Crónicas

Green Lung + Unto Others + Satan's Satyrs: Heavy metal clásico, doom y gothic para una noche monumental

«Impresionantes, grandiosos, maravillosos… se agotan los adjetivos para describir la intensidad de una cita de vértigo, sin descanso y de una extrema calidad sobre el escenario»

1 marzo 2025

Sala Copérnico, Madrid

Texto: David Esteban @daesteor. Fotos: Henrique Pratas @Henrique_Pratas

Sonidos vintage, góticos y el aplastante doom metal se daban cita en esta tarde noche que prometía emociones fuertes en la capital de manos de la pareja formada por Green Lung y Unto Others en la gira "Heathen Neveland Tour". que se convertía en trío con la participación de Satan's Satyrs, encargados de romper el hielo.

Green Lung

Exactamente a las siete de la tarde, haciendo gala de una gran puntualidad y con todavía algo de gente por entrar en la sala, se apagaron las luces, permitiendo que la oscuridad tomara el control y que los Sátiros de Satanás adoptaran posiciones sin poder ser detectados por los presentes.

Sin titubeos y practicando ese cruce de rock metalizado, sucio y glamuroso –como lo mostraba algún que otro pantalón acampanado sobre el escenario, sin contar con el llamativo chaleco de plumas que portaba el vocalista de Satan's Satyrs–, los naturales de Virginia comenzaron su directo con la intro instrumental "Thumper’s Theme". Atronadora, enlazaron con la setentera y stoner "Full Moon and Empty Veins", o lo que es lo mismo, intensidad y personalidad arrolladora por parte de su frontman, Clayton Burgess.

Satan's Satyrs

Cero concesiones para continuar con "Pulp Star" y su provocadora actitud punk en esa suerte de psicodelia doom que desprende "Black Souls". Sin haberse presentado, pues el ritmo del directo era endiablado, "Quick Quiet Raid" generó una atmósfera intensa y envolvente, siendo la pesada y enigmática "Iron & Ivy" la que definitivamente honró a los padres de la oscuridad, Black Sabbath.

En la recta final, "Two Hands" y, sobre todo, el temazo "Show Me Your Skull", fusionado con "Alucard", hicieron vibrar al público con su oscura y electrizante energía. Temas idóneos para cerrar un excelente concierto basado en ejecuciones bien engrasadas, sonido excepcional y toneladas de actitud.

Satan's Satyrs

Poco tiempo hubo de espera, pues, como digo, el ritmo de la noche fue vertiginoso, para que los también norteamericanos Unto Others salieran a escena. Impertérrita seriedad y gran presencia escénica comandada por el genial vocalista y guitarrista Gabriel Franco.

Con un sonido impecable, los de Portland comenzaron su show con dos cortes pertenecientes a su último trabajo, 'Never, Neverland' (2024), estos fueron: "Butterfly" y "Momma Likes the Door Closed". Gran recibimiento por parte del público y posterior locura máxima tras escuchar los primeros acordes de la oscura y contundente "Nightfall". Como temazo sin igual que es, no hizo más que confirmar lo querida que es esta banda en nuestro país.

Unto Others

No preguntéis por qué, pero la sintonía y la conexión entre banda y público se antojaron mágicas, tal como sucede cuando bandas como Blind Guardian, Saxon, Helloween o Gamma Ray visitan España. Seguidamente, "Fame" volvía a defender su último larga duración para que "Jackie" hiciera lo propio con 'Mana' (2019).

La seriedad de Franco y del batería Colin Vranizan contrastó con la movilidad de su bajista, Brandon Hill, y, por supuesto, con la sempiterna vitalidad del guitarra solista, Sebastián Silva. Es imponente ver cómo azota su densa melena sin perder en su guitarra digitación alguna. Gestos, poses y muecas por doquier para no dejar de corretear por todo el escenario. Maravilloso.

Unto Others

"Double Negative" sonó impresionante para que la poderosa voz de Franco resonara por toda la sala. Melodía, emoción e intensidad para uno de los momentos álgidos de la noche. En contraste, "Suicide Today" permitió que todo el público corease su estribillo gracias a su pegajosidad y carácter punk. Buenísima. Las siguientes, "Raigeki" y "Why", nos devolvieron de golpe a la particular concepción que los estadounidenses tienen del gothic metal.

Con el concierto a un nivel estratosférico, sin perder fuerza ni intensidad en ningún momento, el estribillo de "It Doesn’t Really Matter" fue la catarsis absoluta de un público totalmente entregado que acabaría de ser noqueado por la delicadeza de "Can You Hear the Rain". "Heroin" recobró la velocidad y el metalismo gracias a su pesadez y, cómo no, a la poderosa voz de quien lidera el grupo.

Unto Others

Inusitada fue la pasión demostrada en "When Will Gods Work Be Done", con un grupo y un público en simbiosis plena. La heavy y melódica "Time Goes On" permitió a Silva disfrutar a lo largo de su mástil, para que la desgarradora y punkarra "Flatline" precipitara un inesperado pogo en las primeras filas. Un mosh pit que, en su máxima expresión, se vio alimentado y, por tanto, agravado por la siguiente, "Pet Sematary", de Los Ramones.

Un individuo alcanzando el escenario e incluso arrojándose ante la masa… Nunca me hubiera imaginado algo así en un concierto de estas características; no obstante, viene a ilustrar la emoción, la intensidad y la efervescencia de la noche.

Unto Others

La banda regaló el bis final con dos colosos de la talla de "Give Me to the Night" y "Dragon, Why Do You Cry". Apoteosis sin precedentes para cerrar un concierto de una de las mejores bandas en su género, si es que existe alguna otra agrupación que aglutine las características que a los norteamericanos los están haciendo soberbios: heavy metal, melodía, contundencia y preciosista melancolía no exenta de actitud y una oscura estética que lo envuelve todo. Grandes.

Los roadies de los británicos Green Lung invadieron rápidamente el escenario para, con gran precisión y sin descanso, colocar en el punto idóneo todo elemento decorativo que los de Londres traían para ambientar su actuación. Sin duda, se agradece el carácter clásico y añejo que desprende la banda y que se ve en detalles como el uso de un gran telón de fondo en detrimento de los fríos fondos de pantalla LED.

Green Lung

Mucho elemento horror folk, como un par de cabezas de macho cabrío y, coronando el escenario, una gran máscara por la que cualquier antropólogo pagaría un dineral para tenerla en el salón de su casa. Me encanta ese rollo orgánico que, con cada elemento de atrezo, la agrupación consigue crear.

Oscuridad, humo y gran expectación para dar comienzo al show con "Woodland Rites", fusionada con "Mountain Throne". Con un sonido realmente bueno en términos generales, por momentos se percibió el micrófono de Tom Templar algo exento de potencia, un inconveniente que suplió con entrega, pasión y buen hacer.

Green Lung

La “sabbathica” densidad musical continuaba imparable con la atmosférica "The Ritual Tree" y sus fantásticos teclados iniciales, ejecutados magistralmente por John Wright. Puro retro rock al gusto de los más nostálgicos.

Maravillosas las guitarras de Scott Black, quien no paró quieto ni un segundo y nos embelesó con la magia desprendida en "The Ancient Ways". La oscuridad, el misticismo y el ocultismo se hicieron patentes con el riff principal de "Templar Dawn", un ejercicio que perfectamente podría haber firmado el mismísimo Tony Iommi.

Green Lung

Recordando la famosa frase de la maravillosa película "Drácula de Bram Stoker" (1992): “He cruzado océanos de tiempo para encontrarte”, introducía Templar "Oceans of Time". Ya os podéis imaginar la temática para cerrar una de las mejores interpretaciones de la noche.

Era tiempo ahora para el folk con la oscura e inquietante "Song of the Stones", con el bajista Joseph Ghast a las voces y percutiendo un siniestro goliat decorado con la cabeza de una extraordinaria cabra negra. Intensidad máxima.

La pesadez de "The Forest Church" nos sacó del maravilloso trance con su coreable estribillo, para que el particular timbre del vocalista resonara como nunca en la heavy "Hunters in the Sky". Impresionante.

Redacción
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