Crónicas
Alcatraz Festival
«Después de un año y medio de abstinencia forzada, pudimos volver a disfrutar de la música, de los pogos, de los wall of death y de la cerveza rancia en copas de plástico sin obligaciones ni precauciones. »
Del 13 al 15 de agosto
Kortrijk (Bélgica)
Texto y fotos: Hughes Vanhoucke
Volver a asistir a un verdadero festival en mi caso tardó 18 meses desde el Hell & Heaven en marzo de 2020. Nunca desde mis 15 años me perdí un verano de festivales, a excepción del annus horribilis 2020 y todos conocemos el motivo. Después de un año y medio de abstinencia forzada, pudimos volver a disfrutar de la música, de los pogos, de los wall of death y de la cerveza rancia en copas de plástico sin obligaciones ni precauciones. Los tiempos han sido sombríos para los festivales que atraen a visitantes más allá de las proximidades, pero hay luz al final del túnel. ¡Por fin!
Cualquiera que ya hubiera recibido la pauta completa o pudiera presentar una PCR de menos de 48 horas pudo ingresar al recinto del festival sin mascarilla, recinto que queda a tiro de piedra del nuevo cementerio de Cortrique. Al llegar a la finca sagrada de Alcatraz, el sentimiento de liberación entre los miles de visitantes fue muy intenso y cordial.
13 de agosto
La banda portuguesa Moonspell se presentó por segunda vez consecutiva en el Swamp Stage de este festival. No pude liberarme antes de las 6 pm, apenas llevo solo unas semanas como autónomo, por lo que tuve que perderme varias bandas, los dioses menores que no son peores con respecto a los cinco últimos del primer día. Llegué tarde para ingresar al foso de fotógrafos para los primeros temas de Moonspell, pero estuve en gran parte de su actuación.
Desafortunadamente, el sonido dejaba mucho que desear, lo que hizo que la felicidad fuera efímera, pero no arruinó la satisfacción de poder estar nuevamente en una carpa de festival.
Los chicos de Lisboa lanzaron recientemente un nuevo álbum del cual cuatro temas fueron presentados el viernes 13 de agosto: “The Greater Good”, “Common Prayers”, “The Hermit Saints” y la impronunciable “Apophthegmata”. Clásicos como “Breathe” o “Alma Mater” se cantaron a pulmón a lo largo de la carpa semiabierta abarrotada. Moonspell es una de estas bandas que nunca defraudan en vivo, lástima por el mal sonido.
Quizás lo más sorprendente de Moonspell fue el hecho de que el líder Fernando Ribeiro haya renunciado a su cabello largo y haya optado por una barba completa; un nuevo look que le hace parecer varios años más joven.
Mientras muchos fans del heavy metal clásico de la vieja escuela ochentera se apresuraron a La Morgue para ver a la banda belga Ostrogoth, me acerque al escenario principal, el Prison Stage, para admirar a la todavía deslumbrante finlandesa Tarja, que se unió a su formación clásica de los últimos años para desplegar todo su metal sinfónico.
Este año la soprano cumple 25 años en los escenarios y 15 bajo su propio nombre, algo que se podía ver a través de la experiencia que muestra en el escenario y en su capacidad para manejar muy bien al público. El set comenzó con un vigoroso solo de guitarra que anunciaba “Dead Promises”, del último álbum ‘In The Raw’, un trabajo que está por cumplir dos años.
Lo que siguió fueron en su mayoría clásicos del repertorio de la cantante residente en el sur de España, incluido “I Walk Alone” del 2007 hacia el final del set, justo antes de traer “Over The Hills and Far Away” de Gary Moore mezclando heavy metal, folk metal y algo de sinfónico. Tarja y su banda se despidieron con “Until My Last Breath”.
Después de algo de metal sinfónico, era el turno de algo más rudo, en concreto, black metal, y no cualquier banda de black metal sino una de las fundadoras del género, los noruegos Mayhem, posiblemente lo que más esperaba del primer día.
Mayhem ha existido durante casi cuarenta años, casi cuatro décadas que pertenecen al grupo de artistas fundamentales del black metal noruego, o mejor dicho, del black metal global.
¿A cuántas bandas en todo el mundo inspiraron? Por lo tanto, el Swamp Stage estuvo relativamente lleno de fanáticos de este subgénero del heavy metal.
Como la mayoría de las bandas en festivales, los de Oslo optaron por ofrecer una mezcla de sus propias canciones al público belga, todos impulsados por el líder húngaro Attila “Void” Csihar.
Con la excepción del miembro fundador Necrobutcher, todos los miembros usaban capuchas. El set de casi una hora se dividió en varios episodios de la larga historia del conjunto noruego y proporcionó uno de los momentos más destacados del primer día, tanto musical como visualmente. El escenario y, por supuesto, los cinco miembros de la banda eran bastante visibles, lo que no es habitual en el caso de Mayhem, que muchas veces se esconden detrás de un muro de humo.
Con At The Gates la organización logró fichar a unos de los fundadores del género death melódico, si no es el fundador. Mientras tanto, la oscuridad ya se había instalado, por lo que los efectos de luz y pirotecnia pudieron ser apreciados.
El grupo gotemburgués abrió con “Spectre Of Extinction”, del álbum recientemente lanzado ‘The Nightmare Of Being’. Luego, el clásico “Slaughter Of The Soul” inmediatamente provocó uno de los primeros pogos dignos de este nombre.
Los suecos hicieron un show muy rígido, pero a pesar de eso, después de media hora, las cosas empezaron a ponerse un poco difíciles. No podemos considerar la poderosa voz del líder Thomas Lindberg muy heterogénea. La banda mantuvo los intermezzos entre las canciones muy cortos, lo que definitivamente es positivo, pero por otro lado esto provocó que las canciones a menudo se sintieran como una sucesión de temas tocados en piloto automático. La afición sin duda habrá disfrutado de esta brutal violencia, aunque hay que decir que la pradera había estado más llena esa tarde.
Regresé una última vez a la carpa Swamp Stage para asistir al segundo set de los belgas de Channel Zero, que no solo cerraron el día en la carpa, también abrieron el escenario principal a las doce del mediodía con exclusivamente temas de su segunda época.
La noche era el momento para un viaje por la memoria, cargaron con material de la vieja escuela de hace ya tiempo. El álbum debut y homónimo ‘Channel Zero’ es un disco más que respetable, pero a pesar de eso, la banda no ha repetido esquemas en los últimos años. Por lo tanto, fue maravilloso ver y escuchar canciones como “Succeed Or Bleed”, “No Light” y “The Pioneer” durante este directo.
Después de una hora entera de antiguos clásicos del thrash, que se hicieron realidad con dos guitarristas, la banda finalmente acabó con el clásico “Black Fuel”. En medio del escenario se celebró una petición de matrimonio, algo que personalmente no era lo mío.
Los holandeses Epica tuvieron el honor de actuar como cabeza de cartel absoluto el primer día del festival de la libertad recuperada y de las borracheras masivas. No puedo acordarme la última vez que vi a tantos asistentes tambaleantes y borrachos.
No hubo escasez de espectáculo, dos serpientes gigantes metálicas escupiendo fuego habían sido instaladas en el escenario. Además, la banda pudo aprovechar al máximo la oscuridad, brindando al público un hermoso espectáculo de luces acompañado de pirotecnia y fuegos artificiales.
Musicalmente, también fue un final exitoso de noche. El metal sinfónico suave combinado con guitarras más pesadas llevaron a muchos asistentes al éxtasis en esta hermosa, aunque algo fresca, noche de verano. Simone Simons una vez más demostró ser un verdadero ruiseñor, mientras que Marc Jansen rugía suavemente en sus partes vocales.
Un espectáculo en el que, por supuesto, se puso foco en el nuevo trabajo ‘Omega’, del que intrepretaron no menos de cuatro temas. Con el conocido “Design Your Universe” un gran recital llegó a su fin, así como un primer día de festival igualmente brillante. Cansado pero satisfecho, el público pudo acudir a lugares más tranquilos, aunque muchos se dirigieron a las barras donde la cerveza fluía sin parar.
14 de agosto
El segundo día del festival empezó para mí igual que el primero, después de un largo día de trabajo, pero la motivación no fue menor. Una vez más, llegué demasiado tarde para hacer fotos a la tercera banda que se presentaba en el Swamp Stage, Dark Tranquillity. Lástima, pero el control anti-Covid era indispensable para que este festival pudiera llevarse a cabo, los que no se quedaban en el camping tenían que acudir al control todos los días antes de entrar en el recinto al lado del cementerio de Cortrique.
Al igual que At The Gates, que actuó el día anterior, Dark Tranquillity siempre estuvo en la cuna del death metal melódico con una formación bastante estable que apenas se modificó hasta el año pasado, cuando el guitarrista fue sustituido por dos nuevos hachas que habían estado de gira desde 2017 como reemplazo de Niklas Sundin. Muy recientemente, los caminos de Dark Tranquillity y del batería Anders Jivarp, al igual que del bajista Anders Iwers, se separaron, dejando solo al líder Mikael Stanne como miembro original. Todo puede cambiar en la vida y eso también sucede claramente con las bandas.
A pesar de los cambios de formación, Dark Tranquility ofreció un espectáculo sólido como una roca en la carpa sofocante, algo tan fuerte como su último álbum, que fue lanzado a finales del año pasado. Solo tocaron un solo show antes de actuar en Alcatraz, en Bloodstock, Inglaterra, ese mismo fin de semana.
La primera banda del segundo día que pude fotografiar en el acto fue el grupo alemán Orden Ogan, que ofreció una mezcla principalmente de power metal complementado con toques progresivos y folk, al igual que hicieron en ese mismo lugar en 2018. A partir de la segunda canción, se agregaron campanas y silbidos a su set, aparte de explosiones y pirotecnia.
Como muchas bandas, Orden Ogan estuvieron parados durante casi dos años, pero no se quedaron absolutamente quietos. En los Greenman Studios armaron un séptimo álbum, ‘Final Days’, en el que consistió casi la mitad del espectáculo en el escenario principal de Alcatraz.
Las primeras filas estaban llenas de fanáticos más jóvenes con los puños cerrados que apoyaban a los alemanes cantando, mientras que más atrás la multitud más madura disfrutaba desde sus asientos de playa o en el bar más largo de Cortrique.
La última vez que pude ver a Hypocrisy en vivo calentaban al público para Amon Amarth y Arch Enemy en Bruselas y me dejaron muy buena impresión, así que tenía mucha curiosidad por saber qué iban a traer a Alcatraz en un escenario que estaba bañado en un tinte azul de luz LED del primer al último minuto.
El primero en impresionarme fue el guitarrista Tomas Elofsson con su guitarra Solar, una marca relativamente nueva lanzada por Ola Englund (The Haunted) que está siendo adoptada por más y más profesionales de las seis cuerdas.
En menos de una hora, la banda sueca de death metal melódico lanzó una serie de canciones de toda su historia, con especial atención al álbum ‘Abducted’, que este año celebra su 25 aniversario. No hubo tiempo para charlar con el público, la música prevaleció resueltamente en una mezcla perfecta de brutalidad y melodía. Este grupo está dirigido por el fundador Peter Tägtgren, que también es conocido por su proyecto paralelo de metal industrial Pain.
Desde el principio, el pequeño general Udo Dirkschneider asombró a amigos y enemigos con su proyecto temporal Dirkschneider en el que intrepreta exclusivamente material de su pasado en Accept apoyado por dos potentes guitarristas y su propio hijo Sven Dirkschneider detrás de la batería. Un proyecto temporal que lleva al menos cinco años alargándose, sin embargo, el hombre tiene más éxito con este que con su otra banda U.D.O.
El set consistió, por supuesto, en temas de Accept cantados a coro por una buena cantidad de metaleros con algunos años en la encimera que saben de memoria no solo una serie de estrofas sino canciones enteras.
Temas para chuparse los dedos fueron “Starlight”, el combo inmortal “Restless and Wild / Son of a Bitch” o los cortes finales “Fast as a Shark” y “Balls to the Wall”. Una hora completa de nostalgia fue más que bienvenida después de un año y medio de pesimismo. Más de esto, por favor.
El viernes Mayhem y el domingo Marduk, dos bandas escandinavas imperdibles para cualquier fan del black metal, pero qué decir de Emperor, dirigido por Su Alteza Ihsahn.
‘Anthems to the Welkin at Dusk’ celebrará su 25 aniversario en 2022. Este show podría haber sido un ensayo general para una gira el próximo año, después de todo, la mitad del set consistió en material de su trabajo quizás más conocido.
La complejidad y el virtuosismo son tarjetas comerciales de Emperor, pero hoy en día parecen más un grupito de abuelos tocando en una orquesta que héroes musicales satánicos con pintura corporal. Ciertamente no dan miedo, aunque su destreza en crear temas de black metal sinfónico es otra cosa. Los profesores de la universidad técnica del metal.
Los noruegos no se presentan muy a menudo y no han lanzado material nuevo durante dos décadas, pero siguen siendo una banda de culto en los círculos de metal extremo, mientras que Ihsahn lanza regularmente nuevos trabajos bajo su propio nombre, a veces muy eclécticos.
Después de que nos presentaran “In the Wordless Chamber” como introducción, cambiaron a cuatro temas seguidos de ‘Anthems to the Welkin at Dusk’. A medio camino del set nos ofrecieron “Curse You All Men!” ( de ‘IX Equilibrium’) antes de lanzar un trío de temas de ‘In The Nightside Eclipse’. Después de 45 minutos, una gran parte del set se había consumido y era hora para el final con los clásicos “Inno A Satana” y “Ye Entancemperium”. Después de este espectáculo, la noche fue un éxito, especialmente si lo que estaba por venir se llamaba Heilung.
Para mi sorpresa, Heilung era cabeza de cartel en el día principal de Alcatraz 2021.
Después de un ritual de apertura, la numerosa compañía germano-escandinava interpretó folk experimental, vestidos con ropa que se asemejaba a la de los druidas y vikingos en un escenario que se parecía mucho a un bosque. Gran parte del espectáculo consistió en percusión con sonidos guturales provenientes de las gargantas de Kai Uwe Faust y Christopher Juul.
Las voces viriles se entremezclaban con el canto claro de Maria Franz, que lleva un papel destacado en Heilung, a veces en inglés, pero también en un idioma imaginario o en una lengua que no entendía en absoluto a pesar de mi conocimiento de idiomas.
De vez en cuando, la mitad de la tribu subía al escenario, armada con escudos y lanzas. También se utilizaron muchos instrumentos tradicionales de la Edad de Hierro o de Bronce, así como de la época en que los vikingos aterrorizaban a toda Europa.
Al final, tener a Heilung encabezando Alcatraz resultó ser un encaje perfecto para la organización, un excelente espectáculo que terminó con fuegos artificiales sobre el Lange Munte.
15 de agosto
Se había anunciado lluvia para el tercer día de Alcatraz, por lo que se esperaba que los cielos permanecieran cerrados hasta el lunes. Aunque no había mucho que hacer en las semanas y meses previos a Alcatraz, el tercer día, especialmente al principio, vi a varios asistentes al festival que parecían bastante cansados, o mejor dicho, con resaca.
La primera banda del domingo fue Russkaja, un nombre que solo conozco del vodka con casi el mismo nombre, pero ciertamente no como banda. Resultó ser una banda de ska punk de Viena. El plan era montar una fiesta a las once de la mañana, a la hora del aperitivo. Al principio, fue un poco incómodo, pero a medida que las manecillas del reloj avanzaban, aquello se volvió más divertido y la audiencia comenzó a sentirlo, la banda misma estaba con muchas ganas desde el principio.
Fue una pena que este entretenido grupo fuera programado tan temprano en el día, si hubiera estado en el cartel a última hora de la tarde o pronto por la noche, sin duda hubiera sido una fiesta sólida, pero a esta hora temprana, a plena luz del día, fue algo distinto.
La mayoría de las canciones se referían a Rusia, lo que no es extraño con ese nombre, sobre todo cuando el cantante y fundador de la banda se llama Georgij Alexandrowitsch Makazaria.
Trompeta, saxófono y violín estaban en el menú y un animador como Georgij Alexandrowitsch Makazaria proporcionó una mezcla de música de cámara, ska y folk, una mixtura que sentaba muy bien. El líder también invitó al público a abrazarse, lo que se hizo sin problema en las primeras filas, los caballeros y damas de atrás que estaban lidiando con una resaca estaban menos motivados. Un aperitivo muy exitoso, enhorabuena al que lo haya programado.
En un principio confundí Loudblast con Loudness, aunque ambas bandas tocan un metal muy diferente y provienen de regiones completamente distintas. Loudblast venía de la vecina Lille, justo al otro lado de la frontera con Francia, un cortísimo viaje en coche para la banda.
Los pioneros franceses del death metal, que han estado activos desde 1985, obsequiaron al público con un set asombrosamente fuerte que constaba de una mezcla de principalmente death y también algo de thrash metal. Esperaba a Frédéric Leclercq de Kreator como bajista, pero fue sustituido por un suplente, quizás porque no podía compagiar sus actividades con Kreator, programado como cabeza de cartel en Alcatraz, pero también la noche anterior en Bloodstock, cerca de Birmingham, en el centro de Reino Unido.
Se hizo notorio el carisma del líder Stéphane Buriez, reinó en el Swamp Stage a esta hora temprana y tuvo al público comiendo de su mano. Hay que decir que el francés era el idioma de comunicación entre gran parte de los asistentes.
Evil Invaders, junto con Amenra, es el top absoluto en lo que respecta al metal belga y sus representantes fuera de las fronteras nacionales, aunque Aborted también es un nombre contundente, pese a que a excepción del líder, Sven de Caluwé, nadie ha nacido por estos lares.
Cualquiera que no estuviera despierto a la una y media, sin duda se despertó sacudido por la velocidad vertiginosa en la interpretación de los rápidos y agresivos temas ochenteros del luthier Joe Van Audenhove y sus compañeros.
Joe reinó sobre el escenario como un general al frente de sus tropas y también retrocedió regularmente para permitir que el guitarrista alemán Max Mayhem saliera a la luz con su majestuoso estilo de ejecución.
El bajista de Brides of Lucifer, Joeri van de Schoot, casi perdió la cabeza haciendo círculos sin tocar una sola nota en balde y qué decir del batería Senne Jacobs y sus golpes bien dirigidos a los parches y platillos. Calidad en su máxima expresión.
La crema y la nata del speed metal proporcionaron el primer pogo del día con sus canciones cualitativas e incluso hacia el final un wall of death.
No recordaba haber visto nunca a la banda danesa Artillery, así que cambié mi horario del almuerzo a un momento posterior y volví al Swamp Stage después de la sólida actuación de Evil Invaders.
Después de buscar algo de información, me entere de que el guitarrista principal, Michael Stützer, era el único miembro original que quedaba de la banda de thrash metal que se formó a principios de los ochenta cerca de Copenhague, combo que se dio por vencido dos veces durante varios años.
Como el cantante Michael Bastholm Dahl no se había puesto una chaqueta vaquera sin mangas, tenía una serie de parches cosidos en sus vaqueros 3/4.
En términos de velocidad de ejecución, Artillery no fue muy inferior a Evil Invaders, a pesar de la edad media de los integrantes, aunque eso no importara demasiado. Los caballeros también fueron bastante dinámicos mientras mezclaban el thrash de la vieja escuela con matices más modernos que se pueden encontrar en su último trabajo ‘X’, lanzado hace poco. Fuertes solos de guitarra y sólida batería fueron, en mi opinión, los mejores ingredientes durante este espectáculo de poco más de media hora.
Con los legendarios Raven tuvimos que retroceder mucho más en el tiempo que con Artillery. Raven es sin duda alguna parte de la historia del heavy y el thrash metal a través de su influencia en innumerables bandas de thrash estadounidenses, incluida la más grande de todas.
Los hermanos Gallagher, armados con sus hachas Flying V, de Newcastle, Inglaterra, pueden hacerlo mejor en el escenario que sus homónimos de Oasis. El trío que se fundó en 1974 claramente estaba esperando esta ocasión. El cantante y bajista John Gallagher tenía, como es habitual, un micrófono atado a la cabeza para poder moverse libremente, y sobre todo, tocar el bajo.
Originarios de Overijssel, la banda de death metal Asphyx llegó al Swamp Stage para defender el honor holandés después de que ese mismo día Sloper fuera el bicho raro en la carpa con su rock alternativo y dos baterías, una de ellas ejecutada por César Zuiderwijk, de Golden Earring.
Antes de comenzar el espectáculo, el cantante Martin van Druunen abrazó a sus compañeros de banda Paul Baayens y Alwin Zuur para luego inmediatamente lanzar su death metal de la vieja escuela.
Hace unos meses los holandeses lanzaron ‘Necroceros’, uno de los mejores discos de metal extremo para lo que va de año. “Molten Black Earth” resultó el tema más destacado del repertorio, mientras que “Botox Implosion” y “The Nameless Elite” fueron presentados junto con una serie de temas de los 90. Martin van Druunen se mostró muy agradecido y felicitó varias veces al público por su presencia en holandés, inglés, francés, e incluso español. Entre el respetable varios niños se pararon en la primera fila. Gran actuación de los holandeses.
Ya terminado el thrash y el death metal, cambiamos a géneros un poco más modernos con Eclipse, aunque su estilo está muy entrelazado con los 80. Su metal melódico y hard rock dan un sentimiento de bienestar, un estilo muy alegre y muy melódico caracteriza a la banda.
El set comenzó con el entusiasta “Viva La Victoria” después de que el batería Philip Crusner, como de costumbre, pidiera algo de atención una vez que se sentó detrás de su dispositivo. Después del sencillo con título en español, trajeron un dúo de canciones de ‘Bleed & Scream’, destacando la canción homónima.
Luego de tres conocidos temas del repertorio de los suecos, el líder Eric Mårtensson anunció una primicia en vivo para la audiencia de Alcatraz, “Bite The Bullet”, un segundo sencillo del próximo álbum, que se lanzará a principios de octubre bajo el nombre ‘Wired’. Una canción fuerte al estilo típico de Eclipse, un corte que invita a cantar, como es el caso de los muchos temas exitosos de la banda. El público reaccionó muy bien a la combinación de riffs y melodía.
A continuación, recibimos “The Storm” de ‘Armageddonize’ y un segundo tema nuevo que salió en mayo, “Saturday Night (Hallelujah)”.
El lindo set terminó con tres temas de ‘Monumentum’ del 2017, dos de los cuales pueden considerarse clásicos del repertorio de Eclipse, “Black Rain” y “Never Look Back”.
A continuación de Eclipse permanecimos con otra banda sueca, esta vez en un género totalmente diferente y sin mucho sentimiento. Fue un placer volver a ver a Marduk, la banda más blasfema del mundo formada por Morgan Steinmeyer Håkansson.
Si hubo un grupo el domingo que quiso presentar el máximo de su repertorio, fue sin duda Marduk, que trajo temas de diez álbumes diferentes.
El set comenzó con una primera creación del último álbum ‘Viktoria’, más específicamente “Werewolf”. Luego vino una lección de historia sobre Marduk, no la diosa babilónica, sino la banda de Norrköping.
El set tuvo mucho que ver con el AVE o una carrera contrarreloj en el mundial de ciclismo. No hubo tiempo para charlar con el público, sino un enérgico set de una hora de black metal brutal sueco que generó mucho entusiasmo entre el público. De esa manera tuvimos una excelente banda de black metal cada día del festival, con o sin pinturas corporales.
Si hay una banda hoy en día que es difícil de encasillar, es la ecléctica Jinjer de la lejana Ucrania. Unos llaman a su estilo metalcore, otros djent y otros hardcore o groove metal. De hecho, esos son géneros interpretados por Jinjer, pero hay muchos más, tantos como los diferentes atuendos que la deslumbrante Tatiana Shmailyuk tiene colgados en su guardarropa.
La banda de Donetsk interpretó varias canciones de los dos últimos lanzamientos, ‘Micro’ y ‘Macro’. Pistas polirítmicas con voz limpia, gruñidos o rugidos interpretados por una dama con pelotas, una dama que calienta su voz con dos tragos de vodka antes de subir al escenario.
Y luego, cuando era casi la hora de cerrar el show, la elegante cantante anunció que lanzarán un nuevo álbum a finales de mes y finiquitaron el set con dos temas de ese trabajo titulado ‘Wallflowers’, los temas “Mediator” y “Vortex”. Canciones en las que se producen tanto voces limpias como gruñidos y donde la Shmailyuk, con el cabello suelto, claramente tenía problemas con sus monitores y amenazaba al ingeniero de sonido con el signo de pistola con el dedo índice y el pulgar.
Hace tres años, la cantante alemana Doro Pesch emprendió una gira con exclusivamente canciones de Warlock, incluido un guitarrista que estaba contratado en ese momento. El domingo 15 de agosto la mayor parte del set de Doro nuevamente estuvo compuesto por temas de esa época.
La cantante alemana ha alcanzado la respetable edad de 57 años, pero salvo su voz, todavía no hay mucho desgaste, por supuesto que ya no tiene el aspecto de antaño, pero eso nos pasa a todos.
Los temas de Warlock y sus creaciones bajo su propio nombre se han convertido desde entonces en clásicos y los metaleros mayores están encantados de cantar con ellos. Tenía casi el mismo sentimiento con Doro que con su compatriota Dirkschneider, buenos recuerdos de un pasado relativamente lejano, pero desafortunadamente nada de los últimos años que perdure, cosa que también pasa con bandas más grandes como Metallica o Iron Maiden.
Una bonita anécdota fue su recuerdo de la época en que grabó su primer larga duración en Bélgica, mucho antes de hacerse famosa. A mitad del espectáculo, la banda interpretó la balada en alemán “Für Immer”, seguida de dos canciones de su último álbum ‘Forever Warriors’. Los temas que más éxito tuvieron entre el público fueron sin duda “Fight For Rock”, “Hellbound” y por supuesto “All We Are”.
Si bien el idioma oficial para las tres últimas bandas en el escenario principal era el alemán, se convirtió en flamenco occidental para Stake y Amenra, que cerraron la edición 2021 de Alcatraz.
Hace dieciséis años, cuatros amigos adolescentes de Wevelgem formaron una banda que se llamaría Steak Number Eight. Dos años después de la fundación ganaron Westtalent, ni siquiera un año después, el Rock Rally de Humo, dos certámenes musicales para talentos emergentes.
Mientras tanto, los chicos le han dado a su banda un nuevo nombre, Stake, y ha corrido mucha agua a través del río Leie desde que cobraron esos premios sin todavía cumplir treinta años.
Mi primer contacto con Stake fue en un directo que quedará grabado en mi memoria durante mucho tiempo, impresionante la brutal energía de esos jóvenes. El cantante Brent Vanneste se zambulló en la audiencia, algo que aún no habíamos visto en Alcatraz 2021. A medida que avanzaba el set, se volvió mucho más enérgico y la multitud se volvió loca gracias al fuerte sludge y post metal que trajo el cuarteto.
En mi humilde opinión, poco o nada ha cambiado con el cambio de nombre, tal vez la música de su primer álbum como Stake se haya vuelto un poco más melódica pero la calidad queda.
El idioma oficial pasó del inglés al alemán, primero con los suizos Eluveitie, y para acabar la edición 2021 del festival, con los alemanes Kreator. Desde el principio se notó que la violinista Nicole Ansperger no estaba presente en el escenario y fue sustituida por la suiza Carmen Busch. El incontestable líder de Eluveitie recordó que habían pasado exactamente 486 días desde el último directo de la banda.
Sin embargo, estaba claro que ensayaron bastante para los próximos recitales en varios festivales o la rutina todavía estaba claramente en su lugar. Como de costumbre, Eluveitie creó mucho ambiente en el personal gracias a la combinación de folk y death metal melódico. Hicieron uso de instrumentos tradicionales, aparte de instrumentos de viento, como la zanfona, arpa o violín.
A diferencia de muchas otras bandas, los suizos optaron por tocar bastante material reciente, pero por supuesto también había espacio para algunos de los clásicos de la banda, como el fundamental “Inis Mona” como pieza final. Casi la mitad de las canciones vinieron del álbum ‘Ategnatos’.
Para Amenra fue ni más ni menos que un partido en casa. La conocida banda de post metal belga se formó a polvo y sudor en la ciudad de Cortrique (Kortrijk), en Flandes occidental, a unos 10 minutos en coche desde Francia.
A menos de dos meses de este show, su último álbum, ‘De Doorn’, fue lanzado por Relapse Records, lo que sin duda les hará aún más famosos ahora que por fin están con un importante sello internacional.
Como de costumbre, el cantante de la banda interpretó el primer tema, “The Pain. It Is Shapeless. We Are Your Shapeless Pain.” de espaldas al público mientras los guitarristas daban lo mejor de sí mismos.
Para mí sorpresa, tardó hasta la penúltima canción en interpretar “De Evenmens” en su flamenco natal, como el resto del nuevo álbum. Lanzar un primer trabajo en un idioma apenas conocido en el mundo cuando acabas de firmar un contrato con un sello internacional de renombre es en mi humilde opinión por lo menos atrevido. Los hijos de Cortrique confirmaron todo lo bueno que se ha dicho de ellos en la prensa internacional con un set ecléctico formado por canciones de sus últimos lanzamientos.
A pesar de que Kreator no ha lanzado nada nuevo recientemente, su último álbum ‘Gods of Violence’ data del 2017. Actualmente aparecen como cabeza de cartel en dos festivales en España, al igual que en el México Metal Fest a finales de octubre, pero también aquí en Cortrique. La noche anterior en Bloodstock sustituyeron a Mercyful Fate en el escenario principal.
Detrás del batería Jürgen “Ventor” Reil vimos una reproducción de una cabeza mutilada mientras Mille Petrozza ejecutaba “Violent Revolution” seguido de “Extreme Aggression” y “Phobia”.
Desde la última vez que vi a Kreator, Mille Petrozza había contratado a un nuevo bajista, el francés Frédéric Leclercq (ex Dragonforce) después de que Christian "Speesy" Giesler dejara la banda después de 25 años por razones poco claras.
En un momento hubo un poco de pánico cuando los cañones dispararon a los asistentes mechones de papel, pero el fuerte viento pronto los devolvió al escenario. Y dado que Kreator usó bastante fuego, esta no era una situación segura, por lo que los roadies tuvieron que quitar el papel del escenario a toda prisa.
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1 comentario
Extensa crónica de lo que dio de si las pedazos de bandas metaleras que tocaron en este festival belga después de bastante tiempo sin festivales debido al puto virus este el cual parece que aún nos queda un poco para superarlo.