Crónicas

Ciconia en Portugalete (Bizkaia): Música de altos vuelos

«Ahora falta que se extienda la palabra y que su indiscutible talento se propague como la pólvora en cualquier rincón de la geografía nacional, pues lo merecen de sobra. Música de altos vuelos, para espíritus elevados, y para que gourmets más mundanos rebañen hasta el plato.»

12 mayo 2023

Sala Groove, Portugalete (Bizkaia)

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Debería existir algún tipo de justicia poética o deus ex machina que pusiera las cosas en su sitio cuando el nivel desplegado en un concierto no se corresponde en absoluto con la afluencia de público. Seamos sinceros, el mundo está lleno de agravios similares y la actitud puede variar dependiendo del caso. Desde albergar un profundo rencor hacia el ser humano en general o tomárselo con deportividad, no hacerse mala sangre, y ofrecer la misma entrega que si el recinto estuviera lleno hasta los topes.

No me cabe duda de que los vallisoletanos Ciconia pertenecen a este segundo grupo, pues una profesionalidad encomiable demostraron al encontrarse en la sala Groove de Portugalete (Bizkaia) un más que discreto grupo de amigos que podrían contarse hasta con la mano. Curioso cuando venían de haberse recorrido el continente europeo colgando varias noches de lleno total en Alemania, Holanda o Polonia, como nos contaba el bajista Jorge Fraguas en una interesante entrevista.

Otro aspecto que debería mover a la reflexión es el hecho de por qué bandas de rollo instrumental como Toundra lo petan y en cambio a otras parece que les ha mirado un tuerto, pues el propio Fraguas nos decía posteriormente que Portugalete siempre se les resistía. Vale que no era una ubicación muy céntrica en la geografía vizcaína, pero ya podría haber un poco más de interés por la música con mayúsculas, salvo que nos tomemos completamente en serio datos como que solo la mitad de los que compran vinilos tienen tocadiscos para poder escucharlos. En ese caso, no hay más preguntas, señoría.

Tal vez otra banda en una tesitura similar habría suspendido el concierto y aquí paz y después gloria, como hacen algunos sinvergüenzas, pero Ciconia decidieron seguir con el bolo adelante, aunque tuvieran que tocar exclusivamente para veinte o treinta personas. Ahí se nota a los artistas de verdad, a los que están en esto por el arte en sí mismo, como decían los estetas, y no por ese infame postureo tan típico de las redes sociales, un auténtico cáncer de la época contemporánea.

Me comentaban que el que probaba un recital de esta gente, repetía, y no podría estar más de acuerdo con semejante afirmación. Por si fuera poco, presentaban un lanzamiento tan atractivo como ‘Animal Chapters’, de lo mejor del año sin duda en su género. Por ese motivo, el grueso del repertorio de la noche estuvo conformado por las piezas de su último trabajo, que además se ejecutaron con una fidelidad asombrosa. Aquí no había ni pregrabados ni otros recursos de zánganos, solo talento en bruto. Y de una cantidad incluso para exportar al extranjero.

Desde que arrancaron con “Animalarium” entendimos que íbamos a contemplar un show sin parangón, de esos de quedarte con la boca abierta, con una compenetración impresionante entre el trío protagonista y un notable juego de luces que desde luego no era la típica iluminación de feria que te topas en algún bolo, sino un elemento más que contribuía a engrandecer la experiencia. Bueno, lo cierto es que a veces fueron un poco puñeteras para los fotógrafos, pero anda que no valía la pena hacer el esfuerzo hacia algo que saltaba a la vista que se había cuidado hasta el más mínimo detalle.

Al igual que en estudio, “Scolopendra” o “Whales” me parecieron de los puntos más álgidos de la velada, aunque en este palo, al igual que en el rock gótico, se canta y se vive todo hacia adentro. Dejemos las palmas para la verbena. Las aceleradas con doble bombo que metían de vez en cuando marcaban verdaderos puntos de inflexión ante los que maravillarse de nuevo. Máquinas totales.

Un concierto de estos en los que la única voz que se escucha es la de los asistentes puede pecar de cierta tendencia a la repetición, pero no fue para nada el caso, pues el cancionero resultó bastante dinámico, una paleta de diferentes sensaciones que no invitaba ni de lejos al sopor. Se asemejaba más bien a una clase magistral en la que uno no quiere perderse ni un segundo, no sea que eche en falta una parte fundamental.

Es evidente que a los pucelanos la gira europea les ha sentado genial y ha provocado que a estas alturas estén más que rodados para el directo. Casi se produce un efecto similar al de presionar un botón y que cada nota encaje en un sitio hasta el punto de lograr una reproducción milimétrica de lo que puede escucharse en estudio, pero añadiendo la consabida emoción de las distancias cortas, claro.

Agradecieron a los asistentes a viva voz su presencia, como manda la tradición en el género, y me apostaría lo que sea a que muchos no se quedarán en casa a la siguiente ocasión. Ahora falta que se extienda la palabra y que su indiscutible talento se propague como la pólvora en cualquier rincón de la geografía nacional, pues lo merecen de sobra. Música de altos vuelos, para espíritus elevados, y para que gourmets más mundanos rebañen hasta el plato.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Muy buena crónica hacia el gran concierto que se marcaron los metaleros pucelanos CICONIA en dicha sala de Portugalete presentando su nueva placa de estudio.

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