LA VELA PUERCA: REGRESO TRIUNFAL

Sala Rockitchen, Madrid

Por un lado llevaban tres años sin visitar España y por otro, su último intento quedó en eso mismo, en un “intento” cuando su nombre se cayó del cartel del festival En Vivo 2012. Así que imagina qué clase de ambiente se respiraba en el interior de la sala Rockitchen instantes antes de que La Vela Puerca apareciera finalmente sobre el escenario a eso de las 21:50 horas.

Lleno prácticamente absoluto, es decir, cerca de mil personas, para recibir a la formación uruguaya y además con un par de buenas excusas. En primer lugar, celebración del 10º aniversario de su primera gira europea y en segundo lugar, publicación en España de Piel y hueso, su último y doble disco.

De manera que, tal y como el saxofonista Coli le comentó a Juan Destroyer en una entrevista que pudiste leer también en nuestra web, el concierto giró en torno al citado álbum, aunque sin olvidarse de “las canciones de siempre”.

Y si la noche anterior en Valencia contaron con Despeinados como teloneros, en esta ocasión no tiraron de ningún grupo. Tampoco les hizo falta porque el público [muchísimos uruguayos, argentinos y demás latinoamericanos residentes en Madrid con sus camisetas de Peñarol de Montevideo y banderas charrúas] se encargó de calentar motores por su cuenta en la sala a oscuras coreando una y otra vez su particular himno: “¡Vamos La Vela, vamos La Vela de mi corazón!”.

Tenía entendido que uruguayos, argentinos, etc., viven los conciertos como nadie, pero la realidad superó cualquier expectativa.  Insisto, ¡qué intensidad incluso antes de comenzar! Entonces sí, ‘Enano’ y ‘Cebolla’ al frente, ambos con la cabeza cubierta con sombrero y gorro respectivamente, a su derecha ‘Coli’ y ‘Ale’ (trompeta), detrás ‘Pepe’ en la batería y a su izquierda ‘Mandril’ (bajo) y con los guitarristas ‘Santi’ y ‘Rafa’ por allí también, ya no me preguntes dónde exactamente, pero ellos tampoco faltaron a la cita con Madrid.

Los micros de ‘Enano’ y ‘Cebolla’ comenzaron saturando bastante, sobre todo el primero, pero qué importa eso con una sala abarrotada jaleando y cantando como si en lugar de tres años hubieran o hubiesen pasado tres más. En fin, la elegida para arrancar fue Sobre la sien, cómo no. El adelanto de Piel y hueso en España desató el primer episodio de locura colectiva de la velada  entre solos de guitarra. Del mismo Piel y hueso sonó en segundo lugar … Y así vivir, precisamente la segunda pista del tracklist, recibida igualmente entre vítores y unos acoples terribles.

Con Colabore, de El Impulso de 2007, de nuevo cantó todo el público al unísono y cundieron unos cuantos empujones a pie de pista.  No había descanso, pues directamente fundieron con Haciéndose pasar por luz, un SKA que volvió a poner Rockitchen patas arriba e hizo ondear entre el público la bandera de Uruguay. Justo a continuación llegó el primer parón merecido para echar un trago de lo que se puso por delante, dar las buenas noches y dar pie a que la hinchada volviera a entonar su “vamos La Vela, vamos La Vela de mi corazón”.

Transcurridos los primeros 30 minutos de concierto y solucionados los problemas técnicos más o menos, con la banda al completo muy cómoda ahí arriba, con “Enano” logrando que los ánimos no decayeran en ningún momento con sus brincos, una más del listado de A Contraluz de 2004: Caldo Precoz. Y a pesar del “voy a repetir cállate por favor” del estribillo, como es lógico allí nadie guardó silencio porque después sonó La teoría.

Por cierto, si te estás preguntando “¿y cómo encajó en directo la gente las nuevas canciones?” o algo por el estilo,  recuerda que, pese a acabar de ser editado en España, Piel y hueso fue publicado en el Cono Sur en 2011… e Internet es una realidad para bien y para mal, ya sabes.

Serían las 22:30 horas y después de refrescar “Enano” a las primeras filas botella de agua mediante, Zafar volvió a prender la mecha. Espectacular ver al millar de personas cantando al unísono y dando palmas perfectamente sincronizados. “¡Qué calor!”, se escuchó desde el escenario instantes antes de Alta magia, uno de los primeros temas de la banda a finales de los 90.

Después de Se despierta y más o menos tras una hora de concierto y un nuevo parón para tomar aire, dieron y dimos la bienvenida a Manolo, un habitual de sus conciertos. Amigo del grupo, para que te hagas una idea de lo que Manolo hizo, apareció allí con un cartelón donde se podía leer algo así como: “cachondeo locura”. Aunque aparte de liarla bien liada y animar al personal al grito del  I Wanna Rock de Twisted Sister, cantó tres canciones con La Vela tan celebradas como las demás.

Una vez pasó el tifón Manolo, luces verdes y atmósfera intimista para que el público cantara o cantase a sus anchas Mi semilla, también de los tiempos de La Vela Puerca/Deskarado. Mientras tanto, a mi lado una pareja baila acaramelada a más no poder al son de la trompeta. Pero la calma no duró mucho y se tornó tempestad de nuevo para enfilar los tres últimos temas del show.

Aunque claro, con todo el mundo coreando por enésima vez aquello de “vamos La Vela, vamos La Vela de mi corazón” tampoco tardaron demasiado en regresar al escenario: “Muchas gracias de corazón, esto sigue”. De hecho, continuó con Por la ciudad primero y Vuelan Palos a continuación.  Menuda fiesta, al filo de las 23:30 horas sólo se oía al público cantar cierto himno…

Texto: Alberto C. Molina (twitter @albertocmolina)

Foto: Fabián Oviedo

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