AC/DC: 40 aniversario de la edición de 'Highway to Hell'. Mariano Muniesa nos lleva a 1979 con todos los detalles

Blog: Mariano Muniesa

26 julio, 2019 12:18 pm Publicado por  13 Comentarios

El autor de este artículo, Mariano Muniesa, según ha contado frecuentemente, es de los miles de fans de AC/DC que, siendo casi un pre-adolescente, descubrió a los australianos en su mítica actuación en el programa de TVE ‘Aplauso’ en febrero de 1980 tocando tres temas de ‘Highway To Hell’, tan sólo unos días antes de la muerte de Bon Scott. En estos días, esta obra maestra cumple 40 años y, por tanto, sabiendo que además el grupo prepara sorpresas para conmemorar esta efeméride, nos adelantamos a la jugada y os traemos cómo fue la intensa y fascinante historia de este clásico absoluto de la historia del rock.

“Vi a AC/DC por primera vez en el festival de Reading de agosto de 1976 y me pareció una banda sensacional. Era un grupo de rock duro, fuerte, eléctrico, se veía que venían de la escuela Zeppelin, Free, etc. pero tenían la frescura, la fuerza y la energía que sus maestros habían perdido hacía tiempo. Pero tampoco eran punks, aunque sí que vi en ellos esa rebeldía, esa sencillez y esa honestidad brutal que el punk tenía en sus inicios. Siempre pensé que llegarían a ser grandes, pero lo cierto es que los años pasaban, el rock cambiaba, y su oportunidad… parecía que no iba a llegar nunca. No fue hasta que editaron en 1979 ‘Highway To Hell’ cuando el mundo conoció a una banda llamada a cambiar la historia, que seguramente se habría separado sin pena ni gloria de no haber podido tener la oportunidad de grabar ese disco.”

Mark Putterford, Sounds Magazine, 1980

Un farol de una doble pareja contra una escalera de color

En el otoño del año 1978, la compañía discográfica multinacional Atlantic Records, que había fichado a AC/DC en 1975 para su división internacional, editó el álbum en directo ‘If You Want Blood You´ve Got It!’, grabado durante las giras que la banda australiana hizo por Gran Bretaña y Estados Unidos durante la primera mitad de ese mismo año de 1978. Era el primer disco en directo oficial de AC/DC, un grupo que había logrado posicionarse bien en el mercado discográfico del rock desde la edición de su primer disco en 1974, que incluso había funcionado muy bien en Inglaterra en la época de la explosión del punk rock de los años 1976-77, que giraba con relativo éxito por Estados Unidos, pero…

…A pesar de ese relativo éxito, disco tras disco, intentona tras intentona, ‘Dirty Deeds Done Dirt Cheap’, ‘Let There Be Rock’, ‘Powerage’, no acababa de dar ese salto de popularidad, ese impacto que les sacase de la medianía de una banda de rock potente, creíble, solvente, pero que no pasaba de los aforos medios, las cifras de ventas simplemente discretas, de ser un grupo más de fondo de catálogo, que no producía pérdidas a la compañía, pero tampoco en modo alguno sustanciosos beneficios.

De hecho, y esto se supo años más tarde, ‘If You Want Blood…’ iba a ser el disco que finalizase el contrato de AC/DC con Atlantic Records, tras el cual, a no ser que produjera unas ganancias espectaculares en todo el mundo, cosa poco probable habida cuenta del histórico de ventas que la banda tenía de sus anteriores trabajos, sería su despedida de la potente multinacional.

Sin embargo, hubo una persona en la directiva de Atlantic Records, alguien que tenía el suficiente crédito como para que una apuesta suya fuera tenida en cuenta a pesar de que fuera sumamente arriesgada, y que nunca habría sido aceptada en Atlantic Records si hubiera sido defendida por cualquier otro ejecutivo de la compañía. Esa persona tenía en su hoja de servicios para Atlantic haber logrado la distribución internacional de los Rolling Stones entre 1970 y 1977, y el que a la postre sería el multimillonario fichaje de Led Zeppelin para el sello, al margen de los de Crosby, Stills & Nash y Phil Collins entre otros. Nuestro hombre, uno de los fundadores de Atlantic Records a finales de la década de los 40, se llamaba Ahmet Ertegun.

Músico y empresario estadounidense, aunque hijo de emigrantes turcos establecidos en Estados Unidos después de la I Guerra Mundial, amante del jazz, pero con una extraordinaria intuición y una valía fuera de toda duda como cazatalentos, siempre se ha dicho que él no intervino en su día de manera personal en el fichaje de AC/DC por Atlantic, pero sin embargo, y contra la opinión mayoritaria de los directivos del sello, apostó no solo por renovar el contrato con AC/DC, convencido de que ese grupo antes o después iba a explotar y se iban a convertir en unas auténticas estrellas del rock, les convenció de que ese grupo sería una apuesta de futuro para la compañía, y que, por tanto, habría incluso que redoblar la inversión para conseguir que AC/DC fuera esa banda multitudinaria y multimillonaria que él estaba seguro que iba a ser.

En una entrevista que tuve en persona con el propio Ahmet Ertegun en Madrid en 1997 para mi programa de radio Rock Star, afirmó: “AC/DC fue la apuesta más arriesgada que hice en toda mi vida en el rock business. En enero de 1978, en una mañana que estaba medio Nueva York colapsado por la nieve, me reuní con la plana mayor del consejo de administración de Atlantic Records y, con todos los economistas, A&R´s, jefes de departamentos, marketing, etc. para planificar el año en curso. Cuando se tocó el tema de AC/DC, nadie estaba por darles otra oportunidad, sus cifras de ventas apenas cumplían los mínimos que la compañía establecía y por tanto se decidió que se les ofreciera sacar un disco en directo para terminar el contrato y dejarles libres. Yo me opuse. De hecho, me pasé más de una hora explicándoles que ese grupo era un auténtico diamante en bruto y que solo necesitaba que se trabajase con ellos de otra manera. ¡Hasta les dije que habría que duplicar el presupuesto para su nuevo contrato y su nuevo disco de estudio! Y al final aceptaron, pero de muy mala gana y habiendo tenido con alguno de los ejecutivos algún rifi-rafe bastante desagradable.

Se pactó sacar el disco en directo para liquidar el contrato y después proponerles otro, en principio solamente por lo que luego sería ‘Highway To Hell’, prorrogable e incluso mejorable en función de las ventas que se consiguieran. Lo conseguí, pero cuando salí de la reunión y fui a almorzar con alguno de los directivos con los que tenía una relación personal más estrecha, me dijeron: “Espero que no te equivoques con esos canguros, porque si la pasta que vamos a gastarnos en ellos la perdemos, esos capullos de economistas se van a poner en tu contra, y ya sabes cómo es este negocio… ya puedes olvidarte de los Stones, de Led Zeppelin y de todos los demás. Vales lo que valga el último disco que hayas sacado.” Y tenían razón. Si el siguiente disco de AC/DC era un fracaso podría verme limpiando parabrisas en Brooklyn. Pero esos tíos eran tan jodidamente buenos… yo veía en ellos un potencial tan grande, tan inmenso, que estaba seguro de que lo único que hacía falta era tomárselos en serio, buscarles un buen productor, unos buenos estudios y apostar por ellos. Era un farol de una doble pareja contra una escalera de color, pero afortunadamente gané la mano. Con AC/DC lo hicimos jodidamente bien. Y siempre agradeceré a Phil Carson que me apoyara contra el resto de consejeros de Atlantic, en especial contra Michael Klenfer, que era quien menos creía en las posibilidades de futuro de AC/DC.”

Después de que ‘If You Want Blood You´ve Got It!’ se pusiera a la venta, el grupo hizo una extensa gira para presentarlo por Gran Bretaña entre los meses de octubre y noviembre de 1978 y, al terminar el tour, empezaron las reuniones entre el grupo y Atlantic Records para planificar lo que sería ‘Highway To Hell’, no sólo en lo relativo a los aspectos meramente técnicos –grabación, estudios, producción, etc.- sino para diseñar una estrategia, un plan maestro que hiciera que AC/DC con ese disco diera ese salto de calidad y éxito que necesitaba a todos los niveles.

Este nuevo comienzo de la carrera de la banda, aunque culminaría con la consecución del objetivo que se había fijado, no fue fácil en tanto que el grupo tuvo que dejar en la cuneta a muchos de los que hasta ese momento habían sido sus compañeros de viaje y cambiar por completo todo lo que había sido hasta ese momento su forma de trabajar, grabar… todo.

La historia de AC/DC se reinicia

De hecho, ‘Highway To Hell’ había empezado a grabarse en diciembre de 1978, al menos en maquetas de trabajo y pre-producción, en los Albert Studios de Sydney, pero el manager de la banda comunicó poco antes de los días de navidad que el próximo disco del grupo no se seguiría grabando allí.

Angus, Malcolm y George Young

Lo primero que Atlantic Records exigió fue cambiar de productor. Desde sus comienzos, los productores de AC/DC habían sido Harry Vanda y George Young, miembros en su día de The Easybeats, los llamados “Beatles Australianos”, cuyo líder, George Young, era el hermano mayor de Malcolm y Angus, e incluso fue quien les enseñó a tocar la guitarra.

Se dice que en un primer momento el grupo se resistió, pero la compañía en este sentido fue tajante: el sonido de los Albert Studios no era el adecuado y desde el punto de vista de la producción se necesitaba un revulsivo, un cambio, un enfoque diferente. Robert John “Mutt” Lange, quien sería finalmente el productor de ‘Highway To Hell’, afirmó: “Cuando escuché los discos que AC/DC había grabado en los Albert Studios la sensación sonora que me transmitían era la de un grupo con un sonido muy opaco, muy comprimido, sobre todo en las guitarras. La base de ritmo tampoco tenía esa capacidad de envolver que una música como la de AC/DC pedía, y cambiar esos dos aspectos fue lo primero que me propuse cuando empecé a trabajar con ellos.”

Sin embargo, la primera opción para producir ‘Highway To Hell’ no fue Mutt Lange. Después de trabajar todo el mes de diciembre de 1978 en la composición y preparación de nuevos temas, en los primeros días de 1979 el grupo se desplazó a los Criteria Studios de Miami para empezar la pre-producción del nuevo disco con uno de los productores más legendarios de toda la historia del rock: Eddie Kramer.

Nombres como los de The Beatles, Jimi Hendrix, Led Zeppelin, Eric Clapton, Santana o Kiss, y discos como ‘Performance: Rockin' The Fillmore’ de Humble Pie, ‘Derek And The Dominoes In Concert’, ‘Frampton Comes Alive!’ de Peter Frampton o ‘Love You Live’ de los Rolling Stones fueron historia gracias a que pasaron por las manos de Eddie Kramer.

Auténtico genio del sonido, en un primer momento afrontó con mucha ilusión producir a AC/DC, e incluso se desplazó en diciembre de 1978 a Sydney para verles ensayar e irles conociendo mejor. Pero semanas después decidió no seguir trabajando con ellos y abandonar el proyecto.

Según se supo después, además de no haber ninguna química personal, ningún feeling entre el grupo y Kramer, en opinión de Malcolm Young “quizá él tenía razón en muchas de las ideas que proponía y en las cosas que quería que hiciéramos, pero el problema es que quería controlarlo absolutamente todo, hacer todo, hasta el más mínimo detalle, según su criterio, y nunca escuchaba nuestras sugerencias. No nos sentíamos cómodos, discutíamos durante horas por cualquier cosa, el trabajo no avanzaba, no nos gustaba cómo estaban quedando las canciones y él tampoco parecía al final estar a gusto con nosotros. Así que decidimos no seguir trabajando con él. Esto nos costó una buena bronca con los ejecutivos de la compañía, pero Michael Browning, nuestro manager, que fue quien realmente tomó la decisión cuando le explicamos lo difícil que era trabajar con Eddie Kramer y lo poco que nos entendíamos con él, nos apoyó, y a finales de enero de 1979 regresamos a Londres con unas cintas con las que no sabíamos qué pasaría al final.”

Bon Scott escribió en aquellos días una carta a su novia, recogida en la excelente biografía de AC/DC ‘Let There Be Rock’: The Story Of AC/DC’, escrita por la periodista norteamericana Susan Masino, en la que decía textualmente: “Esto es insoportablemente aburrido. Kramer no entiende a Angus y a Malcolm y estos tampoco hacen ningún esfuerzo por escucharle. No sé en qué acabará todo esto, a veces de un gran montón de mierda nace una obra maestra, pero no tengo la impresión de que esto vaya a pasar con este disco.”

De vuelta a la capital británica, se propuso en un primer momento a Glyn Johns, veterano y conocido productor, famoso por haber trabajado con los Who, los Faces y los Rolling Stones entre otros, pero Johns estaba en ese momento trabajando con Marc Benno en su álbum ‘Lost In Austin’, en el que colaboraba Eric Clapton, y Atlantic no podía esperar porque quería el nuevo disco de AC/DC para el verano de 1979 o, como muy tarde, para ponerlo a la venta en los primeros días de septiembre. Entonces, y contra todo pronóstico, Michael Browning ofreció este nuevo disco a un productor todavía muy poco conocido, y que, de hecho, hasta ese momento se había movido solo en el ámbito de la new wave, produciendo a Graham Parker y a The Boomtown Rats.

El productor que cambiaría la historia de AC/DC

Robert John “Mutt” Lange nació en 1948 en Mulfura, ciudad enclavada en lo que es actualmente Zambia, aunque antes de cumplir un año de edad su familia, cuyo padre era ingeniero de minas sudafricano y su madre una rica heredera alemana, se trasladó de nuevo por cuestiones de trabajo a Sudáfrica, más en concreto a Durban, donde vivió hasta mediados de los años 60.

Desde la adolescencia desarrolló una gran afición por la música, en especial por el country. Aprendió a tocar la guitarra y llegó a formar en Durban un grupo de pop-rock llamado Hocus antes de decidir marcharse a Inglaterra en octubre de 1967. A lo largo de los años 70 estuvo tocando en diferentes bandas de aficionados, pero a comienzos de 1974 consiguió un empleo como ayudante en los IBC Studios, donde fue poco a poco aprendiendo los fundamentos básicos de la producción musical.

A partir de 1975 empezó a grabar y a producir maquetas para muchas bandas noveles, y a comienzos de 1976 producía el primer álbum de los City Boy, llamado como la banda, a los cuales produciría cinco álbumes más, así como el álbum ‘Heat Treatment’ de Graham Parker & The Rumour. No obstante, no sería hasta el verano de 1978 cuando obtuvo su primer gran éxito al escribir, grabar y producir la canción oficial del club de fútbol Ipswich Town para la final de la Copa de Inglaterra, un himno llamado “Get That Goal”. Para los amantes del deporte rey, ganó el Ipswich Town por 1-0 al Arsenal aquella final en el Estadio de Wembley.

Mutt Lange, a la derecha, ya con Brian Johnson en las filas de AC/DC

En octubre de ese mismo año produjo el primer single de una banda que también llegaría a lo más alto del mundo del rock, un grupo de new wave llamado The Boomtown Rats que lideraba por aquel entonces Bob Geldof. Aquel single, “Rat Trap”, desbancó del nº1 en las listas de singles inglesas al “Summer Nights” de la banda sonora original de la película ‘Grease’ de John Travolta y Olivia Newton-John, que llevaba desde julio ocupando el nº1.

¿Por qué motivo Michael Browning eligió a un productor de segunda fila, que nunca había trabajado con un grupo de rock duro como AC/DC, para producir un disco que debía ser clave en la historia de la banda después de haber desechado a Eddie Kramer? La respuesta nos la da Angus Young: “Michael nos dijo unos días después de volver a Londres: “chicos, tengo el productor para el nuevo disco. Sí, ya sé que no le conocéis, pero es un tío de puta madre, que se va a entender con vosotros a la perfección y que es buen amigo mío”. “Ok”, dijimos. Tuvimos una primera reunión en la que habló muy poco. Nos miraba mucho y escuchaba muy atentamente lo que decíamos, como si tratara de calibrarnos psicológicamente o algo así, y yo la verdad no quedé muy convencido de esa primera reunión, pero en cuanto entramos en el estudio y empezamos a trabajar, dí gracias al cielo por haber encontrado a alguien como Mutt Lange. Fue decisivo en nuestra carrera en ese momento. ”

Según publicó Phil Sutcliffe en su libro ‘High-Voltage Rock 'n' Roll: The Ultimate Illustrated History’, “Lange, tras escuchar las maquetas que habían grabado en Sydney, les dijo: Chicos, creo que podemos hacer un disco en el que recuperemos, reinventemos y relancemos el hard rock británico tradicional, el que os gusta, el de Free, Led Zeppelin, Grand Funk, Slade, etc. porque además hay una nueva generación que está buscando grupos con guitarras fuertes, que hagan rock fuerte de verdad, echando las tripas, pero lo que no podemos de ninguna manera es sonar como sonaban Free en 1970. Tenemos que conseguir sonar mucho más duros, pero al mismo tiempo trabajando las melodías para que este disco pueda sonar en las FM americanas, que es lo que hace de verdad vender discos. Tenemos que conseguir que esto suene, en 1979, con la frescura con la que sonaban Free en 1969 y que fue lo que les hizo grandes en todo el mundo. Si tenemos esto todos claro, esto puede funcionar”.

Y funcionó.

Robert propuso grabar el disco en los estudios londinenses Roundhouse, que si bien llevaban relativamente poco tiempo abiertos – habían comenzado su actividad en 1975 – gozaban no obstante de un enorme prestigio por el personal que trabajaba en ellos, fundamentalmente por los ingenieros de sonido, Peter Gallen y Ashley Howe, que habían desarrollado la mayor parte de su carrera con anterioridad en los Lansdowne Studios.

Los Roundhouse se ubicaban en el sótano del edificio de oficinas anexo al legendario local de conciertos, centro comercial, galería de arte y cines, Roundhouse situado en el 100 de Chalk Farm Road, cercano al metro de Chalk Farm, que había sido construido como una fábrica de motores para ferrocarriles a mediados del siglo XIX.

Parcialmente destruido por los bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial estuvo en desuso hasta el año 1964, año en el que se reconstruyó y se reconvirtió en centro de actividades culturales y de ocio, incluyendo una amplia y perfectamente acondicionada sala de conciertos, entre los cuales han quedado para la historia el mítico concierto de la única gira europea que hicieron los Doors en septiembre de 1968 o el show final de gira de despedida de los fans ingleses antes de su exilio fiscal de los Rolling Stones en marzo de 1971. Cuando AC/DC llegó allí a finales de febrero de 1979, en los Roundhouse Studios ya se habían grabado discos de la categoría de ‘A Night At The Opera’ de Queen, ‘Strange New Flesh’ de Colosseum II, ‘Overkill’ de Motörhead o ‘Firefly’, ‘Innocent Victim’ y ‘Fallen Angel’ de Uriah Heep.

1,2,3…¡Grabando!

El lunes 26 de febrero de 1979 comenzó la primera sesión de grabación de ‘Highway To Hell’ en los Roundhouse Studios, con unos AC/DC formados por Bon Scott como cantante, los hermanos Angus y Malcolm Young en las guitarras, Cliff Williams en el bajo y Phil Rudd en la batería. La grabación se prolongaría en los Roundhouse hasta finales del mes de abril, cuando el ingeniero de sonido Tony Platt se llevó las cintas a los estudios Basing Street de Ladbroke Grove para hacer la mezcla final del álbum, que se entregaría a fabricación a mediados de junio de 1979.

Las 10 semanas que el grupo pasó en Londres trabajando en la grabación de ‘Highway To Hell’ fueron tan intensas como maratonianas. En base a hacer los temas que se habían seleccionado para el disco más acorde con la idea de Mutt Lange, hubo que reestructurar las composiciones, ensayar de nuevo los temas, montarlos de otra manera, hacer una nueva pre-producción… según recuerda Angus Young, “nunca antes, y muy pocas veces después, hemos trabajado de una manera tan intensa en un disco. Cuando grabábamos en los Albert Studios, muchas veces grabábamos casi en directo, muchas veces la primera toma de la guitarra, si estaba bien, era la que se quedaba en la canción al final, en cambio en ‘Highway To Hell’ ya ni recuerdo las tomas de guitarra que yo llegué a grabar. Cliff también grabó muchísimas tomas de bajo, hubo en algunos casos hasta 12 versiones diferentes de una misma canción, y además, aunque teníamos tres meses, no podíamos retrasarnos ni un solo día porque el disco tenía que salir en verano. Pero siempre recordaré la grabación de ‘Highway To Hell’ como algo sensacional. Aprendimos a conocernos mejor, a trabajar en grupo mucho más compenetrados, y musicalmente, además de dar un paso adelante fundamental en nuestra historia, aprendimos muchísimo de Mutt Lange”.

En opinión de varios miembros del grupo, así como de varios periodistas expertos en la historia del grupo y conocidos biógrafos de la banda, el aspecto que Lange consideraba fundamental para el cambio que buscaba en AC/DC era tratar de otra manera la voz de Bon Scott. “Hizo de Bon un cantante completamente distinto, con una variedad de matices, registros y recursos prácticamente ilimitada”, recordaba también Angus Young, y eso que trabajar en el estudio con Bon no resultaba fácil. El vocalista, tipo de un carácter muy temperamental y muy aficionado a las largas noches de fiesta y bebida, en ocasiones tenía unas resacas tan enormes que no era capaz de levantarse en todo el día para ir al estudio.

Aún así, y sin dejar de poner en valor el papel de Mutt Lange en ‘Highway To Hell’, tanto el propio Lange como los mismos AC/DC y gran parte incluso de los técnicos e ingenieros de sonido que han trabajado con él no participan de esa idea ampliamente extendida –y a mi juicio errónea- según la cual Mutt Lange reinventó, redefinió o creó un nuevo sonido para AC/DC. Como bien afirma Mike Fraser: “Lange no cambió el sonido de AC/DC. Eso podría decirse en el caso por ejemplo de Foreigner, cuyo ‘Foreigner 4’ es un disco cuyo sonido, esencia y personalidad sí crea de manera innegable Mutt Lange, igual que cuando grabó con Def Leppard ‘Pyromania’, que es un grupo totalmente nuevo y cuyo sonido sí que modela de principio a fin Robert. Pero AC/DC no necesitaba cambiar de estilo, todo lo contrario, lo que AC/DC necesitaba era encontrar una producción que sacara más partido de ese sonido, de ese rock crudo, fuerte y duro, que podía llegar mucho más lejos si se sabía dotar de un envoltorio sonoro diferente y más atractivo. Ese fue el gran mérito de Robert, no cambiar a AC/DC como quizá pretendía Eddie Kramer, sino potenciar más y dar más riqueza a ese tesoro que tenía en sus manos”.

Varias historias para un mismo nombre

El título del disco, ‘Highway To Hell’, fue ya desde el comienzo motivo de controversia por diferentes razones. En un primer momento, se mantuvo que la idea de este título fue de Angus Young, y que hacía referencia a lo duro de la vida en la carretera en condiciones precarias y a los larguísimos desplazamientos en incómodas y sucias furgonetas. “Cuando estás durmiendo en una furgoneta en donde tras acabar un concierto nadie se ha duchado ni cambiado de ropa y además tienes un calcetín oloroso cerca de tu cara durante 700 kilómetros, desayunando café aguado con sándwiches de jamón y queso de plástico, y sabes que esa es la hoja de ruta durante las próximas cuatro semanas, aquello se convierte en una jodida autopista al infierno”, decía el menor de los Young.

Existe no obstante otra versión del origen de ‘Highway To Hell’ como título para este histórico LP. La taberna a la que iba habitualmente a tomar copas con sus colegas Bon Scott estaba en Canning Highway, al pie de una colina muy inclinada donde se ubicaba una intersección de carreteras en la que había habido tantos accidentes que se conocía entre los lugareños como "la autopista al infierno". De hecho, quizá Bon Scott pudiera referirse a éste lugar en la parte de la letra de la canción donde dice "Goin' down, party time, my friends are gonna be there too" ("...voy abajo, es una fiesta, mis amigos estarán ahí también") refiriéndose a la taberna al pie de la colina.

Este, a todas luces, poco cristiano título y la portada con la que salió este disco, en la que aparecía Angus Young con cuernos y rabo de diablo, una vez más, e increíblemente, suscitó denuncias y acusaciones de satanismo contra el grupo por parte fundamentalmente de organizaciones católicas norteamericanas, lo cual sin embargo, paradójicamente – o no- produjo un éxito de ventas sin precedentes de este disco.

Tema a tema

Highway To Hell: ¿Qué decir de esta canción que no se haya dicho ya? A lo largo de 40 años, se ha convertido en todo un himno del rock´n´roll, con independencia de la infinidad de veces que ha llegado a sonar en radiofórmulas de todo tipo. Un riff venenoso, pegadizo, un rock fuerte y heavymetalero con un Bon Scott impresionante, que dejó para la historia quizá su mejor grabación de estudio de cuantas hizo en su vida.

Girls Got Rythm: ¡Puro rock´n´roll gamberro, eléctrico, lleno de fuerza y lleno de energía! Es una vez más una canción que nos descubre al mejor Bon Scott, cantando con unos agudos increíbles y con un solo de guitarra de Angus Young sensacional. Siempre me ha extrañado que esta canción no haya sido de las habituales posteriormente en los set-list de gira de AC/DC.

Walk Over You: Un hard rock, como es natural en AC/DC, con mucho de Rythm´n´Blues, muy acelerado desde la base de ritmo, fuerte, crudo y en el que de nuevo, tanto la voz de Bon Scott como los coros, perfectamente tratados desde la producción y los solos de guitarra, hacen de esta canción una auténtica masterpiece.

Touch Too Much: Medio tiempo hardrockero que evoluciona hacia una atmósfera y un tempo plenamente heavymetalero, en el que en esta ocasión cabe destacar la fuerte carga sonora de las guitarras, que envuelven toda la canción de una energía inmensa y una base de ritmo también muy presente, muy en primer plano, que realzan toda la fuerza del tema.

Beating Around The Bush: Es quizá de los temas más flojos del disco, muy simple en su composición, un rock´n´roll muy clásico, poco trabajado desde la producción quizá, y que no ha pasado a la historia en ningún caso como un clásico de este disco.

Shot Down In Flames: Junto al tema que da título al álbum, es de los temas más impactantes, fuertes y demoledores de ‘Highway To Hell’. Un rock duro y potente que en cambio sí se ha convertido en uno de los clásicos del AC/DC en directo incluso en la actualidad. Riff de guitarra penetrante, ritmo trepidante, de nuevo Bon Scott dejándose la garganta en carne viva… un temazo.

Get It Hot: Rock´n´roll de raíz muy clásica, un tema muy basado en el riff de guitarra, muy de la escuela más tradicional de la banda.

If You Want Blood (You´ve Got It): La canción que dio título al anterior trabajo del grupo en directo, en este trabajo es otro rock basado en un riff de guitarra con esa maravillosa simplicidad que tiene AC/DC, pero al que, añadiendo una base de ritmo muy fuerte, convierten en un verdadero trallazo.

Love Hungry Man: No lo sé con exactitud, pero siempre he pensado que este tema era un descarte o una “outtake” de anteriores grabaciones. Es muy del estilo de los de discos como ‘Powerage’ o ‘Let There Be Rock’. No es una mala canción, pero dentro de un álbum de esta altura musical, queda como un corte casi de mero relleno.

Night Prowler: Blues a medio tiempo, bien trabajado y bien estructurado a nivel de sonido, muy del estilo de “Ride On”, aunque más endurecido, más “enrockerizado” y en el que tanto Malcolm como Angus hacen un trabajo sensacional, coronado por esa voz aguardentosa y personalísima de Bon Scott.

El legado

Como en el mismo caso de otros muchos discos hoy considerados históricos, caso de ‘Apetite For Destruction’ de Guns N’Roses o ‘Metallica’ de Metallica, ‘Highway To Hell’ aunque entró con fuerza en los charts, no llegó nunca a ser nº1, pero se mantuvo siempre en altas posiciones y con el paso del tiempo y con todos los acontecimientos que se produjeron tanto en el entorno de la banda como en el mundo del rock en general, llegó a vender cifras multimillonarias en todo el planeta. De hecho, a día de hoy, en el 40 aniversario de su edición, es el segundo disco más vendido de toda la historia de AC/DC tras el mítico ‘Black In Black’, habiendo vendido solo en Estados Unidos 7 millones de copias según cifras proporcionadas por la RIAA (Record Industry American Assotiation) y un total de 12 millones en el resto del mundo en estos 40 años.

Pero por encima de las cifras, lo más recordado y quizá lo que dota en gran parte del carácter de hito, de álbum histórico a ‘Highway To Hell’, es el hecho de que fue el testamento sonoro de Bon Scott. La muerte en febrero de 1980 del cantante del grupo, justo cuando habían logrado por fin el éxito que durante años se les había negado, cuando estaban tocando el cielo con la punta de los dedos, otorgó a este disco, más allá de su calidad, la vitola de un álbum único en la historia para sus fans, en especial para los de la época de los orígenes de AC/DC.

 

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Esta entrada fue escrita por Redacción

13 comentarios

  • Juandie dice:

    Pués esta tarde me pienso leer este extenso resumen que se ha currado Mariano Muniesa hacia uno de los mejores albumnes ya no solo de mis queridos AC/DC sino de la historia del Rock.

  • Juandie dice:

    Ahora mismo acabo de leer este extenso resumen hacia uno de los mejores albumnes de la historia del Rock como es HIGHWAY TO HELL de los históricos AC/DC junto con sus muchas e interesantes anécdotas que rodeó en aquellos años a tan mitico álbum. Te lo has currao de puta madre Muniesa.

  • Javi dice:

    Un muy buen articulo, aunque me sobran las palabras "heavymetalero" en el comentario de algunas de las canciones del disco. Ac/dc es puro rock, ya sabemos todos que su epoca de mayor exito coincidio con el auge del heavy metal, pero todos sabemos de donde vienen, de la escuela del blues, chuck berry y stones. El heavy metal es otra cosa... ac/dc es r'n'r. A pesar de esa mania constante de etiquetarles de "heavy", buen articulo. Salud y ac/dc (o lo que es lo mismo, salud y r'n'r)!!
    Pd: He leido varios libros de Muniesa y me parece un crack, pero no estoy de acuerdo en la relacion ac/dc-heavy metal, es mi opinion y ya se sabe, cada cual tiene la suya.
    Saludos rockeros, y poned ese highway to hell a tope una vez mas!

  • jose dice:

    En mi opinión los 5 discos de AC/DC con Bon Scott son todos muy buenos de principio a fin, no hay una mala canción.
    Luego con Brian salvo Back in Black que es otra obra maestra los demás discos tienen algunos temas increiblemente buenos y otros mediocres pero resultones.
    Saludos.

    • Javi dice:

      Coincido contigo Jose, los 5 discos con Bon no tienen desperdicio. De Brian mis preferidos son: back in black, ballbreaker, stiff upper lip, y aunque parezca raro, me gusta bastante flick of the switch, me gusta como cantó Brian en ese disco. Dicho esto, me gustan todos sus discos, ninguno decepciona.
      Un saludo!

  • Elias dice:

    FOREVER !!

  • Elias Isleta65 dice:

    Nunca pasarán de moda,hasta el no amante del heavy ha escuchado alguna vez está peaso cancion

  • Ester dice:

    Toma ya pedazo artículo. Muy bien si señor don Mariano. Gracias

  • Anónimo dice:

    Ac⚡DC FOREVER

  • Kidd Pasto dice:

    Gran reseña. Sin duda fué este su el disco que les a abrió las puertas al gran público. Muy afiladas suenan las guitarras. Ahora bien, cómo el \"Powerage \" no suena ninguna de sus obras. Por algo será el favorito de Keith Richards.

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