Crónicas
BIME PRO en Bilbao: Supervivencia en la era Covid
«Una nueva edición de esta cita anual para el mundo de la música en la que se observó cómo el sector va levantando el vuelo tras la época de insufribles restricciones y se confirma su plena supervivencia en la era Covid.»
Del 27 al 29 de octubre
Palacio Euskalduna, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
Si existe un sector que ha salido verdaderamente perjudicado en esto de la pandemia, aparte del noble gremio de hosteleros, por supuesto, ese ha sido el de la música en directo. No se llegó al extremo de la caza de brujas desatada contra propietarios de garitos, pero saltaba a la vista la desidia total de las instituciones sobre el asunto. No hay más que ver la ausencia de reacción gubernamental ante prometedores experimentos como el de Love of Lesbian del pasado marzo ante 5.000 personas para lograr que la cultura siguiera siendo una alternativa segura. ¿Alguien escuchó a alguien de la Moncloa pronunciarse al respecto? Pues eso, tal vez lo peligroso sean ciertos políticos y no un mero acto social.
Antes que nos lancen a la hoguera de disidentes, mencionar que no fueron pocos los participantes en la última edición del BIME PRO celebrado en Bilbao del 27 al 29 de octubre que defendieron opiniones similares a la de un servidor y criticaron la nula acción cultural durante la pandemia de ese Gobierno que se llama progresista. Lejos de alimentar polémicas, subrayemos el hecho de que las conferencias de este año se centraron mayoritariamente en el periodo de esperanza que se abre tras el fin de las restricciones.
Uno de los clásicos durante el periodo de confinamiento fueron los shows online, por eso no dudamos en acudir a la charla titulada ‘De la grada al sofá: Live Streaming’, con Álvaro Hernández de la asociación AIE (Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes en España), entre otros ponentes. Fue una conferencia interesante en la que se hizo un repaso del fenómeno streaming y diversas cuestiones, como si deberían considerarse estos eventos un concierto al uso o la manera de gestionar los derechos de los artistas sobre sus canciones.
Bruno Muñoz de Lovemonk defendió que esta modalidad de directos era “otro canal, no se trata de competir con el tradicional” y que este formato “ha venido para quedarse”. Recomendó además en ese sentido ponerse de acuerdo con los propietarios de los derechos de autor y citó a modo de ejemplo un vídeo en Twitch de Metallica en el que habían quitado la canción y puesto en su lugar música de ascensor.
Notable interés suscitó asimismo ‘Achilles Last Stand: El promotor en la nueva normalidad’, que contó con la participación de Javier Ajenjo, director del festival Sonorama, Naiara Lasa, responsable de la sala Apolo de Barcelona, o Julián Saldarriaga, guitarrista de Love of Lesbian. Las intervenciones de Ajenjo fueron las más aplaudidas, quien reconoció que las habían pasado “putas” y deseó que “ojalá esto no se olvide”, a la par que abogó por desmitificar la figura del promotor, a los que animó a “hacer conciertos, pero con prudencia”.
Ajenjo no dudó en aprovechar la ocasión para reivindicar la España vaciada y enfatizar en que no es lo mismo montar eventos en Aranda de Duero que en Valencia o Madrid. Respecto a la contratación en la era Covid dijo que “se tuvieron que incorporar nuevas cláusulas porque todos estábamos acojonados”, mientras que Naiara Lasa desde Apolo afirmó que respecto al sector musical “ha habido un fallo garrafal por parte de la Administración”. Un argumento al que también se sumó Ajenjo al decir que el Gobierno había “echado unas migas, en plan, aquí tenéis, chavales”.
En ese sentido, los ponentes coincidieron en preferir que haya “una estructura, un futuro” en lugar de ayudas públicas. Tirando de socarronería, Julián de Love of Lesbian agradeció el control en los camerinos durante la pandemia “para que no fueran Las Ramblas”, mientras que Ignacio Gómez de GTS Spain pidió “una normativa más clara”.
Psicodelia y jota extremeña
Para complementar las conferencias, por la noche había en lo que se llamaba BIME City una considerable oferta de recitales en diversos puntos de la capital vizcaína. Como buen amante de las rarezas, no nos pudimos resistir a catar al interesante dúo Ruiseñora, que mezclaban sin despeinarse psicodelia, electrónica y jota extremeña, ahí es nada. Emulando a Fuel Fandango por su combinación entre vanguardia y tradición, lavaron por completo la cara a esas canciones de nuestros abuelos y les dotaron de aire moderno gracias a sus bases electrónicas. Y ya si encima disponen de una cantante en estado de gracia, pues el resultado solo podría ser impresionante.
Muy original su rollo cargado de personalidad en una época en la que se apunta justamente en dirección contraria y al que ose discrepar de ese supuesto progreso que deja a pueblos incomunicados ya le cuelgan el sambenito de fascista. Un bolo emocionante a tope. Para fans de Ana Iris Simón.
A Comandante Twin ya les habíamos visto en el Sonorama y no nos cautivaron en exceso, aunque esa noche en Bilbao tenían montado todo un ambientazo en una sala Stage bastante concurrida. Su indie rock con notable poso de almíbar y cierto aire a lo Viva Suecia legó momentos aceptables con “Dime que no” o “BNS (Buenas Noches Santander)”, dedicada esta última a un garito de la capital norteña del mismo nombre. A nosotros nos empalaga tanta melosidad, pero para gustos, colores.
Más interesante nos resultaba Eva Ryjlen, elegante diva en la senda de Tulsa a la que algunos medios generalistas consideran incluso “el ave fénix rubia del rock español”. Quizás no sea para tanto, pero nos moló su aire poético a lo Patti Smith con algo de Nick Cave en “Pequeño infierno florido”, así como su guitarrista con pintas glam que podría tocar con Michael Monroe. Pena que nos tuviéramos que ir raudos para el bolo de las chicas de Pinpilinpussies, dúo afincado en Cataluña que combina el rock alternativo noventero con el post punk a lo Belako, no en vano algunos de los miembros de la banda vizcaína se encontraban entre el público.
Si ya en estudio nos habían llamado la atención, en las distancias cortas confirmaron nuestras expectativas. Se alternaron a la voz y batería con pasmosa habilidad, como si fuera lo más normal del mundo, y confesaron sentirse emocionadas por tocar en el Kafe Antzoki, mítico escenario bilbaíno. Lo merecían sin duda alguna, pues desataron pogos en sus arrebatos punk y el personal les aplaudió a rabiar. Ímpetu a borbotones. Para seguirles la pista.
De la jornada siguiente en el Euskalduna nos resultó interesante la charla ‘Difusión exterior e internacionalización de artistas en la era post COVID 19’, con la presencia destacada de Iñigo Argomaniz, director de la promotora Get In, o Usua de la Fuente, batería de Niña Coyote eta Chico Tornado. Se abordó la complicada situación postpandémica para los promotores, con la mayoría de los festivales con su cartel ya configurado para el próximo año y en este aspecto Iñigo lanzó el siguiente mensaje: “Que no se olvide la gente que los grupos locales o nacionales han sido los que han sacado adelante el directo y no sería justo que ahora pasaran a un lugar menos importante”.
La experiencia de Usua corroboraba este punto al asegurar que no habían parado de tocar, al tiempo que abogaba por ofrecer “espectáculos atractivos”. Hubo un sentimiento de esperanza por parte de Argomaniz al asegurar que iba a haber “mucho trabajo” en los próximos meses, a pesar de que muchos técnicos hubieran tenido que irse a otros trabajos durante la pandemia y “recuperar económicamente a esta gente va a ser complicado”.
La crítica situación de algunas salas pequeñas no se pasó por alto y Usua reconoció que siempre fue difícil “estar en el underground, tienes que buscar otras cosas”. “Los que vivíamos en la precariedad seguimos ahí, en la ola de la precariedad”, insistió la batería.
El rock español como tradición
Nos picó la curiosidad con ‘El renacer del nuevo folklore español: La vuelta de las tradiciones a la música contemporánea’, así que no dudamos en investigar a ver lo que allí se contaba. Y nos encontramos con una discusión acerca de ese fenómeno actual en el que muchos grupos vuelven la vista hacia lo rural y tradicional, algo que se explica por el hecho de que muchos jóvenes nacidos en los noventa o en el 2000 han sido criados por sus abuelos, aparte lo mal que estaba considerado lo popular hace pocos años. “Se veía como viejuno o de clase baja”, aseguraba la artista Queralt Lahoz.
Siguiendo este hilo argumental, la vocalista emergente destacó la importancia del marketing y comparó un plato bien presentado que sabe mal con “el potaje de la abuela, que eso sí que está bueno, pero dices bah…”. El concepto mismo de tradición también estuvo en el punto de mira, e incluso se apuntó al rock español como parte de ese acervo cultural. Una discusión apasionante que registró una importante afluencia, para que luego digan que abordar estas cosas es de reaccionarios.
A la tarde, no había que perderse a la cantante de Garbage Shirley Mason, que habló sobre la influencia del patriarcado en la música y puso como ejemplo de producto prefabricado a las Spice Girls. Rememoró su encuentro con la poeta del punk Patti Smith y lo “friki” que le resultó escuchar que la llamara por su nombre. Y destacó la capacidad de los creadores de “Only Happy When It Rains” para poder elegir sus condiciones de trabajo, algo que no estaba nada bien visto en la época, según aseguró.
Por la noche, los guipuzcoanos Rodeo nos sorprendieron con su stoner rock en la senda de Cobra. Qué gustazo fue escuchar un grupo realmente guitarrero y con mucha actitud sobre el escenario. Salieron a comerse el mundo y a hacer disfrutar a la peña, que era bastante numerosa en una sala en la que había pocos espacios libres. Hubo hasta pogos y todo.
Los alternativos Airu cambiaron por completo el rollo con sus punteos en la senda de The Smiths y aire flotante a lo My Bloody Valentine. Capitaneados por una chica con clase y pinta de intelectual, se acercaron del mismo modo a los tonos lánguidos de Belako e intercalaron letras en inglés y castellano. Se curraron además las introducciones explicando de qué iba cada tema, a menudo con referencias cinematográficas. Desataron al final una ovación monumental y es normal porque piezas como “Con las ventanas tan grandes me da vergüenza mirar” poseen cierto punto. Para bohemios y retraídos.
La tralla nos volvió a levantar la velada con los madrileños No Procede, que llevan ya más de una década dándole a un rock urbano muy enérgico y con grandes estribillos en la escuela La Fuga o Marea. Su declaración de intenciones de “Vamos a follaros los oídos” desde luego que llamó la atención, pero lo cierto es que eran muy buenos, así lo atestiguaron con temazos a toda pastilla como “La antesala del desastre” o “Fracasar mejor”. Todo un bolazo, lo mejor del día.
El viernes para cerrar el BIME había una interesante conferencia sobre el futuro del periodismo musical titulada ‘Periodismo musical: ¿Lloramos o innovamos?’ en la que profesionales del otro lado del Atlántico relataban sus experiencias para adaptarse a los nuevos tiempos. Julio Leiva, desde el portal de contenidos Filo News tomó como referente la frase de Pepe Mujica de que “lo permanente es el cambio” y explicó cómo desde su portal se apostó por un lenguaje muy directo alejado del académico, así como explorar el uso de plataformas tipo TikTok o Twitch.
Admitió asimismo que “Twitter es un lugar fundamental en la profesión, porque te abre otras puertas” y consideró que la revolución digital posee cosas buenas y malas. Según su opinión, no adaptarse las circunstancias actuales “implica perder el trabajo que tenemos”, pero se mostró confiado en el futuro porque hoy en día “trabaja más gente en la comunicación”.
Pues hasta aquí dio de sí una nueva edición de esta cita anual para el mundo de la música en la que se observó cómo el sector va levantando el vuelo tras la época de insufribles restricciones y se confirma su plena supervivencia en la era Covid. A partir del 2022 este evento se celebrará a ambos lados del charco y contará con una versión sudamericana en Bogotá (Colombia) del 4 al 7 de mayo. Que se extienda la palabra.
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1 comentario
Interesante iniciativa de conciertos y entrevistas en la rockera bilbaino y en el terreno musical estas bandas emergentes dieron todas muy dignos recitales.