Crónicas
H.E.A.T + Reach + Temple Balls: El futuro del hard rock melódico
«Un concierto con puntuación 10 de 10, dejándonos una sensación honestamente de haber presenciado uno de los mejores conciertos de rock de los últimos años, topándonos de bruces con unos H.E.A.T "Mark II", que no cabe la menor duda son el auténtico futuro del rock melódico»
21 mayo 2022
Sala Andén 56, Burgos
Texto: Iker Vicente. Fotos: Antón Sierra
Existen bandas que uno, sin necesidad de criterio musical, sabe que, aun estando en un punto reconocido de popularidad, van a acabar siendo grandes y titánicas hasta el punto de liderar de manera absoluta un estilo. Esa idea recoge en perfecta esencia lo que quedó en la retina del aproximadamente millar de amantes del rock melódico que nos acercamos a la diáfana y a su vez espectacular sala Anden de Burgos para disfrutar este súper cartel nórdico de puro lujo.
Si bien todos pensábamos que Reach serían los encargados de abrir la velada, por eso de ir de menor a mayor intensidad, nos equivocábamos, ya que era esta joven banda revelación llamada Temple Balls, que ronda la treintena de edad, la que con sus tres discos a las espaldas nos iba a hacer gozarla en primera instancia.
Heavy rock melódico súper ochentero pero traído al siglo XXI, con un sonido súper fresco, melodías pegadizas a más no poder, puros himnos hard rock, un frontman de primera línea llamado Arde Teronen con una imagen arrasadora, como si de un Sebastian Bach finlandés se tratase, tomando el auténtico protagonismo en todo el concierto, no parando de moverse e interactuar con el público y cantando muy arriba, demostrando un registro súper melódico, una voz de la que muy pocos pueden hacer gala. Los solos de las dos guitarras con las que cuenta la banda, súper trabajados, y canciones como "Thunder From the North", "T.O.T.C." o "Bad Bad Bad", de una calidad desorbitada.
“Son el futuro” escuchó un servidor entre el público, y a tenor de lo visto, oído y disfrutado con este grandísimo grupo, también perteneciente al sello Italiano independiente Frontiers Music, del cual estamos completamente enamorados, que tan bien aglutina a este tipo de bandas tan melódicas como Eclipse, Jorn Lande (Masterplan, Avantasia), Robin McAuley (Michael Schenker) o nuestro querido Ronnie Romero (Rainbow, Lords of Black, MSG), por citar solo algunas. Una muestra inequívoca del éxito que tuvo el quinteto en su flamante actuación tuvo su fiel reflejo al final del concierto, en la zona del merchandising, donde sus discos, sobre todo el último, volaban.
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Con toda la sala patas arriba, habiendo dejado Temple Balls el listón a la altura de los focos del techo de la sala, y con la gran satisfacción de que visto lo visto ya casi uno se podía ir para casa, se presentaba este power trio salido de Estocolmo, Reach, con muy buena presencia escénica, elegantes e impolutos, pero con una propuesta muy distinta a la banda que tocaría por delante y la que tocó detrás de ellos.
En general los temas se presentaban como una propuesta narrativa extremadamente ecléctica en cuanto a composición, sonidos y matices, todo bajo el paraguas de la experimentación y lo alternativo, donde no paraban de entremezclarse canciones muy diversas entré sí con tintes soul, eléctricos, punk, en ocasiones algo melódicos y hasta en un momento dado con sonido de cabaret, que al público le costó cogerle el punto. La propuesta contenía reminiscencias a bandas como HIM o Muse, con el cantante y a su vez guitarra, Ludvig Turner, como piedra angular de la puesta en escena, demostrando contar con una tesitura vocal súper variada y versátil, tirando muchísimo de melodías agudas.
No fue hasta los temas finales que la gente comenzó a pillar su onda, ya que hasta ese momento, al finalizar más de un corte apenas dio feedback a la banda, y cuando finalmente se rindió ante la calidad de esta, tal vez algo incomprendida posiblemente por el perfil del fan del rock melódico, parece que destensó la situación llegando ese esperado aplauso y merecida despedida.
Y llegaba el momento álgido de la noche. Era obvio que uno de los alicientes principales de este concierto que, como ya pasó con otros espectáculos similares, se venía posponiendo desde el año 2020 por motivos de pandemia, era la nueva propuesta de H.E.A.T a la voz.
Todos los que hemos seguido la trayectoria de los suecos conocimos durante la pandemia la noticia de la sustitución de Erik Grönwall debido al cáncer que este parecía (y que por suerte ha superado exitosamente hasta el punto de convertirse con gran éxito en el nuevo cantante de Skid Row) por Kenny Leckremo, primer cantante de la banda, que durante el tiempo fuera de H.E.A.T se ha centrado en el proyecto tributo Rhapsody of Queen y su carrera en solitario.
Existían por tanto muchas dudas sobre si Kenny estaría a la altura del absolutamente loco y animal de escenario Erik, quien dejó al grupo en el punto cumbre de su popularidad, en gran parte gracias a su carisma y calidad como cantante, pero sobre todo actitud sobre las tablas. Pero en cuanto H.E.A.T dio el pistoletazo de salida con “One by One”, con un sonido de sala francamente increíble, Kenny disipó desde el minuto uno cualquier duda que pudiese existir al respecto y demostró lo muchísimo que ha evolucionado en la larguísima década que ha estado fuera de la banda, no solo desde la vertiente vocal, sino también y especialmente en el estado físico en el que se encuentra.
El público enloqueció desde el primer momento y no paró de dar todo su calor a la banda corte tras corte, ejecución tras ejecución, hecho al que Kenny contribuyo dejándose literalmente la piel, correteando durante las casi dos horas de duró el show de un lado al otro del escenario sin descanso, saltando, interactuando, moviéndose como si no hubiese un mañana, y lo que es mucho más difícil, todo ello contando con un estado vocal sublime y cantando con una calidad desorbitada incluso los temas que la banda grabó con Erik, sin perder ni un solo un momento la sonrisa de la boca. Era inevitable, por su constitución y físico, estética y por su puesta en escena, estar por momentos viendo al mismísimo Bruce Dickinson en sus primeros años.
Qué decir del resto de los grandísimos profesionales que sostienen la pura esencia de la banda: el virtuoso Dave Alone a las seis cuerdas; Jona, que le da ese empaque melódico tan especial a la banda con su ya mítico teclado, y Jimmy con su preciado bajo, amén de la grandísima pegada de Crash a la batería. Con una especial presencia de temas de los dos primeros discos que grabaron los suecos, posiblemente debido al regreso de Kenny, que fue con quien los registraron, especialmente 'Cry' o '1000 miles', el setlist recogió también en gran medida súper hits de su último redondo, 'Heat II', que era el plástico que en principio venían a presentar en 2020, y cuyo concierto quedó en stand by.
Himnos como “Rock your Body”, “Dangerous Ground” o “Clean” se fueron sucediendo hasta presentar dos cortes muy esperados como fueron “Nationwide” y “Back to the Rhythm”, ya que pertenecerán al disco que lanzarán el 5 de Agosto, titulado 'Force Majeure', y que fueron de los más celebrados de la noche, sobre todo y en especial este último. Entre medias, hubo momentos divertidos y apreciados de todo tipo, momentos en los que Kenny, con un sorprendente castellano, se dirigía al público, otros en los que en canciones como “Beg, Beg, Beg” jugaban a la mítica dinámica que tanto gustaba a Freddie Mercury de interactuar con el público y que este repitiese los juegos de coros del cantante.
Aunque tanto el público como un Kenny que no bajaba la intensidad ni por una centésima de segundo llegaban exhaustos al final del concierto, nos regalaban “Rise” como bola extra del pinball sueco, ese cañonazo promocional con el que H.E.A.T anunció el regreso de Kenny a la banda, y que sabíamos por haber estado las semanas previas al concierto siguiendo de manera constante el setlist que estaban presentando por Europa, no lo habían tocado hasta la fecha.
Un concierto con puntuación 10 de 10, dejándonos una sensación honestamente de haber presenciado uno de los mejores conciertos de rock de los últimos años, topándonos de bruces con unos H.E.A.T "Mark II", que no cabe la menor duda son el auténtico futuro del rock melódico y que están destinados a ser, por méritos propios, en una de las mejores bandas de heavy metal de la escena internacional. Esperamos que ese futuro llegue pronto a nosotros.
Setlist de H.E.A.T:
One By One
Rock Your Body
Dangerous Ground
Emergency
Redefined
Straight To Your Heart
Late Night Lady
Come Clean
Solo de batería
Back To The Rhythm
Beg Beg Beg
Cry
1000 Miles
Living On The Run
Nationwide
A Shot At Redemption
Rise (No incluido en su gira Europea)
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