M.C.D + B.C.BOMBS + RAT-ZINGER: LA CIUDAD QUE NO VOLVERÁ

28 abril, 2014 5:28 pm Publicado por  4 Comentarios

Sala Santana 27, Bilbao

intbcbombsHay cosas que son universales. Aquí y en la China. Seguro que todo el mundo puede evocar aquel lugar en el que se fumaba cigarros a escondidas, tocaba timbres de los portales para luego salir corriendo con un ímpetu que ni en un maratón o se adentraba en parajes desconocidos tales como cementerios o casas abandonadas. Es parte de ese aprendizaje fundamental para convertirse en una persona equilibrada y que nos retrotrae a tiempos lejanos en que las palabras decepción o desencanto distaban de ser una rotunda realidad.

Es indudable que la barriada, suburbio, ghetto o como cualquiera lo llame donde uno creció y pasó sus años mozos goza de una magia especial para cada individuo. Pero a menudo estos sitios no se corresponden necesariamente con el lugar de nacimiento, sino más bien con cierto arraigo sentimental que no entiende de patrias ni banderas. De una manera similar los vizcaínos MCD se identificaron bien temprano con el ‘botxo’ y exhibieron sin complejos su bilbaínismo macarra con himnos como “Barrenkalle”, un temprano directo registrado en el mítico gaztetxe de la citada urbe, sito en pleno Casco Viejo, o la adaptación musical del himno del Athletic, toda una religión por estos lares.

Tal vez coincidiera con el final de la Semana Santa estudiantil o uno de esos remates de mes que a más de uno se le hace cuesta arriba, lo cierto es que la parroquia no respondió como cabría esperar ante la grabación de un disco en directo.

Pese a que ya con los protagonistas de la velada se consiguió una afluencia digna, a los rockeros de callejón B.C. Bombs los vieron cuatro gatos. Una pena puesto que demostraron su habitual competencia en directo en base a trallazos tipo “Ciudad de Dios” o “Día de Muertos”. Daba igual que el personal no se atreviera a acercarse al escenario, ellos no se salieron del guión establecido, esto es, una descarga de puro rock n’ roll punkarra caiga quien caiga.

Les tomaron el relevo Rat-Zinger, otros clásicos de la zona que contaron además con atrezzo adicional con figuras de roedores con cara de pocos amigos presidiendo la función. Su ‘rock n’ roll para hijos de perra’ con aire a lo GBH tampoco era nada del otro mundo, pero bien valía para pasar un rato entretenido con momentos hilarantes como su versión del “Ace of Spades” de Motörhead cuyo estribillo rezaba ‘¿Tenéis speed?’. Cochambre glorificada al máximo.

Da la casualidad de que las veces que hemos visto a M.C.D. en los últimos años cada una ha sido con un cantante diferente: en una ocasión con Koldo, que formó parte de aquella formación que consumó el regreso de los vizcaínos a los escenarios, poco después invitaban al legendario Rockan a la voz para un bolo memorable, y ahora tomaba el relevo al micro Iñigo de Txapelpunk, un nombre también con solera especialmente en fiestas veraniegas.

El arranque con la contundencia de “Jódete” y “Violencia Macarra” para nada defraudó. El escuchimizado voceras no tardó en quitarse la camiseta y contonearse a lo Iggy Pop, pero en plan tirao, dicho sea sin ánimo despectivo, sino reivindicativo. Hay que rendir el debido respeto a esos tipos con pinta de acabaos que luego te sorprenden por su lucidez en determinados temas, como por ejemplo aquel doble de Keith Richards,  que regentaba un conocido local bilbaíno años ha, y a altas horas de la madrugada te sorprendía con unos cubatas de impresión, de concurso, vamos. Ya lo decían en la peli sobre la vida de Charles Bukowski ‘Barfly’, la elegancia no está reñida con ser un vagabundo, por lo menos en espíritu.

mcdintSin aflojar el pistón, “Squatters” y “35 Millones de Borregos” continuaron la ristra de himnos imperecederos cuyas letras siguen vigentes a día de hoy, caso de “Terrorista”, de actualidad más que nunca cuando todavía se utiliza esta palabra para criminalizar cualquier forma de disidencia contra la inhumana política de los saqueadores de turno. Y quedó registrado el momento para la posteridad cuando Iñigo se coló al presentar primero “Popatik Hartzera” en vez de “Sal a la calle”. Cosas del directo.

Respecto a la labor del voceras, nada que objetar. Se le nota más que bregado en esas lides y dio el callo durante todo el recital sin mostrar el menor síntoma de desfallecimiento, ya sea tirándose al suelo en plan jarto o moviéndose afectadamente cual lagartija. Si se hubiera cortado con botellas rotas o embadurnado con salsa de cacahuete como La Iguana en sus buenos tiempos, no hubiera extrañado lo más mínimo.

Dejaron patente su lado rockero macarra en “A-68” y el poso nihilista cristalizó en “Sucio Amor” y “Asesino a sueldo”, quizás sus dos mejores piezas a nuestro entender. En su próximo lanzamiento, aparte del concierto de esa noche, también incluirán algunos temas inéditos con la nueva formación, como “La Luz del Bar”, pieza nostálgica con un punto romántico a su manera.

Para que descansara el vocalista, recurrieron al clásico de surf rock “Pipeline”, pieza instrumental que ya incluían en su repertorio Hanoi Rocks, Johnny Thunders y otra gente de malvivir. Y en los bises finales sería imperdonable no acordarse del himno “No Más Punkis Muertos” o del bilbaínismo desaforado de “Barrenkalle”, mítica calle del Casco Viejo que todavía hoy alberga dignos locales para el fiestorro.

Precisamente en “Todo Por Nada” Iñigo ofreció una botella de ron al respetable que se bebieron en tres o cuatro tragos, para así ya seguramente poder cantar en condiciones “Entre Borrachos”, con botellas y katxis levantados a modo de estandartes. Era un perfecto epílogo al desmadre, pero abrumados ante la respuesta del personal decidieron improvisar y salirse del guión con “Vomitaré”, enlazado con el rotundo “Puta Cerda”, que dejó el recinto con las gargantas retumbando. Brutal.

Es evidente que Montxo Armendáriz les proporcionó una catapulta impresionante al incluirles en su día en la BSO de ‘Historias del Kronen’, aunque su punk rock de barrio a ras de suelo disponía de suficientes motivos para elevarse por sí mismo. Un elocuente testimonio de aquel Bilbao gris e industrial que tal vez no apareciera en las revistas de moda, pero que en algunos aspectos molaba más que la urbe de diseño para jubilados de ahora. Una ciudad que no volverá.

 Texto: Alfredo Villaescusa
Fotos: Marina Ruano

 

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Esta entrada fue escrita por Redacción

4 comentarios

  • Juandie dice:

    Muy buen concierto de las dos bandas teloneras pero en relación a todos unos grandes del punk como son M.C.D arrasarón y que mejor marco que en su ciudad tan ávida del punk desde que se fundó dicho estilo pero la única pega que le pongo a su concierto en no haber tocao todo un clásico del punk ibérico como el NO HAY SITIO PARA TÍ!!!

  • Anónimo dice:

    Joder! De traka.... Este tio vio otro concierto. Tiene que haber gente para todo.

  • Jim dice:

    Pues la crónica también es buena,seguro que estabas drogado y no te enteraste,suele pasar!!!

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