Luback

Miles Away

Autoeditado (2023)

Por: Alfredo Villaescusa

9

Hay canciones que vienen incorporadas con el carácter de los clásicos. Da igual que nunca se hayan escuchado, bastan unos segundos para darse cuenta de que esas composiciones se han ganado la inmortalidad por derecho propio. Y si hubiera justicia en el mundo, las gargantas se elevarían hasta la estratosfera en los conciertos en cuanto sonara alguno de esos temas.

Tal es el caso con el rock clásico del siglo XXI de los madrileños Luback, que tan gratas sensaciones nos dejaron con su anterior trabajo ‘The Measure of the Step’. El formato escogido en esta ocasión es el de un EP con cinco cortes, que casi se pasa en un suspiro, algo que suele ser buena señal cuando se ha conseguido un resultado dinámico.

Con esa apelación a los contrastes de la que suelen hacer gala, “Real Love” se erige como principal carta de presentación del conjunto, una pieza que a ritmo de rock americano a lo Tom Petty reivindica la belleza del amor puro en sus diferentes variantes, ya sea a una persona, a un estilo de música y hasta a uno mismo, si es necesario. Que no se deje nunca de lado a los partidarios de la autodeterminación individual.

“Different Trees” constituye otra delicia más enfocada al folk, a medio camino entre Alice in Chains y Crosby, Stills, Nach & Young, con un perceptible sabor noventero que no desentona en una composición arriesgada que aúna pasado y futuro. Atención al brillante solo de guitarra que se marcan al final, todo un representante de altura de lo que significa su rock clásico contemporáneo. Ya verás cómo no es ninguna contradicción.

“Wherever I Am” reincide en el rock de regusto americano con tendencia a lo sosegado, mientras que “Guilty or Not” sube un peldaño más con un inicio genial reminiscente del “Working Class Hero” de John Lennon, casi nada. Y si nos ponemos a mirar más cerca en el tiempo, no tardarán en irrumpir referentes como Wovenhand o cualquier otro grupo de country crepuscular. De los grandes aciertos del conjunto.

Y uno llega al corte final “The Witch, The River and the Storm” sin apenas enterarse, que nos sorprende en esta ocasión por ese aire fronterizo similar al que poseía el recordado “Wanted Dead or Alive” de Bon Jovi. Forastero, yo no me lo pasaría de largo.

Lo único que lamento es que no estemos hablando de un álbum a la antigua usanza en vez de un EP que por su duración se antoja breve. Eso sí, la calidad y los ingredientes son de primera, como ya nos han constatado en previos lanzamientos, por lo que no cabe ninguna excusa para evitar hincar el diente a este suculento entremés. Que aproveche.

Alfredo Villaescusa
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