Acudimos a Rock Circus y alucinamos en colores con los números más extremos entre himnos de Guns N' Roses, Metallica, Iron Maiden o Motörhead

13 octubre, 2022 9:06 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Que el rock es uno de los más grandes catalizadores de adrenalina es algo que no se le escapa a ninguno de quienes amamos una música en cuya autenticidad, energía, emotividad e ilimitada creatividad radica su vigencia. Pero si la interpretación en vivo de grandes clásicos eléctricos  es la banda sonora de un show circense con funciones que combinan espectacularidad visual, riesgo y exhibiciones de destreza, fuerza y coordinación que bordean lo inverosímil, el cóctel es perfecto.

Una sesión de Rock Circus como a la que acudimos recientemente y que, por cierto, registró una entrada formidable, es una combinación de tensión, emoción y buen humor que insufla energía positiva a cualquiera que la presencia. Ideal tanto si eres un metalero empedernido como si eres una mamá o un papá adorador del rock que busca contrarrestar en sus retoños el asfixiante monopolio de la música vacía, insulsa y artificial, el evento que acoge el IFEMA-Feria de Madrid hasta el 1 de noviembre es un plan que difícilmente encontrará competencia. Puedes adquirir tus entradas aquí.

Se antoja difícil describir con palabras el impacto, el entusiasmo y el collage de sensaciones que el espectador percibe desde que el show arranca con formidables músicos entrelazando himnos de la talla del “Enter Sandman” de Metallica, el “Welcome to the Jungle” de Guns N’ Roses o el “I Was Made for Loving You” de Kiss, con voces excelentes, particularmente las femeninas, y unos instrumentistas perfectamente empastados entre sí y cuya calidad interpretativa era suprema. Todo con excelentes bailarines y bailarinas después de que una voz en off confrontase con el “exceso de velocidad” que marca nuestras trepidantes y estresantes vidas en un discurso con el que no era difícil identificarse y que recordaba lo importante de desconectar. Los dioses no se ven, los dioses se escuchan, zanjó la voz antes de la explosión de luz, color y alto voltaje.

El show consta de dos partes de  aproximadamente una hora (con un descanso en el que el refrigerio, dada la temperatura, es ineludible) y un buen puñado de números con acróbatas, gimnastas y artistas de primerísima línea y de múltiples nacionalidades, todo con el rock como banda sonora constante y alguna contextualización histórica más que bienvenida, como la que recordó la figura de Sister Rosetta Tharpe.

Cuando el número lo pedía, subía la intensidad, y por eso el “Ace of Spades” de Motörhead o el “Master of Puppets” de Metallica atronaban cuando hasta siete motoristas rodaban a la vez a gran velocidad metidos como sardinas en lata en una esfera metálica, y cuando se perseguía una ambientación más profunda, el “Still Loving You” de Scorpions es, sin duda, una apuesta a caballo ganador.

Un peculiar, muy peculiar presentador y malabarista con sobrenaturales capacidades para articular múltiples sonidos a la vez con su boca y garganta como únicos instrumentos tejía el hilo conductor del show e interactuaba con los asistentes con el sentido del humor como tónica general. Entretanto, se iban preparando en escena las plataformas u objetos necesarios para los números que iban a acontecer, plagados de acrobacias loquísimas, piruetas tremebundas y demostraciones de habilidad imposibles, haciendo honor al reclamo del "circo más extremo". No seré yo quien haga spoilers, pues es, de hecho, el factor sorpresa una de las grandes bazas y atractivos de Rock Circus, pero sí os diré que hay quien se juega la vida, para quienes las alturas sin red no suponen problema alguno, quienes tienen una fuerza y una destreza propias de deportistas olímpicos  y quien tiene articulaciones de plastilina. Y que impresiona, que divierte, que engancha.

Hay belleza y hasta grima, excitación y calma, susto y más susto, pero por encima de todo, como bien se esmera en enfatizar la promotora responsable en su propio nombre, muchas sonrisas. Led Zeppelin, AC/DC, The Rolling Stones, Cream, Iron Maiden, Nirvana, David Bowie, Black Sabbath, Pink Floyd Lenny Kravitz, The White Stripes, Pantera, Bon Jovi, Jimi Hendrix, Van Halen, John Lenon, The Kinks o Deep Purple son otros de los grandes nombres representados en un espectáculo en el que el alto voltaje entra por los oídos y por los ojos. No necesitarás palillos para no parpadear, y quizá los caramelos que regalan a la entrada y que tienen un psicodélico leitmotiv sean útiles, después  de todo, para recuperar el sentido tras la impresión.

TEXTO: JASON CENADOR

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