VARGAS BLUES BAND: HIPNOTISMO AZUL

18 noviembre, 2010 1:09 pm Publicado por  – Deja tus comentarios

Noche de viernes en Madrid, con numerosos conciertos coincidiendo durante todo el fin de semana. Conciertos de rock, metal, heavy... pero también de blues. Y blues elegante, de clase y casta, e interpretado por nuestra banda bluesera por antonomasia, la Vargas Blues Band, que presentaría su último plástico, "Mojo Protection Revisited". No obstante, no podemos sino reconocer el poco optimismo con el que nos acercábamos a la sala Caracol; multitud de actuaciones simultáneas y un género poco pródigo entre la gente joven no son un buen vaticinio. Pensamiento erróneo del que escribe, ya que próxima la hora del inicio las colas de acceso a Caracol eran visibles desde lejos, y a pocos minutos del inicio del show en la sala apenas entraba un alma más. Llenazo absoluto desde el pie del escenario hasta las puertas del fondo del recinto de un público variado, en su amplia mayoría entorno a los cuarenta años y que mostraban en su rostro la ilusión del que sabe que va a presenciar un espectáculo de los grandes.

Con un iluminado escenario parco en detalles referentes al show, arrancaba poco antes de las 22.00 la descarga. No hacen falta grandes pancartas traseras, ni intros o presentaciones espectaculares. Con paso tranquilo salían al escenario los músicos que componen la Vargas, con la torre serena de Javier Vargas a la derecha, Tim Mitchell a la voz y/o teclado, Luis Mayo al bajo y Peter Kunst a las baquetas, y de un modo reposado como certero, comienzan a tocar. Las primeras notas, los primeros sonidos, cambian la sala. La jauría de público que bebía, charlaba y reía, queda hipnotizada desde aquel momento. Llama la atención contemplar y ser partícipe de lo rápido que una banda es capaz de conectar con su público. Se puede ver en las caras, en sus sonrisas a medias, en sus movimientos. No ha terminado la primera canción, "Talking about the blues", y ya se han ganado a todos.

La Vargas Blues Band no tiene comparación. Cuando estás delante tienes claro que sin duda estás presenciando uno de los directos del momento. Por su parte, Javier Vargas es todo personalidad y presencia sobre el escenario. Como es sabido, no es músico de mucho movimiento sobre las tablas, pero es que no le hace ninguna falta. Capaz de llegar al sentimiento de cualquier ser con el sentido del oído, no necesita ir de aquí para allá, ni que se acerque ni que se aleje. Sólo hace falta escucharle y ver su rostro. Siente su música como pocos. Y su público lo hace con él. ¿Toca para él o para nosotros? Probablemente ambas respuestas sean correctas. Sólo se le puede pedir algo, que siga haciéndolo así. Que no cambie.

Lo de su vocalista es algo realmente serio. Ya me habían avisado, "vas a flipar con el negro, ya verás, no es de este mundo, es impresionante", me habían comentado compañeros antes del concierto. Y he de avisar, estos calificativos  se quedan cortos. Tim Mitchell no es nadie nuevo en esto, y mucho menos un chaval, pero posee esa voz que todo músico querría en su banda de blues. Su voz negra, su versatilidad, su potencia, su registro, hacen de él alguien a quien jamás se le podría perdonar no cantar, no hacer blues. Sus primeros sonidos delante del micrófono ya sorprenden a todos, y muchos del público, aún ya conociéndole, no pueden evitar acercase al oído de su acompañante. Están impactados y ya enganchados a su voz.

En cuanto a la base rítmica, evidentemente, no bajan el listón. Tanto Luis Mayo como Peter Kunst son de aquellos que no fallan, dos músicos que aportan la gran seguridad que Vargas y Mitchell requieren, y es también un acto de gozo escucharles y mirarles, quedarte durante unos largos instantes simplemente contemplando. Show máximo en cuanto a ejecución y sentimiento por parte de Mayo y de Kunst, como de Vargas y Mitchel.

Con una sala que convertiría un sencillo viaje al WC en una de las travesías  de Ulises, la Vargas ejecutó un total de veinte canciones a lo largo de algo más de dos horas de duración de concierto. En la parte final del show, algunos invitados amigos de Javier Vargas subieron al escenario como colofón final. Rulo Juan con guitarra y voz, Bluescifer en armónica y Manuel Tallafe con su voz sobre el escenario, consiguieron sumar aún algo más de calor al directo, aunque ya todo hacia predecir el final. Y así, al poco, cierre de fiesta a lo grande, como los grandes acontecimientos, digno de su naturaleza,  con la seguridad de que la banda ha dejado completamente satisfecho a todo su público. Muy difícil que alguien puediera esperarse más de lo que allí se representó. Un show de profesionales, un show de los que se tarda en olvidar, si es que alguno de los que allí estuvimos podría ser capaz.

Texto y fotos: XANTI FAKIR

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