Crónicas

Danko Jones + Penny Fleck en Bilbao: Simulacro de felicidad

«Lástima que las condiciones sónicas no resultaran tan óptimas como una cita tan señalada en el calendario requería, pero confiamos en que no tarden en regresar y ya entonces los planetas y las estrellas estén lo suficientemente alineados para ofrecer un show espectacular desde cualquier punto de vista.»

9 mayo 2023

Kafe Antzokia, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Esto de los conciertos nunca es una ciencia exacta, por mucho que algunos intenten que sea al contrario. A veces un servidor encuentra al público adorable, pero luego lo que se contempla sobre las tablas tampoco es para tanto. En otras ocasiones, uno no ve la hora de escapar cuanto antes de allí, aunque luego nos sorprenda una soberbia muestra de talento del artista en cuestión. Una ruleta rusa a la que mola jugar y que convierte a los bolos en una experiencia todavía más única.

Danko Jones

El paso del gran Danko Jones por el bilbaíno Kafe Antzokia fue un auténtico baño de masas en toda regla, con la sala a reventar para tratarse de un día entre semana. Y la gente parecía encantadora, los habituales del paisanaje concertil mezclados con cierta juventud que constata que al rock visceral aún le queda cuerda para rato, por mucho que lo intenten matar cada dos por tres. Que si ya no es relevante y demás mandangas. ¿Pero a quién le importan esas pijotadas de tres al cuarto?

Con el recinto ya en ebullición, se batieron el cobre los vizcaínos Penny Fleck, que sinceramente tampoco me cambiaron la vida, pues me dio la sensación de haber visto antes a cien mil grupos en un palo similar. Tal vez se trató de algo exclusivamente personal lo de no lograr conectar con su hard rock punkarra, y mira que adoro el género, pero bueno, quizás en un futuro nos causen una impresión bien distinta, no sería la primera vez.

Penny Fleck

En cuanto al canadiense Danko Jones, qué decir de uno de los grandes revitalizadores del rock n’ roll contemporáneo, un showman que aportó al estilo tanto contundencia como esa chulería que se está perdiendo en pos de propuestas vacuas aptas para la hipersensibilidad contemporánea. Que no se ofenda nadie, por favor. El señor Cojones, como le gusta que le llamen los fieles, sigue haciendo canciones sobre chicas, sexo y todo eso que nos quieren prohibir los apóstoles de la corrección política.

La duda que siempre sobrevuela al acudir a un recital suyo es saber qué faceta nos mostrará durante la noche, la del comunicador con verborrea incontrolable capaz de hablar durante horas o la del agitador de masas que bien podría proclamarse sumo sacerdote de su propio culto. Diría que lo que nos tocó en esa velada fue más lo segundo, a pesar de que un sonido horrible echara por traste el espectáculo en sí mismo.

Danko Jones

“Guess Who’s Back” abrió fuego con el doble sentido de regresar a un recinto que ya había abarrotado varias veces en el pasado. “I Gotta Rock” pilló carrerilla y subieron otro peldaño más con la gloriosa “First Date”, un temazo impepinable incluso con flauta travesera. Qué pena que las condiciones sónicas no fueran las adecuadas. Había que intentar disfrutarlo, por lo que agitamos la cabellera igual.

“I Think Bad Thoughts” propulsó a un respetable al que parecía no importarle demasiado el sonido excesivamente reverberante, lo cual se puede entender cuando uno quiere pasárselo bien a toda costa. Ni siquiera Pinky de Rat-Zinger quiso perderse la fiesta e intentó confraternizar desde una esquina con el simpático Danko, hasta sacó a la banda una ronda de cervezas. Como un tipo elegante.

Danko Jones

“Code of the Road” era otra manera de enseñar las credenciales del gran bebedor de horchata, al igual que “The Twisting Knife”. No había disco nuevo bajo el brazo, pero ‘Power Trio’ todavía andaba fresco en la memoria y ya se espera el siguiente trabajo para mediados de septiembre, ojalá vuelvan entonces por estos lares.

Esa noche Danko no estuvo tan locuaz como otras ocasiones, pero maldijo la pandemia y dijo que debería haber estado en Bilbao por lo menos “cuatro veces”. Por eso mismo, dedicó “You Are My Woman” a los fieles, un corte con marcado sabor Thin Lizzy, antes de enlazar con la trepidante “Flaunt It”, una de esas de las que te limpian el forro. Dios, qué rabia que el sonido no acompañara.

Danko Jones

Al punteo inconfundible de “Full of Regret” le faltó la nitidez de estudio y lo mismo podríamos aplicar al cañonazo “Had Enough”, aunque ya solo escuchar un temón de semejante envergadura merece la pena. El canadiense no tiene abuela, lo saben los que le han visto varias veces, por lo que tampoco sorprendió que se dedicara canciones a sí mismo. “¿Cuántas bandas conocéis que hagan eso?”, preguntó a la concurrencia.

Y con el ego de lo más subidito, se volvió a presentar como “Dan Cojones” y nos cascaba “My Little RnR”, otra de esas piezas que se antojan casi manifiestos de autenticidad. A la vuelta, un espectador le pidió una canción a Danko, que aseguró que se había olvidado de tocarla, pero que “valoraba” la propuesta.

“I Want Out”, una apelación más a las esencias rockeras, se convirtió en el primer bis y luego le siguieron “Watch You Slide” y “Rock Shit Hot”, su “tema preferido”, como lo calificó. Un grandes éxitos en toda regla, del repertorio no cabía queja alguna.

Lástima que las condiciones sónicas no resultaran tan óptimas como una cita tan señalada en el calendario requería, pero confiamos en que no tarden en regresar y ya entonces los planetas y las estrellas estén lo suficientemente alineados para ofrecer un show espectacular desde cualquier punto de vista. Como simulacro de felicidad, no estuvo mal.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    La sinceridad es lo mio y por eso ni me molesto en leerme la crónica hacia este grupejo comercialote ya que nunca me han llamado la atención.

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