SLASH EN BUENOS AIRES: ADELANTO DEL SONISPHERE

27 abril, 2011 6:28 pm Publicado por  1 Comentario

Estadio Malvinas y Teatro Colegiales, Buenos Aires

ATENCIÓN: SLASH estará tocando en el SONISPHERE DE GETAFE EL 15 DE JULIO

Slash pasó por Buenos Aires e hizo estallar las gargantas y los corazones de sus incondicionales. Enloqueció a su público en dos noches para el recuerdo donde no faltaron los hits de Guns N' Roses y un invitado estelar que nadie esperaba y que puso el broche de oro a unos conciertos espectaculares.

El ex guitarrista de GNR logró salir triunfante de estas tierras con la presentación de su álbum solista homónimo, el cual combina tantos artistas como voces: Ozzy Osbourne, Iggy Pop, Lemmy Kilmister, además de Dave Grohl y Taylor Hawkins de Foo Fighters, Chris Cornell de Audioslave y varios de sus ex compañeros, como Izzy Stradlin y Steven Adler. Semejantes colaboraciones armaron este combo para sacar el disco, pero quien le pone el pecho a las balas con su alto nivel de agudos es el vocalista de Alter Bridge, Myles Kennedy.

El domingo fue el turno del Estadio Malvinas Argentinas. A las 21 hs. y ante unas 7.500 personas, sale a escena el señor de la galera. Para ese entonces el lugar ya era un hervidero y la fiesta rockera comenzaba. Los primeros acordes fueron para “Ghost”, “Mean Bones” “Sucker Train Blues” ante un público vigoroso y lleno de ansiedad que ya aclamaba al artista mucho antes de que finalizara el show de los nacionales Viticus.

Apareció enfundado en cuero, zapatillas, una camiseta negra que tenía estampada la leyenda ‘Buenos Fucking Aires’ y una de sus fieles Gibson Les Paul en la mano para salir a lucirse y recibir el entusiasmo de su gente, que lo reverenció y deliró con los temas de su mítica ex banda; así fue como “Night Train”, “Rocket Queen”“Civil War” engrandecieron el setlist, sin que se quedasen fuera otras piezas como “My Michelle”, “Patience” y otras de los Gunners. Con el sudor en el cuerpo y su inconfundible mata de rizos, intentaba hilvanar algunas palabras en castellano – “¿Cómo está Buenos Aires?-” lo que provocaba más gritos y distorsión en las torres de altavoces.

El segundo día se anticipaba como un concierto mucho más intimo, con capacidad sólo para unas 1500 personas en El Teatro de Colegiales, pero la euforia fue similar al show del domingo. El repertorio no varió mucho entre ambas ocasiones, y Myles Kennedy llevó a cabo una performance muy válida, al igual que Bobby Shneck en la segunda guitarra, Todd Kerns en el bajo y Brent Fitz en la batería. En la segunda noche se agregaron al set list  “Beggars And Hangers On” de su anterior proyecto Slash’s Snakepit y “Fall to Pieces” de Velvet Revolver, la banda  en la cual tenía como colegas a Duff McKagan, Matt Sorum y Scott Weiland como voz principal. Pero la verdadera sorpresa fue la inesperada y ovacionadísima  aparición de Lemmy Kilmister en el escenario interpretando “Dr. Alibi” junto a un Slash que no dudó en cederle el podio por un momento para que la multitud coreara el nombre del legendario líder de Motörhead.

Los solos de la Les Paul fueron un deleite para los oídos además de una advertencia para dejar en claro que se estaba en presencia de un músico de peso, de esos que dejan su sello y cautivan con cada pose, melodía e inspiración. “By The Sword” (uno de los cortes de difusión con video clip incluido), “Sweet Child O'Mine” (con la introducción de un conocido fragmento de la banda sonora de ‘El Padrino’), “Mr. Brownstone” y “Paradise City” cerraron la gala tal como la noche anterior. A partir de ese momento, el final era ya inevitable. Así fue como con su acento californiano pronunció un “Muchas gracias” con su sonrisa de dientes blancos perfectos e impecables en la despedida. Para quitarse el sombrero, o en este caso la chistera, dijeron muchos. Para el registro, lo que sobró fue profesionalismo y contundencia.

Poseído por un espíritu inquieto, relajado o misterioso, según se mire, Mr. Slash siempre es un caso especial, suma heterogénea de personalidad, talento, historia y magia negra de rock and roll. Dice hablar menos de lo que toca, y acaso sean sus guitarras las que hablan por él, gritan por él y se desmayan entre sus manos.

Texto: Lucy Dávalos

Fotos: Fernando Serani

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