Crónicas

Prog In Park III: El relevo divertido

«Una oferta similar al difunto Be Prog! My Friend, con distinto ambiente»

12 y 13 de julio

Varsovia (Polonia)

Texto y fotos: Hughes Vanhoucke

Asistimos por primera vez al festival polaco Prog In Park, que este año celebró su tercera edición en una nueva ubicación y por primera vez durante dos días y también al aire libre. Anteriormente pudimos ver varias bandas del cartel de Prog in Park III en el desaparecido Be Prog! My Friend, en mi humilde opinión, durante cinco años, el mejor evento del calendario anual de festivales por todo Europa.

Los entusiastas del progresivo quedaron huérfanos después de suprimir ese fantástico festival. Luego de una larga búsqueda, se encontró un festival similar en Polonia, similar en cuanto a oferta musical, el entorno no era de ninguna manera comparable con el Pueblo Español de Barcelona. Poco después de las cuatro de la tarde, la banda inglesa Sermon tuvo el honor de destapar la botella de champán e inaugurar el festival.

Nunca antes había oído hablar de estos británicos, quienes lanzaron su primer trabajo a principios de este año, 'The Birth of the Marvellous'. Una banda, a priori desconocida, de Londres, que sorprendió a amigos y enemigos en la media hora que estuvieron en el escenario. El cantante, calvo y vestido con un traje, estaba completamente pintado de negro y en ningún momento salió al primer plano, sino que permaneció durante todo el set entre el batería y la teclista, pero qué voz que tiene.

Temas sólidos y progresivos con un toque de melodía y otro de doom que en algunos momentos me recordaban a Katatonia. Esta era la receta de Sermon, una receta mágica que inmediatamente me envió al puesto de merchandising para comprar este álbum asombroso.

Después de la presentación de los anglosajones, era el turno de nuestros vecinos de Alcest. El set fue relativamente corto e iniciaban con dos temas de 'Kodama', último trabajo publicado por estos chicos del sur de Francia. La canción que da nombre al disco, “Kodama”, y “Oiseaux de Proie” aseguraron que más de un tercio de los 45’ se fueran de inmediato.Pronto quedó claro que los naturales de Bagnols-sur-Céze salieron con muchas ganas.

Tras las canciones de larga duración de su sexto álbum, desafortunadamente no escuchamos nada del futuro disco, 'Spiritual Instinct', el cual se lanzará este otoño. Sin embargo, una serie de canciones de trabajos más antiguos le dieron al público una visión general de casi toda la carrera de Alcest, a excepción de algo de los dos primeros álbumes. Neige y sus compañeros pusieron el listón alto a primeras horas de la tarde.

Pudimos ver a Tesseract hace algún tiempo, sin contar su cancelación en Colonia, aquella vez en la que el autobús en el que iba la banda quedó atascado en el ferry entre Inglaterra y Francia. Por extraño que parezca, no emprendieron con algo del último álbum, 'Sonder’, sino con dos canciones del EP ‘Concealing Fate’, el cual podrá apagar diez velas el próximo año. Tras un tema del segundo elepé, la primera canción de ‘Sonder’ finalmente se mostró a la audiencia polaca. Con la excepción de “Dystopia”, la segunda mitad del set consistió exclusivamente en canciones del último álbum.

A pesar de una actuación fantástica, el público parecía estar viendo un documental sobre los meandros del río Volga durante los meses de invierno en un cine drive-in. ¿Está prohibido mostrar emociones en Polonia? Daniel Tompkins también mostró su disgusto al acercarse al micro y declarar que Tesseract debe ser inmensamente popular en Polonia.

Dándole al festival un toque alternativo, el cantautor Fish se colocó en el cartel para que aparecieran unos cuantos entusiastas del rock clásico. En un pasado bastante lejano, Derek William Dick era el líder de Marillion, una banda de rock progresivo que en los ochenta anotó una serie de éxitos como “Kayleigh”, “Assasing”, “Lavender” o “Incommunicado”. La última vez que tuve la oportunidad de ver un directo del alto escocés fue en Be Prog! My Friend, evento del que este Prog In Park parece ser una copia, sin el maravilloso entorno ni el clima veraniego de Barcelona.

Fish trajó un set que consistía principalmente en canciones de los años 90, la primera década de su carrera como solista, con excelentes canciones como “Big Wegde”, “Credo” o “Internal Exile”, las cuales Fish introdujo con un guiño a la posible independencia de Escocia. Después de casi una hora, el público obtuvo lo que estaba esperando, una canción de Marillion. “Lavender” fue el número final de un hermoso set.

Opeth fue la banda que tuvo el honor de cerrar el primer día. Durante las dos veces que tuve la oportunidad de verles este año, las condiciones climáticas no eran precisamente las indicadas: en Vienna Metal Meeting comenzaron con una demora de media hora debido a la intensa lluvia y tuvieron que parar después de 40' mientras la lluvia continuó sin parar. En Rock The Coast (Málaga) el clima estuvo agradable y cálido, tal vez demasiado de esto último, ya que la banda tocaba bajo un sol abrasador. En Varsovia, la temperatura fue adecuada, se mantuvo seco y el sol se acostó poco después del inicio del set.

El setlist, sin embargo, siguió siendo el mismo, pero la banda estaba en forma y tenía ganas. Unas horas antes de su actuación, los suecos lanzaron un nuevo tema del próximo álbum, "Heart In Hand", pero lamentablemente no lo tocaron. La banda no lo había ensayado y, por supuesto, no querían ser ridiculizados, ciertamente, no si tu nombre es Mikael Åkerfeldt. Como broma, el líder nos dijo que prefería tocar cosas viejas después de 30 años con la banda. Åkerfeldt fue el único músico del día que se burló del horrible edificio comunista, gris y sucio, al lado del recinto del festival. El público se mantenía imperturbable, los entusiastas polacos del progre no son los más juerguistas. En cuanto a Opeth, fueron sublimes como lo son a menudo, tocando un popurrí de su larga trayectoria.

Que se esperaba lluvia el segundo día se hizo evidente ni bien ingresamos a la plaza Progresja, que en días normales sirve como espacio de estacionamiento para el horrible complejo de oficinas situado al lado de la nueva ubicación de Prog In Park. Los instrumentos y equipos de audio de las siguientes bandas se encontraban bajo plástico transparente.

Bright Ophidia fue la primera banda de este segundo día. Un grupo natural de Białystok (Polonia), una ciudad del tamaño de Santander que está a un tiro de piedra de Bielorrusia. Con miembros bastante estáticos en el escenario, se trata de una banda que ha estado abriéndose camino durante más de dos décadas, pero que lamentablemente tiene que conformarse con muy poca asistencia. El clima de este sábado mantuvo a la multitud alejada de Progresja a la hora de la merienda, en España el momento de tomar el postre del almuerzo.

El integrante que más se destacó fue, sin duda, el guitarrista principal, Przemysław Figiel, armado con una Ibanez Universe de siete cuerdas. Los cinco músicos trajeron principalmente trabajos de su último álbum, lanzado hace año y medio, ‘Fighting The Gravity’, con voces en inglés e influencias del mundo del jazz.

La primera banda internacional del segundo día no fue otra que Soen, banda sueca que nació hace unos diez años, después de que Martín López (ex-Amon Amarth, ex-Opeth) y Joel Ekelöf se unieran para formar un nuevo proyecto. Hace solo unos meses lanzaron su cuarto álbum de estudio, ‘Lotus’, el cual presentaron en España a finales de marzo.

La mayor parte del set vino, evidentemente, de su lanzamiento más reciente: los tres singles lanzados hasta el momento, a los que se añaden “Lascivious”, dos canciones de “Lykaia” y el clásico en vivo “Savia” de ‘Cognitive’, primer álbum de la banda, de 2012. Para chuparse los dedos.

Varias veces he escuchado y leído comparaciones con Tool, pero lo que trajeron los chicos de Soen me pareció algo diferente y más melódico, además de la gran interacción entre la banda y la asistencia, especialmente entre el frontman Joel Ekelöf y los fanáticos. Es una pena que, al igual que ayer, las bandas de una reputación como la de Soen, Haken o Tesseract solo tuvieran 45' de tiempo sobre el escenario.

Mientras los londinenses Haken subieron al escenario, las cerraduras del cielo se abrieron al mismo tiempo, obvio nada agradable, especialmente si estás con pantalones cortos y en camiseta. Haken, ciertamente, había venido a Fort Wola para dar una lección de tecnología musical, impartida por un grupo internacional de seis maestros barbudos. La banda, sólo tuvo la venia de 45' del organizador y, por lo tanto, no quisieron perder tiempo comunicándose con el público e inmediatamente comenzaron con “Puzzle Box”, del último álbum, ‘Vector’.

La muy dulce voz de Ross Jennings, junto con la música increíblemente fuerte del resto de la banda, aseguró que la audiencia se olvidara de la lluvia. Los polacos están acostumbrados ver caer más de unas pocas gotas del cielo. Ya habían pasado tres años desde que Haken tocara en Varsovia, y el público claramente esperaba una nueva descarga de talento y virtuosismo en tan corto espectro de tiempo, con canciones principalmente de los dos últimos álbumes, ‘Vector’ y ‘Affinity’, quedando algo de tiempo para el clásico en vivo “Cockroach King”, de ‘The Mountain’.

Richie Kotzen fue la gran incógnita para el abajo firmante. Después de todo, nunca había visto al hombre tocar en vivo en solitario. Mientras tanto, la lluvia había explorado otros lugares, permitiendo al público disfrutar un poco más de la oferta musical.

Desde la primera canción, “Riot”, Richie Kotzen y sus dos acólitos me sorprendieron en positivo. Kotzen es, por supuesto, conocido como el ex guitarrista de Poison y Mr. Big y, desde hace varios años, como cantante de The Winery Dogs, junto con el emblemático Mike Portnoy y el no menos representativo bajista Billy Sheehan de (Mr. Big y Sons of Apollo).

Sin embargo, en Varsovia, Richie Kotzen actuó con su propia banda, compuesta por él mismo, el bajista Dylan Wilson y el batería Mike Bennett, con quien ha estado tocando durante ocho años para traer un set heterogéneo con blues, rock y unos toques de jazz. Una combinación que fue apreciada por el público polaco. Este trío realmente tiene algo que ofrecer y están claramente muy en sintonía entre ellos. En algún lugar, leí sobre Richie Kotzen que él es como un buen vino, mejora con los años. ¡Qué cálida voz! ¡Qué guitarrista!

Después de aproximadamente una hora, Ritchie Kotzen se despidió con “Venom,” una nueva canción que suena muy bien y que, en realidad, pide más y podría venir en forma de un álbum del trío, según dijo el maestro.

El festival cerró con Dream Theater, a quienes pudimos ver en el Rock Fest de Barcelona y también en Luxemburgo junto a Jason Cenador y, desafortunadamente, tuvimos que concluir que James LaBrie estaba luchando con su voz. La comidilla aquí en Varsovia fue, por supuesto, la voz de James LaBrie. No hubo dudas sobre los otros cuatro pero, para mí, otro cantante en Dream Theater no es una opción. En mi humilde opinión, Dream Theater sin LaBrie ya no sería Dream Theater.

Con todo esto, fue un gran alivio ver cómo el canadiense se mostró en forma y su voz no le falló en absoluto. La banda no había visitado Polonia en los dos últimos años y pudo contar con la misma participación que Opeth la primera noche. El setlist fue exactamente el mismo que en Luxemburgo. Una hora y media con cuatro temas del último álbum, ‘Distance Over Time’, y un puñado de canciones de la rica historia de los mastodontes del metal progresivo.

Fue el Dream Theater de los grandes días, todo transcurrió sin problemas y los hombres demostraron nuevamente lo técnicamente dotados que son.

Este fue un festival divertido para los visitantes, aunque un poco menos para la prensa y los fotógrafos. ¿Es este un relevo digno para el difunto Be Prog! My Friend? En cuanto a la oferta sí. Sin embargo, a las bandas se les dio más tiempo en Barcelona, ciertamente la segunda y la tercera, y el ambiente fue mucho mejor que aquí. El complejo de oficinas con características comunistas obviamente no se veía mejor que el Pueblo Español. El año que viene volveremos a la cuarta edición.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

2 comentarios

  • Juandie dice:

    Dignas actuaciones por parte de la mayoría de bandas que tocaron en dicho festival polaco y de estilo progresivo sobresaliendo las actuaciones de dos pedazos de bandas que me encantan como son OPETH y los maestros del Metal Progresivo DREAM THEATER a pesar de llevar James Labrie unos días jodido con la voz en dicho concierto lo bordó. Festivales de este tipo son los que necesitan de vez en cuando nuestro país.

  • Abel dice:

    A ver , Alcest no son de Bayona . Son de Bagnols sur Ceze , cerca de Montpellier.

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