Dame + Folk Fest, con Ealain, Khëlleden y Mitago: Canciones y leyendas inmortales

Ealain

El Dame + Folk Fest nace con la intención y motivación de dar a conocer a nuevas y valiosas propuestas emergentes dentro del género, convirtiéndose en un festival independiente que, con el ánimo de dar a conocer a esas bandas que van despuntando entre un bosque cada vez más frondoso, el pasado sábado 5 del mes de octubre dio el pistoletazo a lo que esperamos sea el inicio de algo que crezca tanto como las ganas que organización, bandas, danzantes y público le pusimos en una noche llena de buen ambiente, folk metal y gratas sorpresas.

La temprana hora de inicio del evento hacía presagiar que esta primera parte del festival iba a contar con un menor público asistente, y aunque la sala siguió llenándose con el paso de los minutos, lo cierto es que los vizcaínos Ealain contaron con un buen elenco de seguidores desde el comienzo de su concierto.

Pero no voy a centrarme injustamente en lo sucedido solo en las actuaciones de las tres bandas, ya que hay que reconocer que las buenas ideas y la originalidad fueron también protagonistas en la popular sala barcelonesa, ya que el espacio contaba con un pequeño pero variado stand en el que la ropa y complementos exhibidos por La Rock N Rolla permitieron revisar y darse algún que otro capricho.

Otro dato destacable fue el atrezo que vestía el frontal del escenario, en el que se recreó una especie de sotobosque, algo que tranquilamente podía crear el efecto de situarnos en algún lugar de las húmedas campiñas irlandesas, esas que en pequeños espacios atesoran tabernas en las que la cerveza (a buen precio) y los bailes tradicionales se dan cita para animar las veladas. Y precisamente eso es lo que hicieron la Asociación Aires Celtas Irish Dance con sus danzas tradicionales irlandesas en representaciones que divirtieron y amenizaron como prolegómenos la salida de cada una de las tres formaciones que dieron buena muestra de su capacidad y contagioso entusiasmo.

Ealain

Tras unos minutos de buena amenización por parte de Aires Celtas, que incluso nos sorprendieron con una muy bien coordinada performance del mítico “Du Hast” de Rammstein, salieron a escena Ealain, un sexteto de Bilbo (la ciudad, no Bolsón) que, nacidos en 2021, prácticamente cuentan ya con dos discos de larga duración: ‘Corazón de mar' (2022) y un segundo si ya contamos con el que el próximo día 25 de este mes saldrá al mercado bajo el título de ‘Leyenda Inmortal’, álbum que, en exclusiva, se pudo obtener físicamente en la zona de merchandising.

En definitiva, dos recomendables y enfáticos trabajos repletos de épicos y muy funcionales pasajes en los que el folk metal se funde con partes de folk rock e incluso de power clásico dispuestos para hacer saltar, cantar y beber, algo que Ealaín consiguieron a pesar de que el sonido no les hizo justicia.

Formados por su cantante Diego Jaén, Ivan Ginés y Josean Cruces a las guitarras, Iván Cortés a la batería, María Olmos al bajo y Aitor Mardaz a las flautas, el sexteto vizcaíno dio buen repaso a esas historias repletas de fabulas, mitos y leyendas que se firmaron a ritmo de temas novedosos como “El barquero fantasma”, oda con la que la banda inició su concierto; “El errante Tom”, a la que el recuerdo al último episodio de la segunda temporada de la serie ‘Los anillos de poder’ sirvió como presentación de la canción en la que ha colaborado “El Juglar” Narci Lara de Saurom (más que recomendable) o el powermetalero y potente himno “Llanto fúnebre”, única pieza en la que Aitor no dio participación a su flauta.

Ealain

Tampoco faltaron la instrumental “Lamien Xarma”, el enfático “Reino de las sombras”, el épico recuerdo bélico entre griegos y troyanos reproducido en “Murallas de fuego” y ese bonus track que se enmarca en la versión de “Reunión”, uno de los grandes momentos que los argentinos Barloventos dejan en su destacable discografía y que Ealain reprodujeron hace un par de años en el décimo aniversario de la formación nacida entre Rio Negro y Buenos Aires.

Un buen repaso al que seguro será un exitoso segundo álbum de una banda que redondeó su setlist intercalando temas de su primer lanzamiento, del que desplegaron “El Bardo”, “La taberna de Davy Jones”, “La danza de las sirenas” con Diego entonándola entre el público, y el cierre de concierto, que se dio con el propio “Corazón del mar”, siendo la versión acústica plasmada en el álbum sustituida por una más electrificada y animosa.

Lástima que el timing designado para su actuación no les dejase proponer la prevista “La canción del pirata”, pero no importó, la fiesta había sido bien recibida y celebrada.

Khëlleden

Tras la descarga de Ealain, nuevamente  tuvimos una muestra de danzas irlandesas realizadas por parte de Aires Celtas, que siguieron animando el cotarro, algo que hizo más alegre la espera del preceptivo cambio de backline.

Era el turno de los alicantinos Khëlleden, un septeto formado por Patxi Mira al micro, Jayden Noble y Jorge Casassola a las seis cuerdas, María Miralles a las flautas, Buba a la trompeta y Alex Castelló y Pablo a las líneas de bajo y batería, respectivamente. Con un ámbito musical que recorre el folk rock y su vertiente metal sin hacerle ascos a pasajes melódicos, al punk e incluso al ska, Khëlleden obtuvieron el mejor sonido de la noche y también el mejor vocalizado por parte de un cantante cuya figura, gestos e indumentaria, le conferían cierto aire al gran Messiah Marcolin (ex-Candlemass, Mercy, Memento Mori).

Recién desembarcados del Gineta Rock, con aires piratas, ganas de poner la taberna patas arriba e invocando a su mascota "Tom" y al "Capitán Pescanova", los levantinos fueron a por faena desplegando velas y lanzando salvas tan intensas como ese inicio propuesto por “El Edén” y “Sigo en libertad”, temas que encajaron a la primera en un público que ya llenaba cómodamente la sala, mientras sonaban los etílicos hímnicos y muy divertidos “Hidromiel” y “La venganza del Capitán Pescanova”, ésta última con Buba repartiendo sorbos de anís de su tierra, ese de 48 grados y seco, como debe ser.

Khëlleden

Ya con las gargantas bien afinadas gracias al Capitán Pescanova, Khëlleden nos introdujeron en el pasaje más melódico del concierto, y lo hicieron con esa balada que, llena de feeling y sentimiento ecologista, bautizaron como “La tierra olvidada”. ¡Qué gran tema y cómo gana en directo!

Tras la parte más sensible del festival, un siempre comunicativo Patxi Mira nos avisó de lo que iba a venir con un alto sentido del humor al comentar: “Viendo las pintas y las camisetas que me lleváis, seguro que esta canción la conocéis bien”. Acto seguido la banda cubrió el momento con un cover de Camela, trompeta incluida, concretamente con “Cuando zarpa el amor”. Lógicamente, tuvieron que chivarme qué era “eso” con lo que sorpresivamente la gente estaba desbarrando tanto que incluso llegó a crearse un pequeño pogo.

Tras “aquello”, tocaba otra versión, en este caso más acorde con el contenido del festival. “Jesús de Chamberí” hizo que todo ardiera y que, personalmente, me vinieran a la memoria los recuerdos de que, muchos años atrás y en ese mismo espacio, cuando la sala aún ostentaba el mítico nombre de Mephisto, Mägo de Oz se presentaron por primera vez en Barna en un concierto en el que éramos solo un puñado de seguidores que apenas llenábamos los primeros espacios de la sala. Quién lo diría, ¿verdad?

Mitago

Una vez celebrado este buen cover, y siguiendo la misma línea marcada por los Mägo en sus inicios, Khëlleden desplegó otro gran momento con el que fuera su primer sencillo, “Vente conmigo (a vivir)”, para hacernos navegar a ritmo de ska con una de esas 'Historias para no dormir', que se sirvió como un reclamado y merecido bis.

Mientras los alicantinos siguen preparando el sucesor de su primer, y hasta la fecha único, álbum, aún les quedan unos cuantos conciertos que cubrir y fiestas que amenizar en este exitoso “Menudas historias tour”.

Nuevamente, Aires Celtas iban a ser protagonistas, aunque esta vez con su directora ejerciendo el arte de maestra al enseñar los pasos de un baile completo al que me vi incapaz de unirme por el temor de lesionar gravemente a alguien y dejarle sin poder disfrutar del final del festival.

Debo decir (y aplaudir) que la coreografía salió especialmente bien, celebrándose ésta tanto por parte de la mayoría de la sala como sobre el escenario con Aires Celtas reproduciendo esa danza que se acompañó por los primeros compases de Mitago, un quinteto que, ubicado en la Ciudad Condal, se conforma de manera plurinacional, siendo su propuesta la más directa y metalizada de las tres que completaban el cartel.

En Mitago encontramos unos buenos agudos expulsados desde la garganta de Dani Laure, una guitarra bien acomodada, desplomada a base de buenos riffs y solos en los que incluso tenían cabida los tappings y los shreds de envoltura neoclásica, surgidos de entre los dedos de Luca Pallazzo; las bases defendidas por la batería de Arnau Coga y el bajo de Marfi, mientras la parte más explosiva y espectacular recayó sobre el arte en el violín de Roxbel, quién también propuso buenos momentos ante el micro.

El sonido volvió a decaer con respecto a lo disfrutado con Khëlleden, aunque no así el ánimo y las ganas de cerrar la fiesta de la mejor manera, es decir, cantando, saltando y divirtiéndonos al máximo, algo que hicimos gracias al recorrido por lo más brillante que la banda atesora en su larga duración, ‘Ultreya’ (2017), al que acompañó el EP ‘Vive Ultreya’ (2021) con un buen puñado de buenos singles compuestos por “Fillos de Breogán”, “Momo”, “A volar” y los remixes de “Ángel de piedra” y “Pedra da Serpe”, así como el tema que da título al que fue su segundo EP, editado el pasado año bajo el título de ‘Teah’.

Mitago

Con todo, el quinteto quiso sorprendernos con la participación de dos invitados, concretamente con la voz de Javi Gianno (Leyendas de Oz, banda de tributo a Mägo de Oz) colaborando éste en el tema que aportó título al mencionado EP, "Teah"; y la contribución de Queralt Moreno (Leyendärian), blandiendo el feadóg stáin (instrumento de viento más conocido popularmente por tin whistle o flauta irlandesa) en la versión del instrumental clásico irlandés “King Of The Fairies”.

Hay que mencionar, como apoyo a la causa, que tanto Mitago como Leyendas de Oz y Leyendärian confluyeron en el concierto que la asociación de ámbito benéfico ‘Rock pels Xuclis’ (que recoge recursos para los jóvenes con cáncer) realizaron el pasado mes de abril en Sant Pere de Vilamajor (Vallés Oriental – Barcelona).

El show de Mitago fue potente y muy festejado, sobre todo el momento en el que la intensidad hímnica de “Tequila” hizo subir tanto decibelios como el apasionamiento de público y banda. No por nada su actual tour lleva el título de “Tequilamos la fiesta en paz”.

El festival acabó con la foto finish de todos los componentes de las bandas, los invitados en ellas, la organización, las bailarinas y el danzante de Aires Celtas sobre las tablas, una imagen que servirá como recuerdo de un festival que ha demostrado ser capaz de ampliar miras, espacio y efectivos, algo que, desde luego, nosotros estaremos allí para contarlo y disfrutarlo.

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