MONOZID: EL MARTIRIO DE LOS PUROS

9 enero, 2013 1:11 pm Publicado por  1 Comentario

Sala Eme Dos, Vitoria

Es evidente que el entorno influye a la hora de escribir, componer o cualquier otro tipo de creación artística del mismo modo que las circunstancias personales. No es lo mismo consumirse de la desesperación en cualquier gueto maloliente que haber nacido en el seno de una familia acomodada entre algodones y con el único dilema existencial de saber de qué color llevar hoy las uñas. Ya lo decía en la primera página el protagonista de la inmortal obra de Francis Scott Fitzgerald ‘El Gran Gastby’: “antes de criticar a nadie recuerda que no todo el mundo ha tenido las ventajas que has tenido tú.”

Algo de eso saben los alemanes Monozid, que surgieron en el depauperado ambiente de la extinta RDA, en medio de una alta tasa de desempleo y otras dificultades derivadas de la adaptación a la economía capitalista. No es de extrañar que ante tal percal optaran por el camino lúgubre, la oscuridad no exenta de rabia de Joy Division o los primeros The Cure, sin descuidar el legado etéreo de la coldwave francesa, un puntillo shoegaze y hasta en el último disco el indie bailongo de Franz Ferdinand.

La semana pasada recalaron a escasos kilómetros los post punkies Horror Vacui y si se hubiera tenido un poco de vista se podría haber aprovechado el evento para publicitar la cita de los alemanes, ya que ambos combos comparten un segmento de público similar, encima además en una zona donde no suelen abundar los conciertos de este palo. Pero un pleno jueves en Vitoria, con una rasca inclemente, ¿quién se iba a acercar hasta allí excepto los muy fans?

Con todo, la cita al final logró una asistencia bastante superior a lo esperado, con una muchedumbre muy estática, eso sí, con los teloneros Los Carniceros del Norte, lo más grande del siniestrismo patrio desde los tiempos de Parálisis Permanente. Da igual que toquen en el más infecto tugurio o en el escenario del reputado festival Wave Gotik Treffen, siempre estarán ahí con la misma entrega Nando con su eterno cigarro, Hugo punteando con actitud y Txarly contoneándose con el histrionismo de un Lux Interior. Y es que cuando se cuenta con un repertorio con auténticas bombas de relojería como “Gritos en la Noche”, “Kill Baby Kill”, “Sardu en el Teatro de lo Macabro”, ese peculiar homenaje al sonido de The Cramps, o su particular visión del “No Me Consigues Divertir” de Desechables, resulta complicado no brillar al más alto nivel. En los directos siguen barriendo.

En otra vertiente más refinada, los germanos Monozid dejaron patente que el legado atormentado de Joy Division lleva ya un tiempo considerable más vigente que nunca si a uno le da por mirar en el espejo de bandas actuales tipo O Children,  los suecos Principe Valiente o los indies en progresión ascendente Editors. A esta tradición pertenecen sin duda los de Leipzig, un trío absolutamente compenetrado y con esa precisión milimétrica inherente a sus compatriotas.

Bajo un título tan evocador como el tema homónimo “A Splinter For The Pure” (Una astilla para los puros) abrieron un recital trepidante con un bajo taladrante a la manera de Peter Hook, sintetizadores envolventes y un arsenal impresionante de efectos de guitarra que recordaban a The Edge (U2) o a John McGeogh (Siouxsie and The Banshees), quizás, junto con Keith Levene (Public Image Ltd.), el hacha más influyente de todo el post punk, por algo le llamaban el Jimmy Page de la New Wave.

No tardaron en contagiarse de la melancolía de los primeros The Cure en “Let’s Shake Hands and Wonder”, para lo cual intercambiaron instrumentos el bajista/vocalista y el guitarrista. Si bien en estudio uno tiene la impresión de encontrarse en marcado territorio indie, en el directo potencian su faceta cruda y entroncan con esa tradición que se inició a finales de los setenta con unos punkis insatisfechos con los tres acordes en busca de una mayor sofisticación.

Y aunque parezca complicado de creer en una música que se torna a veces espesa sin perder la garra, el personal se animaba con piezas bailongas tipo “(Glowing) Big Stars” o hasta le daba por montar pogo en “The Desperate”, con unas líneas de bajo que se te metían hasta las entrañas. En otras ocasiones la peña se quedaba como absorta, igual que en esa escena de ‘El Cielo sobre Berlín’ donde el ángel protagonista se mete en un garito oscuro en el que el fantasmagórico Nick Cave invoca a la desesperación en “From Her To Eternity”.

Lo cierto es que no era para menos, pues eran musicazos, otro de esos casos en que tres personas saben exprimir al máximo sus posibilidades, cada uno a su bola, pero todo encajando en la compleja maquinaria. Aquellos llenos de prejuicios que por tratarse de un derivado del punk piensan que esto se reduce a cuatro notas deberían abrir las orejas y descubrir combos tan innovadores como Television o Pere Ubu, sin olvidar a los ya mencionados Public Image Ltd. o a los mismos Gang of Four, pioneros del post punk estudiantil a lo Kaiser Chiefs tan en boga hace nada.

Había también momentos tan geniales en el que parecía que se les iba totalmente la olla, como cuando el batería empezó a aporrear cual poseído y el bajista y el guitarra rasgaban los instrumentos igual que si les fuera la vida en ello. Y los jugueteos con el teclado suscitaron comentarios jocosos tipo: “¡esos Depeche Mode!”.

Si se hubieran tirado algo más de tiempo, aquello ya habría sido el acabose, pero la tralla y el descaro punkarra con clase de “A Room For The Damned” nos sitúo en otra órbita, aguantar un recital a semejante ritmo no debería caer en saco roto. Pese a que la concurrencia se desgañitó pidiendo más, por limitaciones de horario no había nada que rascar. Ese es precisamente el martirio de los puros de corazón, esas situaciones en las que todo es tan bonito hasta que un malvado Deus Ex Machina aparece para joder la marrana. Una pena.

Texto y foto: Alfredo Villaescusa

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1 comentario

  • juandie dice:

    La verdad que no conozco a estos "MONOZID" pero según he leído más arriba en referencia a sus influencias de los pioneros del gotico de los 80 mereceran la pena!!!

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