Crónicas
Imperial Jade + Ruta 57: Cuestión de actitud
«"No sé si el rock’n’roll salvará mi vida, pero desde luego sí que ayuda a que sea más llevadera"»
30 noviembre 2017
Sala Siroco, Madrid
Texto: Yorgos Goumas
Los ha habido, y muchos, que han afirmado que el rock’n’roll, o la música en general, les salvó la vida en un momento dado y les ayudó de ver las cosas desde otra perspectiva o tomar una decisión crucial… o simplemente les ayudó sobrellevar un mal bache. Me vais a permitir, queridos lectores, ponerme algo más personal en esta crónica, ya que yo también estoy pasando por un mal momento a nivel profesional/económico, y desde luego no me esperaba el efecto que iba a tener sobre mí la actuación que vi el jueves pasado. Aunque ya conocía la calidad de la banda catalana cuando les entrevisté sobre su debut ‘Please Welcome’ en 2015, no acudí en la sala con el mejor de los ánimos y me encontraba con pocas ganas, la verdad.
La primera sorpresa vino de la mano de los teloneros Ruta 57, un power trío oriundo de la hermosa ciudad de Alcalá de Henares. Desde la primera nota pude sentir que estaba ante algo diferente, ya que lo más natural para un periodista musical es pegar enseguida una etiqueta musical a todo lo nuevo que escuche… y, francamente, no podía. “Almas” arranca con guitarras funky para enseguida meterse en terrenos del rock/metal moderno a lo The Winery Dogs. Temas como “El Gran Golpe” o “Ven” se meten en terrenos de unos O’funk’illo o los primeros Red Hot Chilli Peppers con unas guitarras muy a lo Ritchie Kotzen mientras que “La Ciudad” y “1995”, tema que además da título a su último disco que acaba de salir, incorporan elementos de blues/rock vitaminado (en este último los riffs me recordaban a un Stevie Ray Vaughan). Temas enérgicos, variados, con multitud de influencias y tocados con mucha solvencia (personalmente, destacaría la manera de tocar el bajo de Alberto Notario, aunque para nada se desmerecen ni la voz y guitarra de Héctor Trujillo, ni la batería de César Romero). Todo un descubrimiento este power trío que desde aquí recomiendo encarecidamente.
Mis ánimos empezaban a cambiar después de aquel chute de buena música y buenas vibraciones, pero tampoco podía dejar de pensar en las cosas más mundanas que me acechan así que, con la ayuda de un par de Cubas Libres y mientras se preparaban Imperial Jade para subir al escenario, decidí cambiar algunos de aquellos factores que ya suponían una carga innecesaria para mí, como lo pueden ser una empresa telefónica y un banco con mucho morro, por ejemplo. Las notas a lo Uriah Heep del tema “Fire Burning Sound” me devolvieron a esa nube de felicidad sonora, pero esta vez también me devolvieron al pasado: no solamente cuando era estudiante en una universidad yanqui en medio del país y me empapaba con el rock clásico todo el día gracias a las emisoras locales, sino que la actitud y la vestimenta de la banda parecía estar sacada de un video clip de los años ’70. Estos jóvenes respiran y supuran rock’n’roll por todos sus poros. “Highway” con su aire a lo Grandfunk Railroad, “High On You” a lo Ted Nugent o “Time Machine”, que no desencajaría en un disco de The Darkness, son temas irresistibles. Mis ánimos definitivamente habían despegado y no solamente eso, sino que empezaba a rondar por mi mente otro tema pendiente que tenía algo abandonado: invitar a esa chica que me gusta desde hace un par de meses a que saliera conmigo; desde luego, escuchar a temas como “Electric Lady” ayuda a eso. Mientras me tomaba otro Cuba Libre escuchando su versión de The Allman Brothers, “Midnight Rider”, decidí enviar a la dama en cuestión un mensaje y mientras esperaba su respuesta, seguía flipando con su actitud rockera y temas como “Camel Ride” o cuando el batería nos obsequió con un solo a la mejor tradición de John Bohnam. Hablando del “Gonzo”, el vocalista (cuya presencia me recuerda tanto a Paul Rogers como a Roger Hodgson) dijo que hay buenos músicos y después hay los dioses antes de arrancar toda la banda con un medley de temas de Led Zeppelin mientras que para los bises nos reservaron “Mr RnR” y “Satyr”. Si no me equivoco, en diciembre termina la gira del disco y en 2018 tendremos noticias discográficas suyas; temas nuevos como “Glory Train” y “Heatwave” indican que siguen en buena racha compositiva, fieles a su estilo.
No sé si el rock’n’roll salvará mi vida, pero desde luego sí que ayuda a que sea más llevadera. A veces hay que cambiar de actitud y no solamente disfrutar del momento; hay que enviar al carajo las personas, cosas e instituciones toxicas que nos amargan la existencia. Dicho esto, casi al final del concierto recibí la respuesta de la chavala: afirmativa. Aparentemente el rock’n’roll me ha dado su bendición. ¡Larga Vida al Rock’n’Roll!
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