y el disfrute visual. Pasada la primera descarga del set, el tema que bautizó la última entrega discográfica de la banda se fundió con otro de los singles de esta, en este caso fue el también progresivo y eficiente “Stratego”.
Un escueto “Hola, Cataluña”, el sonido de motores, las imágenes animadas de las pantallas y la intro acústica de Adrian Smith dieron paso a un nuevo single, en este caso a un coreado “The Writing on the Wall” que animó en mucho la ya de por sí expeditiva expresión de Janick Gers. Este primer trío, que sincrónicamente son los temas que abren ‘Senjutsu’, fueron los encargados de representar una obra en la que extrañamente Dave Murray no participó en su creación.
Unos momentos de parón, usados para deshinchar las enormes pagodas (Buttö en japonés) y cambiar los elementos que aportaban ese efecto de templo nipón y cambiarlo por unos con efecto de templo gótico, gracias a dioramas de vitrales laterales y el rosetón central que presidía el escenario. Con esa representación en las tablas, Bruce se dio unos momentos para comentar la locura que para todos habían sido estos tres últimos años, pero que pese a todo volvíamos a estar aquí para disfrutar del concierto y considerar que Barcelona forma parte importante de la familia Maiden, para acto seguido descerrajar un “Blood Brothers” cuyo medio y adictivo tempo hizo su efecto en el coreo de un tema que dio paso a la apasionada oscuridad, tétrica esencia y pétrea solidez de ese clásico que surgió de la garganta de Blaze Bayley y que Dickinson, disfrazado de mago nigromante, se encarga de maximizar: “Sign of the Cross” nos trasladó al averno gracias a su ritmo pesado y a los efectos de los candelabros candentes, llamaradas y pirotecnia con la que, además de una lumínica cruz, vistieron el escenario.
Nuevo y breve interludio y un Ícaro gigante en cruz eran los inequívocos símbolos de que ese hit del grandioso ‘Piece of Mind’ iba a descarnar nuestras gargantas y a menguar nuestras fuerzas mientras Dickinson se dedicaba a lanzar llamaradas por doquier gracias al lanzallamas incorporado en sus dos manos. En el corazón del tema, un primer solo de Murray, un segundo de Gers y uno breve de Harris acabó con el trío de guitarras ampliando el ingente efecto que de por sí tiene un himno que solo hizo iniciar el paroxismo, ya que Bruce cambió el lanzallamas por el faro verde que nos dirigió hacia el extremo más efectivo, largo y coreado del set, un inmenso “Fear of the Dark” hizo temblar hasta los cimientos del centenario estadio. Durante él, aún con esa máscara que en el medievo lucían los encargados de atender a los afectados por el azote de la peste bubónica, Bruce siguía insistiendo en su halago a Cataluña y Barcelona por la entrega y pasión que estaba sintiendo por parte de todos los que allí estábamos.
Todo estaba concebido para el disfrute, el sonido era espectacular, Dickinson, aunque menos expeditivo en sus típicas carreras por todo el escenario, tenía una de las mejores voces de su etapa como cantante. Murray, Smith y Gers cumplían con creces enfatizando con riffs y solos todos y cada uno de los rincones de los temas, Nicko hacía que pareciera fácil tocar su interminable batería y Harris atronaba con su bajo mientras no dejaba de sonreír y apuntar a un público rendido ante tal generosidad de exhibición. ¡Qué grandes!
El show continuaba, encerrado tras barrotes en un principio y con pose afligida durante el interludio, “Hallowed be thy Name” provocó el primer “Scream for me, Barcelona” de la noche antes de que la intro de otro grande de entre grandes, ese que da nombre a esa obra cumbre de la doncella de hierro y cuya intro es capaz de enloquecer al mundo del heavy metal al completo. “The Number of the Beast” tuvo lo que se merecía, la máxima entrega de las 47.000 gargantas que casi llenaban el aforo de un estadio que, además, disfrutamos de unos efectos pirotécnicos que multiplicaban aún más el efecto infernal que ya de por sí esta joya contiene.
Pebeteros apagados, la cabeza cornuda de Eddie reinando tras Nicko, dos “Scream for me, Barcelona” y “Iron Maiden” volvió a encenderlo todo para que en su final la banda se mostrase más que agradecida por cómo desde el público se les estaba espoleando.
Un breve receso y el primer bis hizo su aparición con otra dosis de explosión y energía. “The Trooper” no tuvo compasión ni consideración, nos vació, nos vaciamos en su seguimiento y disfrute. La aparición de Eddie con la misma casaca roja que vestía un Dickinson que no paró de enarbolar la bandera británica y ondearla tan fuerte como nosotros seguíamos uno de los mejores estribillos del heavy metal.
Tras el nuevo agradecimiento de la banda y las palabras de dedicación de la siguiente canción a Cataluña, el segundo y último tema de la época Bayley en el set se entonó de forma muy especial en ese “Freedom” cuyo estribillo que hacía sinergia con las palabras que precedieron a la presentación.
En “The Clansman” nuevamente todo por las nubes y “Run to the Hills” sacó fuerzas de nuestra garganta para seguir ensalzando esta obra maestra en la que se convirtió un concierto que seguro nadie de los allí presentes olvidaremos.
Un nuevo receso, y cómo no, la cosa debía acabar de manera épica, el show debía acabar de la manera más apoteósica posible, y aunque los candidatos al cierre podían ser varios, “Aces High” firmó con letras de oro una noche que a todos nos hubiera gustado alargar mucho más, e incluso perpetuar, pero lo hará en nuestra memoria cada vez que escuchemos uno de los temas de la banda de heavy metal más en forma de la actualidad.
Prometieron volver, y seguro que lo harán, ellos saben que aquí han dejado un recuerdo imborrable, y seguro que ellos se llevan otro de nosotros. Un conciertazo en mayúsculas. Como lo vivido ayer.
- Entrevista a Eclipse: “En los conciertos de España el set va a ser versátil y va a haber sorpresas especiales” - 20 noviembre 2024
- Crónica de Dame + Folk Fest, con Ealain, Khëlleden y Mitago: Canciones y leyendas inmortales - 11 octubre 2024
- Entrevista a The Night Flight Orchestra: "Las bandas de hard rock y A.O.R. solemos compartir cartel en festivales de metal; es muy buena noticia que haya propuestas como Lion Rock Fest" - 9 octubre 2024
2 comentarios
Extenso e interesante resumen hacia las tres potentes descargas que se marcaron estas tres pedazos de banda en dicho estadio de la ciudad condal con los históricos IRON MAIDEN presentando en esta única fecha en nuestro pais su nuevo álbum. Brutal como siempre la descarga de los rockeros australianos AIRBOURNE.
De los mejores conciertos de Maiden que he visto .
BRUCE PLETORICO la banda sono genial el espectáculo muy bueno ,los teloneros
Alrboune fiesta asegurada ,whithing relax en plaza mayor En general un 9'99. Por poner una pega ,los accesos que nos hicieron dar mil vueltas .Aunque yo fuy afortunado .Salí del hotel a las 5'15 y a las 6 estaba entrando con la intro de AIRBOURNE
BRUTAL EL AMBIENTE
Un saludo al ELIAS de Santander y espero que el de MENDAVIA siga vivo .
Y a mi colega de Sestao