Nos esforzamos en categorizar esto o lo otro en compartimientos estancos. Sin ningún matiz. O blanco o negro. No caben los equidistantes, por eso se les margina cuando su aportación debería ser clave para superar etiquetas o sistemas de pensamiento obsoletos. Es el sino de cualquier país cainita. La indefinición
Sin aspavientos ni dramas, igual que un tren se aleja poco a poco de una estación y tampoco se acaba el mundo por ello. Quizás dentro se encuentre alguna persona que nos importe mínimamente, aunque ese tipo de cosas tampoco sean muy frecuentes en nuestros días. No se lleva preocuparse